MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 18    No. 234  MARZO DEL AÑO 2018    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

A los inmigrantes no solo los acompaña la pobreza

Sigifredo Ospina O MD. Microbiólogo Epidemiólogo - elpulso@sanvicentefundacion.com

El tema de los inmigrantes es un problema mundial que ha sido mirado desde varias ópticas, tal vez la más frecuente de ellas la económica; sin embargo muchas veces se pierde de vista que también se pueden generar problemas de salud pública, no solo porque son personas que demandan servicios de salud en una alta proporción por sus mismas condiciones de desplazamiento, pobreza y desnutrición, sino porque pueden ser portadores de enfermedades transmisibles.

A veces pensamos que el problema de los inmigrantes es un asunto de los países del viejo mundo donde históricamente se ha presentado el fenómeno como consecuencia de las guerras, de los conflictos entre países y de la extrema pobreza que genera una gran inequidad. Solo ahora con la llegada de un número exagerado de venezolanos el tema nos empieza a preocupar, a pesar de que hace varios años sabemos que Colombia es país de paso para inmigrantes que van en busca del sueño americano, procedentes no sólo de países latinoamericanos sino también de África y Asia, entre otros.

El Ministerio de Salud de Colombia ha generado varias alertas en los últimos meses acerca del riesgo que representan los inmigrantes en relación con las enfermedades transmisibles, que pueden ir desde una simple infección respiratoria hasta una enfermedad de transmisión sexual. El énfasis en estas alertas se ha centrado en sarampión y difteria; el sarampión está erradicado en Colombia desde hace varios años, pero últimamente se han presentado casos en diferentes países del mundo, entre ellos Venezuela, lo que implica un riesgo potencial de la reintroducción de dicha enfermedad a nuestro país con graves consecuencias para la salud pública. La difteria es un evento raro entre nosotros, pero el reporte de casos en Venezuela también hace pensar en un riesgo inminente para nuestra población.

Pero no solo las dos enfermedades mencionadas son las que preocupan, pues existe un claro riesgo de aumento de casos de malaria, enfermedad de Chagas, tuberculosis, infección VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual, por mencionar solo algunas. Y el riesgo se ve potenciado en la medida en que estas personas no tienen acceso a los servicios de salud por no ser ciudadanos colombianos o no tener un permiso vigente, por el contrario muchos de ellos, si no la mayoría, están en condiciones de ilegalidad, hacinados, sin una adecuada alimentación, y quizás vendiendo su cuerpo para subsistir.

Si bien es un acto de humanidad atender y tratar de la mejor manera posible a los inmigrantes, también es un acto de responsabilidad evitar la diseminación de enfermedades transmisibles, por lo que deben establecerse mecanismos para que a esta población no se le niegue la realización de los exámenes relacionados con eventos de interés en salud pública y de alguna manera se les garantice el tratamiento. Seguramente todos nos estamos preguntando: y ¿quién paga?

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