Crisis social, el desequilibrio de lo básico Cuidadores en el filo de la navaja Gabriel Jaime Salazar Henao, Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com El efecto dominó de la crisis financiera del sistema de salud pública en Colombia, por la cartera morosa de los hospitales, también deja a los cuidadores en un lugar de héroes anónimos. Su sacrificio y abnegación no tiene límites. Sufren de cansancio, pasan por cuadros depresivos, su estrés aumenta en la medida en que se deteriora la salud de su ser querido y no reciben un centavo por el esfuerzo sobrehumano que hacen. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el cuidador informal es la persona que no pertenece a ninguna institución sanitaria ni social, su misión es cuidar, a personas no autónomas, que viven en su domicilio. Para el caso familiar carecen de alguna remuneración económica. Cuando se presenta una alteración en la salud de cualquier individuo, también se afecta indiscutiblemente a los seres que los rodean. Para el cuidador, un enfermo dependiente de su atención, se convierte en una obligación y en una circunstancia que cambia su vida por completo. Según la Cruz roja de España: “Algo muy frecuente entre las personas cuidadoras es el cansancio físico y la sensación de que su salud ha empeorado desde que cuidan a su familiar. De hecho no es una sensación sino que cuando se comparan a personas que cuidan, con personas sin esa responsabilidad, los cuidadores tienen una peor salud”. Las consecuencias de ser cuidador son amplias y están relacionadas en especial con la salud y el estado emocional de éstos. Su atención se centra en el enfermo en detrimento de sus necesidades. Los cuidadores informales requieren de mucho apoyo, porque atender un enfermo en casa representa un cambio sustancial en sus vidas, y para el que no están preparados. Necesitan comprensión de sus problemas y dificultades, se auto-medican por no tener tiempo para ir donde el médico. El cuidador presenta una serie de sentimientos de desolación, frustración de planes a futuro, falta de tiempo, descuido, desinterés de su vida personal, social y de salud. En el campo sicológico el cuidador pasa por cuadros de negación, miedo a ser rechazado, sentimiento de culpa y vergüenza entre otros problemas que pueden llegar a incapacitarle seriamente para continuar la tarea, según se desprende del trabajo de campo de los investigadores en el Hospital San Vicente de Paúl de Apia Risaralda, donde se ha visibilizado la actividad del cuidador. Categorías de cuidadores Según la investigación: “La experiencia de los cuidadores de pacientes que padecen de trastorno afectivo bipolar” (2009). Las investigadoras de la Pontificia Universidad Javeriana. Sonia Paula Muñoz C y Diana Paola Penagos A, los cuidadores se clasifican en tres categorías: Cuidador Familiar: Es una persona que aunque no tenga estudios para cuidar de la salud de un enfermo, expresa con hechos palpables, su compromiso, ganas, vocación y necesidad de ayudar a su familia, y en particular, al paciente postrado en el lecho de la enfermedad. En la mayoría de los casos estas personas no tienen preparación alguna para asumir esta función, es la necesidad la que los empuja inevitablemente a realizar esta labor. Su tarea se circunscribe a dar la alimentación, cambiar un pañal, suministrar los medicamentos, hacer el baño en cama, hidratación de la piel, cambio de posición de enfermo para evitar úlceras en la piel, deambulación asistida y vigilar los cambios del estado del paciente. Como aspecto importante, estas personas no pueden administrar medicamentos que impliquen algún conocimiento asistencial como poner inyecciones, hacer curaciones y otros procedimientos invasivos. Cuando esta actividad se cumple en un hospital, su labor se centra en informar las novedades al médico o a la enfermera, por medio de un timbre o simplemente acudiendo al puesto de control. Cuidador experimental: Se trata de personas que tienen algún tipo de formación en cursos de salud o de primeros auxilios. Además de las funciones habituales del cuidador familiar, administran algunos medicamentos en casa con previa autorización y conocimiento de una institución hospitalaria y de la familia del paciente. Cuidador Asistencial: Se refiere a personal directamente capacitado en el área de salud, el cual reúne el perfil académico profesional para desempeñar esta labor, pero que se hace inalcanzable para las familias de bajos recursos económicos por el costo que representa el pago de sus honorarios. Varias fuentes consultadas por el periódico el Pulso señalan que este personal oscila entre $60.000 y $100.000 pesos diarios, más el suministro de alimentación en jornadas diurnas y entre $90.000 y $120.000 en jornadas nocturnos. Este personal es experto en administración y suministro de medicamentos, cumple con el perfil para ejercer todas las funciones asistenciales del paciente, maneja temas puntuales de cuidados higiénicos, respiración asistida, manejo de crisis en casos de paros cardio-respiratorios, toma de la presión arterial, detección de comas diabéticos. El alto perfil le permite vigilar dependiendo del caso, las sondas vesical, nasogástrica, de nutrición, colostomía, ileostomía, soporte de oxígeno, micro-nebulizadores, catéteres, curación de heridas quirúrgicas, manejo del dispositivo de elevador, realización de notas de enfermería, aplicación de medicamentos, devolución del paciente, control y manejo de implementos hospitalarios tales como muletas, sillas de ruedas, y registros de la historia clínica. El tema de la asistencia domiciliaria corre por cuenta de la familia, es un gasto de bolsillo que depende de la capacidad económica de cada hogar y no existe un estimativo, ni una estadística que refleje a cuánto asciende este gasto, toda vez que dependiendo de la enfermedad, hay casos de enfermedades terminales que oscilan entre dos y seis meses, y cuadro de enfermedades vegetativas que se terminan con el fallecimiento del ser querido en tiempos que pueden ir de uno a los 10 años. De allí la importancia de entender la sabia frase del médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.   Más información... Crisis social lleva a un deterioro en las condiciones de vida La hermana María Inés Delgado, de la comunidad Bethlemitas, tiene problemas hepáticos y hace años tomó la vocería de pacientes trasplantados de alto costo para reclamarle a las EPS una atención diga... Las urgencias: la puerta de la crisis Hasta hace algunos años, que le informaran a alguien que un familiar o conocido se encontraba en un servicio de urgencias era un drama. El panorama ha cambiado ante la misma noticia, la reacción... Que norma del triaje involucre a EPS El Ministerio de Salud expidió la Resolución 5596 del 24 de diciembre de 2015, que busca resolver el problema y que establece una clasificación en 5 categorías del triaje en los servicios de urgencias... 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