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Evolución en el modelo UCI - UCE del Hospital San Vicente Fundación

Por: Natalia Andrea Ramírez Ospina
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Desde el 14 de enero, el Hospital San Vicente Fundación de Medellín inició el proyecto de transformación de las unidades de cuidado crítico en un proceso que implica varias fases fundamentales, entre ellas la transformación paulatina de la UCE San Rafael en una Unidad de Cuidado Intensivo y, convertir la sala de hospitalización general Cristo Rey a una Unidad de Cuidados Especiales.

El desarrollo de las salas mixtas se da a partir de identificar la necesidad de aumentar la disponibilidad de camas de cuidado crítico, debido a la demanda externa y al requerimiento interno de camas de cuidados intensivos. Para Héctor Darío Arroyave, intensivista y Coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos del HSVF, “Una unidad mixta ofrece alternativas más flexibles de soluciones de acuerdo a las necesidades particulares del paciente, y a su vez, la Institución racionaliza mejor sus recursos”.

Adicionalmente, tener la oportunidad de contar con salas en las que se prestan cuidados especiales e intensivos, posibilita funciones más coordinadas, y mayor interacción entre el personal médico de la Institución, ya que se tiene una visión más amplia y flexible, lo cual permite mayor enfoque en la recuperación y necesidad de los pacientes.

Edward Blandón Castaño, médico intensivista del Hospital San Vicente Fundación, explica que en la primera intervención del proyecto “se decidió que los médicos intensivistas acompañaran a los médicos generales de las UCE una parte del día, asistiendo en la toma de decisiones, en la valoración de pacientes y, en los procesos de capacitación, con la idea de generar una integración mayor con las UCI y buscando que las UCE pudieran soportar una mayor complejidad”, y es precisamente esa integración lo que originó que “se concatenara más su funcionamiento con el de cuidado intensivo. Lo que quisimos fue que las UCE se integraran más a las UCI, que fueran un escalón seguido, y no dos células aparte”, añade.

Para Yuly Andrea Santa, Coordinadora de Enfermería de la Unidad Funcional de Cirugía Trauma Osteomuscular, con la integración de las UCI y UCE: “hay una transición del cuidado, es decir, pacientes de cuidado crítico, que requieran cuidados especiales, los reciben en el mismo lugar, con el mismo personal que está entrenado para atender esos dos tipos de necesidades, o en el caso contrario cuando pacientes de cuidados especiales tienen una complicación aguda y requieren ser ingresados a cuidados intensivos”.

Por consiguiente, “los pacientes tienen mayores probabilidades de recibir atención altamente especializada con el aumento de la oferta en el recurso, lo que redunda en resultados positivos en su recuperación final”, indica Héctor Arroyave, quien agrega que la estrategia le agrega valor al nuevo modelo, que no solo es de gran beneficio para los pacientes que confían su vida al Hospital, sino también para todo el grupo asistencial.

En efecto, según Yuly Santa, “el fortalecimiento de la comunicación entre médico, paciente y enfermera, es otra de las bondades de este modelo, puesto que flexibiliza el cuidado”, lo que facilita, y es un paso clave, para dar respuesta a pacientes que requieren cuidados altamente especializados.

La integración entre grupos, es otro de los aspectos que se busca fortalecer en las diferentes áreas del Hospital. En palabras de Edward Blandón, “uno de los pasos siguientes es modificar el modelo de atención de las UCE, que venían siendo manejadas por médico general 24 horas al día, a un modelo mixto con presencia de médico internista 12 horas durante el día, y general durante la noche, buscando en parte integrar a la medicina interna en el proceso de cuidado crítico”, lo que se espera que genere un equipo más cohesionado en las funciones. Igualmente, “buscamos que haya un puente más directo entre los procesos de cuidado crítico y lo que pasa en las salas de hospitalización general”, agrega, Blandón.

Así como para los médicos generales e internistas del Hospital es altamente beneficioso el cambio, para las enfermeras también es una oportunidad, como lo indica Yuly Santa: “el personal de enfermería adquiere nuevas herramientas en el abordaje del paciente crítico, se están suscitando muchos espacios de capacitación en varias áreas, como terapia respiratoria, enfermería, ingeniería biomédica, entre otras”.

Con relación a lo anterior, cada transformación trae consigo la oportunidad de aprendizaje e intercambio de conocimientos, es por esta razón que se busca generar procesos y espacios “que ayuden a capacitar en áreas específicas a los médicos generales que intervienen en el manejo de los pacientes de UCE, y por supuesto, capacitaciones al personal nuevo de enfermería, muchos de ellos provenientes de las salas de hospitalización general del Hospital”, expresa, Edward Blandón.

Haciendo un balance de lo que ha sido la intervención de las UCE, la evaluación de la primera fase fue positiva, puesto que, tal como lo afirma el médico internista: “se logró mantener una adecuada estancia disminuir la mortalidad en las UCE, mejorar la eficiencia del giro cama y mantener una alta ocupación”, sin dejar a un lado otro de los objetivos importantes que era la integración del personal médico: “ahora hay mayor interacción de lo que sucede con el paciente, cuando queremos dar una indicación clínica tenemos un contacto más directo con la UCE, así que hay una línea de cuidado más continuo”, comenta Blandón.

Y continúan los retos

Son varios los retos que deja el proyecto de unidades de cuidado crítico, por ejemplo Héctor Arroyave, señala que “el Hospital desea retomar su vocación de alta complejidad principalmente en cirugía; la cuidad y la región lo requieren de manera urgente”, además, queda otra fase por implementar, y es la apertura de 16 camas más de UCE en la sala Pío X, con la idea de ampliar la capacidad de la atención en cuidado crítico.

La ampliación de camas para el cuidado crítico no solo va dirigida a los adultos, sino que los niños del Hospital Infantil también cuentan con salas especializadas, por ejemplo, la Unidad Funcional Materno Infantil en la actualidad maneja niños de muy alta complejidad a nivel local, nacional e internacional, “se está atendiendo población incluso venezolana, panameña, ecuatoriana, y la alta complejidad requiere de servicios de cuidados intensivos y especiales”, indicó, Abraham Chams Anturi, Director del Hospital Infantil San Vicente Fundación.

Actualmente, esta unidad dispone de 14 camas de cuidados intensivos neonatales y pediátricos, y 24 de cuidados especiales, mientras que la UCI Pediátrica que en el mes de abril cumple 25 años de funcionamiento y fue la primera en Medellín, tienen 12 camas, y 16 en cuidados especiales, lo que indica que el 30% de todas las camas de la Unidad Funcional Materno Infantil son de alta complejidad. Además, la Unidad Infantil del Corazón tiene presupuestado abrir con 6 camas de UCI y 6 camas de UCE.

Adicionalmente, también es importante resaltar que el Hospital no solo cuenta con camas pediátricas, sino también obstétricas, “este año iniciamos con 5 camas de cuidados especiales obstétricas, eso traduce que aumentamos de un 30% a un 40%; lo que da mayores oportunidades, mejores resultados clínicos y menos complicaciones para los pacientes”, afirmó, Chams. Cabe mencionar, que la Unidad de Quemados y la Unidad de Hematología, se comportan también como Unidades de Cuidados Especiales.


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