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El color en las paredes de consultorios, habitaciones o zonas comunes de una clínica u hospital ayuda a generar atmósferas que brindan confianza, acogida tranquilidad y seguridad en pacientes y visitantes en general.
Tradicionalmente los espacios médicos lucen paredes blancas, un color relacionado con la alta asepsia y que da amplitud a las áreas, pero el uso de otros colores, que a simple vista resultan osados, cobra sentido si se tiene claro el propósito que se persigue en el área a intervenir.
Si bien el blanco es un color que ayuda a darle luz a un área, este propósito también se puede conseguir con una inmensa gama de colores que van desde los beiges, pasando por los tonos cálidos y pasteles, hasta llegar a los amarillos intensos.
Cuando tenemos entornos como un hospital infantil, es importante tener en cuenta la psicología del color para dar un entorno ideal. Pisos de colores que les ayuden a reconocer de una manera ágil las diferentes áreas, además del uso de colores primarios en las zonas comunes, ya que estos permiten un mayor contraste y se identifican como espacios de juego que brindan tranquilidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos colores no son tan efectivos en el caso de adolescentes, quienes buscan en otras tonalidades su identificación.
Utilizar colores fuertes como los ocres o metalizados en la sala de espera de un consultorio puede ser una buena idea si lo que se busca es un toque de elegancia, opciones que deben ser mesuradas para no recargar el área. Por tanto, resulta fundamental pensar como el color de la pared juega con la decoración seleccionada y si este conjunto apoya el propósito que se persigue con esta área.
Pintar una pared permite hacer una pequeña remodelación que genera un gran cambio, transformando un espacio y brindando nuevas emociones en los visitantes que acuden allí.
Si busca decorar un consultorio donde la mayoría de personas que asisten son adultos, y lo que se desea es imprimir un poco de su personalidad, las paredes grises contrastadas con colores neutros, pueden ayudar a recrear esa atmósfera que acogerá a los pacientes que llegan a la consulta.
Azul, amarillo, naranja y verde en tonos pasteles ayudan a crear ambientes limpios, sutiles, áreas que evocan tranquilidad y frescura. Estos tonos son ideales en las habitaciones de un hospital, ya que le imprimen calidez y a la vez generan sensación de descanso.
Tel: (4) 516 74 43
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