MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 238 JULIO DEL AÑO 2018 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com
E l ayudar a los otros, el recetar más que medicamentos y querer regalar algo más al desarrollo psicomotor en los pequeños pacientes que ingresan al Hospital Infantil San Vicente Fundación, es uno de los proyecto que ha venido emprendiendo el área de Puericultura de la Universidad de Antioquia en alianza con el Hospital San Vicente Fundación, y donde se percibe el compromiso con el aspecto humano de la pediatría social. Este esfuerzo mancomunado se empiezan a proyectar en la aulas del Hospital Infantil cuando detrás de las adornadas paredes hay un ritmo de aplausos de niños y el sonido de un piano que alivia penas y causa el olvido por minutos de las enfermedades que los aquejan.
Los espacios se vuelven sobrios y aún más tranquilos, ya no hay un silencio rotundo, ya está ahí el eco de la música que inspira a los más pequeños a continuar con sus sueños, y son estas ondas sonoras que ejemplifican el verdadero sentido de lo alternativo, el descubrimiento de un gran aliado para aprender a tratar los menores. La relajación que les provoca, como así también las ganas de cantar y expresarse, garantizan una ayuda eficaz en sus tratamientos.
Los médicos y las enfermeras que trabajan con los menores enfermos, viene aplicando una terapia alternativa que ayuda a los niños a la recreación, garantizando una mejor relación consigo mismo. Los médicos comprobaron que quienes disfrutaban de instrumentos o de cantar lograban estar mejor física y emocionalmente
La musicoterapia que se realiza en Hospital Infantil San Vicente Fundación favorece no sólo la relación con ellos mismos sino también con los otros. El hecho de componer, recitar, cantar, o simplemente tocar un instrumento les permite comunicar qué les pasa. No sólo liberan sus miedos y opresiones sino que también logran que sus seres queridos comprendan lo que les sucede. Sin usar las palabras, los niños encuentran en la música el aliado fundamental para su recuperación. Otro beneficio es que también permite reducir la ansiedad y el estrés en niños y familiares facilitando la expresión emocional y promoviendo cambios positivos en los estados de humor, al igual que reduce la percepción del dolor.
La música, y otro tipo de expresiones artísticas como la poesía, el baile, entre otros, disminuye que los niños experimenten la sensación de soledad debido al aislamiento social normalizado. Además, están viviendo en un ambiente que no le es familiar, que no es confortable, donde viven muchas experiencias que pueden conllevar dolor y sufrimiento. Cirugía, estancia en UCI, sala de aislamiento, rehabilitación, toma de medicación, curas, idas y venidas del personal sanitario. Los niños, especialmente los más pequeños, no tienen la madurez emocional necesaria para comprender, asimilar y manejar todo lo que les está sucediendo y les rodea. Existe mucha documentación que muestra que la hospitalización es uno de los aspectos más estresantes que un niño puede experimentar.
El programa Música para Vivir del Hospital Infantil, liderado y hecho realidad gracias a cooperantes y benefactores como Carolina Jaramillo, Cantoalegre, la maestra Tita Maya, Colegio de música, la Alcaldía de Medellín, Fundación Fraternidad Medellín, Musical Cedar y Siddhartha Musical, ha beneficiado hasta la fecha a 1.806 personas, de las cuales 1.026 son niños con enfermedades delicadas y 786 son padres o cuidadores de los pequeños, en su mayoría son de servicios como Lactantes, Pediatría General, Oncología, Nefrología y la Unidad de Quemados Infantil.
El programa busca generar ambientes más amigables a través de la música durante la estadía de los niños en la Institución, las sesiones se hacen los viernes de cada semana con sesiones grupales e individuales para los niños que quieren reforzar su conocimiento en algún instrumento; las clases son dictadas por músicos y organizaciones que comparten la música con los niños desde la metodología de lenguajes expresivos con instrumentos y la inclusión de nuevas metodologías de la información como las tabletas con música que los niños pueden llevarse para sus habitaciones.
Según la profesora del programa Música para vivir Laura María Cortés Correa, “la música me ha permito aprender mucho a través de la residencia con los niños y con los papás, he tenido experiencias muy significativas con niños que vienen a las clases y uno ve que son felices como si les cambiará la vida, trabajan como cualquier niño, hacen todo”.
Laura encuentra la motivación en la energía de transformación que producen los niños cuando se encuentran en la clase: “En las clases grupales los papás disfrutan, los niños se conectan con la clase, es un refugio para ellos porque se desconectan de su situación”
Para la docente del Aula Hospitalaria, Jakelin Milena Acevedo Lema, la música aporta habilidades a los niños en cuanto a la atención, la memoria, la concentración y la conexión neuronal.
Además, esta clase de terapias disminuye los niveles de estrés y mejora el proceso de rehabilitación y se da un fortalecimiento del vínculo. En la mayoría de las ocasiones esta clase de actividades con los pacientes brinda una motivación y un acompañamiento a los niños hospitalizados, y es una actividad que trasciende los espacios, puesto que cuando los niños no se pueden desplazar al aula hospitalaria, los docentes van a las áreas donde se encuentran en tratamiento.
“Los ámbitos de esta clase de terapias son la salud física, la salud mental, el bienestar emocional y social en distintos sectores de la población. En el caso de aquellas personas que requieren un seguimiento específico sobre su expresión corporal y movimiento, la arteterapia puede aplicarse mediante las técnicas estudiadas en psicoterapia” así lo indica Jakelin Milena Acevedo Lema.
El uso de arteterapia es posible de ser aplicada tanto en niños, niñas, adolescentes y personas adultas, con la ventaja de poder aplicarse a nivel terapéutico y educativo. En este último caso, técnicas cognitivo-conductuales pueden complementar el empleo de la arteterapia (o al revés), para instruir sobre aquellos aspectos que influyen directamente en el desarrollo educativo. “En los niños hay un cambio significativo, ya que muchos llegan llorando, con miedo, pero a medida que desarrollan su corporalidad se van familiarizando” añadió la docente Jakelin.
Es importante saber que cualquier niño que quiera o desee aprender a tocar un instrumento encuentra actividades para enseñarles, que pueden acompañarse con otra clase de proyecto como son: promoción de literatura, manejo de la inteligencia emocional, residencias y lectura.
Hasta la fecha el aula hospitalaria a brindando 5022 atenciones y 2197 han sido beneficiarios, 1800 papás se han acogido a los proyectos.
El aula Hospitalaria se basa en los objetivos del arteterapia los cuales se apoyan en la psicoterapia. Específicamente buscan que los pacientes tengan el arte como forma de comunicación, de este modo los niños puedan expresar y comunicar sentimientos, facilitando la reflexión, la comunicación, y permitiendo los necesarios cambios en la conducta.
El arteterapia ayuda a los pequeños permitiendo la expresión de sentimientos difíciles de comunicar de manera verbal, proveyendo así una vía de comunicación, haciendo la expresión verbal más accesible, incrementando la autoestima y la confianza. Se ha ido dando como complemento a la medicina convencional en una multitud de trastornos. Se basa en la idea de que el proceso creativo resulta curativo, pues permite a los pacientes canalizar sus emociones y les puede ayudar a lidiar con sus síntomas y adaptarse a experiencias traumáticas.
El trabajo con las emociones a través de la arteterapia mejora la calidad de las relaciones, además de evitar la desescolarización. Se centra en el factor emocional, ayudando a ser más conscientes de aspectos oscuros, y facilitando el desarrollo de la persona. El manejo adecuado de emociones básicas como el miedo, la rabia, la alegría, el amor, la tristeza y los sentimientos incómodos, es esencial y necesario para el equilibrio emocional de todas las personas.
Tel: (4) 516 74 43
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