MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 56   MAYO DEL AÑO 2003    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

Costos de la calidad en los servicios de salud basados en la evidencia

Luz Jannet Bojanini García, Odontóloga
Laura Raquel Castellanos Montealegre, Odontóloga
Ana María Ortiz Correa, Médica
Medellín ~ elpulso@elhospital.org.co

Las entidades públicas o privadas del mundo, cuyo objeto social sea la prestación de los servicios de salud, no pueden estar ajenas a dos aspectos relevantes. Uno es la calidad, donde “los servicios de salud se deben manejar como un conjunto armónico e integrado de todos los componentes de la calidad”. El segundo, los costos de los servicios en salud deben ir encaminados a la justa administración de los recursos, así como a la sostenibilidad y viabilidad de las diferentes empresas e instituciones que prestan los servicios. El objetivo de este trabajo es hacer una revisión bibliográfica encaminada a clarificar elementos de juicio y criterios para la toma de decisiones, sobre todo en la forma como la Alta Gerencia deberá incorporar los parámetros de calidad al área financiera de los servicios de salud.
Existen varias formas de definir la calidad de los servicios de salud, como lo señala Donabedian: “cualquier cosa que uno quiere que sean”. Sin embargo, normalmente reflejan los valores y objetivos del sistema de salud y de la sociedad de las cuales forma parte. La manera más práctica de definir calidad es a través de la división de sus componentes o variables como son: Efectividad, Eficiencia, Adecuación, Calidad científico-técnica, Satisfacción del consumidor y del profesional, Accesibilidad y Continuidad.
Relación coste monetario y calidad
La elección pertinente a la relación entre costo y calidad no es la búsqueda de la máxima mejoría en la salud (efectividad máxima), sino de aquella que bajo un criterio u otro es económicamente accesible. Esto último enfrenta a diario a médicos e instituciones en un dilema ético, pues se enfrentan las necesidades individuales del paciente con la racionalización de la atención de acuerdo con lo que la sociedad considera económicamente accesible. En la relación coste y calidad se presentan varias opciones:
1) Máxima mejora posible en salud sin tener en cuenta los costos: “Asistencia derrochadora”: Si la asistencia es excesiva aunque no vaya en detrimento de la salud de la persona pero tampoco apunta a su curación, se considerará como de mala calidad porque supone falta de cuidado del médico y despilfarra recursos que sí pueden ser útiles en otros pacientes o situaciones.
2) Máxima mejora posible en salud pero al coste más bajo posible: “Asistencia eficiente”, la cual tiene tres componentes a su vez: Efectividad, Eficacia, y Eficiencia.
3) El coste del tratamiento más eficiente no debe superar el valor del correspondiente al grado de salud obtenido: “Nivel de asistencia sufragable”, equilibrio coste-calidad: Comprende una efectividad óptima y por lo tanto su calidad también lo es. El problema es que las definiciones sociales de lo que es sufragable entran en un conflicto de muy difícil solución con los valores individuales y puede verse afectado por los intereses de las instituciones, del médico o por intereses sociales orientados más al beneficio de algunos grupos sociales o etáreos.
En la asistencia médica es común afirmar: “solo lo mejor es suficientemente bueno para mis pacientes” y “todo el mundo tiene derecho a la mejor asistencia posible”. Pero estas afirmaciones conllevan a un error de lógica y a una imposibilidad práctica. La falacia lógica consiste en ignorar que la calidad es una variable continua con una distribución especial. En esta distribución hay partes de alta y baja calidad y es el control de calidad el que se encarga de empujar la producción hacia la alta calidad y de reducir la baja calidad. La falsedad práctica en estas afirmaciones es que existen límites económicos para mejorar la calidad.
Nivel óptimo de calidad
En la producción de bienes y servicios, la selección del nivel óptimo de calidad es uno de los problemas más difíciles de resolver. Los factores que determinan el nivel óptimo de calidad son el coste de calidad de los servicios y los beneficios obtenidos.
La relación entre calidad y coste probablemente sigue una distribución de “U” invertida como se observa en la Figura 1. Las mejoras cualitativas son relativamente baratas, pero gradualmente su coste marginal se incrementa hasta un punto tras el cual el aumento de los recursos puede disminuir la calidad. Esta disminución puede obedecer, por ejemplo, a poca comunicación y cooperación entre los profesionales, a los riesgos iatrogénicos asociados al incremento en el uso de tecnología sofisticada y al tiempo perdido por los clientes.
Figura 1. El coste de mejorar la calidad (Vouri) Figura 2. Utilidad de los servicios
en función de su calidad (Vouri)

Entretanto, la relación entre los beneficios obtenidos (utilidad) y la calidad, se comporta de forma algo diferente (ver Figura 2). La calidad muy deficiente puede llevar a problemas iatrogénicos, pérdida de confianza en el sistema sanitario y retrasos en acudir al sistema. Cuando la calidad mejora, se alcanza un punto tras el cual modestos incrementos en calidad producen grandes beneficios. Esto se observa en los países desarrollados donde grandes mejoras en la salud de la población pueden no resultar costosas dado que los recursos se invierten acertadamente. Gradualmente, la ley de rendimientos decrecientes se hace operativa, es decir, la utilidad marginal del servicio decrece más y más para cada incremento sucesivo en la calidad. Por ejemplo, el incremento de la utilidad marginal para la confiabilidad de un diagnóstico del 70% al 90% por el uso de más ayudas diagnósticas puede ser mayor, mientras que un incremento del 90% al 95% puede ser excesivo, si esta diferencia no cambia el tratamiento a utilizar en ningún caso.
Los profesionales de la salud pueden unirse al consumidor para reclamar una alta calidad más que una calidad óptima. Esto es especialmente cierto si los profesionales de la salud no son empresarios privados, sino que trabajan para un sistema que les ayuda a olvidarse de los costes. En resumen, desde del punto de vista económico, es posible definir un área dentro de la cual puede asentarse la calidad de los servicios de salud. Esta área es donde la utilidad marginal excede al coste marginal.

Grupos Relacionados con el Diagnóstico “GDR”
Constituyen un modelo de contratación y de costos con base en la evidencia. Los GDR son un método de clasificación de pacientes. El objetivo fundamental de la creación de estos sistemas de medida del casemix era poder reflejar o predecir el consumo homogéneo de recursos hospitalarios de cada agrupación de pacientes.
Los GDR se convirtieron en el modelo estándar de definición del producto hospitalario, lo que facilita la comparación entre hospitales, gestionar por línea de producto y evaluar la actividad, productividad, calidad y eficacia hospitalaria. Otras aplicaciones son comprobar la necesidad médica del ingreso, estancias y servicios proporcionados al paciente, establecimiento de protocolos de tratamiento médico, índice del casemix hospitalario y la gestión por línea de producto (permite evaluar la calidad, controlar el gasto y medir actividad).
Limitaciones de los GDR: 1)Falta de capacidad para detectar las variaciones de la complejidad de los procesos y por lo tanto, de los costos (podría darse la situación que un paciente ingresara a un hospital clasificado con un diagnóstico y luego a medida que su enfermedad avanza su diagnóstico puede variar, afectando esta situación los costos y los recursos hospitalarios). 2)Falta de evaluación de las acciones terapéuticas o diagnósticas, o ambas, que han sido incorrectamente identificadas en la clasificación del paciente.
3)Sensibilidad a las diferentes prácticas médicas utilizadas en enfermedades similares, incluso se considera que los GDR pueden incentivar negativamente ciertas prácticas al ser discriminadas por ser poco rentables.

Conclusiones
Según Miguel A. González “Los países en desarrollo han emprendido reformas en salud impulsados por la expectativa de movilizar recursos, controlar costos y lograr mayor eficiencia, así como servicios equitativos y aceptables capaces de responder oportunamente a los acelerados cambios en las necesidades”. La relación calidad-costos en los servicios de salud en los sistemas de salud se hace necesaria para que el tema de la salud se haga viable en cualquier país. “El resultado natural de una falta de conciencia en el coste de los servicios de salud es que tanto los profesionales como los consumidores reclamen la calidad máxima de los servicios. Esta actitud, que prevalece en algunos países, ha sido una de las causas de la explosión del coste en la atención sanitaria, y ésta ha creado inevitablemente conflictos entre los consumidores, los profesionales, los administradores y los gerentes.”
Vuori concluye que para tener éxito con el manejo de costo de los servicios de salud hace falta realizar una gran tarea de educación en el sector de la salud, tanto en los programas de pregrado y postgrado, como las capacitaciones continuas que se ofrecen en los distintos hospitales y clínicas, para poder trabajar en equipo administradores, gerentes y los profesionales de la salud. Adicionalmente, sería importante fomentar las investigaciones que demuestren que la elección pertinente de la relación entre costo y calidad no es la búsqueda de la mayor mejoría posible en la salud (efectividad máxima), sino de aquella mejoría que bajo un criterio u otro es económicamente accesible. Un sistema de costes de la no calidad es una de las muchas herramientas de la gestión de la calidad, pero no es sólo una herramienta más de carácter financiero. Su objetivo es hallar oportunidades que faciliten los esfuerzos de mejora de la calidad y que conduzcan a una reducción de los costes operativos.
“Se pretende evitar que los hospitales asuman un riesgo financiero excesivo. Por esto han surgido los GDR... El pago por ingreso incentiva la minimización de la estancia hospitalaria. En este sentido, promueve una eficiente asistencia de cada uno de los pacientes ingresados. Sin embargo, desde el punto de vista macroeconómico, implica problemas de eficiencia en el gasto en salud, ya que premia la actividad hospitalaria independientemente de su necesidad” Bergoña Álvarez et al. No obstante, los GDRs no necesariamente tienen que ser un mecanismo única y exclusivamente de pago, pueden ser un mecanismo de contratación en el cual se encuentren actores del financiador y del proveedor trabajando conjuntamente, a través de auditores externos e internos que regulen los procesos. El concepto de calidad y costos se integra en los GDR porque el proveedor entenderá que sus ingresos marginales están linealmente relacionados con el número de pacientes ingresados y no con el número de servicios ni de días estancia por caso ingresado. En este caso, los incentivos pro-eficiencia están relacionados con un concepto de producto igual al ingreso hospitalario y un concepto de insumos igual al coste por ingreso (intensidad de la utilización de los recursos hospitalarios) .

GÓMEZ DE LEÓN, Patricia. y PINTO, Diana. Incentivos para calidad en salud, En: Vía Salud. Bogotá. N°17 (2001); p. 413.
DONABEDIAN, Avedis citado en: VUORI., H. V. “El Control de Calidad en los Servicios Sanitarios. Conceptos y Metodología”. Barcelona: Masson, S.A. 1996. p.142.
VUORI., H. V. “El Control de Calidad en los Servicios Sanitarios. Conceptos y Metodología”. Ibídem p.142.
VUORI., H. V. El control de calidad en los servicios sanitarios. conceptos y metodología. Barcelona: Masson, 1996. p.142.
BERGOÑA Álvarez. y et al. Sistema de pago Proveedores de Servicios de Sanitarios en países Latinoamericanos y de la OCDE, En: Organización y gestión de sistemas y servicios de salud. Madrid: OPS, 1998. 57p.
Este artículo tiene como fuente la monografía de las autoras, para optar por el título de Gerente en Economía y Finanzas de la Salud. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín
Asesor: Doctor José Humberto Duque. Médico y Cirujano de la Universidad de Antioquia, Maestría en Administración en Salud de la Pontificia Universidad Javeriana.
 







 



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