 |
|
|
En
esta edición... |
|
Carmen
Balcells,
agente literaria
|
Carmen Balcells La agente tiene bajo la manga un disco de rancheras
y tangos cantados en una fiesta por Gabriel García Márquez,
Carlos Fuentes y Julio Cortázar. |
Todavía
come
editores crudos  |
| Hasta
la superagente literaria Carmen Balcells los escritores percibían
liquidaciones agonizantes y a veces, como premio, recibían
algunos regalos en especie, por ejemplo, un jersey o un queso
Stilton. Vásquez Montalbán |
| Llamada
la Mama Grande de los escritores, la agente literaria española
Carmen Balcells sigue desenterrando piezas raras a pesar de
su retiro y de su deteriorada salud. Su última jugada
parece que será redonda. |
| No se trata de un
libro, sino de un disco de rancheras y tangos cantados en una
fiesta por Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes
y Julio Cortázar, en cuya casa de París se hizo
la improvisada grabación. Aunque no ha salido al mercado,
el disco hace surgir de nuevo la figura de la agente literaria
más poderosa y temida, la voluminosa gourmet que no concede
entrevistas y que en algunos causa admiración y en otros
justificado terror pues, según Vargas Llosa, todavía
come editores crudos. A sus 72 años ha representado
a más de 150 autores, entre ellos Gabriel García
Márquez, Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Augusto Roa
Bastos, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Camilo José
Cela, Guillermo Cabrera Infante, Alfredo Bryce Echenique, Rosa
Montero, Nélida Piñón y Manuel Vásquez
Montalbán. Así la ven algunos de los escritores
que, como Carlos Fuentes, la consideran la papiza, regazo
de todo mal. |
Carmen Balcells en su agencia |
|
La casa y la oficina
de Carmen eran el centro de la ebullición, el nido
de todas las conspiraciones, el refugio de los afligidos y
la caja sin fondo de los insolventes. Vargas Llosa
|
Mario Vargas Llosa con Julio Cortázar
|
Renuncia a tus
clases. Dedícate sólo a escribir
|
Cuenta
Vargas Llosa: Cuando la conocí, pronto hará
de eso cuarenta años, llevaba en la cabeza un rodete
de señora buena y era tan sensible que la menor contrariedad
la hacía llorar como una Magdalena.  |
| Para
entonces, ya había administrado una compañía
teatral que desapareció antes de estrenar una pieza,
exportado al mundo entero unas máquinas que ella llama
telares (pero yo sé que eran trenes), y, de la mano del
novelista rumano exiliado Vintila Horia, abierto una agencia
literaria que desfallecía de inanición hasta que
el joven Carlos Barral, flamante director literario de Seix
Barral, le encargó que gestionara los derechos extranjeros
de sus autores. Este fue un momento providencial para Carmen
Balcells, para los escritores de nuestra lengua y para la industria
editorial de España y América Latina, principalmente,
pero también la de otros países, que, a consecuencia
de la intrusión en sus predios de este torbellino procedente
de la Cataluña recóndita, experimentaría
una transformación radical y sería poco menos
que catapultada a la modernidad. |
|
(
)La historia civil y pública de Carmen
Balcells, aunque importantísima -algún
día, biografías y ensayos darán
debida cuenta de ello-, la retrata sólo en parte,
deja en la sombra esa extraordinaria, sorprendente calidad
humana que hace de ella uno de los seres más
admirables que me ha tocado conocer. Intratable a la
hora de negociar, puede, cinco minutos después
de haber estado a punto de morir o matar por la minucia
de una cláusula, echar literalmente la casa por
la ventana y abrumar de regalos y cariños a su
adversario, desarmándolo, y haciéndolo
sentir un osezno feliz en brazos de la osa regalona.
Generosidad es una palabra demasiado encogida para expresar
la manera desmesurada y loca como la he visto derrochar
su tiempo, su afecto y su patrimonio para ayudar a tanta
gente.(
)A fines de los años sesenta, yo
enseñaba literatura en el Kings College, de la
Universidad de Londres. Ella súbitamente desembarcó
en mi casa y me ordenó: "Renuncia a tus
clases de inmediato. Tienes que dedicarte sólo
a escribir". Le repuse que tenía mujer y
dos hijos y que no podía hacerles esa bellaquería
de dejarlos morirse de hambre. Me preguntó cuánto
ganaba enseñando. Era el equivalente de quinientos
dólares. "Yo te los doy, a partir de este
fin de mes. Sal de Londres e instálate en Barcelona,
que es más barato". Le obedecí -ya
para entonces había descubierto, como un editor
cualquiera, que era inútil resistir los ucases
de Carmen- y nunca me he arrepentido de ello, porque,
entre otras cosas, los cinco años que viví
en la Ciudad Condal fueron los más felices de
la vida. Fueron años de nuevas amistades, de
entusiasmos literarios y políticos, de grandes
ilusiones, de compartir lo que parecía ser una
inminente revolución cultural y social, de la
gran modernización de las costumbres, las ideas,
los valores y las letras en España.
La casa, la oficina de Carmen Balcells eran el centro
de la ebullición, el nido de todas las conspiraciones,
el refugio de los afligidos y la caja sin fondo de los
insolventes. A condición de aceptar su imperio
benevolente, de ser dócil y sumiso, uno era feliz.
Ella pagaba las cuentas, alquilaba los pisos y resolvía
los problemas de electricidad, de transporte, de teléfono,
de clandestinidad, y aprobaba o fulminaba los amoríos
pecaminosos, asistía a los partos, consolaba
a los cónyuges e indemnizaba a las amantes. Felicidades
y tragedias, complots y alianzas o desavenencias terminaban
siempre en grandes almuerzos, o cenas copiosas presididas
por ella, o en excursiones lustrales a su casita de
Cadaqués. Un día que, a horas de la madrugada,
en un inglés idiosincrático, Carmen Balcells
trataba de impedir por teléfono que el editor
Roger Klein se suicidara, su hijito de pocos años
la interrumpió: "Pero ¿tú
no te ocupabas sólo de vender libros, mamá?".
Desconcertada, ella recapacitó, olvidó
el teléfono, y, al otro lado de la línea,
en el remoto New York, el pobre Roger Klein se ahorcó.
|
Carlos fuentes,
Juan Carlos Onetti,
Gabriel García Márquez
|
| Han pasado una punta de
años desde entonces, y, ahora, Carmen Balcells
se ha convertido, sin quererlo ni saberlo, en una figura
mítica, sobre la que corren fantásticas
leyendas a ambas orillas del océano, y cuyo solo
nombre hace suspirar de codicia a millares de autores
primerizos, que sueñan con poner en sus manos sus
manuscritos y sus anhelos. Y ella se empeña en
decir, a quien se lo pregunta, que piensa retirarse del
mundo citadino, que se va a construir una casa rodeada
de árboles olorosos en las afueras de Santa Fe,
a la que, eso sí, llenará de teléfonos,
faxes y computadoras, porque ¿cómo podría
mantener de otro modo el contacto con el mundo editorial,
sobre todo en estos años, cuando está cambiando
tanto debido a la revolución informática?
No hay peligro, pues. Tenemos Carmen Balcells para rato.
Ahí está, algo pasadita de peso y con algunos
huesos descolocados, pero bullendo de vida y llena de
proyectos delirantes, como siempre, esperando que le echen
por delante a cualquier editor para comérselo crudo
en un dos por tres. |
|
|
Gracias a ella he
visto escritores y editores felices
|
Manuel Vásquez Montalbán
|
El conocido
escritor español Manuel Vásquez Montalbán
recuerda: Hasta Carmen Balcells los escritores firmaban
contratos vitalicios con las editoriales, percibían liquidaciones
agonizantes y a veces, como premio, recibían algunos
regalos en especie, por ejemplo, un jersey o un queso Stilton.
Muchos escritores padecían el síndrome de Estocolmo
con respecto a los editores, y se cuenta que un famosísimo
y hoy venerado gran autor catalán se amoscó cuando
le ofrecieron un cheque en blanco y prefirió seguir en
régimen de producción esclavista. Demasiado dinero.
El oferente no podía ser serio.
Gracias a Carmen Balcells yo he visto escritores y editores
felices, incluso amigos. Mis relaciones profesionales con ella
arrancan del día siguiente en que gané el Planeta
(1979) y a mis 40 años me descubrí escritor competitivo
y cansado de luchar con los editores por anticipos que tardaba
a veces 10 años en amortizar o que no amortizaba nunca.
|
|
(
)Los escritores somos
animales destetados prematuramente o en mal momento y las
agentas literarias son como esa primera maestra que sustituye
a las madres vestidas o desnudas que nos dejan todos los días
a la puerta del colegio, hasta del último colegio.
(
) Representante de premios Nobel y Cervantes, de escritores
de éxito, la he visto apadrinar el talento sin reservas
y sin cálculos y luchar por los talentos emplazados
en maratónianas negociaciones que deberían figurar
como una de las bellas artes, porque el cerebro de Carmen
Balcells trabaja a la velocidad de la luz y va provisto de
un aguijón implacable si el interlocutor se pasa de
tonto o de listo. También la construcción de
su leyenda y de su ausencia -¿dónde estará
Carmen Balcells en el momento de recibir la medalla?- es una
astuta bella arte, que la homenajeada ha aprendido mezclando
fragilidad y orgullo. García Márquez la describe
bañada en lágrimas, pero no hay que fiarse".
|
| Onetti
le dedicó a Balcells Cuando ya no importe, sin
otro motivo que darle las gracias. García Márquez
también le dedicó Del amor y otros demonios a
Carmen Balcells bañada en lágrimas. |
Foto galería de escritores
Alfredo Bryce Echenique
|
El recomendado
de Vargas Llosa
|
El escritor
peruano Alfredo Bryce Echenique comenta: Mi vida como
escritor, o sea prácticamente toda mi vida, está
muy ligada a la persona de Carmen Balcells
la quiero muchísimo
y siempre quiero bañarla en cariño mientras discutimos
un futuro contrato o cenamos y nos reímos muchísimo.
Sin embargo, este cariño mío, el empapado, ha
sido entre CARMEN y yo fuente de permanente conflicto, ya que
CARMEN opina y ejerce que no se puede mezclar el cariño
con los negocios, y yo que sí, que sí y que sí.
La conocí hace treinta años cumplidos. Me recomendó,
con generosidad, Mario Vargas Llosa.
(
) CARMEN me confesaba, incluso mientras estábamos
en su despacho, que yo era el único escritor que la hacía
reir mientras negociaba. Aunque claro, inmediatamente reaccionaba,
feroz, y en adelante me llamaba Bryce, en vez de Alfredo, y
haciendo hincapié en las minúsculas. Así
es nuestro cariño. |
De
todos los escritores sabe sus gustos y sus disgustos, sus puntos
flacos y sus puntos fuertes, y su psicología bien trabajada
ha fabricado un modo de empleo para las manías de cada
uno; sabe cuándo ha de guardar silencio o cuando les
tiene que mimar, y los trata como si fueran hijos a punto de
descarriarse. Juan Cruz
.............. |
|
|
|
|
Un médico
descubrió el petróleo en Colombia |
|
En 1860 se descubrieron
en los Estados Unidos los primeros pozos de petróleo.
Pero setenta y siete años antes, en 1783 el médico
español Sebastián López Ruiz había
descubierto el petróleo en Colombia. España
no le prestó atención (
) de este hallazgo
hace memoria El Federalista de Caracas, en 1864, y transcribe
la carta por la cual López Ruiz da cuenta del aceite
negro al Virrey Caballero y Góngora. Apartes.
La historia de los grandes inventos I descubrimientos
nos prueba mas I mas cada dia, la conveniencia de oir con
cierta reserva las noticias de los que se anuncien en nuestro
tiempo, en cuanto a la orijinalidad que sobre ellos se reclame.
Por ejemplo: Faust I Pedro Schaeffer
Engañaron por algún tiempo al mundo haciéndose
tener por inventores de los tipos metálicos y movibles
(invento de Gutenberg). La fabricación de papel de
hilo pasaba como invento de un italiano que floreció
a mediados del siglo décimo cuarto, pero Casiri ha
probado que sus inventores fueron los árabes de España
La cualidad oleosa del líquido que naturalmente se
desprende del carbón de piedra, corre como descubierta
recientemente en los Estados Unidos de América
I
sin embargo, como aceite se conoció a fines del siglo
XVIII. Dígase cuánto habrían ganado los
industriales, la jente obrera, los comerciantes I la marina
mercante de España si esa nación hubiera visto
con el interés que merecían los oportunos avisos
que le dio D. Sebastián Josef López Ruiz?
La siguiente es una de sus cartas al excelentísimo
señor D. Antonio Caballero I Góngora, arzobispo
gobernador de Santafé:
Excelentísimo señor.-Mui señor
mío: el aceite de piedra negra, que en cumplimiento
de orden superior de 27 de setiembre próximo pasado,
manifiesto a V.E es el mismo que remití a la corte;
sale en forma de arroyo de una peña muy grande que
se halla más allá del Partido de Cáqueza(
)
Su abundancia es continua I copiosa: tengo noticia que en
algunos meses del año, I cuando el tiempo está
sereno, o no habiendo quemazones de monte, fluye dicho aceite
más claro I mucho más delgado. También
lo hai en la misma forma, según me han asegurado en
otros parajes (
) si su acopio se considera útil,
será necesario conducirlo a esta capital (
) Nuestro
Señor guarde la vida de V. E muchos años como
deseo.
Santafé, 4 de octubre de 1783. Excelentísimo
señor, Sebastián Josef López Ruiz.
Tomado de Documentos para entender la historia de Colombia,
de Enrique Santos Molano, Planet
|
|
|
|
|
|
|
5000 libros de la biblioteca
personal del padre del Surrealismo, André Breton, han
sido subastados en el Centro Georges Pompidou de París,
por la hija única del artista, Anne Ellouet, de 67
años. Las obras, algunas dedicadas por autores como
Freud o Trotsky, forman parte de esta oferta que incluye también
500 manuscritos de obras como Nadja o los Manifiestos, así
como cuadros de Duchamp, Kandinsky, Matta, Brauner y el conocido
Lhooq de Piccabia. Los objetos del muro falso
de su despacho, y otros pertenecientes a la casa de su esposa,
la chilena Ele-na Claro, disparan el valor de lo subastado,
que se calcula en 30 millones de dólares.
|
Antes
de que Hitler descubiera su nefasta vocación, fue un
practicante aficionado del dibujo y la música, actividades
con las que, por cierto, tuvo franca frustración. Su
veneración por Wagner ha hecho que la música del
compositor no pueda ser interpretada públicamente en
Israel. Feroces protestas se han presentado frente a espectáculos
que incluyen aquellas obras que, según su amargo recuerdo,
sonaban en los campos de concentración. La protesta popular
se ha hecho también manifiesta frente a obras como la
de Kant, Goethe, Hegel y Schopenhauer.
 |
La escritora
norteamericana Susan Sontag, invitada a la Feria del Libro
en Bogotá, se asocia también con el nombre
de varios fotógrafos con los cuales ha hecho ensayos
de gran impacto. Es el caso del provocador Robert Maplethorpe
y de Annie Leibovitz, probablemente la retratista más
reconocida de la actualidad. Con ella Sontag hizo un verdadero
clásico de la fotografía, el libro titulado
Mujeres. Vale la pena revisar esta reflexión crítica
sobre la emancipación femenina en el siglo XX. Alejadas
de la foto-pose, aparecen mujeres mayores que revelan formas
de belleza diferentes a las del estereotipo publicitario.
Desde la granjera californiana hasta Hillary Clinton, desde
la premio Nobel hasta la bailarina de cabaret, conforman
esta galería numerosa de anónimas y famosas,
repasadas por la inteligente mirada de Sontag y Leibovitz.
La compañía
Apple está en negociaciones para adquirir la poderosa
Universal Music, cuyas ventas anuales se estiman en 6 mil
millones de dólares. Esto permitirá, sin duda,
regular los servicios ilegales de descarga de música
gratuita por Internet, que le han representado a la disquera
un descenso en ventas del 25%
A los cinco
años de la muerte de Octavio Paz, el premio que lleva
su nombre acaba de ser otorgado a su amigo, el escritor
José Emilio Pacheco (México, 1.939), con quien,
por cierto, Paz tuvo una de sus famosas y coléricas
disputas al final de su vida, a causa del elogio público
que Pacheco hizo del poeta Jaime Sabines, tan popular en
Colombia. 100 mil dólares recibirá como premio
este poeta considerado por el jurado la voz más
sólida de la actual poesía en lengua española.
|
|
|
|
 |
|