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Para todos los gremios de la
salud, la implantación del nuevo Sistema General de
Seguridad Social -SGSSS- (identificado con el tópico
de "Ley 100"), ha resultado una especie de tempestad
que los ha puesto a repensar y rehacer su función dentro
de la estructura social y económica del país.
El gremio odontológico no es ni mucho menos la excepción.
Hasta hace 15 ó 20 años, los odontólogos
solían identificarse como una categoría especial
de profesionales relativamente escasos y muy bien remunerados
que trabajaban de manera individual y liberal en su propia
microempresa o consultorio, cuyo prestigio y éxito
dependían exclusivamente del profesional que lo encabezaba.
Nada más distinto del panorama actual. El presente
de la profesión se identifica con expresiones como
empleo dependiente, plétora profesional, pauperización,
establecimiento de nombres de marca, proliferación
de nuevos egresados, desempleo rampante.
Como anota el doctor Otto Torres, Presidente de ASDOAS (Asociación
Odontológica Sindical Colombiana) "la socialización
mal entendida de la práctica de la salud oral va en
una sola vía en perjuicio exclusivo del odontólogo,
quien para subsistir tiene que alquilarse a destajo a una
gran empresa de salud con ínfima remuneración
y máxima exigencia laboral. Actualmente la poca práctica
liberal de la odontología se circunscribe a unos pocos
especialistas y en un tiempo no muy lejano será una
bucólica añoranza como otra especie en vía
de extinción".
Otros paradigmas
Dentro de la rápida y desordenada evolución
que ha sufrido la profesión odontológica en
Colombia cabe destacar los cambios a que nos ha llevado el
cambio de paradigmas. Para el doctor Carlos Fernando Ortiz,
Profesor Asociado y Vicedecano Académico de la Facultad
de Odontología de la Universidad Nacional de Colombia,
"el ejercicio de la odontología, iniciado como
liberal o independiente, se ha convertido en algo totalmente
dependiente, obedeciendo a leyes de mercado, de control de
calidad, de urbanización y de industrialización",
de tal modo que los odontólogos actualmente ejercen
su profesión de diversas maneras. Como anota el doctor
Gabriel Jaime Cadavid, Decano de la Facultad de Odontología
de la Universidad CES en Medellín "podríamos
hablar de una práctica profesional privada, una práctica
institucional (como empleado o como adscrito según
el Dr. Ortiz), una práctica académica, y una
práctica de funciones administrativas".
La doctora Carmen Cardozo de M., ex decana y actualmente docente
de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional
de Colombia, opina respecto de los nuevos paradigmas, que
"la crisis es la oportunidad de crecer hacia cambios",
y agrega: "El odontólogo actual cuenta con un
amplio campo de trabajo que va mucho más allá
del clásico asistencialista y está en capacidad
de trabajar y desarrollar proyectos de investigación
básica, clínica o social; de administrar o gerenciar
proyectos del área de la salud; de participar en programas
de promoción, prevención, difusión y
divulgación en equipos interdisciplinarios; de trabajar
en docencia -en investigación básica o docencia
asistencial-, de desarrollar proyectos biotecnológicos,
de participar en grupos para la construcción de nuevos
conceptos de arte y estética. La carencia de un sentido
de trabajo en equipo de participación en la generación
de políticas, la falta de visión hacia el futuro,
el trabajo individual, han dejado claro que son modelos viejos
y que deben cambiarse impulsando nuevos líderes que
lleven a otra dimensión la odontología nacional".
Efectos de Ley 30 y Ley 100 en Odontología
En su momento parecía difícil comprender la
integralidad de los cambios que se dieron, pero a la luz de
los hechos ya parece más claro que no fue sólo
una ley, sino que fueron varias leyes y muchas acciones concretas
las que definieron el panorama actual. Como dice la doctora
Ángela María Franco, Directora de la División
de Investigaciones de la Asociación Colombiana de Facultades
de Odontología -ACFO- y miembro del Comité Interinstitucional
en Medellín, "la Ley 100 no es más que
la aplicación del nuevo modelo del papel del Estado
a la organización y prestación de los servicios
de salud".
El doctor Víctor Hugo Montes Campuzano, Presidente
de la FOC (Federación Odontológica Colombiana),
anota que la implantación del SGSSS "no solo afectó
al gremio de la odontología sino a todos los del sector
salud. Para la odontología pareciera que fuera más
intenso el nivel del deterioro de su ejercicio por la utilización
de técnicas que requieren de innumerables elementos
e insumos", y agrega que el sistema "coloca al odontólogo
en manos de EPS e IPS que les exigen en ocasiones hasta violar
leyes como la 35 de 1989 (Código de Ética del
Odontólogo Colombiano), que dice en su Artículo
8 Capitulo I, que el odontólogo "dedicará
a su paciente el tiempo necesario para hacer una evaluación
adecuada de su salud bucal. Igualmente, indicará los
exámenes indispensables para establecer un buen diagnóstico
y prescribir el tratamiento correspondiente".
Para la Doctora Cardozo también es claro que "ha
sido evidente la pauperización del sector salud: "El
incremento de escuelas de odontología propiciado por
la Ley 30, el incremento de programas formales y no formales,
la apertura de múltiples sitios de trabajo, ya sean
EPS o IPS, ha generado un choque de tipo ético, de
calidad, de bienestar, que se refleja en los índices
de morbilidad. Si bien es cierto que se ha incrementado la
cobertura en la atención, también es cierto
que se ha disminuido la calidad y la calidez en la atención,
contrario a lo que se pretende en relación con el entendimiento
más integral de lo que es la salud y la enfermedad".
Y es que no puede obviarse el papel que ha cumplido la legislación
educativa en esta dolorosa crisis, asunto que difícilmente
podría considerase coincidencial, ya que a la larga
sólo favorece a los grandes empresarios de la salud.
Al respecto, el Doctor Ortiz anota que "no se debe desligar
del contexto la Ley 30 que permitió la proliferación
de escuelas formadoras del recurso humano. Ese negocio así
como floreció, hoy está saturado, y el grado
de irresponsabilidad con el que se manejó, fue directamente
proporcional al aumento de una oferta profesional que el mercado
no estaba en capacidad de absorber. Esto mismo, unido a los
intereses definitivamente económicos de las EPS, pauperizaron
los ingresos profesionales y socavaron su reconocimiento social".
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¿Práctica particular
In Crescendo?
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Al iniciarse el SGSSS, según la doctora
Angela María Franco de ACFO, "se deteriora sensiblemente
el ejercicio privado debido a una reducción marcada
en el número de pacientes que demandaban estos servicios,
lo cual podría explicarse en principio por la expectativa
de cobertura que crea el nuevo sistema, que se produce simultáneamente
con una tendencia a la reducción drástica de
la capacidad adquisitiva de los colombianos".
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Luego de esto, según algunos, resulta
evidente que la práctica particular de la odontología,
ya no del todo liberalizada como en otras épocas, ha
vuelto por mejores caminos. Sin embargo, parecen no existir
datos concretos que respalden tal apreciación, quedando
sólo las diferentes opiniones que sobre esto se tengan.
El doctor Victor Hugo Montes de la FOC dice al respecto: "Considero
que sí hay un aumento de trabajo, leve, motivado en
pacientes que hacen grandes esfuerzos -o con capacidad de
pago que no son muchos en Colombia- quienes cansados de los
pocos servicios que se les brindan a través de las
instituciones en las cuales tienen sus seguros, y de los malos
tratos, inoportunidad de atención y baja calidad, buscan
una vez más la clínica privada". Pero para
otros, como el doctor Otto Torres de ASDOAS, la situación
es bien distinta cuando expresa con cierta causticidad: "Respeto
mucho la opinión de los colegas que sostienen, o mejor,
esperan, que estamos en los albores de ver la luz al final
del túnel".
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¿Se
reformará el POS de Odontología? |
En estrecha relación con el tema del
supuesto repunte de la práctica particular está
un rumor bastante recurrente en el gremio odontológico
y es aquel que se refiere a una reforma del Plan Obligatorio
de Salud (POS) para odontología. En corrillos se afirma
de manera reiterada que la odontología desaparecería
del POS o que al menos quedaría restringida a grupos
de riesgo como en el desaparecido SNS (Sistema Nacional de
Salud) creado por la Ley 10 de 1990, o sea escolares (niños
de 5 a 14 años) y mujeres gestantes.
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Lo más inquietante de esta murmuración
es su coherencia y obstinación. Sin embargo, no hay
ninguna voz oficial que pruebe o desmienta esta versión
de las cosas. A nuestras preguntas, el doctor Francisco de
Paula Gómez, Representante de los Grandes Empleadores
(ANDI) ante el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud
(CNSSS), manifiesta no tener conocimiento de algo así,
cosa que no deja de sorprender pues es justamente ante el
CNSSS que tendría que presentarse una iniciativa de
reforma de este tipo.
Queda entonces viva la inquietud sobre este tópico,
ya que no existe nada oficial. Muchos odontólogos que
reivindican la práctica particular ven con alborozo
esta posibilidad, pero no todo es entusiasmo al respecto;
la Doctora Franco considera "lamentable que nuestro optimismo
se tenga que fundar en la desesperanza de otros compatriotas,
sería catastrófico para la población
que este derecho se recortara, sería catastrófico
para la profesión sentar este precedente de trato de
segunda a los servicios que presta y sería iluso pensar
que en las condiciones actuales de bajo poder adquisitivo,
la población va a regresar masivamente a los consultorios
privados". Si bien se requiere un análisis más
profundo sobre el tema, bien podría objetarse que esta
presunta reforma podría tropezar con fundamentos normativos
importantes como el derecho constitucional a la salud, o con
ciertos principios de la Ley 100 como la cobertura y la integralidad.
Ahora bien, hay que aclarar que el interés de algunos
odontólogos de verse fuera del POS no sólo tiene
motivaciones económicas, sino que también tiene
que ver con el ejercicio pleno de la profesión, muy
difícil para quienes están adscritos al sistema.
Según la misma Doctora Franco, "en el ejercicio
(de la odontología bajo el modelo de aseguramiento),
se afectan aspectos como la responsabilidad civil, la ética
profesional y el desarrollo profesional pleno. Los profesionales
se quejan de que las actividades del POS restringen su campo
de acción al 50% de su capacidad científico-
técnica", y además "se han recortado
servicios, se han desmontado programas preventivos públicos
y ahora se discute el costo/efectividad de los servicios odontológicos
curativos". Al respecto, el Doctor Montes nos explica
que "en un país donde más del 45% de las
personas mayores de 15 años requiere por lo menos la
reposición de un diente faltante, no se contempla la
rehabilitación, y donde más del 30% de la población
tiene problemas de malposiciones dentarias, tampoco se les
ofrece ortodoncia. Esto es grave y condena a los colombianos
a mantener un estado de salud dental deficiente". Ahí
subyace el afamado conflicto entre cobertura e integralidad
que tanto debate ha producido.
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El papel del mercadeo en
la odontología
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Es mucho lo que se ha debatido acerca de la
sobresaliente actividad del mercadeo en los servicios de salud
en los últimos años. De hecho, el periódico
El Pulso ha sido un importante espacio de debate sobre este
tema, en particular el número 38 del mes de noviembre
del año 2001, presentó análisis muy interesantes
al respecto.
En lo que tiene que ver con este tema, para el doctor John
Jairo Gómez B., odontólogo y gerente de la IPS
Coomsocial, la polémica no está muy justificada,
pues "el mercadeo es en todos los sectores, lo que pasa
es que en nuestra formación universitaria nunca nos
hablaron de este término; nos tenemos que volver a
educar en la forma y conceptos de atención odontológica
desde el punto de vista comercial, pues la Ley 100 cambió
radicalmente el escenario para esta práctica".
La Doctora Cardozo, docente de la Universidad Nacional, a
su vez opina que "el mercadeo digno, ético, bien
hecho, es algo necesario y benéfico para la comunidad.
El control social, la rendición de cuentas desde todas
las actividades profesionales y cotidianas es importante.
Creo que lo que ha sucedido es que se ha satanizado el mercadeo",
a lo que la Doctora Franco agrega: "El mercadeo mal entendido,
tiene implícitas situaciones muy peligrosas como la
competencia, muchas veces desleal; las restricciones al acceso
para ciertos segmentos de la población; la calidad
centrada en la tecnología de punta y en ocasiones incluso,
el deterioro de las condiciones laborales de los odontólogos,
quienes son los que en últimas absorben los costos
de la guerra de tarifas¡ y de paquetes promocionales
de servicios".
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