Aún y cuando al momento de escribir estas ideas
no se conocía el texto de la sentencia de la Corte
Constitucional con la que se despenalizan algunos de los
casos de acciones abortivas, ya se encuentra completamente
saturada la opinión pública de noticias y
opiniones relacionadas con el tema; más aún,
con publicaciones en primera página de los periódicos
en las cuales se informa sobre la realización de
los primeros de estos procedimientos, las personas y organizaciones
defensoras del tema proclaman a los cuatro vientos el éxito
obtenido con el fallo, y los detractores rompen sus vestiduras
ante el mismo criticando con saña a quienes les correspondió
tomar esta determinación.
Tanto los unos como los otros, están magnificando
el contenido de la decisión, puesto que aún
no conocían el texto definitivo de la sentencia,
y por tanto los argumentos de ese alto tribunal que condujeron
a la decisión que se comenta.
No obstante lo anterior, creo conveniente anotar fundamentado
en las informaciones de prensa, que la decisión de
la Corte no obliga a las mujeres en estado de gravidez a
suspender esa gestación, por el hecho de estar cobijadas
por estas causales de despenalización del hecho.
Para nadie en el sector salud es desconocida la incidencia
que tiene el tema del aborto en la vida de la comunidad,
pues dentro de nuestra cultura social y religiosa, tal comportamiento
no es de aceptación general, pero sólo aquella
persona que ha de tomar tal determinación es quien
debe calificarla antes de decidir.
De otro lado, es necesario diferenciar lo religioso de lo
jurídico, pues vigente la despenalización
de estas conductas, deberá cada cual tomar las decisiones
acorde con su personal concepto sobre ellas.