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Cada día es mas frecuente
ver la preocupación de los que dicen ser americanos de
corazón y cuyo país está siendo invadido
por extranjeros o ilegales; para muchos, la parte más
molesta es que la gran inmigración ya no es puramente
caucásica, sino latinoamericana y asiática. Mientras
más se piensa en cerrar fronteras, crear muros de contención,
promover un ejército privado de voluntarios llamado minutemen
y fortalecer las leyes migratorias para ahogar al inmigrante,
éste se las ingeniará una y otra vez para llegar
aquí, a un lugar que puede asegurar al menos un trabajo,
por no muy digno que éste sea. Los dolores,
como muchos los llaman con humor amargo, dan para subsistir
y también rinden para que en otros rincones del mundo
se alimenten sus familias.
La visión obtusa de muchos políticos ha llevado
a propuestas dirigidas a asfixiar al inmigrante; en muchas ocasiones
se trata de desterrarlo una vez más, de declararlo criminal.
No se piensa en soluciones de largo plazo, como un acuerdo migratorio
que no siendo perfecto, podría sin embargo ser una alternativa
en el mapa geopolítico del continente americano.
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¿Por qué
no promover que la riqueza se globalice y se distribuya equitativamente?
Ideal sería tener un enfoque a largo plazo, donde los
que tienen sepan transmitir y compartir con nuestros pueblos,
sobre cómo obtener, crear e invertir en futuro. Planes
a corto plazo alivian los problemas inmediatos, dejando una
estela sin fin de abismos sociales a resolver.
Hoy, Estados Unidos y en particular su gobierno se encuentran
en una gran encrucijada, con los 11 millones de indocumentados
que día a día le dan a este país un ejemplo
de trabajo y sacrifico. De estos se calcula que el 57% son mejicanos,
24% de otros países latinoamericanos y 19% de otros lugares.
Todos están descubriendo poco a poco que son motor de
esta sociedad desarrollada. Aquí se lavan baños,
se limpian mesas, se recolectan y cultivan vegetales. Las manos
se ensucian y huelen mal, también se come bien en restaurantes
gracias a los de atrás, los que lavan, los que cortan,
los que a las 3:00 de la mañana cambian de uniforme para
seguir moviendo esta máquina del desarrollo, haciéndole
creer a un sector de la población en este país
que se puede subsistir sin ellos. El indocumentado es la materia
prima casi invisible de esta sociedad autosuficiente.
Perfil hispano
El perfil de este país y sus gentes cambia diariamente;
su sistema de salud se ha visto obligado a adaptarse a estos
nuevos pacientes. De acuerdo con el censo del año 2000,
los hispanos son el grupo minoritario más representativo
en la sociedad, con aproximadamente 35.3 millones de personas,
para un 12.5% de la población total en Estados Unidos.
Téngase en cuenta que este número no incluye los
hispanos que viven en Puerto Rico, que son aproximadamente 3.4
millones, ni tampoco los hispanos indocumentados que pueden
ser alrededor de 6 millones. La tasa de crecimiento de la población
hispana es del 58%, comparada con 50% de la población
asiática, 17% de la población indígena,
16% de la población afro-americana y 3% de la población
blanca.
Simplificar datos y estadísticas, así como otro
tipo de datos migratorios, es homogenizar los grupos de la población
sin tener en cuenta los orígenes de las personas. Por
eso a la persona de origen caribeño, centroamericano
o sudamericano se les da el sello de latino o hispano, perdiendo
una gran oportunidad de conocer mejor el perfil del inmigrante. |
Según el censo del año 2000, los hispanos
son el grupo minoritario más representativo, con
casi 35.3 millones de personas, para un 12.5% de la población
total en Estados Unidos.
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La proporción
de hispanos en Estados Unidos muestra el dramático cambio
que se avecina. Por ejemplo: el 25% de la población en
San Diego es hispana, el 26% en Chicago, el 27% en Nueva York,
el 34% en Phoenix y el 47% en Los Ángeles. Como consecuencia,
vemos también como el poder político empieza a
ser hispano. Alcalde de origen mejicano en Los Ángeles,
California; cuatro demócratas y cuatro republicanos entre
Senado y Cámara; además de campañas políticas
donde candidatos hacen hasta lo imposible por balbucear aunque
sea un gracias y un por favor en español.
Todos estos cambios sociodemográficos traen consecuencias.
En el 24% de las familias hispanas, las mujeres son cabezas
de familia, comparado con 14% de la población blanca.
El ingreso anual de la familia hispana es de US$30.735, comparado
con US$44.366 de la familia blanca; el 21.7% de familias hispanas
viven bajo el nivel de pobreza, comparado con el 5% de la población
blanca. En educación, el 54.5% de hispanos ha completado
los primeros 4 años de secundaria y 10.3% ha completado
la educación superior, comparado con 83% y 24.6% respectivamente,
en la población blanca.
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Una gran mayoría de personas en este
país no tienen acceso a salud. No es sólo el
caso de los indocumentados: es una población que abarca
aproximadamente 46 millones de individuos (17% de la población
total).
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Una gran mayoría
de personas en este país no tienen acceso a salud. No
es sólo el caso de los indocumentados: es una población
que abarca aproximadamente 46 millones de individuos (17% de
la población total). Los hispanos son el grupo minoritario
con más alto porcentaje de personas sin seguro médico,
33.4%, comparado con la población blanca que tiene un
11% sin seguro.
Si seguimos mirando estadísticas, vemos como la ilegalidad
es directamente proporcional a la falta de acceso a servicios
de salud. El 43.6% de las personas indocumentadas no tienen
seguro, comparado con 14.2% de los ciudadanos nacidos en Estados
Unidos; todo esto va muy ligado también a los niveles
de pobreza. De 32.3 millones de americanos viviendo en la pobreza,
10.4 millones no tienen ningún servicio en salud; de
éstos, el 33.4% son hispanos.
Bilingüismo o pluralismo
En el campo de nuestra profesión médica,
el ser bilingüe ha tomado gran relevancia. La falta de
profesionales hispanos en el área de la salud se refleja
en las siguientes cifras, a nivel de los Estados Unidos: solo
2% de estudiantes de medicina son de origen hispano, y solo
el 5.4% de médicos de otras especialidades diferentes
a psiquiatría, 4.6% de médicos psiquiatras, 3%
de enfermeras y 2% de farmaceutas son hispano-parlantes. |
En las escuelas de medicina, universidades y asociaciones
médicas de hoy, el término recurrentemente
usado es el definirse como competente en términos
culturales.
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En las escuelas de
medicina, universidades y asociaciones médicas de hoy,
el término recurrentemente usado es el definirse como
competente en términos culturales (cultural
competency). Se pretende que por medio de cursos, el clínico
demuestre que es sensible al tema de la diversidad cultural;
tema complejo, pues ser competente en el campo de la diversidad
cultural por medio de cursos, tan sólo es un primer paso
en la necesidad de adaptarse a la transformación de esta
sociedad.
Muchas veces el ser bilingüe o políglota no implica
lo mismo que ser bicultural o conocedor de la cultura del paciente.
Muchos otros elementos diferentes al dominio de otra lengua
son cruciales, como el diálogo con el paciente, la curiosidad
literaria o científica, la sensibilidad artística
y cultural, el saber escuchar al otro, y quizás, si el
atrevimiento nos lo permite, salir de las burbujas en que muchas
veces flotamos, por encima de una sociedad que nos necesita. |

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