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| Aunque el nuevo
sistema para prescribir por fuera del POS fue aplazado para
marzo, los actores realizan una puesta en marcha gradual que
deja inquietudes: autonomía médica y recursos
para su ejecución. |
| Por tercera ocasión,
el primer peldaño para implementar la Ley Estatutaria
de Salud fue postergado. La puesta en marcha del Mipres, el
aplicativo con el cual en el futuro se prescribirán en
el régimen contributivo las tecnologías y servicios
que no están cubiertos por el Plan Obligatorio de Salud,
se aplazó para el primero de marzo de este año. |
En medio de la expectativa por el
Mipres, pacientes esperan que se les ponga en el centro de
las operaciones.
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Aunque la entrada en
vigencia estaba contemplada para el primero de diciembre del
año pasado (y antes lo estuvo para el primero de septiembre),
el Ministerio de Salud modificó la fecha, argumentando
que los actores del sistema solicitaron realizar una implementación
gradual de la herramienta, porque en algunos casos su capacidad
no era suficiente.
Por lo pronto, mientras los profesionales de la de salud,
las sociedades científicas y los prestadores pidieron
conocer y mejorar las tablas de referencia de la herramienta,
para así evitar problemas de acceso en la prescripción,
el Ministerio ordenó una implementación preliminar,
que solo será generalizada y obligatoria hasta marzo.
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Desde la primera semana
de diciembre, las EPS debieron empezar a ejecutar paulatinamente,
y con mínimo una IPS de su red, las medidas de la Resolución
3951 de 2016, la misma que propone el Mipres con el objetivo
de defender la autonomía médica y eliminar
barreras de acceso a los usuarios.
Si bien hasta el 28 de febrero próximo seguirán
siendo los Comité Técnico-Científicos los
que autoricen tratamientos por fuera del POS a entre 300.000
y 400.000 pacientes del contributivo que lo requieren, los actores
ya dan señas de cuáles serán las ventajas
y los peros del nuevo sistema.
Liliana Upegui, médica coordinadora del No POS en la
EPS Sura y líder de la implementación del Mipres,
cuenta que ya completan un mes de pruebas con tres IPS propias
(con las que tienen la mayor sinergia) y varios han sido los
hallazgos.
En primer lugar, los médicos han sido receptivos con
la plataforma y hasta ahora han hecho un uso asertivo
y coherente de esta. A su vez, la plataforma es
benévola, permite ingresar de forma fácil la información
de los pacientes y adquirir la prescripción.
Aunque Upegui ha evidenciado que el Ministerio de Salud ha tenido
que hacer desarrollos complejos, persisten algunas dificultades
que, espera, se resuelvan para marzo. Según cuenta, algunos
afiliados no se dejan prescribir, lo que genera lentitud en
la atención, teniendo en cuenta que solo hay entre 20
y 25 minutos para cada paciente. Adicionalmente, algunos pacientes
no se encuentran en la plataforma, lo que se le atribuye a problemas
en la base de datos de los afiliados.
Estas observaciones ya fueron enviadas y atendidas a un correo
electrónico de soporte, por lo cual la coordinadora considera
que para marzo sí será posible el 100% de la implementación.
¿Tiene capacidad el sistema?
Si el Mipres funciona como se espera, reduciendo procedimientos
engorrosos, el Ministerio de Salud se evitaría tutelas
y encontraría la forma de controlar los gastos del No
POS.
Luis Alberto Martínez, director de la Asociación
de Empresas Sociales del Estado de Antioquia, ve difícil
la implementación. El 2016 terminó con hospitales
débiles financieramente y con EPS con deterioro patrimonial,
y si no hay flujo para lo básico, augura que en marzo
no se podrá implementar el Mipres como está concebido.
Si bien entre las EPS hay certeza de que el cambio se va a ejecutar,
Jaime Arias, presidente de la Asociación Colombiana de
Empresas de Medicina Integral (Acemi), reconoce que será
más lento de lo que se piensa porque algunos actores
del sistemas lo asimilarán con dificultad.
La transformación cultural, y hasta filosófica,
será muy grande. Ahora el médico asume la responsabilidad
directa de lo que prescribe, cuando antes éramos las
EPS y las IPS las que cargábamos con eso, infiere
Arias, para quien de todas formas las EPS no descartan que con
el Mipres aumente la formulación de medicamentos de alto
costo que agraven aún más la situación
financiera de muchas de esas empresas.
Entretanto, al temor de las EPS se suma el de los pacientes.
Ángela Chávez, presidenta de la Federación
Colombiana de Enfermedades Raras, plantea su inquietud frente
a cuáles serán las rutas para acceder a los medicamentos,
servicios y tecnologías a partir de ahora, y si el Ministerio
de Salud, en lugar de usar la herramienta como garantía
de equidad, utilice la información de las prescripciones
para contener el gasto, afectando a personas que requieren determinado
tratamiento.
Aún así, espera que termine el descontento por
un sistema en el cual cada quien contrata con quien le
parece más barato, y se ponga por fin al paciente
en el centro de las operaciones.
Por su parte, Gustavo Morales, presidente de la Asociación
de Laboratorios Farmacéuticos de investigación,
se refiere a un principio: entre más luz hay, más
información se tiene y mejores decisiones se toman.
Para él, el Mipres permitirá descubrir, por ejemplo,
tendencias erróneas de prescripción o focos donde
la cultura médica esté abordando de manera equivocada
los tratamientos terapéuticos.
Morales agrega que el aplazamiento de la implementación
hasta marzo es apenas necesario para una adecuada transición.
No obstante, para Jaime Gañán, abogado especialista
en seguridad social, las dilaciones dejan desconfianza y la
expectativa rota. Un aplazamiento implica que hubo gente
que murió y que tuvo que acceder a otros medios menos
eficientes que el Mipres para recibir un tratamiento,
considera.
Aunque cree que, a simple vista, el cambio respetará
la autonomía, porque de acuerdo con la resolución
se le prohíbe a las entidades hacer cualquier cambio
a lo estipulado por el médico, puede tratarse de
una forma velada de hacer coartada a la autonomía médica,
sugiere, y advierte que las debilidades en la prestación
no son solo producto del uso desordenado del No POS, sino de
un sistema mal estructurado, que ahoga cualquier iniciativa.
Para Gañán, el Mipres será como apretar
una tuerca suelta de un gran sistema que sigue desajustado.
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