MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 272 MAYO DEL AÑO 2021 ISNN 0124-4388
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Por primera vez en varias décadas, los análisis del sector salud en Colombia han girado casi exclusivamente en torno a un problema de salud, la COVID-19, y si bien esta ha sido una situación natural debido al impacto de la pandemia en el país, también ha soslayado otras realidades que no han desaparecido y que incluso se han profundizado, como es la crisis financiera de los prestadores de servicios de salud.
En un análisis comparativo realizado por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas se evidencia que la cartera reportada por las IPS por diversas fuentes ha llegado a cifras insostenibles para cualquier otro sector económico.
En el estudio de cartera que adelanta desde hace años la ACHC, incluyendo a 202 instituciones entre públicas y privadas y con corte a diciembre 31 de 2020, la deuda supera los 10.6 billones de pesos de los cuales el 58,3 %, o sea 6.188 billones muestran una mora mayor a los 60 días. Sin embargo cuando la fuente es la Circular 30 de 2013 del Minsalud, que reporta información de 4306 IPS con corte en septiembre 30 de 2020, la cifra asciende a 21.4 billones de pesos, donde la moratoria superior a los 60 días es de 19.9 billones.
En la misma línea comparativa, cuando se revisan los estados financieros SIHO (Decreto 2193 de 2004) a 925 IPS públicas hasta el 31 de diciembre de 2020 se les adeudaban 10.3 billones de pesos, siendo acá el reporta de mora superior a los 60 días de 7.9 billones, lo que representa el 77.2 %.
Para incrementar la confusión generada por las diferencias entre las cifras, las cuales nunca han podido ser conciliadas, cuando se observa el estudio de la Supersalud de cuentas por cobrar, la cual es reportada con firma del representante legal, contador y revisor fiscal, se observa que al 31 de diciembre de 2019 a 4929 IPS entre públicas y privadas, se les adeudaban más de 37.3 billones de pesos, de los que 21.2 billones tenían una antigüedad que superaba los 60 días (el 57 %).
Un elemento que se debe tener en cuenta es que las deudas señaladas corresponden a prestaciones de servicios de salud ya realizadas, con lo que se evidencia nuevamente el papel de apalancador financiero del sistema de salud colombiano que han tenido que asumir los hospitales y clínicas del país, con graves repercusiones para actores como los proveedores de insumos y medicamentos y el talento humano, entre otros.
Y esta función, no asignada desde la regulación del sistema de salud colombiano, pero asumida obligatoriamente por el funcionamiento del mercado, se ha visto fuertemente profundizada con la pandemia.
El doctor Juan Carlos Giraldo, director ejecutivo de la ACHC, señaló algunos de los esfuerzos adicionales que han realizado los prestadores para preparase, alistarse y atender las condiciones generadas por la COVID-19. Dentro de ellas, se encuentran el aumento en un 45 % en promedio adicional de ampliación de las áreas de aislamiento; en cuanto al talento humano, fue necesaria la implementación de capacitaciones y actualización del personal en un 99 %, según se desprende de consultas con las IPS asociadas a la ACHC (Encuesta Covid I y Covid II), pero además, el 64 % de las IPS hizo ajustes en la asignación de turnos y un 56 % realizó cambios a los periodos de vacaciones del personal con el fin de poder responder al aumento de demanda. “Se reforzaron las medidas de bioseguridad y protección al personal sanitario. Se aumentó el recurso humano en promedio en un 31 % en personal asistencial y un 18 % adicional en personal administrativo. El 99% de las instituciones implementó guías y protocolos que fueron entregados al Ministerio de salud, e incluso algunas instituciones (en promedio el 40 %) los han complementado con guías internacionales y protocolos desarrollados por las mismas instituciones.
Pero además de estos esfuerzos extra, las IPS del país, mientras respondían con toda su capacidad a la atención de la pandemia, se han visto seriamente afectadas por una serie de circunstancias que han agudizado la ya crónica crisis financiera.
El doctor Giraldo recuerda que con la pandemia se aumentó la reprogramación de intervenciones, se restringió el acceso de pacientes y se adecuó triage especial para pacientes Covid. Pero además: “los servicios de urgencias disminuyeron al pasar del 75 % al 41 %, la ocupación general pasó de 49 % a un 48 %, en cuidados Intermedios se redujo del 53 % al 46 % y el cuidado intensivo aumentó de un 49 % a un 52 % de ocupación (en promedio)”.
Pero también, y como ya se ha señalado durante los últimos meses, la pandemia generó la cancelación de servicios e intervenciones programadas en un 74 %, en mayor proporción, según Giraldo, por decisión de la EPS en un 47 %, un 30 % por decisión del paciente y un 23 % por decisión de la IPS. Una afectación mayor se desprende de la disminución de la facturación, la cual comparando el promedio mensual de las IPS del año 2019 contra el mes de abril de 2020 tuvo disminuciones ostensibles para un promedio general de disminución del 34 % en el grupo de entidades evaluadas por la ACHC.
El panorama en general de los prestadores, a un año de iniciada la pandemia en Colombia, según la ACHC es preocupante, sin desconocer los esfuerzos del gobierno nacional para generar algunos recursos con medidas como el anticipo por disponibilidad de camas UCI, la primera fase de la compra de cartera, el giro extraordinario para el pago de nóminas atrasadas y la seguridad social de las ESE, el pago de las pruebas diagnósticas del personal de la salud por parte de las ARL, así como la bonificación a dicho personal, entre otras medidas, sin embargo la conclusión es que la crisis financiera de los prestadores no se ha superado, y por el contrario, las cifras continúan en una cabalgata que parece sin freno.
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