EDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 7    NO 82 JULIO DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

Fundado en Medellín, el 30 de julio de 1998. Director: Julio Ernesto Toro Restrepo. Comite Editorial: Juan Guillermo Maya Salinas, Javier Ignacio Muñoz y Gonzalo Medina. Editora: Albaluz Arroyave Zuluaga. Dirección Comercial: Diana Cecilia Arbeláez. Asistente de edición: Olga Lucía Muñoz López. Web master: Santiago Ospina Gómez

¿Medicina de segunda?

Ya nadie cree que con las herramientas actuales con que está configurado el Sistema General de Seguridad Social en Salud, sea posible alcanzar lo que en esencia significa el tan anhelado concepto de “Salud para Todos”. Ya se ha demostrado suficientemente, en primer lugar por la realidad, pero también en foros y en escritos, incluso de organismos internacionales, que el sueño de tener cobertura total en el período que se estableció por el propio sistema, no fue posible.
Pero sin entrar a cuestionar en este momento el sistema vigente, hay que admitir que ni la prevención, ni las acciones de atención primaria, que con seguridad son estrategias valiosas para aproximar la salud a las gentes, son una fortaleza de su concepción y ni siquiera un subproducto de su ejercicio.
Por todas las razones suficientemente conocidas, el sistema hoy por hoy resultó siendo de corte meramente asistencialista y de propósitos esencialmente reparadores.
Esto lo debemos tomar como una característica, si se quiere operativa, pero para los intereses un análisis, no es una ventaja ni una desventaja del sistema. Vistas las cosas así y constatado este vacío, salta de inmediato la necesidad de que se den y se fortalezcan acciones complementarias en el campo de la atención primaria. Esta es una senda que tarde o temprano debe tomar América Latina como una vía que le permitirá reducir los costos en salud, por disminución a mediano plazo de la demanda al impactar sobre los factores manejables de riesgo, pero también, como una manera de optimizar los limitados recursos de que disponen todos los pueblos que componen la región.
No obstante que es claro que el actual corte del sistema de seguridad social no favorece desde sus adentros la atención primaria, si se puede pensar en integrarle los principios y valores de esta estrategia, para elevar de manera positiva las posibilidades de su impacto. Esto incluiría la necesidad de fortalecer la regulación estatal de los actores del sistema, la descentralización y capacidad de rectoría de los entes territoriales, robustecer el papel de la salud pública y la atención con enfoque familiar y comunitario, la formación del recurso humano con énfasis en salud pública y medicina familiar, la garantía del acceso integral de la población a la atención, la participación social y la acción intersectorial por la salud.
Lo de la Atención Primaria en Salud no es sólo asunto de economía; es más que eso; es sobre todo, asunto de justicia y de responsabilidad de los pueblos consigo mismos.
Tampoco la atención primaria se refiere al tema de ofrecer servicios tibios o de segunda categoría o sólo para los pobres. Nada de eso; se trata fundamentalmente de complementar con mirada más integral desde la salud, lo que ya se tiene, y de disponer de una herramienta para brindar las mejores oportunidades de tener una vida sana a la población.
En esta región del mundo se plantean cinco importantes desafíos: garantizar el estatuto de ciudadanía y la universalización del acceso, a la vez que priorizar la salud de los grupos menos privilegiados y la re-ducción de las desigualdades en salud. Mejorar la salud de la población con reducción de la mortalidad materna e infantil, aumentando la esperanza de vida y mejorando la calidad de vida. Alcanzar una atención en salud que deje satisfechos a los individuos, familias y comunidades, y donde participen todos ellos. El desarrollo articulado de los distintos proveedores de salud. Y el fortalecimiento de la infraestructura y capacidades institucionales para el desempeño adecuado de las funciones esenciales de salud pública.
La Atención Primaria en Salud se vislumbra como una estrategia capaz de reorganizar los servicios de salud y sacar a actores tan importante como EPS, ARS y entes territoriales de su círculo reverberarte -pro-piciado por el propio sistema y por la tendencia asistencialista como forma de ejercicio de la medicina- manifestado por los pocos progresos en reducción de inequidades; por el bajo impacto obtenido por las prácticas de la asistencia en salud; por el difícil acceso y forma de ofrecer y utilizar los servicios; por la baja atención de la masa de población pobre no asegurada; y por el bajo rendimiento de los recursos disponibles.
El sistema de seguridad social tal cual está, se ve desgastado y progresivamente ineficiente. Hacer un replanteamiento total no parece práctico ni económico, pero si se hace urgente incorporarle instrumentos eficaces que satisfagan las necesidades de la población en asuntos de fondo y que a la vez ofrezcan la viabilidad necesaria para no tener que tirar por la borda cerca de 12 años de ires y venires, pero sobre todo de insatisfacciones y altos sacrificios que a todos nos han costado muy caro, medido tanto en términos de vidas como económicos.
El asistencialismo no es suficiente; el asistencialismo es rutinario y por lo que él entraña, tiende a ser económicamente insostenible. No es, por supuesto, despreciable, por el contrario, es de gran valor; pero es cierto que desde su perspectiva individual y correctiva, no logra impactar de manera sensible los indicadores de salud ni de calidad de vida de los pueblos. Ahí es cuando la estrategia de atención primaria aparece como herramienta valiosa y renovadora.

 




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