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Informe
para el sector salud
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Definición
de la UPC 2004
Francisco
de Paula Gómez fgomez@andi.com.co |
La
Unidad de Pago por Capitación -UPC-, es una variable
económica compleja que condiciona tanto la atención
de salud dentro del Sistema General de Seguridad Social en Salud
(SGSSS), como a cada uno de sus agentes. Al finalizar cada año,
el Consejo Nacional de Seguridad Social de Salud reajusta el
valor de la UPC con el fin de conciliarla con la realidad del
sistema y con el costo que significa atender a cada persona
afiliada al régimen contributivo y al régimen
subsidiado. De esa forma, mediante el Acuerdo 254 de diciembre
22 de 2003, se procedió a incrementar el valor de la
UPC para el régimen contribu- tivo en un 7.1%, -quedando
en $346.271,44/año- y para el régimen subsidiado
en un 6.199771% -quedando en $191.821/año-. Para las
actividades de promoción y prevención que desarrollan
las Empresas Promotoras de Salud (EPS), se incrementó
el 6.1%, quedando este rubro en $14.312,04/año. También
en ese Acuerdo se incluye la financiación para el stent
coronario convencional y la carga viral contra el sida.
El ajuste de la UPC no es sencillo, porque su cálculo
depende de más variables de las que a primera vista podemos
imaginar. De esa manera, el análisis se presta para que
cada agente del sistema tenga una posición conveniente,
que salvo contados casos, no está sustentada por la evidencia
técnica. Para completar el cuadro, el Ministerio de la
Protección Social carece de una metodología razonable
y estandarizada para calcular año a año su reajuste,
debiendo contratar estudios externos que le indiquen medianamente
una propuesta. Históricamente, cada vez que se ha debido
ajustar la UPC, el gobierno plantea el mínimo incremento
posible, aduciendo que la viabilidad financiera de la sub-cuenta
de compensación del Fosyga es una prioridad y que su
desequilibrio conduciría a la quiebra del sistema. Desde
hace varios años, las EPS han venido insistiendo que
el valor de la UPC es insuficiente para cubrir los planes de
beneficios, que cada vez tienen mayor frecuencia de uso por
prestación de servicios de salud y que se les cargan
nuevas exigencias. Los prestadores de servicios de salud ven
cómo cada año se reducen sus tarifas y se les
exige más por menos, por lo que ingenuamente presionan
hacia arriba el incremento de la UPC, esperando que las EPS
les transfieran parte de esa alza. Los usuarios por su parte,
poco a o nada conocen de esos tejemanejes económicos,
están utilizando más los servicios de salud al
tiempo que como población país, vienen constituyendo
un perfil epidemiológico diferente al que se tenía
hace más de un lustro cuando se calculó por primera
-y única vez- de forma completa la UPC. De esa manera,
el principio general que busca respetar el equilibrio financiero
del Sistema General de Seguridad Social de Salud y el de los
diferentes agentes que lo componen, no se está cumpliendo. |
| Comportamiento
de algunas variables macroeconómicas últimos 10
años |
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| Las
consecuencias son lógicas: El Estado colombiano espera
que las EPS como sus promotores delegatarios de servicios de
salud, administren de la mejor manera los escasos recursos que
concede la UPC. Pero las EPS para lograr ese cometido con una
UPC que no les alcanza, presionan la consecución de la
mejor tarifa posible con sus proveedores de servicios y contratan
al más bajo precio que puedan. Por su parte, los centros
clínicos y hospitalarios y los profesionales de la salud
del país, terminan haciendo contrataciones con incrementos
por debajo de casi todas las variables macroeconómicas
-incluyendo por supuesto el ajuste de la UPC- reduciendo por
efecto los estándares de calidad que requieren los servicios
de salud y los usuarios que los utilizan. El incremento de la
UPC debiera irrigar de forma más homogénea a todos
los actores del sistema, de manera que cada uno de ellos pueda
ser viable de acuerdo con las nuevas condiciones económicas
que trae cada año. Parecería sensato entonces
que las negociaciones entre aseguradores y prestadores de servicios
de salud, estuvieran más íntimamente ligadas al
porcentaje de incremento de la UPC y no a variables tan amplias
como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general,
que no refleja bien la condición del sector. En la tabla
anexa, resumo el comportamiento de importantes variables macroeconómicas
durante los últimos 10 años, que de seguro nos
pueden mostrar su estrecha relación con el incremento
de la UPC. |
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A
pesar de carecer de una metodología lo suficientemente
amplia y equilibrada como para que la decisión se ciña
más a una decisión técnica que a un acuerdo
de voluntades políticas, el ajuste de la UPC para este
año 2004 se logró relativamente fácil en
el seno del CNSSS, y podría decirse que el incremento
se vislumbra razonable, pues no coloca en riesgo la viabilidad
económica de los planes de beneficios ni el equilibrio
financiero de las diferentes sub-cuentas del Fosyga, ya que
según datos preliminares del Ministerio de la Protección
Social, la sub-cuenta de compensación cerró con
superávit de unos $400.000 millones, y da maniobrabilidad
a los agentes del sistema para que sigan operando.
Los siguientes comentarios están orientados a contrastar
el incremento de la UPC mediante el Acuerdo Nº 254, que
se publicó el 31 de enero de 2003 y algunos de sus efectos:
- Los aportes al SGSSS crecen en función del incremento
del salario mínimo, lo que plantea que la UPC bien pudiera
crecer atada a esta variable (Ver gráfica UPC vs Salario
mínimo). Por ser los servicios de salud un servicio,
requieren de mano de obra que las instituciones de salud utilizan
de manera intensiva -en especial mano de obra calificada-, cuyos
costos están en función del crecimiento del salario
mínimo anual. Igualmente, para la operación ordinaria
de todos los agentes del sistema, se requiere de gran cantidad
de personal de apoyo. Como puede observarse, la UPC ha venido
rezagándose en relación con la curva del salario
mínimo. Ese diferencial lo han venido absorbiendo fundamentalmente
los prestadores de servicios y los profesionales de la salud,
como lo evidencia también para este último caso
la gráfica UPC vs Servicios profesionales de la salud.
Debido a que la economía está en un proceso de
reactivación, se presupone que el índice de desempleo
debe disminuir en algún porcentaje este año. Esto
se traduce en una disminución de la densidad familiar
y en un aumento de la densidad salarial que hace prever que
existirían más recursos por UPC.
- La devaluación es una variable que influye bastante
en la compra de medicamentos y dispositivos médicos.
Además de la devaluación, los precios de las diferentes
monedas están afectados por la inflación del país
de origen. Esta variable ha debido tener una evaluación
más profunda para el reajuste, por el impacto que tiene
en especial para las Instituciones Prestadoras de Servicios
de Salud (IPS), y la industria farmacéutica, de insumos
y tecnología.
- El índice de precios del sector salud ha sido sistemáticamente
superior al IPC general (Ver gráfica Relación
entre IPC General e IPC Grupo Salud); ese diferencial entre
el IPC general y el de salud lo han venido asumiendo los agentes
del sistema y de nuevo, especialmente las IPS, lo que hace necesario
irrigarles recursos. También se observa, que tanto el
comportamiento del IPC en salud y el IPC general, ha venido
disminuyendo sistemáticamente desde 1993. |
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- Como
se ha dicho arriba, no tenemos conocimiento de la verdadera
estructura de la UPC, y el análisis que se ha venido
haciendo no incluye todas las variables que son necesarias para
su definición. Este hecho genera algunas incertidumbres
que bien pudieran corregirse, desarrollando la mencionada metodología
para su cálculo por parte del Ministerio de la Protección
Social.
- Existen importantes zonas grises para el sistema, como el
incremento inusitado de recobros por tutelas, la atención
de población desplazada, etc., que obligan a un análisis
más profundo, tanto de quienes tienen las responsabilidades
de dirigir el sistema, como de quienes lo operan.
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Finalmente, vale la pena acotar que existe el riesgo de que
los diferentes actores del sistema sostengan su operación
dentro del SGSSS, deteriorando la calidad de los servicios de
salud, como ya se viene evidenciando. |
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