MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 65    FEBRERO DEL AÑO 2004    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Informe para el sector salud
Definición de la UPC 2004
Francisco de Paula Gómez fgomez@andi.com.co
La Unidad de Pago por Capitación -UPC-, es una variable económica compleja que condiciona tanto la atención de salud dentro del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), como a cada uno de sus agentes. Al finalizar cada año, el Consejo Nacional de Seguridad Social de Salud reajusta el valor de la UPC con el fin de conciliarla con la realidad del sistema y con el costo que significa atender a cada persona afiliada al régimen contributivo y al régimen subsidiado. De esa forma, mediante el Acuerdo 254 de diciembre 22 de 2003, se procedió a incrementar el valor de la UPC para el régimen contribu- tivo en un 7.1%, -quedando en $346.271,44/año- y para el régimen subsidiado en un 6.199771% -quedando en $191.821/año-. Para las actividades de promoción y prevención que desarrollan las Empresas Promotoras de Salud (EPS), se incrementó el 6.1%, quedando este rubro en $14.312,04/año. También en ese Acuerdo se incluye la financiación para el stent coronario convencional y la carga viral contra el sida.
El ajuste de la UPC no es sencillo, porque su cálculo depende de más variables de las que a primera vista podemos imaginar. De esa manera, el análisis se presta para que cada agente del sistema tenga una posición conveniente, que salvo contados casos, no está sustentada por la evidencia técnica. Para completar el cuadro, el Ministerio de la Protección Social carece de una metodología razonable y estandarizada para calcular año a año su reajuste, debiendo contratar estudios externos que le indiquen medianamente una propuesta. Históricamente, cada vez que se ha debido ajustar la UPC, el gobierno plantea el mínimo incremento posible, aduciendo que la viabilidad financiera de la sub-cuenta de compensación del Fosyga es una prioridad y que su desequilibrio conduciría a la quiebra del sistema. Desde hace varios años, las EPS han venido insistiendo que el valor de la UPC es insuficiente para cubrir los planes de beneficios, que cada vez tienen mayor frecuencia de uso por prestación de servicios de salud y que se les cargan nuevas exigencias. Los prestadores de servicios de salud ven cómo cada año se reducen sus tarifas y se les exige más por menos, por lo que ingenuamente presionan hacia arriba el incremento de la UPC, esperando que las EPS les transfieran parte de esa alza. Los usuarios por su parte, poco a o nada conocen de esos “tejemanejes” económicos, están utilizando más los servicios de salud al tiempo que como población país, vienen constituyendo un perfil epidemiológico diferente al que se tenía hace más de un lustro cuando se calculó por primera -y única vez- de forma completa la UPC. De esa manera, el principio general que busca respetar el equilibrio financiero del Sistema General de Seguridad Social de Salud y el de los diferentes agentes que lo componen, no se está cumpliendo.
Comportamiento de algunas variables macroeconómicas últimos 10 años
Las consecuencias son lógicas: El Estado colombiano espera que las EPS como sus promotores delegatarios de servicios de salud, administren de la mejor manera los escasos recursos que concede la UPC. Pero las EPS para lograr ese cometido con una UPC que no les alcanza, presionan la consecución de la mejor tarifa posible con sus proveedores de servicios y contratan al más bajo precio que puedan. Por su parte, los centros clínicos y hospitalarios y los profesionales de la salud del país, terminan haciendo contrataciones con incrementos por debajo de casi todas las variables macroeconómicas -incluyendo por supuesto el ajuste de la UPC- reduciendo por efecto los estándares de calidad que requieren los servicios de salud y los usuarios que los utilizan. El incremento de la UPC debiera irrigar de forma más homogénea a todos los actores del sistema, de manera que cada uno de ellos pueda ser viable de acuerdo con las nuevas condiciones económicas que trae cada año. Parecería sensato entonces que las negociaciones entre aseguradores y prestadores de servicios de salud, estuvieran más íntimamente ligadas al porcentaje de incremento de la UPC y no a variables tan amplias como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general, que no refleja bien la condición del sector. En la tabla anexa, resumo el comportamiento de importantes variables macroeconómicas durante los últimos 10 años, que de seguro nos pueden mostrar su estrecha relación con el incremento de la UPC.
A pesar de carecer de una metodología lo suficientemente amplia y equilibrada como para que la decisión se ciña más a una decisión técnica que a un acuerdo de voluntades políticas, el ajuste de la UPC para este año 2004 se logró relativamente fácil en el seno del CNSSS, y podría decirse que el incremento se vislumbra razonable, pues no coloca en riesgo la viabilidad económica de los planes de beneficios ni el equilibrio financiero de las diferentes sub-cuentas del Fosyga, ya que según datos preliminares del Ministerio de la Protección Social, la sub-cuenta de compensación cerró con superávit de unos $400.000 millones, y da maniobrabilidad a los agentes del sistema para que sigan operando.
Los siguientes comentarios están orientados a contrastar el incremento de la UPC mediante el Acuerdo Nº 254, que se publicó el 31 de enero de 2003 y algunos de sus efectos:
- Los aportes al SGSSS crecen en función del incremento del salario mínimo, lo que plantea que la UPC bien pudiera crecer atada a esta variable (Ver gráfica UPC vs Salario mínimo). Por ser los servicios de salud un ”servicio”, requieren de mano de obra que las instituciones de salud utilizan de manera intensiva -en especial mano de obra calificada-, cuyos costos están en función del crecimiento del salario mínimo anual. Igualmente, para la operación ordinaria de todos los agentes del sistema, se requiere de gran cantidad de personal de apoyo. Como puede observarse, la UPC ha venido rezagándose en relación con la curva del salario mínimo. Ese diferencial lo han venido absorbiendo fundamentalmente los prestadores de servicios y los profesionales de la salud, como lo evidencia también para este último caso la gráfica UPC vs Servicios profesionales de la salud.
Debido a que la economía está en un proceso de reactivación, se presupone que el índice de desempleo debe disminuir en algún porcentaje este año. Esto se traduce en una disminución de la densidad familiar y en un aumento de la densidad salarial que hace prever que existirían más recursos por UPC.
- La devaluación es una variable que influye bastante en la compra de medicamentos y dispositivos médicos. Además de la devaluación, los precios de las diferentes monedas están afectados por la inflación del país de origen. Esta variable ha debido tener una evaluación más profunda para el reajuste, por el impacto que tiene en especial para las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS), y la industria farmacéutica, de insumos y tecnología.
- El índice de precios del sector salud ha sido sistemáticamente superior al IPC general (Ver gráfica Relación entre IPC General e IPC Grupo Salud); ese diferencial entre el IPC general y el de salud lo han venido asumiendo los agentes del sistema y de nuevo, especialmente las IPS, lo que hace necesario irrigarles recursos. También se observa, que tanto el comportamiento del IPC en salud y el IPC general, ha venido disminuyendo sistemáticamente desde 1993.
- Como se ha dicho arriba, no tenemos conocimiento de la verdadera estructura de la UPC, y el análisis que se ha venido haciendo no incluye todas las variables que son necesarias para su definición. Este hecho genera algunas incertidumbres que bien pudieran corregirse, desarrollando la mencionada metodología para su cálculo por parte del Ministerio de la Protección Social.
- Existen importantes zonas grises para el sistema, como el incremento inusitado de recobros por tutelas, la atención de población desplazada, etc., que obligan a un análisis más profundo, tanto de quienes tienen las responsabilidades de dirigir el sistema, como de quienes lo operan.
- Finalmente, vale la pena acotar que existe el riesgo de que los diferentes actores del sistema sostengan su operación dentro del SGSSS, deteriorando la calidad de los servicios de salud, como ya se viene evidenciando.
 
Otros artículos...
Sueños de nuevos secretarios de salud
Fiebre amarilla: se les dijo, se les advirtió, se les notificó... y pasó
Residentes colombianos sin apoyo económico
Definición de la UPC 2004
El prepago en salud bajo la lupa de la Supersalud
Ductibilidad de Stem Cells o células madre permitirá regenerar un corazón enfermo
Médicos pueden y deben ser líderes empresariales
Por Channel Planet - Exaltada red de telecomunicaciones del Hospital Universitario San Vicente de Paúl
Más avances en la Clínica Medellín
En Medellín - Primer banco colombiano de células madre de cordón umbilical
Certificado de calidad para los cinco negocios de Corpaúl
CAPRESOCA EPS: a la vanguardia del cambio “Es la salud de Casanare”
En la Universidad de Antioquia Este año continúan trabajos del “Banco de piel”
 
 



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved