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Con frecuencia,
la noción de empresa se nos hace extraña o lejana,
y como profesionales de salud que somos, hemos creído
erróneamente que cada hospital público, cada clínica,
cada ente territorial, cada asegurador, cada centro médico
o incluso cada consultorio, son simplemente actores del
sistema de salud, cuya única responsabilidad es
atender pacientes. En nuestro candor hemos ignorado que toda
acción de salud implica una acción económica,
sencillamente porque cuesta y porque implica la mediación
de dinero, recursos humanos, conocimiento, organización
y un cierto orden de las cosas. La acepción de empresa
está relacionada con el verbo emprender y
denota la acción de comenzar algo de forma organizada
para buscar un fin, así que todas las instituciones que
se desenvuelven dentro del sector, son sin más, empresas,
y como tal deben manejar responsabilidades que van más
allá del interés propio y del actuar individual.
Como en otros sectores de la economía, las empresas de
salud deben establecer relaciones con otras: negociar, pagar,
comprar, proveer, prestar, colaborar, mostrar, proponer, etc.
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Ello supone pues, la elaboración y constitución
de intrincados mecanismos de relación, sin los cuales
no es posible estar en un medio económico y social.
Y esos mecanismos de relación, están mediados
todos por una concepción ética y moral de las
cosas.
Cuando se habla de Ética, es común observar
el desgano con que muchos abordan el tema o el profundo desconocimiento
con el que en casi todos los estamentos de nuestra sociedad
corresponden valores, principios y actuar. Ello por supuesto
tiene una concordancia directa con nuestro estado actual y
la descomposición reinante en el país, situación
que como se entenderá no es ajena a los sucesos diarios
de nuestro sector y a buena parte de las relaciones entre
los diferentes agentes del sistema de salud.
El concepto
A comienzos de los años setenta, se inició en
el mundo una amplia revisión acerca de lo que se denominó
en su momento Ética de los negocios, pues
hasta ese momento y especialmente en los Estados Unidos, predominaba
el enfoque de Michel Albert, que pregonaba a la empresa como
un negocio de usar y si conviene de tirar. Al
otro lado, desde hacía décadas en Francia, se
convenía a la empresa como un grupo humano que para
la sociedad lleva la valiosa tarea de producir bienes, servicios,
beneficios económicos y beneficios sociales.
Como podrá suponerse, estas dos ideas acerca de lo
que es una empresa, proyectan formas muy diferentes de actuar
y de relacionarse con todos los elementos que constituyen
su accionar: asociados, empleados, capital, propiedad, proveedores,
competencia, clientes -en el caso de salud: usuarios y pacientes-,
gobierno, desarrollo y sociedad. No hay que ser un gurú
para entender que cuando se dota a las empresas de una responsabilidad
que va mas allá de la consecución de intereses
individuales, éstas desempeñan un papel fundamental
en la construcción de una mejor sociedad y una institucionalidad
democrática. Pensar en las empresas como afilados instrumentos
con los que se pueda hacer y deshacer, en contra de todos
los que no hacen parte de mi interés, genera formas
de actuar y de llevar a cabo los negocios que a veces rayan
con la inmoralidad, la ilegalidad o el ataque directo a la
sociedad misma; de ejemplos están llenos el mundo y
nuestro país, y en algunos casos, las instituciones
han castigado su temeridad, pero en otros el infortunio para
la sociedad sigue allí.
Ética empresarial en el sector
salud
Como advenedizo sector económico, el sistema de salud
colombiano ha entrado con todo el impulso y la fuerza que
ha sido capaz, a competir en un mercado. Y claro, la inmadurez
tiene sus costos, entendiendo muchos que la competitividad
y la competencia consisten en arrojar a sus competidores
del mercado y en consolidar posiciones mediante prácticas
depredatorias, incluso sin medir adecuadamente el impacto
que sobre sí mismos podrían llegar a tener.
Así, en todos los niveles de la cadena sectorial, se
respira un vaho de desconfianza y de desasosiego que hemos
venido construyendo paso a paso, de forma inexorable durante
los últimos años.
Como dice la economista española Adela Cortina, la
confianza es un recurso demasiado escaso, pero es precisamente
ella la argamasa que une a los miembros de una sociedad, y
las empresas emblemáticas por ello, refuerzan la vigilancia
sobre su propia conducta.
Es hora de que presidentes, gerentes, directores y funcionarios
de las empresas que operan en el sector, piensen en algo diferente
a las tarifas, los contratos y las formas de sacar la
mejor tajada. Entendiendo que son muy importantes los
temas relacionados con precios, ganancias, posiciones estratégicas
y demás, es fundamental entender -y aplicar- que el
funcionamiento de las empresas y su manera de llevar sus relaciones
comerciales y económicas debe estar mediado por la
aplicación de principios y la conjugación de
ciertos valores éticos. Utilizando un lenguaje de persona
de a pie, la Ética Empresarial se traduce en hechos
como el cumplimiento de plazos, el ejercicio pulcro de procesos,
la ejecución de normas y acuerdos de forma fluida,
planteamientos claros y cumplimiento de compromisos, entender
las necesidades de otros, negociar con altura y respeto, en
fin, comprometerse con una línea de conducta seria
y constructiva. El resultado, construcción de confianza.
Quiero proponer la revisión pausada y responsable de
La declaración de principios éticos del
empresario colombiano, emanados de la LI Asamblea de
la ANDI, con la seguridad de que su aplicación haría
mucho más simple nuestro Sistema General de Seguridad
Social en Salud:
Declaración de principios
éticos del empresario colombiano
1. Frente al Estado
Respetar y apoyar a las instituciones y autoridades legítimamente
constituidas.
Colaborar con las autoridades en la recta aplicación
de las normas.
Pagar los impuestos y demás gravámenes económicos
establecidos por la ley.
Promover la concertación como mecanismo idóneo
para la adopción de medidas y políticas que
interesen al bien común.
Abstenerse de realizar actos comerciales con personas que
se encuentren al margen de la ley.
2. Frente a la comunidad
Participar activamente en los asuntos gremiales, sectoriales
y regionales.
Velar por la mejora de la calidad de vida.
Utilizar, dentro de las posibilidades de la empresa, la tecnología
que represente un menor riesgo para el ambiente.
Participar en la medida de lo posible, en obras y actividades
de beneficio común.
Promover la buena imagen de Colombia en el exterior.
3. Frente a los consumidores (Pacientes y usuarios) (1)
Procurar que los bienes y servicios sean de la mejor calidad.
Suministrar información veraz y suficiente sobre los
bienes y servicios.
4. Frente a los empleados
Respetar, en todo momento, la dignidad de la persona humana
y los derechos que le son inherentes.
Reconocer una remuneración adecuada.
Velar por la seguridad física y social de los empleados.
Brindar capacitación adecuada.
Promover un desarrollo integral.
5. Frente a la competencia
Obrar con lealtad, transparencia y buena fe en las relaciones
comerciales.
Velar por el mantenimiento de un sistema de libre competencia.
Promover la creación de ventajas competitivas en los
sistemas productivos y comerciales.
6. Frente a los proveedores y acreedores
Informar en forma veraz, transparente y completa sobre la
situación económica de la empresa.
Cumplir con las obligaciones en la forma estipulada o de acuerdo
con lo establecido por la ley.
Abstenerse de realizar actos que en forma fraudulenta, menoscaben
el patrimonio de la empresa en detrimento de los terceros.
7. Frente a los socios
Proponer la distribución de beneficios, de acuerdo
con las condiciones de la empresa.
Otorgar un trato equitativo.
Respetar sus derechos legítimos.
Informar, en forma veraz, transparente y completa, sobre el
estado de la em-presa.
8. Frente a la propia empresa
Velar por el crecimiento, desarrollo y competitividad de la
empresa.
Abstenerse de utilizar indebidamente información privilegiada.
Abstenerse de realizar actos que impliquen conflictos de interés.
Fomentar la investigación para el mejoramiento y desarrollo
empresarial.
9. Frente a la transparencia
Contribuir a la consolidación de entornos de negocios
basados en la integridad, la transparencia y la rendición
de cuentas.
Rechazar y prohibir el soborno en cualquiera de sus formas,
ya sea directo o indirecto.
Implementar prácticas para combatir el soborno en la
empresa y en sus relaciones de negocio.
1- Anotación anexa del autor.
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