MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 76  ENERO DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

Reflexión del mes

"El propósito final de toda cultura es hacer superfluo lo que llamamos 'política', pero hacer imprescindible para la humanidad la ciencia y el arte".
Arthur Schnitzler
Médico y escritor austriaco (Viena 1862 - 1931). Junto con Hugo von Hoffmannsthal, es el representante más famoso del modernismo literario vienés. Hijo de un conocido laringólogo, escribió sobre todo dramas y relatos que analizan la vida psíquica de sus personajes. Coetáneo de Sigmund Freud, también empezó a romper los tabúes sexuales de su época.

 

Presidente Uribe acepta
implementación de piso
tarifario en sistema de salud
Germán Garzón Mosquera - Presidente Asociación Colombiana de Sociedades Científicas - elpulso@elhospital.org.co
El desarrollo final del tema se inicia el 22 de abril del presente año en el VI Congreso de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), evento que contó en su clausura con la participación del señor Presidente de la República, Dr. Álvaro Uribe.
En esta oportunidad con el aval del Presidente, fue suscrito un acuerdo denominado “Compromiso Nacional por el sector salud”, firmado por el Ministro de la Protección Social, Dr. Diego Palacio; el Director General de la ACHC, Dr. Juan Carlos Giraldo V., y el Defensor del Pueblo, Eduardo Cifuentes.
Entre las soluciones presentadas al Dr. Álvaro Uribe estaba el Manual de Piso Tarifario, cuyo principal objetivo era establecer unas tarifas transparentes que permitieran frenar el desplome tarifario que en los últimos seis años viene afectando principalmente a prestadores y usuarios del sistema, y dar cumplimiento al artículo 42 de la Ley 812 de 2003 (“Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006”).
Esta propuesta de Manual Tarifario Piso fue aceptada por el señor Presidente con dos condiciones: Que fuera entregado antes del 20 de julio del presente año y que las tarifas propuestas no sobrepasen el valor de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) vigente.
Con carta fechada el 19 de julio del presente año, la ACHC y la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas -ACSC-, solicitan al señor Presidente una audiencia para entregarle personalmente el Manual Tarifario, dando cumplimiento a lo pactado.
Antecedentes
En el año de 1997, el Ministerio de Salud formula los siguientes proyectos considerados trascendentales para el sistema, y para su elaboración convoca a todos los participantes especializados del sector salud:
1. Cálculo de la Unidad de Pago por Capitación (UPC); el resultado de este trabajo fue publicado en el mes de junio de 1998.
2. Elaboración de la Clasificación Única de Procedimientos en Salud -CUPS-, labor que duró un poco más de 12 meses y cuyos resultados se dieron a conocer mediante la expedición de la Resolución No. 365 del 4 de febrero de 1999.
3. Por lo anterior, en 1998 se comenzó a desarrollar una metodología para establecer un nuevo manual tarifario expresado en CUPS, con la participación de todas las sociedades y asociaciones científicas, asociaciones de profesionales de la salud no médicos, hospitales y clínicas.
En el año de 1999 se estableció una metodología denominada “Tablas cruzadas”, la cual tenía como propósito que todos los instrumentos del sistema quedaran expresados de acuerdo con la codificación y contenido de la CUPS. Se comparó cada uno de los procedimientos en salud y servicios médico-hospitalarios contenidos en el Manual Tarifario (Decreto 2423/96), el Manual Tarifario ISS y el MAPIPOS (Manual de Procedimientos del Plan Obligatorio de Salud) con la CUPS (Resolución 365/99).
Con el fin de validar el trabajo denominado “Tablas Cruzadas”, la Dirección de Estudios Económicos e Inversión Pública del Ministerio de Salud convocó entre el 4 y 8 de octubre de 1999 en Bogotá, a un trabajo que se desarrolló mediante la metodología de grupos interinstitucionales e interdisciplinarios con mesas de trabajo por especialidad médica, y cada una de ellas conformada por un representante de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI), uno de ACHC, uno del Ministerio de Salud y uno de ACSC, acuerdos avalados por consenso y que deberían ser base para la elaboración de un manual tarifario que no altere el equilibrio del sistema. Para ello se debían tener en cuenta los siguientes puntos:
a) Mantener la estructura del Decreto 2423/96.
b) Se definió el contenido de algunos servicios hospitalarios como Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
c) Se preparó y se aprobó la tabla para la liquidación de procedimientos y/o intervenciones bilaterales y múltiples.
d) El nuevo manual tarifario debería garantizar la misma relación financiera que establece el Decreto 2423 entre el Sistema General de Seguridad Social en Salud -SGSSS-, las Empresas Administradoras de Planes de Beneficios -EAPB-, y entre éstas y los prestadores de servicios de salud.
A partir de los acuerdos firmados se inició la elaboración del MAPIPOS y el Manual Tarifario expresado de acuerdo con la codificación y contenido CUPS, teniendo en cuenta los compromisos pactados, y con la colaboración de los distintos actores del sistema.
En el año 2001 el Ministerio de Salud pone a consideración del Ministerio de Hacienda y Crédito publico los proyectos mencionados. Éste, luego de su evaluación, emite su concepto favorable en relación con el equilibrio financiero de los documentos analizados.
Descripción de la metodología Manual Tarifario
La ACHC y la ACSC retomaron los trabajos en los que han participado activamente desde 1997, y los acuerdos institucionales que se firmaron en 1999.
Se actualizó el trabajo Manual Tarifario, con base en la Resolución 1896 del 19 de noviembre de 2001 expedida por el Ministerio de Salud, denominada “Primera actualización de la Clasificación Única de Procedimientos en Salud -CUPS-”
Para la redacción del articulado y parágrafos, se tienen en cuenta leyes, decretos, resoluciones, acuerdos, actas, circulares, conceptos y definiciones de la literatura especializada. Además, se respetaron los contenidos de los servicios hospitalarios acordados interinstitucionalmente, incluyendo la tabla para la liquidación de procedimientos y/o intervenciones bilaterales y múltiples.
También se definieron los procedimientos que debería contener el Manual Tarifario, para lo cual se tuvo en cuenta la Resolución 5261/94, el proyecto de resolución MAPIPOS puesto a consideración del Ministerio de Hacienda en el año 2001 y la resolución 412/00.
Para establecer los valores tarifarios, se partió del trabajo aprobado por el Ministerio de Hacienda, el cual al ser actualizado a la última CUPS, hace que se cambien algunos de los contenidos de los procedimientos, se incluyan nuevos y se excluyan otros.
Se organizó el proyecto del Manual Tarifario por especialidades y se retomaron los trabajos con Sociedades y Asociaciones científicas de 1998, para tarifar los nuevos procedimientos y los que modificaron su contenido.
Por último, se hizo un trabajo de ajuste a las tarifas con la participación de los afiliados a la ACSC y con algunas instituciones afiliadas a la ACHC, para que dentro de una lógica tarifaria sin desbordar el valor de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), respetando los acuerdos firmados en 1999 y las condiciones impuestas por el señor Presidente, se terminara la propuesta tarifaria, la cual se puso a consideración del gobierno nacional.
Como se puede apreciar, este no es un trabajo improvisado: Es fruto de los trabajos que se iniciaron en 1997, es producto de un trabajo interinstitucional respaldado por acuerdos firmados entre los diferentes participantes del sistema, son estudios que en su momento fueron avalados por el Ministerio de Hacienda; finalmente, en el desarrollo de la Junta Directiva de la ACHC realizada recientemente en la ciudad de Medellín en el Hospital Pablo Tobón Uribe, el viceministro de Salud, Dr. Eduardo Alvarado Santander, comunicó oficialmente la aceptación por parte del Presidente del la República del Manual de Piso Tarifario propuesto, y su implementación a partir del mes de enero de 2005.
Estamos seguros de que la aceptación e implementación de este manual en el sistema, redundará en beneficio de todos los actores y principalmente de los usuarios, quienes en esta forma verán cumplidas, por lo menos en parte, las promesas del Presidente Uribe para el sector salud.
 
Bioética
La “interrupción del embarazo”:
una falacia

Mario Montoya Toro, MD - elpulso@elhospital.org.co

La noticia de que ciertos gobiernos en países en los cuales está aprobado el aborto (pero con limitaciones, por ejemplo una que se refiere a la edad del embarazo) están estimulando en forma subrepticia la realización de abortos por fuera de lo que la propia legislación prescribe, ha puesto de nuevo sobre el tapete este tema candente y siempre actual de la destrucción de la vida humana antes de que el niño llegue a nacer.
Esto, unido al hecho de que utilizando un malabarismo semántico se trate de cambiar ahora la denominación del aborto, como si con esto se quitara la gravedad de este crimen, indica que la humanidad va siempre siguiendo una línea de escapatoria antes que afrontar responsabilidades.
En una reciente entrevista, el filósofo Julián Marías decía que es una refinada hipocresía llamar al aborto “interrupción del embarazo”, y agregaba que sería como si hoy en día se dijera que a un determinado individuo no lo condenaron a muerte en la horca, sino a una interrupción temporal de la respiración.
La magnitud del problema está creciendo día a día, y parece que no se tardará mucho para superar la cifra de 100 millones de abortos en el mundo.
Frente a esto hay que subrayar una vez más, que el aborto es un crimen contra la humanidad y no sólo contra la criatura que es víctima directa de él. No hay siquiera que recurrir a razones religiosas para plantear esto, sino que basta con ver los argumentos que desde el punto de vista antropológico pueden presentarse para combatir esta práctica horrible que debería llenar de vergüenza a la humanidad. Ni los animales más feroces comparten este comportamiento del hombre, como única especie que destruye a sus crías antes de que nazcan.
Y lo peor es que día a día nos hacemos más insensibles ante esta realidad monstruosa. Alguien decía acertadamente que si tuviéramos la oportunidad de escuchar los clamores de estos niños que no han nacido y que están suplicando que se les perdone la vida, ya que han sido sentenciados injustamente a muerte, nos llenaríamos de terror. Pero no es así: Parecería como que nuestras conciencias se estuvieran endureciendo y estuviéramos aceptando como normal y legítimo lo que no lo es.
En días pasados y ante la pregunta de un periodista a un Cardenal colombiano, de los genocidios que ocurren en nuestro país y en muchos otros países, y sobre los cuales las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) se pronuncian, según del lado que sean los sacrificados, el prelado le respondió no sin un cierto grado de ironía: “No conozco ninguna protesta ni denuncia de las ONG sobre el genocidio tremendo que se produce todos los días en el mundo con el aborto”. Una vez más, la hipocresía se impone en el manejo de estas situaciones. Como cuando se afirma que el feto no es más que una parte del cuerpo de la mujer, o sea de la madre, afirmación científicamente insostenible, puesto que es claro que el feto depende de la madre para su desarrollo, pero en ningún momento forma parte de ese cuerpo. Está en el cuerpo de la madre, pero no es el cuerpo de la madre en ninguna de sus partes.
Y todo esto sin tener en cuenta el peligro y los perjuicios que para las mujeres representa el aborto. Estudios serios hechos en Alemania, Finlandia y otros países, sobre todo europeos, han demostrado no sólo los efectos sicológicos terribles que produce en la mujer el sentido de culpa después de que le fue practicado el aborto aceptado o solicitado por ella misma, sino también los peligros reales que para la madre representa. En estos estudios comparativos entre las mujeres que tienen un embarazo normal y que llegó a término y otras que abortaron, hay datos como los siguientes, citados por el doctor Oscar Fernández Espinosa de los Monteros, en un artículo titulado “El aborto: Mitos y realidades”: Las mujeres que abortaron en el año previo a su muerte fueron 60% más propensas a morir por causas naturales, siete veces más tendientes al suicidio, cuatro más propensas a morir en accidentes, y catorce veces más propensas a ser víctimas de un homicidio. En ese mismo artículo se cita uno del doctor David C. Reardon, quién realizó la investigación en Finlandia y se dice que el doctor aseguró: “A las mujeres se les oculta esto. Nadie les dice que dar a luz mejora la salud femenina, no sólo en comparación con las que han abortado sino con las que no han resultado embarazadas”. Y agregó: “Si los que promueven el aborto son en realidad gente pro-opción, permitirían que las mujeres conocieran los riesgos reales del aborto”.
Estamos pues, en esto del aborto, frente a una moral acomodaticia de parte de quienes son sus promotores.

Nota: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.

 











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