MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 18    No. 235 ABRIL DEL AÑO 2018    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Aseguramiento y finanzas en la balanza

Redacción El Pulso - elpulso@sanvicentefundacion.com

A comienzo de este año, un grupo de organizaciones presentó al sector político del país una propuesta de reforma al sistema de salud con miras a que la nueva legislatura y presidencia de la república la consideraran dentro de sus programas de gobierno. Las propuestas están estructuradas sobre un análisis de la situación del sector basado en cifras oficiales y en investigaciones y estudios independientes. El trabajo permite tener una visión general del funcionamiento del sistema para tomar correctivos que dependerán de las posturas e intereses de quien administre el país durante los próximos cuatro años. Dentro de las organizaciones que hicieron parte de este trabajo se encuentra la Federación Médica Colombiana, Asmedas, la Asociación de Sociedades Científicas, ANIR, Acome, el Colegio Médico Colombiano, entre otras, y estas son sus consideraciones en el componente del documento que ha sido denominado Libro Blanco:

Aseguramiento

La cobertura del aseguramiento ha sido señalada como uno de los grandes logros del sistema de salud al superar el 95% dela población, sin embargo esta afirmación no es tan exacta si se tiene en cuenta que difiere de un departamento a otro. Según la Base de Datos Única de Afiliados (BDUA) dispuestos en el cubo BDUA del Sistema de Información de la Protección Social (SISPRO), para noviembre de 2014 la cobertura de afiliación al Sistema General de Seguridad Social en Colombia era de 91,55% (43´636.178) el 46,97% (22.385.208) mujeres y el 44,59% (21.250.970) hombres. Entre 2009 y 2014 el porcentaje de afiliados al régimen subsidiado se mantuvo por encima del porcentaje de afiliados al régimen contributivo; para noviembre de 2014 la cobertura fue de 47,68% (22.726.138 personas) y de 43,87% (20.910.040 personas) respectivamente. Es de anotar que estas cifras difieren con las presentadas por el Ministerio de Salud y Protección Social en el documento de Política Pública MIAS-PAIS.

Si bien, según el informe, la mayoría de los departamentos cuenta con coberturas superiores al 85%, en lugares como el Cesar, Córdoba, Risaralda, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Cauca, Bolívar, Vichada y Sucre, las coberturas están entre 66,47% y 84,91%. En la mayoría de los departamentos, el mayor porcentaje de afiliados pertenece al régimen subsidiado, en Bogotá, Antioquia, Santander, Risaralda y Valle del Cauca, los afiliados al régimen contributivo superan el 50%, mientras que en Nariño, Caquetá, Putumayo, Guaviare, Guainía, Chocó, Vichada y Vaupés, menos del 15% de los afiliados pertenece a este régimen. Pero además, en los departamentos que corresponden a zonas dispersas la cobertura es insuficiente y no garantiza la atención en salud.

Según el análisis del Libro Blanco, el problema fundamental del sistema y que lo tiene en crisis, parece ser el hecho de que el gasto del Estado no llega a la población pobre y no se traduce en servicios de salud adecuados, sino que buena parte se concentra, se desvía y se aleja de ella por la presión de diversos intereses.

Situación financiera del Sistema de Salud

Colombia tiene una gasto en salud en porcentaje del PIB de 6,81%, que se encuentra entre los más bajos de la región, solo supera a Bolivia, Perú y Venezuela. De igual manera, presenta los más bajos gastos de bolsillo de la región, llegando al 16.3% en 2014. El presupuesto anual de salud de la ADRES supera los 41 billones de pesos. Discriminando estos recursos, en 2016, 34 billones aproximadamente se dirigieron al aseguramiento y la atención individual, casi 3 billones en recobros de medicamentos No Pos del régimen contributivo, y solo 1.3 billones de pesos para salud pública, la promoción y la prevención.

Al respecto, la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales en su informe de cartera con corte a junio de 2016 manifiesta que solo para las 145 Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud que reportan, esta asciende a 6.5 billones de pesos. En el informe del gremio que de los hospitales públicos (ACESI) con corte a junio de 2017 reporta una cartera de 7,5 billones, un billón de pesos más que en junio de 2016, es decir, un incremento del 15%.

Según Fedesalud, el problema más sobresaliente en el devenir del sistema, es la inoportunidad en los pagos de las facturas y demás compromisos contractuales, fenómeno que, a pesar de la expedición de decenas de normas, no se ha logrado corregir. La verdadera causa del incumplimiento de los pagos es el hecho de que desde un comienzo se permitió, y se sigue permitiendo, que el dinero no tenga valor, por lo que no se reconocen intereses de mora. El Código de Comercio de Colombia reza que todo comerciante podrá exigir intereses legales comerciales de los suministros o ventas que haga al fiado, sin estipulación del plazo para el pago, un mes después de pasada la cuenta. En síntesis, los servicios prestados, los suministros entregados e incluso el trabajo realizado deben ser pagados al precio de la fecha en que fueran provistos y, en caso contrario, se deberán reconocer los intereses correspondientes a la mora pues, de no hacerlo, el deudor puede obtener rentabilidad financiera con los dineros del proveedor, y se falsean los precios y los costos de las dos entidades que realizan la transacción comercial. Situación que sucede en el sistema de salud.

La ruptura de las normas más elementales relativas a los contratos entre empresas, respecto a las obligaciones monetarias, sus efectos, las consecuencias y responsabilidades financieras que de ellas se derivan, falsea la condición propia de la economía de mercado relativa al valor del dinero y crea de hecho una subcultura o “economía especial”, que no todos los empresarios e inversionistas parecen dispuestos a aceptar. Otros se ajustan, incluyendo por anticipado en el costo del bien o servicio los costos financieros derivados de la cartera prolongada.

Es de anotar que dada la ineficacia de las EPS en el giro de recursos públicos de la salud, el Ministerio de Salud y Protección Social reconoce que entre junio de 2016 y mayo de 2017 se han girado $15,1 billones de pesos de manera directa por parte del Ministerio a los prestadores, de los cuales el 67,01% se ha girado a las IPS y proveedores. En total, desde la aplicación de la medida en abril de 2011, se han girado $68,7 billones de pesos de los cuales 65% ha sido para la red prestadora y proveedores (Radicado MinSalud 201742301674932).

A lo anterior el Libro Blanco resalta otra realidad del sistema. El gasto en salud mediado por el mercado acabó privilegiando el consumo de medicamentos, insumos y equipos de alta tecnología, en hospitales de alta complejidad, que, por permitir márgenes de utilidad mucho mayores, presionan su inclusión, consumo y pago por los fondos de la seguridad social. Para un empresario de la salud es mucho más rentable manejar dos pacientes hemofílicos que dos mil afiliados para atención básica en un centro de salud. ¿Qué se puede esperar, entonces, de tal estímulo económico?

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