 |
|
|
 |
|
|
 |
|
Bob Dylan,
premio Nobel de Literatura
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com
|
| El reconocimiento
al músico abre una nueva etapa para estos reconocimientos
internacionales. La posibilidad de que en la literatura trasciendan
las otras artes, es una manera de mostrar que están unidas
y que su manifestación alcanza un alto nivel. |
El
Premio Nobel de Literatura otorgado por primera vez a un músico,
reafirma el paradigma griego de la unidad de las bellas artes.
En Bob Dylan, música y poesía hacen simbiosis
perfecta. Con él triunfan juntas la calidad literaria,
la sinceridad artística y la honestidad de un ermitaño
entre asceta y misántropo, que puso la condición
humana como condición de su arte.
Robert Allen Zimmerman o Bob Dylan, como se autodenominó
en honor de su admirado poeta galés Dylan Thomas, es
piedra angular y definitiva del rock, voz lúcida
de una sociedad en la que se concilian lo rural y lo citadino,
el country y el blues, la poesía y la prosa, es
el decir del experto en rock Juan Antonio Agudelo. |
 |
|
La frialdad con la cual
recibió el galardón, petulancia para algunos,
es otra muestra del Dylan que sigue huyendo de su propio mito
tras la gloria obtenida en su triple condición de literato,
músico y militante de la justicia. Para él,
que nunca se creyó los laureles que le colgaban, el
Nobel es otra flor que recoge en su incesante caminar desde
que dejó su pueblito de Minnesota para conocer a su
ídolo musical Woody Guthrie en Nueva York. Ya
en 1965, cuando la prensa norteamericana le calificaba del
gran poeta de su tiempo, el músico decía: 'No
me llamo poeta porque no me gusta la palabra.
Soy un artista del trapecio', recuerda Fernando Navarro
en El País de Madrid, el 13 de octubre de este año,
y afirmó: Ahora, con este premio, y tras haber
recibido antes el Pulitzer o el Premio Príncipe de
Asturias de las Artes, la onda expansiva da para otro siglo.
Y valora al joven que se hundió en la bohemia de cafés
y clubes de Greenwich Village para beber su poesía
primigenia en cantautores como Pete Seeger, Ramblin' Jack
Elliott y Dave Van Ronk, además de Rimbaud y otros
surrealistas franceses.
|
 |
Trovador
eléctrico
El poeta chileno Nicanor Parra dijo que solo tres versos
de Tombstone Blues le valdrían el Nobel a Dylan: Mamá
está en la fábrica / no tiene zapatos / papá
está en el callejón / está buscando un
fusible / yo estoy en las calles /con el blues de Tombstone.
Para el escritor colombiano Luis Fernando Macías, sería
suficiente el poema Blowing in the wind para merecer el galardón.
Es loable que se haga este reconocimiento a quien compuso una
obra hermosa como poesía y como canción. Es un
buen comienzo. |
La candidatura de
Bob Dylan se abría paso desde 1996, cuando surgió
en Estocolmo un comité de apoyo a su nominación,
liderado por Allen Ginsberg y Gordon Ball, profesor de la Universidad
de Virginia. Para Ball, Dylan ha devuelto la poesía
de nuestra época a su transmisión primordial a
través del cuerpo, revivió la tradición
de los trovadores. Algo parecido dijo Bruce Springsteen:
Si Elvis Presley liberaba tu cuerpo, Bob Dylan liberaba
tu mente.
Pese a su encierro y relativo mutismo, Bob no suspende su producción.
A quienes lo tildan de renegado, el poeta del rock responde
con discos tan valiosos como Time Out of Mind, Modern Times,
Love and Theft o Tempest. Muestra que la poesía es el
recinto de donde le está prohibido salir. Tan cierto
como que su incursión en la prosa fue fallida. Su única
novela, Tarántula, es para Fernando Navarro una
pifia de literatura experimental muy por debajo de toda su obra
musical, pese a su intento de emular a Jack Kerouac, William
Burroughs o Allen Ginsberg. Bob Dylan bien podría responder
a esto con alguna de sus frases enigmáticas, por ejemplo:
Os dejaré aparecer en mis sueños si me dejáis
que aparezca en los vuestros. |
|
|
|
Bob Dylan,
eterno caminante por la paz y la libertad |
 |
Además
de su altura como poeta del rock, de su sabiduría para
unir música y poesía, Bob Dylan brilla como juglar
y profeta social. De la mano de su calidad literaria va el militante
contra la guerra, por la libertad y la dignidad humana. Así
como para Borges un solo hombre muerto resume todas las muertes
de la humanidad, para Dylan hay una sola guerra. Su obra es
una tensión perenne entre la angustia y la esperanza,
como aflora en La muerte de Emmett Till: Pero si nosotros,
todos los que pensamos igual, diéramos todo lo que podemos
dar. /Podríamos hacer de esta gran tierra nuestra un
sitio mejor para vivir.
Como en los lejanos sesentas, sigue llamando a detener ese tren
de hierro, que ha estado rodando a lo largo de los años
/ con una caja de combustible llena de odio y un horno lleno
de temores, (Long ago, far away-Tren viajero). Dylan
pasó a representar la esperanza de miles de jóvenes
americanos que no comulgaban con la sociedad en que vivían
y veían en su figura al contestatario capaz de enfrentarse
con el poder, expresa Eduardo Guillot (Historia del rock,
Edit. La Máscara, Valencia, 1997.) Masters of War (Señores
de la guerra) es una demoledora pieza acusatoria antibelicista:
Vengan señores de la guerra, / ustedes que fabrican
todas las armas, / ustedes que fabrican mortíferos aviones,
/ ustedes que fabrican grandes bombas, / ustedes que se esconden
tras muros, / ustedes que se esconden tras escritorios, / sólo
quiero que sepan que veo a través de sus máscaras.
(
) Ustedes ajustan todos los gatillos / para que otros
disparen, / luego se apartan y esperan. / Cuando las listas
de muertos aumentan, / ustedes se esconden en su mansión
/ mientras la sangre de los jóvenes / se escapa de sus
cuerpos / y se hunde en el barro. (
) Me parece que descubrirán
/ cuando su muerte cobre su peaje, / que todo el dinero que
hicieron / nunca podrá salvar su alma.
Silbando en el viento
Igual que en Blues hablados de la tercera guerra
mundial, hoy abundan los escenarios del conflicto, en
donde podemos decir con Bob Dylan: Yo soñaba que
el único que quedaba después de la guerra era
yo, / y no te veía por allí. /El tiempo pasó
y ahora parece / que todo el mundo sueña lo mismo. /Todos
se ven paseando por ahí y no ven a nadie más.
Un momento especial de hondura poética lo alcanza Zimmerman
en Blowing in the wind (Silbando en el viento), tras la crisis
de los misiles en Cuba, del asesinato de John Kennedy y otros
hechos luctuosos: Cuántos caminos debe recorrer
un hombre, / antes de que le llames "hombre". / Cuántos
mares debe surcar una blanca paloma, / antes de dormir en la
arena. / Cuántas veces deben volar las balas de cañón,
antes de ser prohibidas para siempre. / La respuesta, amigo
mío, está silbando en el viento, / Cuántos
años puede existir una montaña, / antes de que
sea arrasada por el mar. / Cuántos años pueden
vivir algunos, / antes de que se les permita ser libres.(
)
/ La respuesta, amigo mío, está silbando en el
viento. (
) Cuántas veces debe un hombre levantar
la vista, / antes de poder ver el cielo. / Cuántas orejas
debe tener un hombre, / antes de poder oír a la gente
llorar. / Cuántas muertes serán necesarias, /
antes de que él se dé cuenta, / de que ha muerto
demasiada gente. / La respuesta, amigo mío, está
silbando en el viento.
Libertad, libertad
Bob Dylan es obsesivo cuando canta a la libertad y a
la justicia: Algunas veces pienso que este mundo / no
es más que un gran patio de prisión. Algunos somos
presos. / Los otros somos guardianes, dijo en George Jackson,
loa al héroe de los ghettos negros de Estados Unidos,
asesinado vilmente. Las autoridades le odiaban porque
era demasiado real. (
) Los guardianes de la prisión
le maldecían / mientras le vigilaban desde lo alto. /
Pero tenían miedo de su poder, / estaban aterrados de
su amor.
Bob Dylan merece un premio Nobel conjunto de la literatura y
de la paz. Por la huella indeleble de sus pies como una
piedra rodante- en el camino de la muerte a la esperanza,
es dedicatario del versículo de Isaías: Qué
bellos son, sobre los montes, los pies del que anuncia el evangelio
de la paz. |
 |
|
|
|
|
 |
|
|
|