Publicamos la segunda parte de esta aproximación al
tema de riesgos en salud, orientada desde la atención
sanitaria, con énfasis en los riesgos en salud para
el usuario y alusiones sobre los sucesos adversos en salud
para personal que labora en instituciones hospitalarias. Esta
cuestión toca directamente con la Epidemiología
y la Salud Pública.
9. Riesgos crecientes
en salud
Son aquellos que con el paso del tiempo aumentan la
posibilidad de ocurrencia del evento adverso. Ej: fechas de
vencimiento de medicamentos de uso intra-hospitalario. En
este evento es responsabilidad del administrador hospitalario
tener disposiciones que consideren las inseguridades progresivas
que la sola prestación del servicio involucra.
10. Vulnerabilidad aceptable
en riesgos de salud
Es el nivel determinado por las personas o instituciones
como el punto debajo del cual los riesgos no afectan la estabilidad
del individuo o la organización, y por tanto, el contexto
se muestra seguro. Ej: tardanza moderada en la revisión
de equipos tradicionales de ayudas diagnósticas (rayos
X). Este aspecto, aunque el calificativo de aceptable
no implique para el administrador hospitalario una situación
de peligro inminente, no lo exonera de tomar medidas conducentes
a reducir esa aceptabilidad porcentualmente.
11. Vulnerabilidad marginal
en riesgos de salud
Es la parte arriesgada de la vulnerabilidad, la que
supera el valor de aceptabilidad de los siniestros y atiende
los peligros que es preciso atenuar o eliminar. Ej: la prolongada
falta de toma de muestras en un quirófano por expertos
en detectar infecciones nosocomiales. Por circunstancial que
sea la vulnerabilidad marginal, puede llevar insitos
peligros que comprometan la responsabilidad legal institucional,
y por ello el administrador hospitalario debe prestarle mucha
atención. Pueden contribuir a incrementarla: la introducción
de nuevas técnicas y procedimientos, el agotamiento
del personal de salud, la inexperiencia de profesionales nuevos,
el compromiso del proceso particular de un paciente, la necesidad
de atención urgente de éste, el período
de estancia hospitalaria, etc.
12. Entonces, ¿qué
es la administración de riesgos en salud?
Podría sintetizarse como el proceso sistemático
de evaluar y modificar la exposición a riesgos de los
pacientes en aras de evitar un siniestro, mediante mecanismos
como la eliminación, la prevención, la protección,
entre otros.
La definición sintética puede profundizarse
diciendo que la gerencia de riesgos de salud, implica la delicada
y dedicada atención en muchos frentes de la tutela
hospitalaria, en la medida que compromete, en primera instancia
a los pacientes, y en segunda instancia a todo el personal
que se desempeña en una institución hospitalaria.
Así, la administración de riesgos en salud,
deberá tener en cuenta la dimensión de las pautas
de acaecimiento y prevalencia de estos riesgos que generan
daños reales y/o eventos adversos potenciales en una
institución. El objetivo es analizar, identificar problemas
concretos y jerarquizarlos, vigilar, adelantar diagnósticos
y tratamientos tempranos, indicados para favorecer la atenuación
de la permanencia, inconvenientes o efectos nocivos de los
riesgos de salud, en aras de estimar la magnitud de necesidades
y asignación de recursos, incluso aquellos para obtener
tecnologías de intervención adecuadas para advertir
y resarcir daños. Con todo, el administrador de salud
deberá tener en cuenta aspectos económicos,
sociales y culturales, y características del sistema
de salud en que está inmersa su función (1).
Es fundamental que el administrador determine y trate los
riesgos de salud con uno o varios epidemiólogos, pues
la investigación epidemiológica se centra
en especial en el estudio de factores que, al menos en potencia,
pudieran considerarse causales, determinantes o condicionantes
de los fenómenos de salud y enfermedad. Sin embargo,
todos los factores de riesgo, incluso los reconocidamente
no vinculados a la trama causal, tienen utilidad para el administrador
de salud por cuanto pueden usarse como elementos capaces de
predecir daños, a condición de que su relación
con esos daños sea estrecha (2).
13. Mirada crítica: nueva
visión en administración de riesgos de salud
No obstante las definiciones y caracterizaciones trabajadas,
que tratan de ser omni-comprensivas, y partiendo de que el
tema de riesgos de salud toca directamente con la Epidemiología
y la Salud Pública, es interesante una conceptualización
del profesor Edmundo Granda (3), que define el riesgo en salud
más desde el riesgo epidemiológico,
ya que para él es muy difícil encontrar un concepto
claro que defina el riesgo en salud, y prefiere
trabajar sobre su opuesto: el riesgo de enfermar o riesgo
epidemiológico.
Este académico sostiene -en mi sentir, muy acertadamente-,
que, contrariamente a la definición de riesgo
que hemos venido utilizando, la epidemiología, ciencia
madre y guía fundamental de nuestro pensar y hacer
en salud pública, define actualmente el riesgo como
chances probabilísticas de susceptibilidad atribuibles
a un individuo cualquiera perteneciente a grupos poblacionales
particularizados, delimitados en función de la exposición
a agentes (agresores o protectores) de interés técnico
o científico (4).
Considerando la literatura consultada, creo que la mayoría
de autores y autoridades en el tema de riesgos en salud se
quedan cortos en sus conceptualizaciones y visiones, al abordarlos
desde una visión individualizante, como
si ocurrieran excepcional y aisladamente. Por ello me parece
de vital importancia tener en cuenta esta particular visión
que propone el riesgo en salud generalizado, dando cuenta
de que constituimos una sociedad en riesgo desde
el punto de vista de la salud, en la medida en que estamos
expuestos a riesgos tecnológicos, sociales, políticos,
culturales, económicos, riesgos vinculados con fundamentalismos,
violencia, guerra y crimen globalista, etc.
A modo de conclusión
Los riesgos asistenciales o riesgos de salud, involucran
cualquier situación indeseable o factor contributivo
al resultado de la existencia real o potencial de eventos
adversos, y que en un alto porcentaje tienen consecuencias
negativas.
Lo ideal es prestar servicios de salud de manera segura, o
que por lo menos, los riesgos en la prestación se reduzcan
en la mayor cantidad posible en el trayecto que recorre el
paciente desde que ingresa a la institución hospitalaria
hasta que se le da de alta. No obstante, hay que tener presente
que seguridad nunca será igual a ausencia de riesgos.
Por ello, una experiencia hospitalaria con pericia en términos
de seguridad debe, en la medida de lo posible, acercarse al
desarrollo en su ejecución de 3 frentes de trabajo:
- Identificación de procedimientos clínicos,
diagnósticos y terapéuticos que ofrezcan más
seguridad y eficacia.
- Tener certeza de que tales procedimientos se aplican a la
persona indicada, a quien realmente los requiere.
- Asegurarse que la aplicación de dichos procedimientos
es ejecutada por personal de la salud que ofrezca suficiente
idoneidad, para que sean cumplidos cabalmente y sin faltas.
Si las estrategias de administración hospitalaria consideran
un conocimiento adecuado de los riesgos de salud, la eliminación
de riesgos innecesarios, la prevención y la adecuada
protección de aquellos peligros inevitables, certificará
una práctica clínica cercana a la máxima
seguridad posible: Esto constituye la meta y el compromiso
por asumir.
Referencias
(1) Plaut, R. Análisis de riesgo, alcances
y limitaciones para el administrador de salud. Boletín
Oficina Sanitaria Panamericana 96(4), Washintong. 1984.
(2) Ob. Cit. Pp. 299.
(3) Profesional nacional de Recursos Humanos e Investigación
en Salud de la OPS del Ecuador, profesor de la Universidad
Nacional de Loja y de la Universidad Central del Ecuador.
(4) Ponencia sobre Globalización de los riesgos
en salud. Revista de la Facultad Nacional de Salud Pública
de la Universidad de Antioquia. Vol. 24 Nº Especial.
Memorias del 4º Congreso Internacional de Salud Pública
(Medellín 10, 11 y 12 de noviembre de 2005): Globalización,
Estado y Salud. Marzo 2006. Publicación financiada
por la OPS, Colombia.
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