 |
|
|
 |
|
Lucha contra cáncer
de cuello uterino: Acto de equidad
Juan
Carlos Arboleda Z. - elpulso@elhospital.org.co
|
Mueren
en Colombia más de 3.000 mujeres anualmente por cáncer
de cuello uterino y eso no tiene precio; las soluciones actuales
cuestan mucho, pero, ¿cuánto cuesta la vida de
una mujer que es el alma de una familia? Está bien priorizar
en salud pública, pero no todo se puede dejar a los costos:
Eso es menospreciar el precio de la vida.
Doctora Gloria Inés Sánchez. |
| En
Colombia mueren 9 mujeres cada día por cáncer
de cuello uterino: esa cifra preocupante lo convierte en un
problema de salud pública. Pero que el mayor número
de casos se dé en población del régimen
subsidiado y de los mal llamados 'vinculados', hace que las
acciones para enfrentarlo, así como al Virus del Papiloma
Humano VPH-, su principal causa, constituyan un eslabón
importante en la lucha contra la inequidad. |
 |
La doctora Gloria
Inés Sánchez del Grupo de Investigación
de Infección y Cáncer de la Universidad de Antioquia,
dimensiona el problema: ¿Cuántas familias
en Colombia están sin la mamá que soporte el
desarrollo de los hijos, por culpa del cáncer de cuello
uterino? Mueren en el país más de 3.000 mujeres
anualmente por esta causa y eso no tiene precio; las soluciones
actuales cuestan mucho, pero, ¿cuánto cuesta
la vida de una mujer que es el alma de una familia? Está
bien priorizar en salud pública, pero no todo se puede
dejar a los costos: Eso es menospreciar el precio de la vida.

|
|
En Colombia, la prevalencia de infección
en mujeres por papiloma virus cervical es del 17%, aunque
con diferencias según los grupos etáreos: 1
de cada 4 mujeres menores de 25 años está infectada,
el riesgo disminuye con el transcurso de los años y
vuelve a aumentar alrededor de la peri-menopausia, edad en
la cual el 5% de las mujeres pueden estar infectadas. Esta
curva corresponde a los niveles de actividad sexual: en mujeres
jóvenes es una época de búsqueda de pareja,
y en la peri-menopausia situaciones como reemergencia de anteriores
infecciones, latencias del virus que se reactiva con la disminución
de barreras inmunológicas y el comportamiento sexual
de las parejas, traen nuevas infecciones. Esta evidencia lleva
al doctor Héctor Posso, director científico
de la Liga Contra el Cáncer en Bogotá, a plantear
que las intervenciones deben tener mayor fuerza en estos dos
grupos de edad; pero además, la alta mortalidad indicaría
la necesidad de instaurar estrategias desde la atención
primaria y reforzar los programas de tamización para
identificar tempranamente a mujeres en riesgo o con lesiones
tempranas.
Falta una política
La tendencia en el país
es ascendente en los últimos años, y comparada
con países donde existen programas para enfrentar el
tema, muestra una diferencia gigantesca, reconoce el doctor
Carlos Rada, director del Instituto Colombiano de Cancerología,
quien insiste en que la clave para enfrentar el problema es
el diagnóstico precoz: El problema es que no
existen programas en el país, ya que después
de la Ley 100/93 caímos en la trampa de sobrevivir,
que equivale a facturar; y uno sólo le factura a las
personas enfermas. Se desmontaron los programas de prevención
-aunque la ley nunca lo dijo expresamente-, y se canalizaron
los esfuerzos en el aseguramiento y la cobertura.
|
|
Si la vacunación
evita uno de los sufrimientos
más largos en el tránsito
vital de las mujeres,
entonces debería considerarse
rápidamente
en los esquemas de vacunación
regular.
Doctora Maryluz Mejía, UNFPA.
|
Más
que el acceso, el punto relevante en el cáncer uterino,
para el doctor Rada, sería establecer mecanismos de seguimiento
para contactar a las pacientes que resulten positivas y someterlas
a los tratamientos, ya que se presentan miles de pruebas que
nunca son reclamadas, y en este caso se requiere movilidad y
capacidad de gestión de los servicios de salud. Agregó:
Hay que inducir la demanda, y eso es responsabilidad de
las Secretarías de Salud y de los aseguradores; las mujeres
cumplen con su cometido de hacerse la citología, pero
hay que decirles los resultados, y esto se hace con un programa
de seguimiento para luego garantizar el tratamiento, en donde
por cierto, también hay problemas. Creo que debemos enfocarnos
en la realidad de la gente.
Equidad de género y social
El cáncer de cuello uterino
genera un problema de doble inequidad, social y de género,
pero además es una situación que cuestiona la
garantía al derecho a la salud, especialmente para las
personas más vulnerables; así lo afirmó
la doctora Maryluz Mejía del Fondo de Naciones Unidas
para la Población (UNFPA): La pobreza es el factor
más grande que produce vulnerabilidad, y las investigaciones
en cáncer de cuello uterino demuestran como ésta
es una patología que se presenta especialmente en mujeres
pobres; en términos de derechos, deberíamos ver
que si la vacunación puede evitar uno de los sufrimientos
más largos en el tránsito vital de las mujeres,
entonces debería ser considerada muy rápidamente
dentro de los esquemas de vacunación regular.
¿Vacunación para
quién?
En los países del tercer
mundo, por su alto costo, las autoridades de salud dejaron la
aplicación de la vacuna al albedrío de pacientes
con capacidad de pago y sus médicos, situación
que para el especialista brasileño Eduardo Franco lleva
a la pérdida de impacto epidemiológico y se canaliza
hacia la población que menos la necesita: Esto
crea una situación oportunista que no impacta el problema
y aumenta la inequidad; las mujeres más adineradas, de
niveles culturales altos, saben la importancia de la prevención,
se practican citologías y hacen que sus hijas adquieran
la misma cultura: Esas mujeres no serán pacientes de
cáncer de cuello del útero. En cambio, las pobres
y de menor nivel educativo, no pueden ni tienen la misma conciencia
y el problema se estanca en ese estadio de la sociedad. Y si
le sumamos otro nivel de inequidad, que es la oportunidad de
conocer y poder pagar la vacuna, la brecha se amplía
más; por eso la vacunación no universal aumenta
la inequidad del sistema. |
|
Existen alternativas:
falta creatividad o interés
de
nuestros gobiernos para
materializarlas.
Doctor Carlos Santos del Instituto de Neoplasias del
Perú.
|
Sin
embargo, el desarrollo científico apunta a otra dirección
más cercana a la población vulnerable: el mejoramiento
de las pruebas diagnósticas con identificación
genética del VPH. Para la doctora Sánchez, es
necesario poner a funcionar las pruebas con base en ADN inmediatamente:
Es una prueba más efectiva, más sensible,
y previene y ahorra más recursos; mientras la citología
detecta el 50% de los casos, y de estos el 50% de las mujeres
terminan en cirugía, las nuevas pruebas detectan hasta
el 90%, permitiendo iniciar tratamientos tempranos, evita histerectomías
y cirugías, radioterapias, tiempo de hospitalización,
o sea que su costo-beneficio es importante. Además, hay
que preguntarse qué es más costoso: mantener la
citología que no vale mucho pero deja morir o tener una
prueba más costosa pero que permite salvar vidas y evita
muchos tratamientos.
El doctor Eduardo Lazcano, del Instituto Nacional de Salud Pública
de Méjico, considera que las nuevas alternativas de diagnóstico
deben romper primero el paradigma de 50 años usando la
citología cervical y la creencia de que es la única
prueba válida: Dependiendo de las posibilidades
de cada país, se pueden implementar en forma regional,
muy focalizadas y con estudios demostrativos. La utilidad de
otras pruebas como la determinación por ADN del VPH,
hoy es una prueba costosa, pero es una alternativa disponible,
y más útil cuando se implementa en poblaciones
puntuales.
Especialistas como el doctor Carlos Santos del Instituto de
Neoplasias del Perú, recomienda utilizar en regiones
apartadas y en donde las posibilidades de la citología
son escasas, pruebas como la inspección visual, mecanismos
muy simples pero que pueden salvar vidas y son la opción
económica en los países con escasos recursos:
Los gobiernos podrían, con ayuda de organismos
como la OPS y la OMS, negociar con las compañías
farmacéuticas la compra de grandes cantidades de vacunas
y pruebas diagnósticas, lo que bajaría drásticamente
sus costos; o incluso acudir a organismos privados como la Fundación
Melinda y Bill Gates, que patrocinan pruebas diagnósticas
por ADN que cuestan un dólar en países como la
India y próximamente en Costa Rica. Existen alternativas:
falta creatividad o interés de nuestros gobiernos para
materializarlas.
Colombia inició a principios de los años 90, un
programa nacional para disminuir el cáncer de cuello
uterino; durante 5 años funcionó con éxitos
importantes, pero a raíz de la Ley 100/93 se dejó
a las aseguradoras la responsabilidad de la tamización
y el programa desapareció. Países como Méjico
o Costa Rica tienen programas nacionales y la disminución
de casos es evidente, afirmó el investigador costarricense
Rolando Herrero, para quien la necesidad de estos programas
desde la esfera nacional es fundamental para impactar con éxito
en una enfermedad que puede prevenirse, pero que ante todo está
revestida de visos de tragedia silenciosa, por los miles de
mujeres que mueren anualmente y la cantidad de familias que
quedan desamparadas como consecuencia. |
| |
|
Una vacuna con mayor rango
de protección
|
A
finales de 2007 fue aprobada en Colombia por el Invima, Cervarix,
la nueva vacuna contra el cáncer cérvico-uterino
de laboratorio Glaxo SmithKline, que ofrece el mayor rango de
protección en edad y mayor cobertura de tipos de Virus
Papiloma Humano (VPH) oncogénicos causantes de cáncer
del cuello uterino.
Cervarix ofrece el mayor rango de protección en edad,
a partir de los 10 años y sin límite superior
de edad, y una mayor cobertura de tipos de VPH oncogénicos,
ya que previene contra los tipos 16 y 18, responsables del 70%
de los casos de cáncer cérvico-uterino. Cervarix
está indicada para prevenir este tipo de cáncer,
así como las lesiones pre-cancerosas causadas por los
tipos del VPH, oncogénicos 16 y 18.
|
 |
Además, la vacuna ofrece una protección adicional
significativa contra lesiones precancerosas producidas por los
tipos 31 y 45, que junto con las 16 y 18, son responsables del
80% aproximadamente de las infecciones asociadas al cáncer
de cervix, señala el doctor Juan Carlos Berbessi,
Director Médico de Laboratorios GlaxoSmithKline Colombia.
Cervarix logra esta mayor respuesta gracias a que está
formulada con un novedoso Sistema Adyuvante llamado AS04, diseñado
para mejorar la respuesta inmune y aumentar la duración
de la protección, siendo la primera vacuna contra el
cáncer de cuello uterino que ofrece un sistema novedoso
de adyuvantes. El adyuvante que contiene Cervarix amplifica
la respuesta oncogénica y esto hace que se requiera de
cantidades de antígeno muy pequeñas para inmunizar
a una persona, al mismo tiempo que proporciona una respuesta
mucho más amplia: Se ha visto que la respuesta es 11
veces superior a la respuesta generada por una infección
del virus en forma natural, y con mayor duración en el
tiempo, señala el doctor Berbessi. |
| |

|
|
|
|
|
|
|
|