MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 305 FEBRERO DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
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La mayor parte de las quemaduras en niños ocurren en el hogar y en cualquier momento. En un segundo. En un abrir y cerrar de ojos. Agua hirviendo, un café caliente, un tetero caliente, el agua que se calentó para bañar al bebé, un alimento que se dejó en el piso para que se enfriara, la llama, el contacto con superficies calientes (como planchas y mofles de moto), los ácidos para la limpieza que se reenvasaron en una botella sin marcar. Hay muchas formas en las cuales un niño puede quemarse y la mayoría de ellas no implican pólvora.
“Para la mayoría de la gente, la quemadura es un evento asociado a las épocas navideñas y al uso indiscriminado de la pólvora. Sin embargo, esto es algo que está fuera de la realidad. Se presenta durante todas las épocas del año, de hecho, el Hospital tiene un promedio de 50 a 60 pacientes quemados hospitalizados permanentemente; durante todo el año, contando a niños y adultos, estamos recibiendo y manejando hospitalarios cerca de 1 700 pacientes. La realidad es que las lesiones por pólvora son solo un fragmento de todos los eventos por quemadura que atendemos durante el año”, explica Marco Antonio Hoyos Franco, cirujano plástico del Hospital San Vicente Fundación, Unidad de Quemados.
En el 2021, este Hospital atendió 440 niños con quemaduras, de ellos el 72 % estuvieron relacionados con líquidos calientes; entre el 1 de diciembre del 2023 y el 1 de enero del 2024, ingresaron 10 niños por pólvora y 32 por líquidos calientes. De hecho, el doctor Hoyos explica que las quemaduras por este último motivo representan entre el 75 y 85 % de los casos, especialmente en infantes entre uno y cuatro años.
Siendo los líquidos calientes la principal razón de quemaduras en infantes, los expertos concuerdan: “Los niños no ingresan a la cocina”, ya que se encuentran más situaciones de riesgo. No obstante, esta recomendación puede ser difícil de cumplir para un país como Colombia, donde hay viviendas que no tienen habitaciones separadas, sino que son un espacio abierto donde se ubican todas las áreas juntas, incluyendo la cocina.
De acuerdo con “La tasa de accidentes domésticos en menores de 11 años en Bogotá D.C.”, publicado por la Secretaría Distrital de Salud y el Observatorio de Salud de Bogotá-SaluData, las quemaduras son la tercera causa de accidentes en el hogar (después de las caídas de altura y de caída de su propia altura). En el 2020 se registraron 562 casos por quemaduras; en el 2021, 729; en el 2022, 747; y durante el primer semestre del 2023, 663.
“La función del gobierno y de los entes territoriales es disminuir las situaciones de riesgo y darlas a conocer para que la población las conozca. A veces no es que la gente quiera asumir situaciones de riesgo, es que no lo saben”, observa Norberto Navarrete, emergenciólogo, experto en el cuidado crítico de pacientes quemados y parte del Comité de prevención de la Fundación Colombia Sin Quemados. Igualmente, la propuesta de la Fundación del Quemado es que haya una asignatura en donde se eduque a los niños con respecto a los cuidados que deben tener: “Es mucho más fácil educar que reeducar, ya que es muy difícil cambiar hábitos”, expresa Linda Guerrero, cirujana plástica y directora científica de la fundación.
La prevención se convierte, entonces, en el factor fundamental para enfrentar esta problemática de salud pública, ya que como insisten los expertos, estas quemaduras en niños no deben considerarse como “accidentes”, debido a que en su mayoría las situaciones que las provocan pudieron haberse evitado. Ana María Salinas, cirujana plástica, quien trabaja en la Fundación Clínica Noel, da algunos consejos prácticos a los padres de familia: “Que los mangos de las ollas estén hacia adentro, no hacia afuera. No utilizar manteles, debido a que cuando los niños están empezando a caminar tienden a sujetarse de lo que encuentran, y lo pueden jalar y echarse encima los alimentos calientes. No tomar bebidas calientes con niños en brazos”.
Asimismo, una vez sucedido la quemadura, se aconseja inmediatamente “alejarse de la fuente de calor y colocar el área afectada en un chorro de temperatura ambiente, durante 10-15 minutos, lo cual disminuye el calor y la cantidad de bacterias de la piel o cualquier contaminante y, por tanto, reduce el riesgo de infección. El siguiente paso es cubrir el área quemada con un pañol limpio y luego dirigirse a un centro asistencial”, explica el doctor Navarrete. Igualmente, es importante destacar que no deben aplicarle nada a la herida, como café, tela de araña, huevo, aceite (ya que conserva el calor), entre otros. Nada.
Ahora bien, no se trata solo de la quemadura, sino de todo el proceso que esta conlleva y sus consecuencias a mediano y largo plazo, que afecta no solo al niño en todas sus esferas (física, psicológica y social) sino también a toda su familia. “Es un cambio de vida por completo, cambia el esquema corporal, van a quedar marcas en su mayoría de veces. Es un tratamiento de largo plazo, que puede ir de seis meses a dos años o más”, señala Liliana María Arango, fisioterapeuta del Hospital San Vicente Fundación, Unidad de Quemados pediátrica. Según datos de la OMS, en Bangladesh, Colombia, Egipto y el Pakistán, el 17 % de los niños con quemaduras sufre una discapacidad temporal y el 18 %, una discapacidad permanente.
Con respecto a lo físico, el doctor Navarrete explica que “a medida que las quemaduras son más profundas, el acciriesgo de cicatrización anómala es mucho mayor, sobre todo las que afectan áreas de movimiento, como las articulaciones, las manos, el cuello, las axilas, y eso hace que haya limitación en el movimiento”. En ese sentido, de acuerdo con Arango, es muy importante educar a los padres para poder tener adherencia al tratamiento y que, dependiendo de este, puede haber un proceso de cicatrización estético. Además, la doctora Salinas señala que para “los niños es más difícil entender todo el proceso de curaciones, de estar yendo al médico, de si toca hacerle tratamiento a largo plazo en las cicatrices, entonces psicológicamente también tiene un impacto distinto”.
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