MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 242 NOVIEMBRE DEL AÑO 2018 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com
E l panorama de la crisis de los hospitales públicos de Antioquia y del país es cada vez más alarmante, los indicadores muestran tendencias en las que se refleja un agravamiento de su situación, y por esta razón algunas entidades se podrían ver obligadas a cerrar o reducir la prestación de algunos servicios, detener la atención a la población y recortar el talento humano.
Para Luis Alberto Martínez, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia –AESA-, “la consulta médica es a los hospitales, lo que el pan a una cafetería”, y es que la disminución de las consultas electivas entre el 2012 y 2017 es una de las conclusiones que arroja el análisis de los indicadores, dado que, mientras en el 2012 se atendieron 3’422.749 consultas, e incluso aumentaron entre el 2013 al 2015, llegando a 3’982.788, ya en el 2017 descendieron a 3’577.705.
Los indicadores presentados por AESA también mostraron una dramática disminución de los egresos hospitalarios, por ejemplo el año 2015, cuando hubo más egresos en los hospitales públicos de Antioquia durante el periodo 2012 y 2017, se alcanzaron los 193.923 egresos, mientras que el año 2017 solo se realizaron 185.127, lo que evidencia que hay un descaecimiento desde el 2015.
Por su parte, el panorama de las urgencias de los hospitales públicos en Antioquia son todavía más preocupantes. En el año 2015 se llevaron a cabo 1’447.221 consultas, mientras que en el año 2017 tan solo se realizaron 1’280.189, lo que refleja una significativa disminución.
Otra evidencia que dejan los indicadores mostrados por AESA, es que desde el año 2015 cuando se hicieron 130.913 cirugías, principalmente en hospitales de segundo y tercer nivel, el número empezó a decaer en el 2016, con 124.392, y llegando apenas a las 113.757 cirugías realizadas en el 2017: “esto tiene una justificación, y son los programas de saneamiento fiscal y financiero que ha inducido el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia Nacional de Salud”, expresó el director de AESA: “a los hospitales los categorizan en riesgo y se ven obligados a disminuir costos, gastos, y por ende la producción” agregó Martínez.
En efecto, también hay una fuerte evidencia de la reducción de los controles de enfermería, a pesar de ser un factor trascendental para el mantenimiento de la salud, pero infortunadamente los controles de atención prenatal, y crecimiento y desarrollo, han quedado incluidos dentro del panorama de la crisis. Los indicadores no muestran cifras alentadoras, ya que mientras en el año 2014 se hicieron 514.561 controles, en el 2017 apenas llegaron a los 419.272, lo que se convierte en una señal de alarma muy crítica, dado que los hospitales no pueden reducir sus programas o recursos humanos para ajustarse a reglas fiscales y ser sostenibles, “tener hospitales públicos rentables financieramente, pero insolventes socialmente, no tiene sentido”, señaló Luis Alberto Martínez.
“El problema proviene del recaudo; de cada cien pesos que un hospital público le factura o le vende en servicios al régimen contributivo o al subsidiado, no se recauda la totalidad”, indica Martínez.
Pero además de que las EPS no pagan a tiempo a los hospitales públicos, estos tampoco logran recaudar el total de la deuda, entre el periodo 2012 y 2017, el año con menos recaudo del régimen subsidiado fue el 2016, cuando las EPS apenas le pagaron el 64 %, y aunque el porcentaje se incrementó en 2017 a un 78 %, esto se debió al pago de la deuda que efectuó Caprecom al momento de su liquidación. Por su parte el régimen contributivo en 2017 tan solo pagó el 41 % de la deuda: “si pagaran todo lo que facturamos, siempre habría un margen a favor, para reinvertir en tecnología, infraestructura y talento humano”, asegura el director de AESA.
La deuda que tienen las EPS con los hospitales públicos de Antioquia excede el 1’1 billón de pesos, a lo que se debe agregar la cartera con las clínicas privadas que sobrepasan los 2 billones de pesos, lo que conlleva a una deficiencia y agravamiento del sector de la salud en el departamento, y a que los hospitales se vean obligados a restringir su operación.
En cifras, el régimen subsidiado tiene una deuda en Antioquia con la red pública de 577.380’747.011; el ranking de los mayores deudores está compuesto por Savia Salud que debe $373.001’728.820, seguido por Emdisalud con 41.721’623.448, Coosalud con 33.947’513.725, y Ecoopsos con 20.827’466.930.
El régimen contributivo contribuye a la deuda general con más de 268.357 millones de pesos, y también tiene su ranking: Coomeva puntea la lista con 90.437’639.962, le sigue la Nueva EPS con 63.571’721.999, Cafesalud con un total de 50.001’295.634, Saludcoop con 30.140’652.125, y Medimás que en tan solo 14 meses de operación agregó a la deuda 25.268’723.756, y finalmente el Magisterio con 17.798’436.642, según datos de la AESA.
Ante el agravamiento de la deuda de los hospitales públicos AESA presentó una serie de propuestas para contrarrestar la crisis, adicionalmente, en una reunión con el ministro de salud y el superintendente nacional, la asociación les planteó hacer una reforma estructural a la Ley del Punto Final “con definición de cartera real y pago de parte del estado a hospitales”, expuso Martínez.
Las propuestas consisten en fortalecer la medida de vigilancia especial a las EPS para garantizar que sí estén haciendo el giro directo, que el giro directo se extienda al régimen contributivo, aún cuando la EPS no se encuentren en vigilancia especial; para el caso específico de Antioquia se plantea una refinanciación de Savia Salud con participación del gobierno nacional, el pago de NO PBS en régimen subsidiado por parte de la ADRES, creación de una ventanilla única de facturación y pagos con el fin de darle trasparencia al manejo de los recursos.
Asimismo, AESA propone la necesidad de una política de fortalecimiento a la red hospitalaria, en la que se garantice la financiación adecuada de los hospitales públicos, restituyendo subsidio a la oferta, y que se financie la formalización laboral del talento humano de manera acorde con la normatividad vigente; desarrollar un plan de inversiones en infraestructura y dotación, y que, según Luis Alberto Martínez, que el estado reasuma el pasivo prestacional, además de transformar los planes de saneamiento fiscal y financiamiento.
Por último, la descentralización fue un tema clave entre las propuestas expuestas por AESA, se planteó la necesidad de llevar a cabo una matriz de cofinanciación del régimen subsidiado, con rectoría y gobernanza territorial del SGSSS, asignación de recursos acorde a las competencias, y reglamentar la Ley 1438 de 2011 en los temas de Atención Primaria en Salud –APS- y Redes Integradas de Servicios de Salud –RISS-.
El llamado final del doctor Martínez ante la enorme crisis financiera que atraviesan los hospitales públicos y clínicas de Antioquia, es a un apoyo entre sí, y que se corrijan los patrones que los hunden cada vez más, dado que los hospitales compiten entre ellos y no se colaboran, lo que genera un deterioro para el sistema: “necesitamos pasar de la competencia a la cooperación en salud”, concluye el director de AESA.
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