MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 16    No. 213 JUNIO DEL AÑO 2016    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

 

Reflexión del mes

“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer”.
Steve Jobs (1955-2011). Empresario y magnate de negocios de la informática y la industria del entretenimiento estadounidense. Fue co-fundador y presidente de Apple Inc. y máximo accionista individual de The Walt Disney Company.
 
La construcción de un futuro
esperanzador para la salud en Colombia...
Aprendizajes de la crisis
del sistema de salud
Gabriel Mesa Nicholls, MD. Gerente General EPS SURA
Nuestra visión es vivir en un sistema de salud cuyo centro indiscutible sean las personas, que parta desde la prevención y el auto-cuidado. Que sea equitativo, solidario, sostenible, respetado y legitimado por sus usuarios, debido a sus altos niveles de calidad y humanismo. Que cuente con un sólido sistema de información que permita coordinar acciones entre los actores, favoreciendo los mejores desenlaces en salud para el paciente, su familia, su empresa y su comunidad.
Trabajamos por un sistema de salud donde los usuarios y la sociedad cumplan sus deberes y ejerzan sus derechos, que sea sostenible por medio del trabajo articulado de todos los actores alrededor del derecho a la salud de los colombianos, incentivando el uso responsable de los recursos y logrando los mejores resultados en salud posibles.
El sistema de salud colombiano tiene avances importantes, tales como la rápida progresión para llegar a la cobertura universal en salud y la eficiencia en la utilización de los recursos expresada en un gasto per cápita anual cercano a los US$300 (tan sólo 1/25 del gasto per cápita en salud en Estados Unidos). La misma Ley Estatutaria es una ley sin precedentes y que plantea interrogantes interesantes a Colombia y al resto de los países que nos miran con interés. Al igual que luces, el sistema tiene sombras que lo hacen único y que nos ponen en el escenario mundial que mira con asombro cómo abordaremos los problemas de sostenibilidad financiera, autonomía médica, definición de los límites al derecho a la salud y, quizás el más importante de todos, cómo construiremos el ACUERDO SOCIAL POR LA SALUD.
Recientemente asistí a un foro donde el profesor Jairo Humberto Restrepo, de la Facultad de Economía de la Universidad de Antioquia, presentaba un análisis sobre la utilización de los recursos en Colombia destinados a la salud. Hablaba de las barreras existentes en el acceso a los servicios que la población requiere. Paradójicamente, vimos que en Colombia se prestan un gran número de servicios de salud al año; una cifra cercana a los 500 millones de prestaciones: eso representa más de 10 prestaciones al año por individuo; una frecuencia altísima comparada con otros países.
Entonces la pregunta fue: ¿Cómo explicar que en un país con barreras en el acceso a los servicios en salud requeridos, se presten a su vez más de 10 servicios por habitante por año?
Fue un momento de revelación importante para mí, pues logré enlazar muchos puntos y entender datos, eventos y realidades que hasta el momento había intentado concebir de manera aislada. Todo pareció cobrar sentido, de alguna manera percibí una luz-guía: los colombianos recibimos muchos servicios de salud al año; no obstante, muchos de los que recibimos son innecesarios, mientras que otros requeridos son negados, o entregados de manera tardía o fragmentada entre diversos actores.
Hoy más que nunca, hablamos de autonomía médica; de la definición de coberturas en salud y límites al plan de beneficios; de costos de transacción, eficiencia y sostenibilidad; de la incorporación de nuevas tecnologías en salud y prestaciones No-POS; y parecemos no encontrar soluciones que se ajusten a resolver estos problemas de manera definitiva; y al contrario, parecemos estar más confundidos y perplejos. Hemos abordado los problemas de manera equivocada... y por consiguiente, tomamos acciones equivocadas, que son consecuencia de no haber concebido al individuo (paciente / ciudadano) como un ser integral, que requiere una atención en salud que lo vea como tal, único e indivisible.
Lo anterior es un resultado directo de la misma manera de pago o reembolso dentro del sistema de salud: el pago por evento, donde se beneficia el número de prestaciones entregadas y no los desenlaces en salud favorables para el paciente y que requieren del trabajo articulado de todos los actores, desde el Gobierno central hasta el médico general y el asegurador. Se dice que el pago por evento constituye un método que mantiene desbordado el sistema. La salud en Colombia se materializa a través de transacciones individuales que constituyen procesos en sí mismos y que están desarticuladas, causando grandes ineficiencias, pero lo más grave, grandes riesgos para la salud de las personas.
Luego de 8 años de crisis de nuestro
sistema de salud, hoy estamos preparados
para entender la salud de otra manera:
El individuo estará en el centro y trabajaremos
articuladamente entre aseguradores y
prestadores por lograr buenos
desenlaces en salud.
Quiero hacer una analogía para ilustrar lo anterior. Cuando nos preguntan: ¿cómo están tus hijos? Respondemos sobre su bienestar general, como personas completas en la esfera física, mental y espiritual que constituye el individuo. Si esta pregunta la respondiéramos de forma similar a como abordamos la salud de los colombianos hoy, diríamos algo así como: “Mira, les compré ropa en el último año por $2.550.000; en alimentación gasté en ellos $4'569.300; en recreación aprobamos un viaje al mar que costará $8 millones y que aún no hemos realizado”. Cuando preguntamos por la salud de un colombiano, hoy sólo podemos responder por las prestaciones de salud que ha recibido aisladamente, de cada actor, llámese clínica, médico especialista, o asegurador; no somos capaces de concebirlo y entenderlo holísticamente como individuo.
El individuo en el centro del sistema de salud: un nuevo abordaje
Luego de 8 años de crisis de nuestro sistema de salud, hoy estamos preparados para entender la salud de otra manera (todas las crisis nos dejan regalos): El individuo estará en el centro y trabajaremos articuladamente entre aseguradores y prestadores por lograr buenos desenlaces en salud. Fijaremos conjuntamente esquemas de reembolso basados en el desempeño, medido como resultados en salud y satisfacción de nuestros pacientes. ¿Suena utópico? Ya lo estamos haciendo y está demostrando ser una salida estructurada a los problemas que hoy parecen nudos gordianos en el desarrollo de nuestro sistema de salud, que abordados de manera aislada pueden superar nuestra capacidad resolutiva.
Imaginemos que un paciente con cáncer recientemente diagnosticado es entregado integralmente al prestador más idóneo para que le haga el mejor tratamiento posible. Es decir, para que sea tratado con la calidad y oportunidad como sería tratado nuestro ser más querido. Este paciente recibirá todo lo que requiera, de acuerdo con las guías clínicas establecidas, de la manera más expedita posible y con la mejor calidad, llámese radioterapia, quimioterapia u otras, sin que medie autorización alguna por la EPS. Esto será posible mediante un acuerdo previo entre asegurador y prestador a partir del cual se establece un pago integral por paciente, que inclusive permita tener mayor utilidad para el prestador (el objetivo no es ahorrar costos, sino garantizar que el paciente reciba lo mejor, de la manera más rápida posible; y reducir los costos de la no-calidad o las demoras innecesarias en la atención). Ese pago único contemplará todas las desviaciones necesarias para lograr el mejor desenlace en salud posible; y éste generará valor para el paciente, su familia, el prestador, el médico, el asegurador, el sistema de salud y el país.
Como vemos en este nuevo abordaje, los conceptos de límites al plan de beneficios; de costos de transacción, de eficiencia y sostenibilidad; de No-POS, de autonomía médica y exclusiones, carecen de sentido.
Estamos convencidos de que este camino representa una alternativa esperanzadora para los afiliados que confiaron su salud en nuestras manos, para Colombia y para el mundo; y por eso seguiremos desarrollándola de la mano de nuestros aliados estratégicos: los hospitales y las clínicas, los médicos y los demás prestadores de salud que nos hacen sentir orgullosos de ser colombianos
 
 
“Convoco a luchar
eternamente por nuestros pacientes”:
Dr. Juan Manuel Sierra
“La construcción de un nuevo país se fundamenta en que todos tenemos que aportar a la conciencia de que sin salud no hay paz ni hay nada”, reiteró el director del Hospital Universitario de San Vicente Fundación, Juan Manuel Sierra, en el plantón realizado por las entidades de la Alianza “14+1” y estamentos de la salud en Medellín, el pasado 19 de mayo.
Aseveró el directivo: “Decir que la cartera actual sigue creciendo muestra que las medidas tomadas por el gobierno no responden a las necesidades de los hospitales.
Para '14 +1' esta convocatoria ratifica que la cartera ya va en $1.7 billones y sigue creciendo, y ya vimos lo que significa que los gobiernos no paguen lo correspondiente. Está amenazada la EPS Savia Salud, que atiende al pueblo antioqueño, y nuestra misión es atender a los más pobres, tenemos que decir: Savia Salud no se puede liquidar. En bien de 1'700.000 antioqueños, la población más pobre no se puede quedar sin atención. Convoco a todos a mantener viva esa chispa de luchar eternamente por nuestros pacientes”.
“Convocamos a salvar la EPS Savia Salud”
El doctor Sierra declaró a EL PULSO: “El 37% de los pacientes del Hospital Universitario son de la EPS Savia Salud, a la cual este Hospital nunca le ha cerrado las puertas como han hecho otras instituciones. Nosotros no le vamos a cerrar las puertas a esos pacientes. La crisis de esa EPS es supremamente grave, por eso convocamos al gobierno nacional, al departamental, al municipal y a la caja de compensación Comfama, a salvar a Savia Salud. Los reclamos que hace el gobernador de Antioquia (Luis Pérez) se basan en que no hay los pagos que corresponden a esa EPS y eso impide la liquidez que necesita para pagarnos a los prestadores, de modo que el gobierno sí le ha incumplido. Y a pesar de los Bonos Convertibles en Acciones (Bocas), de los créditos de Findeter, de los giros directos y la compra de cartera, es mucho mayor la demanda de servicios que los pagos que hacen las EPS. La cartera de San Vicente Fundación ya suma $320.000 millones”.
El director calificó de tímidos los planes de choque del gobierno ante la crisis financiera de los hospitales, porque proponen recursos que se quedan cortos ante el tamaño de la cartera hospitalaria. Por ello insistió en que se necesitan soluciones de fondo: “Le hemos propuesto al gobierno que haga las reformas que tenga que hacer, que el Congreso apruebe leyes que permitan desembolsar más recursos, que si en la reforma tributaria aumentan el IVA dediquen un punto a salud, que el Ministerio de Hacienda acompañe al de Salud en la aprobación de dineros para evitar que esta crisis se ahonde, porque quienes sufren son los pacientes. Las instituciones somos un instrumento que habla por ellos y hay que recordarle a toda la comunidad que en cualquier momento todos, absolutamente todos, seremos pacientes”.
 
Valle logró acuerdo de
pago de EPS tras ultimátum
Luego de que la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, advirtiera a las EPS que operan en ese Departamento que tenían 4 meses para pagar las deudas que tienen con los hospitales públicos que ascienden a $357.000 millones, o que tendrían que salir del Valle, 2 días después se concretó un importante acuerdo de pago con 5 EPS.
En sesión de la Comisión Séptima del Senado en Cali el pasado 11 de mayo, ella advirtió: “Les vamos a dar 4 meses para que nos cumplan, si no nos cumplen voy a solicitar que las EPS salgan del Valle y nosotros asumimos el régimen subsidiado. No podemos tolerar que las EPS no estén cumpliendo con los giros para que sobrevivan los hospitales públicos. O pagan o se van de la región”. Solo al Hospital Universitario del Valle le deben $213.000 millones, de los cuales $79.469 millones son de EPS en liquidación.
Dos días después, se logró un acuerdo entre 5 EPS (Coosalud, Cafesalud, Emssanar, Mallamas y Ambuq) y 9 hospitales públicos (Tomás Uribe, Mario Correa, San Antonio, San Rafael, San Juan de Dios, Psiquiátrico, San José, Centenario e Isaías Duarte Cancino); a su vez, la Gobernación les debe a las EPS $250.000 millones por lo No-POS. La Gobernación pagará sus deudas en un término razonable, siempre y cuando las EPS le paguen a los hospitales; la Gobernación pagará directamente a los hospitales sin que los recursos pasen por las EPS. Las EPS harán el pago corriente por 50% del valor radicado en el mes y 50% restante en 90 días, tiempo en que concertarán glosas. Y las EPS y las ESE llegarán a acuerdos de pago de cartera superior a 180 días.
  Bioética
«De peñón en peñón...» o la descomposición moral
Ramón Córdoba Palacio, MD
«De peñón en peñón turbias saltando
Las aguas de Aures descender se ven…» (1)
Sí, «De peñón en peñón turbias saltando…», no las aguas de Aures sino las de la descomposición moral que inunda universalmente el tiempo que vivimos. La dignidad intrínseca del ser humano, que podemos atropellar pero a la cual por ningún motivo podemos renunciar, es vilipendiada, tratada como objeto comercial de muy poco valor: se vende o se compra la verdad, la familia, la amistad, etc., y en este comercio infortunadamente no hay límite, nada es vergonzoso.

Sólo interesa la suma de dinero que ingresará a la cuenta personal: si es poca, se considera un fracaso.
Al nuevo ídolo, al dios dinero, todo se sacrifica: el honor personal, el amor a los padres, a los hermanos, al grupo familiar, el credo religioso, la afiliación política, etc. Sólo importa la cuantía para disfrutarla en provecho propio sin tener en cuenta para nada las verdaderas necesidades de quienes nos rodean.
Insisto en lo que afirmé en el artículo publicado en el periódico “EL PULSO”, noviembre de 2015, página 4, con el título: «Bioética. LA BILLETERA SE TORNÓ EL MÁS ESTIMADO DE LOS VALORES». Y esa billetera pierde fácilmente los límites honestos: mientras más dinero ingresa, y sin importar el origen del mismo, más se amplía su capacidad de almacenamiento, nunca se sacia.
Ídolo cruel como todos los creados por los seres humanos para satisfacer así el destructor orgullo personal, para darnos ínfulas siempre vanas, siempre torpes, siempre destructoras.
Nota:
1. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, Gregorio. Aures. Ortega, J. J. 2 ed. Historia de la Literatura Colombiana. 1935. Bogotá: Cromos. p. 154.

NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

Los argentinos malos perdedores en fútbol. Excelentes jugadores, pero no saben perder. En 1991 Boca Juniors armó gresca al eliminarlo Colo-Colo de Chile, como Vélez Sarsfield en 1995 cuando lo sacó Flamengo de Brasil; en la final de la Copa Libertadores que ganó Once Caldas en 2004, Boca no salió a recibir las medallas, y en 2005 armó pelea en la Bombonera cuando lo eliminó Chivas de Méjico; en 2010 Lanús agredió a Universitario de Perú cuando no le pudo ganar, igual Argentinos Juniors a Fluminense de Brasil en 2011 y Arsenal de Sarandí cuando perdió con Mineiro de Brasil. ¿Y qué tal las trifulcas en 2016, de Huracán y de Rosario Central cuando los eliminó Nacional de Medellín? Aprendé, aprendé a perder, ché..

 
 











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