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| Los gobiernos de Medellín,
Antioquia y Colombia permanecen inmutables ante el colapso diario
y crónico de los servicios de Urgencias en clínicas
y hospitales de alta complejidad principalmente, pero también
en hospitales regionales de segundo nivel de Antioquia. Ni a
la Presidencia de la República, ni al Ministerio ni a
la Superintendencia de Salud, ni a la Dirección Seccional
de Salud de Antioquia, parece importarles la crisis social desatada
en los servicios de Urgencias por sobre-ocupación diaria
del 100 hasta el 300%, que la red de Urgencias de Medellín
ya no dé abasto, ni parece importarles que ante la falta
de camillas los enfermos deban ser atendidos en sillas de ruedas
o plásticas, en bancas y hasta en el suelo, y esperar
horas y horas hasta que los puedan atender. |
| A los directamente responsables
en el gobierno, ya no los conmueven las peligrosas consecuencias
de este hacinamiento, como el aumento del riesgo de perder la
vida y agravar enfermedades de base en los pacientes, ni la
falta de recurso humano suficiente para atender esta sobre-demanda,
ni la falta de insumos porque los proveedores no despachan ante
la acumulación de facturas sin pagar, ni la agresión
y el maltrato al personal de salud por pacientes y familiares
angustiados ante la demora en la atención. Y a los responsables
tampoco los altera (pero sí están prestos a sancionar),
la pérdida de calidad en la prestación del servicio
en que puede incurrir el personal de salud, ante una avalancha
de pacientes que sobrepasa su capacidad profesional y humana
de respuesta. |
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Gobierno
ignora que no pagar a
hospitales pone en riesgo a Urgencias y pacientes |
Al gobierno se le
volvió paisaje que 17 clínicas y hospitales de
Antioquia de la Alianza Somos 14+1 denuncien que
la acumulación de la deuda de EPS y entes del gobierno
ascendió en noviembre 30/15 a $1 billón 560.000
millones (de ellos, $907.000 millones a más de 90 días),
y que el no flujo de estos recursos pone en riesgo la capacidad
de atención en Urgencias, porque cada vez aumentan más
los pacientes pero disminuyen los recursos para atenderlos.
Y esta falta de pago repercute en la calidad de la atención
a los pacientes, aglomerados en pasillos y atendidos en sillas
y camillas improvisadas.
Tampoco parece importarle al gobierno que la cartera en total
en promedio crece 30% año a año con las IPS de
14+1, que les pagan por servicios prestados a los
7 meses, que sus ingresos y su cartera se deterioraron en 60%
en 2 años, que incurrieron en atrasos de pagos a más
de 1.000 proveedores, que pueden afectar pagos a más
de 21.000 empleados directos. El jefe de Contratación
de la IPS Universitaria, Juan Edgar Marín, alerta que
es tan dramática la situación, que hay retrasos
de pagos al personal: Por ejemplo, IPS Universitaria debe
a sindicatos (empleados tercerizados) $27.000 millones y a proveedores
$120.00 millones. Recordó que en diciembre pasado,
por falta de pago al personal y a especialistas, hubo suspensión
de actividades y de servicios en el Hospital Marco Fidel Súarez
(Bello), San Rafael (Itagüí), San Juan de Dios (Rionegro),
San Vicente de Paúl (Barbosa), entre otros. Y a los trabajadores
de Metrosalud no les pagaron prima, aguinaldo, ni la segunda
quincena de diciembre.
El gobierno tampoco parece reconocer el fuerte golpe a clínicas
y hospitales por cuenta de la liquidación de las EPS
SaludCoop y Caprecom, las más grandes del régimen
contributivo y subsidiado, que adeudan a las IPS de 14+1
más de $154.561 millones y de cuyo pago no hay perspectivas
ni a corto, ni a mediano ni a largo plazo. Esto agrava la situación
crítica que dejó la liquidación de EPS
como Comfenalco Antioquia que les debe $46.446 millones, de
SelvaSalud y Salud Cóndor, y de Dassalud (secretaría
de Salud Chocó), también con deudas de pago incierto.
El gobierno no entrega respuestas para resolver la sobre-ocupación
de 300% en Centros Especializados de San Vicente Fundación
en Rionegro (Antioquia). Y como dice su director, Juan Manuel
Sierra: Hay que alertar a Presidencia de la República,
a los Ministerios de Salud y Hacienda, que resolver el colapso
de las Urgencias en clínicas y hospitales de alta complejidad
en el país, les demandará muchos recursos. Hay
un cuello de botella en la cadena productiva: aseguradores no
pagan a prestadores o abonan con descuento y sin intereses,
los prestadores no pagan a proveedores, los bancos les cobran
intereses a todos, y puede llegar un momento en que todos ellos
no aguanten más.
Tampoco hay respuestas del gobierno al 150% de ocupación
de Urgencias en el Hospital General de Medellín, donde
como dice el director del servicio, Mauricio Alzate, hemos
triplicado la capacidad pero se ha quintuplicado la necesidad,
pues tienen 60 sillas de ruedas y 96 camillas que no dan abasto
porque al día llegan mínimo 250 pacientes. Por
ello reiteró que esta situación reclama vigilancia
del gobierno, empezando por controlar que se pague a los hospitales,
para que puedan seguir funcionando: Somos capaces de atender
las Urgencias en Medellín, pero no podremos hacerlo sin
recursos.
Al gobierno tampoco parece sensibilizarlo el drama que sufren
los pacientes por la falta de pago a las clínicas. El
director de la Clínica Soma, Juan Carlos Aguirre, advirtió:
Los pacientes se nos están muriendo. Vivimos un
caso dramático de un joven de 28 años con osteosarcoma
en el brazo derecho; necesita salvamento ortopédico,
pero al momento de operarlo los proveedores no despacharon los
insumos necesarios porque no les hemos pagado, porque a la Clínica
no le pagan. El Departamento de Antioquia le debe a la EPS Savia
Salud $200.000 millones, entonces Savia tampoco paga a clínicas
y hospitales.
En el gobierno tampoco han dimensionado que si la ley obliga
a tener siempre abiertas las puertas de las Urgencias para atender
los pacientes, si éstas copan su capacidad, físicamente
no hay dónde atenderlos, como explica el jefe de Urgencias
del Hospital Pablo Tobón Uribe, Juan Fernando Velásquez:
Esta realidad no es nueva. Tenemos ocupación del
150% y a veces del 170%, el doble de nuestra capacidad instalada.
El paciente sí tiene que ser atendido aunque no tenga
una urgencia real. Mantenemos abiertas las Urgencias, pero si
se saturan, no hay dónde atender los pacientes. Eso representa
un riesgo para el paciente, para los hospitales, para todo el
sistema de salud. Y si el esfuerzo de los hospitales no se compensa
con la justa retribución económica por el servicio
ya prestado, llegará el momento en que no tendremos cómo
atender.
También hay indolencia del gobierno frente al sufrimiento
de 70 u 80 pacientes que diariamente tienen que ser atendidos
en sillas en corredores en el Hospital Universitario de San
Vicente Fundación, aunque sean pacientes en estado crítico,
con infarto o hemorragia, etc. Informó Nora Rodas, directora
médica (E): Al día llegan unos 100 pacientes
a Urgencias Adultos y se quedan en Observación o para
Hospitalización unos 70: nunca tenemos punto de equilibrio
para evacuar Urgencias. En los últimos años hemos
tenido sobre-ocupación de hasta 300, 400 y 500%, lo cual
genera insatisfacción en los pacientes y posible inseguridad
en la atención, agresiones y maltrato permanente a nuestro
personal de atención. También hay sobre-ocupación
permanente entre 200 y 300% en Urgencias Infantiles de San Vicente
Fundación: diariamente llegan unos 90 pacientes, mínimo
de 20 a 50 hay que atenderlos en sillas en corredores, y diariamente
amanecen en promedio 21 niños hospitalizados en Urgencias
sin poder acceder a una cama porque el Hospital Infantil permanece
lleno.
Hospitales cumplimos, pero el
gobierno no nos cumple
Directivos de clínicas y hospitales de 14+1,
reiteran que agotaron las formas de denuncia de la agudización
de la crisis de sus entidades ante el gobierno nacional, regional
y local, sin obtener soluciones definitivas: La situación
es supremamente crítica para nuestras instituciones.
Ningún sector económico aguanta la cartera que
tenemos. Supersalud no tiene capacidad para ejercer la suficiente
Inspección, Vigilancia y Control que le corresponde,
muy especialmente en control del pago oportuno de EPS y entidades
del gobierno a nuestras instituciones. De poco han servido cartas
al Presidente Santos, reuniones con el Ministerio de Salud y
Supersalud, entes de control, Departamento de Antioquia. Hospitales
y clínicas cumplimos todas las normas, pero el incumplimiento
del gobierno y su falta de intervención para que nos
paguen lo que en justicia nos deben los aseguradores, nos lleva
a desbordar normas de seguridad para poder atender los pacientes
porque no tenemos física capacidad por espacios, por
falta de recurso humano suficiente, por falta de insumos.
Agregaron que la red de Urgencias de Medellín está
colapsada desde hace más de un año y medio, que
el personal de salud de las IPS de 14+1 en cumplimiento
de su deber ética trabajan con las reservas de las instituciones,
pero aún así la capacidad de respuesta es mínima
y las deudas siguen en ascenso: Los hospitales estamos
trabajando con reservas, pero ningún hospital sobrevive
con esto, la EPS que más no está pagando, nos
paga a 360 días y algunas IPS tienen carteras por encima
de $200.000 millones. Si hay una emergencia masiva habría
que activar planes de expansión, pero la capacidad de
respuesta hoy de la red es mínima y la tenemos así
desde hace ya un buen tiempo.
El director de Centros Especializados de San Vicente Fundación,
Juan Manuel Sierra, alertó que si en Medellín
se presentara una gran emergencia, las clínicas y hospitales
de la ciudad no estarían en capacidad de atenderla, no
hay dónde ni con qué: Nuestra red de Urgencias
está colapsada, pero como nuestra responsabilidad social
es atender los pacientes, ya estamos riñendo con la ética
y lo legal para poder atenderlos, ya no somos capaces de seguir.
La situación es tan grave, que el Hospital Universitario
de San Vicente Fundación y la IPS Universitaria solicitaron
al Ministerio y a Supersalud la autorización para cerrar
Urgencias, algo nunca visto en Medellín y de incalculables
consecuencias. Si el gobierno salvó los bancos con impuesto
del 2x1.000, ¿por qué no lo hace con salud?.
Y concluyó: Estamos cerca de la paz y lejos de
la salud, porque no se puede concebir una sociedad en paz si
no se presta el servicio de salud. |
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