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Tenemos que inventar diariamente
la paz: Otto Morales Benítez
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Otto Morales Benítez,
uno de los intelectuales más brillantes de Colombia,
fue un adalid de la paz. Para ella vivió, en sus 94 años
no hubo momento de guerra o violencia donde él no agitara
la bandera blanca. Soldado de paz tras la violencia de los años
50 y en los diálogos con las guerrillas en la presidencia
de Belisario Betancur, aún le quedó tiempo para
el servicio público y para escribir más de 200
libros, 40 inéditos. Para el académico de la lengua
Vicente Landínez, fue uno de los grandes caudillos
intelectuales de la Nación y el continente.
Los primeros balbuceos pacifistas los inició junto a
Alberto Lleras Camargo, primer presidente del Frente Nacional
(1958-1962). Declaró en 2014 al profesor Arnoldo Ramírez
de la Universidad de Antioquia: Se dijo que en la Dictadura
de Rojas Pinilla se había logrado la paz. No es cierto.
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De los guerrilleros de los
Llanos se entregó el grupo de Guadalupe Salcedo, el
cual fue asesinado en Bogotá. Los demás, todos
siguieron en actividad. Inclusive, contra ellos se utilizó
la política de tierra arrasada; de los aviones se lanzaban
al aire algunos de aquellos. Las bombas de Napalm -que esterilizaban
la tierra-se usaron en Villarica. (
) Era tal la crueldad
de la Dictadura contra los guerrilleros, que el gobierno de
Estados Unidos prohibió vender armas a Colombia.
Otto viajó a los Llanos varias veces con Germán
Zea Hernández, José María Villarreal,
el expresidente López Pumarejo y varios militares,
y expuso a los guerrilleros la política de paz, en
la reunión de El Turpial.
Primera comisión de paz
Como el principal problema era la tierra, se
formó una oficina de rehabilitación con 10 abogados
y 10 economistas que con la Caja Agraria resolvían
lo relacionado con la propiedad. Para solucionar el problema
del desempleo se decidió que las obras de ingeniería
se harían a pico y pala, no con maquinaria, para que
los que dejaran las armas tuvieran trabajo, declaró
meses antes de morir, a Claudia Palacio de la revista Semana.
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El grupo de
Álvaro Gómez Hurtado y él mismo, iniciaron
una política de torpedo a la política de Rehabilitación.
Crearon crisis de gobierno y se suspendió su aplicación.
Algo grave, dijo el gestor, pues los rebeldes reincorporados
vieron que no se les cumplía, dijo al profesor
Ramírez (Conversaciones con Otto Morales Benítez).
Motor del proceso fue la Comisión Investigadora de las
Causas de la Violencia, obra del maestro, integrada por expresidentes
de la Corte Suprema de Justicia, exministros, sacerdotes y comandantes
del Ejército y la Policía, que recorrió
el país y sentó las bases de la política
de paz. Pero, como en los versos de Barba Jacob, Otto era otra
antorcha contra el viento. La paz sufría
una afrentosa derrota.
Morales y Tirofijo
Un día me monté en un taxi y el
taxista me dijo que cómo era yo de bruto por haber aceptado
la Comisión de Paz de Belisario. Y me dice que me tiene
una carta de Manuel Marulanda (Tirofijo); en ella dice que está
muy complacido de que yo estuviera en la Comisión y que
le dijera cuándo nos podíamos ver, refería
Morales Benítez a Semana. Comenzaba otra gesta de Otto
por la paz.
Agregó: En Neiva nos llevaron a un hotel y nos
dijeron que nos recogían al otro día a las 6 de
la mañana. Al otro día nos fuimos por una carreterita
mala hasta una casa campesina donde nos recibió una señora
muy amable, nos ensillaron bestias y nos fuimos montaña
arriba unas dos horas, con los otros de la Comisión,
John Agudelo Ríos, Alberto Rojas Puyo, Rafael Rivas Posada.
De pronto estábamos conversando y desapareció
todo el mundo en menos de cinco minutos. Cuando volvieron a
los 10 minutos, Marulanda me explicó que había
pasado un avión que nos podía bombardear.
El Memorando por la Paz se firmó el 30 de enero de 1983
en el pueblo de Colombia, Huila. Por las FARC firmaron Marulanda,
Jaime Guaraca y Jacobo Arenas. El mismo año, contaba
Germán Santamaría en El Tiempo, que saliendo el
mediador del Hotel Tequendama, un burócrata le dijo:
"Doctor, deje de joder con la paz, deje que maten a esos
bandidos y dedíquese usted a su campaña presidencial".
El 24 de enero, previendo el pre-acuerdo FARC-gobierno, el ministro
de Defensa, general Fernando Landazábal, escribía
en la revista del Ejército: Las Fuerzas Armadas
deben disponer su ánimo para una contienda de proporciones
incalculables e imprevisibles que llevaría al país
a una nueva fase de violencia. El 31 de mayo de 1983,
cinco meses después de la cita con el secretariado de
las FARC, Morales renunciaba a la Comisión Nacional de
Paz. En su carta al Presidente Betancur aseveraba: Los
enemigos de la paz están agazapados por dentro y por
fuera del gobierno. (
) Esas fuerzas reaccionarias en otras
épocas, lucharon como hoy contra la paz.
En la entrevista con Semana, Otto cuenta su cita con el ELN:
La reunión con ellos fue en Bogotá, en un
edificio en el norte. Fue una reunión azarosa porque
ellos tenían ametralladoras y nosotros claro que no,
pero fueron muy amables
. Y con el M-19: Llamé
a Bateman y acordamos almorzar en un restaurante en el norte
de Bogotá. En el almuerzo me dijo que lo que yo proponía
era razonable, pero que él tenía que viajar al
día siguiente a Santa Marta y luego a Panamá a
conversar con 3 personas que se oponían a la idea de
un acuerdo de paz. Poco después supo Otto Morales
del sospechoso accidente en que murió Bateman.
Lecciones para la paz
"Definitivamente tenemos que acostumbrarnos a vivir
con colombianos que no son ni liberales ni conservadores. Tenemos
que aprender a convivir con ellos y a constituir con ellos el
futuro de la Nación", afirmaba el gestor en sus
Papeles para la paz. Cuestionaba a los grupos políticos
opuestos a la rehabilitación de las víctimas de
la violencia, cuando se quiso pagarles lo que nunca recibieron
por sus tierras despojadas. Durante el mismo proceso de paz
de Betancur, Morales Benítez dijo esta frase: La
paz no se hace para los combatientes, sino para la comunidad
colombiana. Vamos a mejorar las condiciones de vida de las regiones
en donde hubo violencia.
Sobre el actual proceso de La Habana, Morales Benítez
señalaba a Semana hace pocos meses: Yo creo que
éste sí va a terminar en la firma de paz, creo
que hay muy buenas perspectivas y creo que se está creando
un ambiente en el pueblo bastante favorable. Al profesor
Arnoldo Ramírez de la U. de Antioquia le expresó
en 2014: Hoy mismo, en el proceso de paz que estamos viviendo,
hay muchos pesimistas, personas que escriben columnas en la
prensa para levantar más el odio y boicotear lo que se
adelanta. Eso mismo viví en la Comisión del Presidente
Betancur. |
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34 lecciones de paz
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Ojalá
cada colombiano tenga conciencia de que su personal actitud
ayuda, fortalece o daña la negociación de la
paz.
Otto Morales Benítez |
En
el coloquio con dos profesores de la Universidad de Cornell,
Nueva York, abril de 1987, Morales Benítez enunció
34 anotaciones para solucionar el conflicto colombiano,
que hoy cobran vigencia. Proponen estudiar a fondo la violencia,
adoptar una actitud clara ante el narcotráfico y una
táctica para resolver la problemática nacional,
diseñar una defensa integral del sector judicial, castigar
los crímenes económicos, frenar el crecimiento
desmesurado del poder burocrático, consolidar la convivencia
ciudadana y la libertad de pensamiento, sustituir los cultivos
ilícitos, exaltar el valor de la vida, educar a los
niños para la paz y la democracia, organizar a la comunidad,
luchar sin tregua contra la violencia, desconcentrar el poder
económico, bajar las tarifas de servicios públicos
y redistribuir la tierra. Otra anotación dice: La
simple solución militar no la conciben ni los mismos
miembros de las Fuerzas Armadas. (
) Hay más silencios
que propuestas.
Para Morales Benítez, ojalá cada colombiano
tenga conciencia de que su personal actitud ayuda, fortalece
o daña la negociación de la paz. Con esta
convicción se fue al cielo este eterno contertulio
del Diablo de su natal Riosucio. La obra del maestro, llamado
por el académico Vicente Landínez la conciencia
viva de la patria, sigue iluminando el pensamiento de
Colombia. Su carcajada cordial vuelve a resonar como signo
de alegría y de esperanza. |
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Los desplazados hallaron
la guerra
donde esperaban hallar la paz:
Oscar Collazos
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Tengo
dificultades para la deglución y el habla registra
procesos preocupantes. Me puedo mover por mis propios medios,
pero me fatigo pronto y demasiado. Mi vida intelectual en
cambio sigue siendo casi la misma, expresaba el escritor
Oscar Collazos el 4 de febrero de 2015, cuatro meses antes
de morir, en carta pública en su columna de El Tiempo,
al gran neurofisiólogo Rodolfo Llinás. Collazos
murió sin respuesta satisfactoria sobre las posibilidades
de tratamiento real para los pacientes de su Esclerosis Lateral
Amiotrófica (ELA). Como esta dolencia, muchas otras,
sobre todo las sociales, siguen sin cura a la vista.
Oscar Collazos fue crítico constante de la patología
social, en su obra literaria, poética y periodística.
El desplazamiento, cara descarnada de la muerte lenta que
padecen millones de colombianos, fue preocupación esencial
en sus relatos y reportajes. |
Por
Desplazados del futuro (2003) desfilan los protagonista
del drama, desarraigados del Urabá antioqueño,
en especial de Belén de Bajirá, de los Montes
de María y otras zonas, a la postre infelices moradores
del barrio Nelson Mandela de Cartagena de Indias.
Dice Collazos: No se trata solamente de los sobrevivientes,
de quienes vieron morir a padres, hermanos, parientes y amigos,
o de quienes fueron testigos del exterminio de familias enteras.
Hay que incluir a en este inventario de espanto a los fugitivos
del miedo. |
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Más adelante: Los huérfanos recuerdan
a sus muertos. Los fugitivos del terror evocan a sus amigos
asesinados. Todos recuerdan el pequeño pueblo donde
nacieron y hablan con nostalgia de los primeros años
de una infancia feliz. Me he preguntado entonces por el
crimen que los condena hoy a la pobreza más extrema.
La he conocido horrorizado, como también he conocido
la tenacidad con que sobrellevan la carga de un presente
que no contempla idea alguna de futuro. Para ellos, el futuro
es ahora mismo.
Y relata: Desde 1995 se empezó a ir la gente.
Se escuchaban rumores de que ese pueblo se iba a poner peor.
La incertidumbre será muy grande. La cosa había
empezado por Arboletes, Turbo, Apartadó, Carepa y
Chigorodó. Nadie pensaba que iba a llegar a Bajirá,
por acá qué va a llegar esa gente, se decía
entonces. Y esa gente eran los paramilitares.
Es el testimonio de Miguel Ángel Correa Martínez,
otro desplazado del miedo, en este mosaico de
voces donde la vigilia y el sueño se funden como
pesadilla.
Xiomara Tibisa Flores Arriola, de 12 años, una de
las víctimas desplazadas de Belén de Bajirá,
declara a Collazos: Un día iba yo bajando la
loma del pueblo y me tropecé con un pocotón
de muertos en una casa. Es noche no pude dormir. Tenía
como diez años. Si uno se duerme, sueña con
lo que vio. No quería dormirme para no soñar
con esos muertos. Cuenta luego al escritor su pesadilla,
en la cual ella y su hermana cortan las cabezas de los asesinos
de su padre, comen sus carnes y hacen una cruz con sus huesos.
Creo que ese sueño fue mi única venganza,
expresa Xiomara.
Bahía Solano, una ballena varada
Bahía Solano fue el pequeño gran mundo de
Oscar Collazos, allí vivió un resumen de la
tragedia colombiana. Jael Stella Gómez, editora de
Literatura Infantil y Juvenil de Editorial Norma, expresa:
En la historia de 'La ballena varada', su primer libro
de literatura infantil, se revelan problemas sociales y
ambientales que afectan a su natal Bahía Solano,
como son la tala de bosques, los ríos contaminados,
la pesca con dinamita, los forasteros que compran por nada
la tierra donde han vivido desde siempre los nativos colonos,
a quienes luego convierten en sirvientes. Collazos
hace un paralelismo entre la inmovilidad de la ballena con
el estancamiento de Bahía Solano.
Hasta su muerte, Collazos analizó el fenómeno
nacional de la violencia. El 25 de marzo de este año,
bajo el título de El comején institucional,
decía en su columna de El Tiempo: Las insurrecciones
armadas de los últimos 50 años, de origen
marxista o populista, se hicieron para 'cambiar el sistema'.
(...) O para enfrentar y diezmar a las que existían
con este fin: este fue uno de los propósitos del
paramilitarismo, estimulado por agentes del Estado. Unas
y otras fracasaron: las guerrillas no cambiaron el sistema
ni los paramilitares acabaron con la guerrilla, pero los
daños al país, a la sociedad y a la población
civil han sido monstruosos. Aludía al outsourcing
de los 'paras' al Estado, a los narcos y a los empresarios;
y a una guerrilla envilecida con el secuestro, el narcotráfico,
el reclutamiento de menores, la extorsión, los ataques
a la población civil, el minado y los ataques a la
infraestructura.
Con Óscar Collazos se fue un inventario de pesadillas,
pero también de bellos sueños.
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Literatura para todo
público
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Los
primeros relatos de Collazos, publicados cuando tenía
25 años, fueron recibidos con elogios por Gabo y Cepeda
Samudio. Collazos, sorprendido por la acogida, indicó
que fueron escritos con naturalidad y con el empuje
secreto de algunas influencias, la de escritores como Cortázar,
Salinger, Hemingway, Joyce, Cabrera Infante, William Saroyan.
Lo inédito era quizá el mundo que recreaban
(la vida de los extramuros).
Además de periodismo y ensayo crítico, la obra
literaria de Óscar Collazos incluye obras como: Tierra
quemada (2004), En la laguna más profunda
(2011) habla de la enfermedad del olvido -el Alzheimer-, Señor
Sombra (2009), Rencor (2006), Batallas
en el monte de Venus (2004), El exilio y la culpa
(2002), La ballena varada (2002), La muerte
de Erika (2001), Morir con papá (1997),
Adiós a la virgen (1994), Las trampas
del exilio (1992), Fugas (1998), Tal
como el fuego fatuo (1986), Jóvenes, pobres
amantes (1983), Memoria compartida (1978),
Los días de la paciencia (1976) y Crónica
de tiempo muerto (1975).
La polémica Literatura vs Revolución
Luego de que Ángel Rama solicitara a Collazos un artículo
para el semanario Marcha de Montevideo en 1969,
titulado "La encrucijada del lenguaje", Cortázar
envió una respuesta con el lema "Literatura en
la revolución y revolución en la literatura:
algunos malentendidos a liquidar". En abril de 1970 apareció
la contestación de Mario Vargas Llosa, "Luzbel,
Europa y otras conspiraciones". La editorial Siglo XXI
recogió estos textos en forma de libro e incorporó
al cierre una carta abierta de Collazos a Cortázar:
"Contrarrespuesta para armar". Hoy, 45 años
después de aquella polémica, estos textos siguen
siendo documentos de gran valor para comprender la historia
del continente, porque permiten reconocer el papel que en
ella han desempeñado nuestros escritores. |
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Medicina
en la pintura
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El dolor y la muerte
en obras de Edvard Munch
Isabel
Cristina Rueda Calle Comunicadora Corporativa - elpulso@elhospital.org.co |
| Edvard
Munch, pintor y grabador noruego de fuerte influencia en la
corriente Expresionista en el siglo XX. Nació en 1863,
hijo de padre médico y de fuerte carácter religioso,
a sus 5 años enfrentó la muerte de su madre y
a sus 14 la muerte de su hermana favorita -ambas por tuberculosis-,
episodios que marcaron su vida y representa en sus obras con
angustia y pesimismo. El grito es su obra más
popular, que realmente llamó El grito de la naturaleza.
Al estilo de esta obra, opuesto al realismo, que enfatiza sentimientos
y emociones del artista, se le llamó Expresionismo. |
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Entre sus pinturas más relacionadas con la salud,
La muerte en el cuarto del enfermo, realizada
por Munch cuando tenía 30 años, representa la
muerte de su hermana. En esta pintura de la que hizo 4 versiones,
muestra el momento en que Johanne Sophie, que tenía
un año más que él, estaba pasando por
el final de su vida con apenas 15 años de edad, por
una tuberculosis. Ella está sentada en una silla, en
la que el autor dice en su Diario que él y todos sus
familiares se sentaron alguna vez, invierno tras invierno,
esperando la entrada del sol, hasta que la muerte se los iba
llevando.
A la derecha se aprecia probablemente la parte de atrás
de la silla que mostró antes en La niña
enferma y el almohadón que le proporcionaba comodidad.
En la escena se ve a su padre y médico, el cual deja
la ciencia a un lado para orar por ella, estricta religiosidad
que también inculcaba a sus hijos. A la derecha de
la enferma se encuentra de nuevo la tía, quien parece
acompañar al padre en sus plegarias. No muy lejos,
pero cada quien sumergido en sí mismo, están
en primer plano Munch con sus otras dos hermanas y en la izquierda
se ve a su hermano Andreas. Todos se encuentran enfrentando,
además de la muerte, la soledad, pues allí cada
uno está mirando su dolor, sentimiento que los une.
Esta pintura es utilizada en conferencias donde el manejo
del dolor y el duelo están por encima de la lucha contra
la muerte, en debates que cuestionan hasta dónde intervenir
y desde cuándo acompañar el proceso de muerte.
Muestra una familia que prefirió pasar por el túnel
de la muerte en casa, acompañando a su ser querido
desde la intimidad del hogar, sin medidas extremas que sólo
podrían retrasar la llegada inevitable de la muerte.
El foco de la obra no es la paciente, sino lo que la enfermedad
y la muerte de un ser querido generan. Sin entrar en detalles
que ofrecerían la corriente del realismo o del impresionismo,
comparte de manera amplia el sufrimiento por la muerte de
su hermana.
En la obra de Munch puede observarse cómo el dolor
es la antítesis de la belleza. No vemos un cuadro que
reconforta la mirada, sino que la inquieta, y esa emoción
que el autor transmite la hace igualmente estética.
Referencias:
- Historia de Edvard Munch:
http://www.safran-arts.com/42day/art/art4dec/art1212.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Edvard_Munch
http://en.wikipedia.org/wiki/Edvard_Munch
- El Grito: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Scream
- The sick child: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Sick_Child
- Interpretation of the Death in the sickroom:
http://litmed.med.nyu.edu/Annotation?action=view&annid=10303
La pintura impresionista: http://www.apollo-magazine.com/munch/
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