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En los recuerdos gratos, siempre hayalguna
imagen de museo u obra de arte.
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En los recuerdos
gratos, siempre hay alguna imagen de museo: el sobrecogedor
Juicio Final de la Capilla Sixtina, la cama de Bolívar
en San Pedro Alejandrino, el cronosaurio que espantó
a los viejos habitantes de Villa de Leyva, la alcoba de María
en la Hacienda El Paraíso, el rutilante poporo quimbaya
del Museo del Oro, el evocador Horizontes de Cano o la monumental
Nuestra Señora de Colombia de Botero en el Museo de Antioquia,
el majestuoso David de Miguel Ángel, la estatua de cera
del asesino Chessman, o el día que nos sonrió
Mona Lisa en el Louvre.
En los museos está la historia del hombre: 100 millones
de visitantes recorren cada año alguno de los 10.000
museos en los 22 países iberoamericanos, que albergan
más de 260 millones de bienes culturales. Por ello, en
2008 los 22 países de la región celebran el Año
Iberoamericano de Museos bajo el lema Museos como agentes de
cambio y desarrollo, por acuerdo del I Encuentro Iberoamericano
de Museos celebrado en Salvador de Bahía, Brasil, 26-28
de junio/2007 y ratificado por Ministros de Cultura en la X
Conferencia Iberomericana de Cultura (Valparaíso -Chile)
26-27 de julio/2007.
Del Comité Organizador son Brasil (Secretaría
Ejecutiva), Chile, El Salvador, Portugal, España, México
y República Dominicana. Los objetivos: potenciar el conocimiento
de Iberoamérica como espacio cultural común, fomentar
el respeto por la diversidad cultural iberoamericana y crear
canales de comunicación e intercambio con sus museos.
Además, la Declaración de Salvador de Bahía
propuso crear la Red Ibermuseos, el Observatorio de Museos,
el Registro de Museos, programas de formación profesional
y capacitación técnica, circulación de
exposiciones y bienes, políticas de control y prevención
del tráfico ilícito de bienes culturales y participación
integrada de los museos en las efemérides históricas.
El 18 de mayo de 2008, Día Internacional de los Museos,
el tema fue El papel social de los museos. |
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¿Qué
es un museo?
Existen museos de lo divino y lo humano. Nada más
en Colombia, los hay de las marionetas, de los niños,
de informática, taurino, de la gaita, del hombre, de
la ciencia y el juego, de trajes regionales, del disco, ferroviario,
el Cuerpo de Bomberos de Bogotá tiene el Museo Igneológico,
Aguadas el del sombrero y las tradiciones populares, Guarne
el de la cabuya, Barranquilla el Museo Romántico, Popayán
de su Semana Santa, Casanare de la ganadería llanera,
Chocó de la diversidad biológica, Zipaquirá
de la sal, Quindío del canasto cafetero, Pereira de arte
postmoderno, Colsubsidio el Museo de Museos y la Cuarta Brigada
en Medellín el Museo del Changón.
En 2001, el Consejo Internacional de Museos de la UNESCO definió
el museo como institución permanente, sin fines
de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta
al público, que adquiere, conserva, investiga, difunde
y expone los testimonios materiales del hombre y su entorno
cultural, para la educación y el deleite del público
que lo visita. |
En su
libro Programas y experiencias en popularización de la
ciencia y la tecnología, la experta colombiana Mónica
Lozano señala que actualmente la Unesco revisa el concepto
de museo, su relación con los centros de ciencia y tecnología,
la dialéctica entre el tradicional preservacionismo y
las nuevas exigencias del museo como agente organizador de ideas
y de interacción.
Con base en el grado de interactividad, filosofía museal
del siglo XXI, Jorge Padilla los clasifica en 4 generaciones,
a partir del modelo propuesto en 1992 por Paulette Mc Manus.
De primera generación, los tradicionales de ciencia y
arte, colecciones de objetos con alto valor de herencia cultural,
enfoque expositivo y presencia del espectador altamente pasiva.
De segunda generación, los primeros de ciencia y tecnología,
con participación del espectador más activa y
exhibiciones demostrativas de procesos específicos. A
los de tercera generación pertenecen la mayoría
de los centros interactivos de ciencia y tecnología,
colecciones de ideas, de fenómenos naturales y
de principios científicos, más que de objetos,
dice Mónica Lozano; privilegian la experiencia tetra-dimensional,
donde la interactividad es la cuarta dimensión, pero
tienen final cerrado: secuencias y resultados predeterminados.
En contraste, los de cuarta generación poseen una interactividad
plena con final abierto, al propiciar la interacción
creativa; son diseñados con tecnologías de punta,
ofrecen varias opciones a la persona para definir los resultados,
son experiencia inmersiva penta-dimensional, donde la quinta
dimensión es la posibilidad del visitante de redefinir
la exhibición.
La autora incluye la clasificación museográfica
por el tamaño. Hay museos grandes: área entre
7.200 y 22.000 metros cuadrados, asistencia promedio de 630.000
visitantes/año y presupuesto anual de US$2.900.000 dólares,
medianos (3.200-6.000 metros cuadrados, 200.000 visitantes y
US$800.000 dólares), pequeños (1.050-1.600 metros
cuadrados, 40.000 visitantes y US$60.000 dólares) y muy
pequeños (90-800 metros cuadrados, 15.000 visitantes
y US$30.000 dólares).
El museo, un ser vivo
Para Lucrecia Piedrahíta, museóloga, especialista
en Periodismo y ex directora del Museo de Antioquia y de la
Bienal de Arte de Medellín, los museos son ante
todo, el lugar de la memoria, posibilidad del encuentro entre
el pasado, el presente y el futuro. |
Y observa:
Un museo se proyecta en el tiempo en la medida en que
permita lecturas múltiples desde otras disciplinas: el
arte que se cruza con lo político, lo social y lo antropológico.
La idea de museo surge con la del coleccionismo y nos remite
a las tumbas faraónicas, donde el coleccionismo perfila
la idea de museo que se consolida en Grecia y luego en Roma,
con una característica esencial: el acceso público,
para conocer las villas romanas, los grandes palacios y los
objetos que daban cuenta del desarrollo de una civilización.
En la Edad Media, el museo está ligado a la Iglesia,
que permite en ciertas festividades del año el acceso
del público a los tesoros eclesiásticos, y con
el Renacimiento comenzará la idea de museo moderno, que
da acceso al conocimiento y al disfrute de lo público,
entendido como construcción colectiva que nos permite
vivir en sociedad.
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El Museo del Louvre en París,
es uno de los más importantes del mundo. Su creación
significó el paso de las colecciones privadas a las
públicas, para disfrute de la sociedad, constituyéndose
en precedente de todos los grandes museos. Con más
de 8 millones de visitantes en 2006, es el museo de arte más
visitado del mundo.
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Señala
al museo contemporáneo como espacio abierto que
rompe fronteras entre lo público y lo privado. Su razón
de ser es abrir puertas, entrar en relación con diferentes
barrios y grupos, con las prácticas artísticas
contemporáneas, que no son otra cosa que las estéticas
expandidas. El arte va más allá de la pintura,
de la escultura, de la instalación, del video-instalación,
como elemento transformador en una zona determinada de la ciudad,
y que permite socializar las problemáticas sociales.
Ya el museo no es elemento rígido sino orgánico,
que se acopla al desarrollo mismo de la ciudad. Por eso es tan
importante motivar el público del museo desde kínder
y primaria, para que los niños no vean en el museo una
cosa alejada, sino piezas que pueden relacionar con su clase
de biología, de física o de matemáticas.
Un paso importante de la museología y la museografía
contemporáneas, fue ir más allá de las
4 paredes; así lo referencia el espacio de lo virtual,
que construye la misma colectividad sin pretensiones de hacer
arte, pero que permite interactuar con el otro y reflexionar
por la memoria. Indiscutiblemente, sea la internet, el Museo
de Museos que nos trae ese abanico por la historia del coleccionismo,
sea el museo de las armas o el de las marionetas, los atraviesa
el eje de la memoria. Hoy tiene sentido la obra de arte mientras
más públicos convoque, más rechazos y admiraciones
provoque, y sobre todo, mientras más conmueva al espectador. |
Los museos son
ante todo,
el lugar de la memoria, posibilidad
del encuentro entre el pasado,
el presente y el futuro.
Lucrecia Piedrahíta.
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Sobre
la gran discusión entre el Museo Británico de
Londres y Grecia, que le reclama sus esculturas y todo lo que
significó ese saqueo, Lucrecia Piedrahíta conceptuó:
En verdad, allá tienen las piezas más bellas
del Partenón. Inglaterra alega que no las devuelve, porque
ahí tiene ese patrimonio preservado bajo todas las reglas
de la técnica museográfica, para conservar a futuro,
y los museos fueron construidos a partir de esas grandes conquistas.
El Louvre es el ejemplo mayor. Según Napoleón,
una gran nación tiene que tener un gran Museo, porque
ahí se da cuenta uno de qué nivel cultural tiene
ese país.
Exposiciones: el mundo como museo
A las ferias y exposiciones modernas, macro-museos eventuales,
con logística de avanzada tecnología, las anteceden
varios siglos atrás, las primitivas exhibiciones que
los pueblos pre-cristianos hacían de sus productos. El
Medioevo ve surgir las ferias donde los antiguos gremios intercambiaban
productos y servicios. Y desde 1790 hasta 2008, la historia
registra 230 grandes exposiciones, entre universales, mundiales
e internacionales.
Con la Exposición Universal de París 1878, celebró
Francia su recuperación tras la derrota en la Guerra
Franco Prusiana; allí se exhibió el teléfono
de Graham Bell, entre muchos inventos, y los 267.000 metros
cuadrados de área fueron iluminados con las bombillas
eléctricas recién inventadas por Edison, de quien
se mostraron un megáfono y un gramófono. Unas
16 millones de personas la visitaron, mientras Víctor
Hugo dirigía el Congreso para la protección de
la propiedad literaria, y en otro congreso se adoptaba mundialmente
el Sistema Braille para los ciegos.
En la Exposición Universal de Barcelona 1888, presidida
por el rey Alfonso XIII de apenas 2 años de edad, el
ingeniero francés Gustave Eiffel propuso su torre como
portal, más fue rechazada por romper el entorno arquitectónico;
en su lugar se puso un arco del triunfo. Un año más
tarde, en el centenario de la Toma de la Bastilla, se instalaba
la Torre Eiffel como portal de la Exposición Universal
de París, con la condición de desmontarla al final
del evento, pero a la presión popular debemos la preservación
de esta maravilla moderna.
En la Exposición Universal de Sevilla 1992, quinto centenario
del Descubrimiento de América, el lema fue la era de
los descubrimientos y en la Mundial de Lisboa 1998, los océanos,
un mundo por descubrir y reserva natural para la supervivencia
humana. Mostró un Oceanario, el mayor acuario del mundo,
los 4 ecosistemas marinos y los pabellones de la realidad virtual
y de la Utopía.
Ahora que los museos marchan como el mundo, hacia la quinta
dimensión: la interactividad, ¿qué mejor
ocasión que este Año Iberoamericano de los Museos,
para pensar el mundo como un inmenso pesebre de figuras móviles,
donde el hombre cada día construye o destruye su entorno
y reinterpreta la vida?. |
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Ocioso
lector |
Porvenir y cultura |
William Ospina
Pero las tradiciones culturales particulares de los pueblos
nunca desaparecerán, porque una de las principales características
del arte y de los lenguajes profundos del ser humano, es que
no pierden vigencia con el cambio de las edades. La persistencia
del valor estético y filosófico de los mármoles
griegos y de las estelas asirias, de los cantos provenzales
y de las danzas birmanas, de las mezquitas persas y de los monumentos
funerarios egipcios, de la música de los tambores bantúes
y de las cítaras turcas, del Alcorán y de las
epopeyas hindúes, de las metáforas de los skaldos
de Islandia y de los hai-kais japoneses, de las rapsodias de
Homero y de los tercetos del Dante, de las enormes marionetas
vietnamitas y de las incontables e inmemoriales danzas de África,
de los libros de La Biblia y de las tragedias de Shakespeare,
de los ritos marciales maoríes y de los cantos misteriosos
de Siberia, es una buena prueba de que el verdadero valor de
la cultura no está en la novedad sino en la intemporalidad,
en su capacidad de tener fuerza y sentido para los humanos de
todas las épocas y de todas las regiones del mundo.
Esa persistencia demuestra también la esencial afinidad
de los seres de nuestra especie, a despecho de su diversidad,
de sus diferencias llamativas, de sus espléndidas formas
locales. Es esa afinidad profunda, que hace que todo ser humano
pueda reconocer algo propio y pueda entender algo de sí
mismo leyendo a Basho, a Homero, a Netzahualcóyotl o
a Omar Kahyyam, lo que hace que sean posibles y fecundas las
aproximaciones y las síntesis de las que he venido hablando.
Las tradiciones precisamente no son modas de las que la humanidad
esté dispuesta a desprenderse cada vez que le ofrezcan
alguna novedad o alguna astucia. Las redes de la memoria, las
artes y los sueños colectivos de un pueblo no son ornamentos
casuales, no son episodios contingentes sino el alma misma de
las sociedades, la voz persistente de las generaciones deshechas,
los lazos entrañables que unen a los muertos con los
vivos y a éstos con los que vendrán, son el substrato
profundo de los valores, el tejido que conserva los anhelos,
las intuiciones y las sabidurías de un pueblo. Pueden
ser compartidas, pueden llegar a ser parte entrañable
de la memoria común de la humanidad, pueden mezclarse
creadoramente con otras tradiciones, pero no pueden ser negadas,
ni borradas, ni profanadas, sin que algo muy profundo y esencial
quede vulnerado en el mundo.
Fragmento del ensayo Porvenir y cultura, leído
en la inauguración del Encuentro de Ministros de Cultura
de los Países No Alineados, Medellín, 1997, del
libro Los nuevos centros de la esfera. |
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Primer
canal étnico de televisión en Colombia:
En la comunidad de Atánquez, resguardo indígena
Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta, opera TV
Kankuama, cuyo propósito es recuperar las tradiciones
culturales y simbólicas de la región.
Cinegira
en 800 municipios del país: Unos
4 millones de habitantes de poblaciones alejadas de Colombia
y con menos de 100.000 habitantes, accederán por primera
vez y gratis a exhibiciones cinematográficas, a partir
del segundo semestre de este año.
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Premios a Colombia
en Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Lisboa: En mejor
obra de Iberoamérica construida entre 2004 y 2006,
el Parque Biblioteca España de Medellín recibió
el máximo galardón. Y el premio a publicaciones
en la categoría libro, fue para el Atlas Histórico
de Bogotá 1911-1948, tomo II.
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