MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 308 MAYO DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
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En Colombia hay 160 mil médicos, uno por cada 325 habitantes, y solo uno de cada cuatro es especialista.
Estas cifras, publicadas por la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI) en su reporte “Salud en Cifras”, resultan preocupantes, dado que registran el número más bajo de doctores entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde la relación es al revés: por cada médico general, hay casi tres especialistas.
Asimismo, ACEMI evidenció un déficit incluso mayor en el personal de enfermería: Colombia solo cuenta con una enfermera por cada mil personas, lo que es cuatroveces menor que en Brasil, y entre ocho y diez veces menor que en países europeos. “Habría que formar a más de 50 000 profesionales para alcanzar el estándar internacional”, asegura ACEMI.
Además, el problema persiste frente a las especialidades. Colombia solo cuenta con un total de 1 400 psiquiatras, lo que equivale a dos psiquiatras por cada 100 000 habitantes. Esto es cinco veces menor a la meta de la OMS, que estima diez psiquiatras por cada 100 000 habitantes.
Lo anterior es alarmante dado el actual aumento de las enfermedades mentales en el país. En los últimos cuatro años, las consultas por trastornos mentales en el régimen contributivo subieron cinco lugares entre las primeras causas de consulta.
Por otro lado, se registraron solo 990 gerontólogos para brindar atención a los 6.5 millones de adultos mayores, lo que también es delicado teniendo en cuenta el incremento del 22,5 % en el índice de envejecimiento que se ha presentado en los últimos cinco años.
Adicionalmente, la entidad afirmó que solo hay 390 oncólogos en Colombia para atender los 44 371 casos nuevos de cáncer que se presentan cada año, según cifras de la Cuenta de Alto Costo.
Las estadísticas anteriores repercuten de manera directa en la distribución y la concentración de los profesionales en el país, lo que también se convierte en un tema crítico, porque según el mismo informe, seis de cada diez médicos trabajan en las cinco principales ciudades de Colombia, mientras que en 17 departamentos, apenas se cuenta con uno o dos médicos por cada mil habitantes.
Por ejemplo, Ana Cristina Pineda Solano, Médico General (desde hace 20 años) del Hospital César Uribe Piedrahita ubicado en Caucasia Antioquia, contó en conversaciones con El Pulso que en Caucasia y en la región del Bajo Cauca existe una gran escasez de médicos generales y especialistas:
“Acá esto sucede porque la realidad es que esta es una zona violenta; se considera zona roja por la presencia de grupos al margen de la ley, narcotráfico y minería ilegal. Esto genera incertidumbre o sensación de inseguridad, entonces las personas tienen el temor de venir a trabajar acá incluso sin conocer. Algo que nos marcó y nos estigmatizó más, sobretodo a Caucasia, fue el asesinato del gerente de nuestro hospital en 2021. Este asesinato ocurrió cuando él ejercía su función como gerente del hospital y quedó en la impunidad, entonces se genera zozobra e incertidumbre, lo que impacta más en la atracción del talento”.
Sumado a lo anterior, Colombia es un país que envejece aceleradamente. El 70,7 % de la carga de la enfermedad, es decir de los años de vida perdidos por discapacidad, proviene de enfermedades crónicas. La escasez de personal médico hace que se reduzca el impacto que se requiere en torno a la prevención de la enfermedad y el tratamiento en el nivel primario de atención, sobre todo si existe un déficit de especialidades como médicos familiares, reumatólogos y neurólogos.
La emigración de profesionales médicos colombianos en busca de mejores oportunidades laborales y condiciones de trabajo en el extranjero ha contribuido a la escasez de personal médico en el país.
Un artículo de la Universidad Nacional de Colombia sobre la migración de enfermeros colombianos hacia Alemania explicó la causa del fenómeno: “En Colombia, las condiciones laborales para los trabajadores de la salud son inestables en las instituciones financiadas por las EPS y en entidades de salud privadas, especialmente en regiones de la ‘Colombia profunda’, donde hay carencias estructurales que hacen muy difícil el trabajo digno a los profesionales, desde su infraestructura, pasando por condiciones de seguridad y falta de insumos”.
Frente a lo anterior, Milena Lopera, ex secretaria de Salud de Medellín, expresó: “Especializarse en Colombia es demasiado costoso, y por eso muchos profesionales en medicina optan por especializarse por fuera del país. Esto hace que los estudiantes vayan a realizar sus estudios en otros lugares donde les brindan oportunidades beneficiosas como becas, y después no retornan porque logran hacer la homologación de su título y, posteriormente, se quedan trabajando porque los salarios y las condiciones son mejores”.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que “en algunos países, la insuficiencia crónica de inversión en formación y capacitación de trabajadores sanitarios y las discrepancias entre las estrategias de formación y las de empleo, respecto a las necesidades de los sistemas de salud y de la población están contribuyendo a perpetuar la escasez. Esto se combina con la dificultad de asignar trabajadores sanitarios a zonas rurales, remotas y desatendidas”.
Además, las desigualdades regionales también representan un reto para Colombia dado que se genera una distribución desigual de médicos entre las áreas urbanas y rurales, y entre las regiones del país, pues la presencia de los profesionales se concentra en las principales ciudades y municipios, y esto agrava la escasez de personal médico en áreas que también lo necesitan con urgencia.
María Laura Solano Rivera, médico general de la Clínica Regional del San Jorge en Montelíbano Córdoba, habló con El Pulso y manifestó que durante los dos años que lleva laborando en esta clínica del municipio, ella y sus colegas han padecido fuertemente el impacto de la escasez del personal médico: “Nos ha tocado hacer turnos diarios sin descanso, el pago no es tan oportuno, y la seguridad de nosotros como personal médico y la calidad en las instalaciones no es la mejor. Nos ha tocado doblar turnos, los descansos a veces son pocos y tenemos que hacer jornadas de hasta 12 horas de trabajo realmente extenuantes porque usualmente tenemos a cargo demasiadas zonas y pacientes precisamente por la falta de personal. Esto hace que a parte del agotamiento físico haya mucho agotamiento mental y emocional, pues además de que es poco lo que podemos compartir con nuestras familias casi no podemos tener tiempo de ocio”.
Asimismo, la falta de incentivos económicos, condiciones laborales precarias y la alta carga de trabajo son factores que también influyen en la escasez de personal debido a que esto hace que los profesionales del sector se desalienten a trabajar en Colombia o en sus áreas rurales y remotas.
El director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, afirmó que para responder a la escasez de personal es necesario “redoblar los esfuerzos en la financiación de la salud, incluida la educación y la retención del personal; y en la calidad de la educación, para tener futuros profesionales médicos bien formados”.
Además, otra forma viable de disminuir la barrera es que el Estado promueva recompensas financieras y profesionales para el personal médico, de manera que se mejoren los salarios bajos que son insuficientes para responder a los altos costos de vida, el acceso a oportunidades que mejoren el nivel profesional y las cargas administrativas.
Algunas de estas estrategias pueden incluir programas de préstamos, becas, créditos fiscales o subsidios. Además, puede ser beneficioso crear programas de tutorías, redes y oportunidades de educación continua.
Anny Vargas, enfermera del servicio de urgencias de la Clínica las Américas en Medellín, indicó: “Quizás una buena manera de abordar el déficit de la escasez, desde la educación, sería revisar las tarifas y los precios de los programas universitarios de medicina, debido a que actualmente son muy costosos, y además de esto, las plazas son muy limitadas o requieren de muy altos puntajes para que las personas accedan a la carrera”.
Además, Anny Vargas agregó que “es importante revisar desde el gobierno los recursos que se destinan a la contratación de personal médico porque son muy limitados, lo que hace que se ofrezcan salarios poco competitivos, y peor aún, teniendo en cuenta que normalmente los profesionales terminan ocupando múltiples servicios debido a los pocos médicos que hay para atender a tantos usuarios”.
Por su parte, Milena Lopera, ex secretaria de Salud de Medellín, señaló: “Realmente mejorar esta situación es un sueño para el personal sanitario. Por eso primero es importante que las instituciones de salud se adhieran a convenios laborales que le permitan al profesional tener condiciones laborales dignas y que le brinden bonificaciones, primas y vacaciones; es decir, todos los beneficios de los que irónicamente carece el médico normalmente, teniendo en cuenta que es él quien cuida de la salud de todos”.
La escasez de profesionales de la salud en Colombia es una problemática multifacética que requiere atención urgente y soluciones integrales. Solo a través de un esfuerzo coordinado entre el gobierno, las instituciones de salud y la academia, será posible superar este desafío y garantizar el acceso equitativo a una atención médica de calidad para todos los colombianos, mientras se les brindan condiciones adecuadas y justas a nuestros profesionales sanitarios.
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