MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 308 MAYO DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
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El sistema de salud en Colombia enfrenta una crisis profunda que afecta directamente la calidad de vida de millones de ciudadanos. Cada vez son más frecuentes las quejas por la ineficiencia, la falta de acceso oportuno a servicios médicos y la inequidad en la atención.
Financiamiento: según el profesor Julio César Chamorro, profesor del área de macroeconomía y líder del grupo de investigación Economía Política y Procesos de Desarrollo de la Universidad Central, el sistema de salud colombiano que opera bajo un modelo mixto de régimen contributivo y subsidiado, enfrenta serias deficiencias en cuanto a la financiación. Especialmente preocupante es la situación del régimen subsidiado, donde los recursos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de la población.
Acceso y oportunidad: de acuerdo con Óscar Vivi, profesor y experto en temas de salud de la Universidad Central, el acceso a servicios médicos de calidad sigue siendo un desafío para muchos colombianos, especialmente en zonas rurales y poblaciones vulnerables. Las largas esperas para citas y procedimientos, la escasez de especialistas en ciertas regiones y la falta de infraestructura adecuada son obstáculos significativos para los usuarios.
Calidad de la atención: Jhova Allam Echeverri, también docente en el campo de la salud de la Universidad Central, destaca que la calidad de la atención médica en Colombia varía considerablemente entre diferentes instituciones y regiones. La falta de control y supervisión, la inadecuada capacitación del personal y la deficiencia en la dotación de equipos e insumos son algunos de los factores que afectan la calidad de los servicios.
Inequidad: según José Manuel Sánchez, director del programa de Economía de la Universidad Central, el sistema de salud en Colombia exhibe una marcada inequidad en el acceso y la calidad de la atención. Las poblaciones más pobres y vulnerables son las más afectadas, con menor acceso a especialistas, infraestructura deficiente y una mayor tasa de mortalidad por enfermedades prevenibles.
El sistema de salud en Colombia enfrenta una serie de desafíos complejos que requieren atención urgente. El efecto combinado de diversas presiones demográficas, el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles y la demanda creciente de procedimientos y tecnologías médicas plantea retos enormes para la sociedad en los próximos años. Según la Revista Ensayos Sobre Política Económica (ESPE) - “Aspectos financieros y fiscales del sistema de salud en Colombia” del Banco de la República, publicado el 2 octubre 2023, se estima que se necesitarán recursos adicionales equivalentes al 1,91 % del PIB para mantener la sostenibilidad del sistema de salud en los próximos ocho años.
En un contexto de limitaciones económicas y sociales, así como de constantes disrupciones tecnológicas, es crucial abordar estos desafíos de manera eficiente y equitativa. Una mejora en la eficiencia de la prestación de servicios de salud es fundamental para garantizar la sostenibilidad del sistema. Esto incluye la implementación de esquemas de gestión de riesgos que promuevan incentivos adecuados en la contratación de servicios y orienten hacia la obtención de resultados en salud.
Sin embargo, la realidad actual del sistema pone de manifiesto una situación preocupante que exige una evaluación urgente. La caída del proyecto de reforma a la salud, la intervención de varias EPS y la solicitud de liquidación de otras reflejan una crisis profunda en el sector.
El economista de la Universidad del Rosario Paul Rodríguez-Lesmes profundizó sobre el origen de esta crisis y posibles soluciones. Señala que la imposibilidad de concertar soluciones efectivas ha generado una presión financiera en el sistema. Destaca que la salud cada día es más cara en Colombia y en cualquier parte del mundo, lo que ha llevado a buscar salidas de todo tipo.
También critica la falta de consenso y la ausencia de un proceso de concertación efectivo en el fallido proyecto de reforma a la salud. Explica que la reforma terminó siendo un plan de un grupo muy pequeño de académicos con una visión desactualizada de cómo funcionaba la salud hace 30 años.
Rodríguez-Lesmes destaca la importancia de alinear mejor las zonas rurales en el sistema de salud y de ajustar elementos clave para las EPS, como un pago por desempeño más articulado y redes más reguladas.
En cuanto a la intervención de la Corte Constitucional, se llevó a cabo una sesión técnica para abordar el bajo cumplimiento de las órdenes impartidas en la Sentencia T-760 del 2008. Este fallo buscaba corregir las fallas estructurales del sistema de salud pública en Colombia, garantizando el acceso a servicios sanitarios oportunos y de calidad. Sin embargo, el incumplimiento de estas órdenes ha contribuido al agravamiento de la crisis.
El impacto de esta situación se refleja en una mayor incertidumbre en el sector, tanto para los usuarios como para los profesionales de la salud. La falta de claridad en cuanto a soluciones concretas podría llevar a despidos masivos y cierres de empresas, lo que afectaría gravemente la capacidad del sistema para funcionar adecuadamente.
En otro sentido, los docentes Julio César Chamorro, Óscar Vivi, Jhova Allam Echeverri y José Manuel Sánchez, investigadores del programa de Economía de la Universidad Central, afirmaron que el sistema de salud colombiano opera bajo un modelo de aseguramiento con dos regímenes principales: el contributivo y el subsidiado. Las EPS (Entidades Promotoras de Salud) son las encargadas de la afiliación de los usuarios y la prestación de servicios de salud a través del Plan Obligatorio de Salud (POS), mientras que las IPS (Instituciones Prestadoras de Salud) brindan los servicios médicos. Sin embargo, en los últimos años, este sistema ha enfrentado una crisis alarmante, evidenciada por la liquidación de al menos 20 EPS y la intervención de otras importantes, como Sanitas, por parte de la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud).
Las consecuencias potenciales de esta crisis son preocupantes, ya que podrían desencadenar una crisis social sin precedentes, con un impacto negativo en la salud de la población; por ejemplo, el aumento de la mortalidad por enfermedades prevenibles; el aumento de la desigualdad, pues las personas de bajos recursos son las más afectadas; y la desconfianza en el sistema de salud.
Chamorro sostiene que se requiere una reforma estructural que garantice recursos suficientes y sostenibles para el sistema de salud. Entre las medidas propuestas se encuentran el aumento de la base de cotizantes, la implementación de impuestos progresivos y la búsqueda de mayor eficiencia en la gestión de los recursos.
Vivi enfatiza la importancia de fortalecer la Atención Primaria en Salud como pilar fundamental del sistema. Esto implica invertir en la formación de médicos y personal de salud capacitado, así como en la mejora de la infraestructura en zonas rurales y poblaciones vulnerables.
Echeverri sugiere implementar mecanismos de control y supervisión más eficientes que garanticen la transparencia en el manejo de los recursos y la calidad de la atención prestada. La participación activa de la sociedad civil en la vigilancia del sistema también es fundamental, según el experto.
Sánchez aboga por la implementación de políticas públicas dirigidas a reducir las brechas de inequidad en el acceso y la calidad de la asistencia médica. Esto incluye programas de atención especial para poblaciones vulnerables y la expansión de la cobertura en zonas rurales.
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