Comenzó un nuevo mandato presidencial y una nueva
legislatura; unido a ello, una vez más se pone sobre
el tapete la discusión acerca de la necesidad de
modificar la ley que creó el Sistema General de Seguridad
Social en Salud en Colombia, al punto que para las primeras
sesiones ya se habían presentado a consideración
del Congreso de la República dos proyectos de ley,
y al parecer ya van cinco presentados.
Siempre desde estas líneas hemos sostenido, que del
texto de la Ley 100 de 1993 se desprende como conclusión,
que el legislador en aquella oportunidad pensó seriamente
en la comunidad y diseñó un sistema donde
cupieran todos los habitantes del territorio nacional, les
reconoció sus derechos y asignó obligaciones
en ese sentido para que estos no fueran más letra
muerta de la mucha existente en el país, donde cunde
la legislación plagada de buenas intenciones.
No podemos olvidar que el tema de lo que hoy llamamos integración
vertical fue permitido dentro de las discusiones que
se dieron al proyecto -pues inicialmente se consideró
necesario separar la actividad de los administradores de
los regímenes de beneficios, de la actividad prestadora
de servicios de salud- y con el argumento de defender el
Seguro Social, todo motivado por la entonces presidente
de esa institución.
Hoy, cuando al parecer todo el país es consciente
de la necesidad de acabar con ese prestador -salvo los que
en ella devengan-, es también necesario reflexionar
sobre la importancia para los ciudadanos de la separación
absoluta de la actividad prestadora y la aseguradora, sin
porcentajes, como se pensó inicialmente, y que el
proyecto de delegar en la Presidencia de la República
sea para este fin.
jljr@elhospital.org.co