MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 8    NO 98   NOVIEMBRE DEL AÑO 2006    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

SALUD PÚBLICA
Sífilis congénita en Antioquia:
una vergüenza pública
Olga Lucia Muñoz López - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
Aunque parezca increíble, en Antioquia se tiene un atraso de 60 a 65 años en el manejo de sífilis congénita, si se compara con la situación epidemiológica de un país desarrollado: Mientras en Estados Unidos la prevalencia de sífilis congénita es de 0.11 por 100 mil, en Antioquia es bastante preocupante que estuviera en 350 por 100 mil en 2004 y en 329 por 100 mil en 2005 (prevalencias en EU en 1941). La situación es más grave aún, cuando se observa que en regiones como Urabá la prevalencia es de 640 por 100 mil, comparada con 40 por 100 mil en el Valle de Aburrá (área metropolitana de Medellín).
Así se concluye en investigación realizada por el Centro Asociado al CLAP de la Universidad de Antioquia en convenio con la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, para el desarrollo de la vigilancia epidemiológica avanzada para la sífilis congénita. Más allá de los resultados, vale recordar que la sífilis gestacional y congénita es un problema de salud pública en Colombia, que pese a tener incluido su manejo en la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, en los últimos 4 años tuvo un impacto casi nulo.
Según el doctor Juan Guillermo Londoño, jefe de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Antioquia, el problema fundamental radica en que pese a conocer el comportamiento epidemiológico, los mecanismos de transmisión, el tratamiento (pruebas sencillas de diagnóstico y tratamiento de muy bajo costo), el seguimiento y cómo evitar la transmisión madre-hijo, nada de esto se está haciendo: “De una población determinada de gestantes que requieren control prenatal, sólo a un porcentaje mínimo se le hacen pruebas de tamización para cuáles tienen sífilis; de éstas, sólo a un porcentaje menor se les entrega el resultado; de las que reciben el resultado, a un porcentaje todavía menor se les presta tratamiento adecuado; de las pacientes con tratamiento adecuado, a un porcentaje mucho menor se le hace seguimiento para confirmar que se alivió de la enfermedad; y de esas pacientes aliviadas, a un porcentaje mínimo si es que no es igual a cero, se les hace

seguimiento de contactos; y si no se hace seguimientos de contactos entonces no se hace nada, porque la paciente se reinfecta”, explicó el doctor Londoño.
Además, este manejo de la sífilis congénita revela un grave problema de equidad: de 150 casos confirmados en Antioquia en 2005, el 38% eran pacientes del régimen subsidiado y 39% eran pacientes sin seguridad social (o vinculadas); el 8% eran del régimen contributivo y 1% particulares. Así, ser afiliado del régimen subsidiado o ser 'vinculado', podría considerarse un factor de riesgo, por la pésima calidad de la atención.
De las pacientes con sífilis congénita en 2005, el 21% no realizaron control prenatal, por falta de demanda inducida de control prenatal; de esas pacientes, el 35% recibieron tratamientos inadecuados, sin contar que cuando una paciente tiene una infección de transmisión sexual, siempre es necesario solicitar prueba para Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH, y al 30% no se les solicitó. En este aspecto también hay grandes diferencias: en el bajo Cauca, al 60% de las pacientes con sífilis no les solicitó prueba de VIH, en el occidente al 50% y en el Magdalena Medio al 42%, cuando es norma nacional e internacional: En la resolución 412/00 del Ministerio de Protección Social, se establece que a toda paciente embarazada es necesario solicitarle prueba para sífilis en el primer trimestre, otra a la semana 28 y otra una vez nazca el niño; y si la prueba es positiva, se debe hacer tratamiento, seguimiento y estudio de contactos, y solicitar prueba de VIH, pero esta norma es saltada olímpicamente por los diversos responsables en el sistema de salud.
Consecuencias y paradojas
La sífilis congénita genera abortos, fetos desnutridos, niños que nacen muertos, niños con bajo peso al nacer, y niños que tendrán mayor mortalidad infantil porque nacen infectados y con severas secuelas. En Antioquia, de los niños infectados, el 19% eran prematuros, el 24% tenían bajo peso al nacer y el 52% de los recién nacidos recibieron tratamientos inadecuados. Esta situación se torna preocupante, cuando se sabe que la prueba para sífilis (VDRL) y el tratamiento con 2'400.000 unidades de Benzetacil sólo cuesta unos $20.000, mientras el tratamiento mínimo para un niño infectado vale $1'500.000.
Si en Urabá la prevalencia de sífilis congénita es de 640 por 100 mil, en el Magdalena Medio 340 por 100 mil y en el nordeste 300 por 100 mil, cuando el manejo de la enfermedad puede realizarse con acciones absolutamente sencillas, cabe preguntarse por los factores de la persistencia de la sífilis congénita en el medio. Existen varias causas:
- Hay un ingreso tardío o ausencia de control prenatal, porque no hay promoción de la salud ni prevención de la enfermedad (la población no conoce el impacto de la sífilis congénita en la salud pública y cree que es una enfermedad del pasado, pero en Antioquia se puede hablar de una epidemia de sífilis congénita); si no hay educación a la comunidad, las personas desconocen cómo se pueden infectar, diagnosticar y prevenir.
- Si no hay control prenatal o es tardío, no hay adherencia al tratamiento. En Colombia, los programas de control prenatal son ineficaces o de muy mala calidad, con diligenciamiento incompleto de la historia clínica, sin captación de compañeros sexuales ni seguimiento; además, los programas de atención a la infección de transmisión sexual (ITS) son inadecuados y los médicos desconocen los protocolos de atención; esto lleva a que una enfermedad que debería haber desaparecido o estar controlada, constituya hoy un problema grave de salud pública. En la Política de Salud Sexual y Reproductiva del actual gobierno, se pretendía llevar las ITS a una prevalencia por debajo del 0.5 por mil; hoy, la prevalencia es 1.5 por mil: podría afirmarse que no hubo ningún impacto.
Hay sífilis congénita en toda Colombia
La alta prevalencia y el manejo de la sífilis congénita es un problema en todo el país, con regiones donde la situación es más dramática. La situación es muy preocupante, porque es un problema que desde la salud pública y la medicina ya debería estar resuelto, pero además se requiere voluntad política, compromiso social y actitud de los médicos.
Las tasas globales de vigilancia epidemiológica dicen muy poco: dicen más las tasas por regiones. En Colombia la prevalencia es 1.4 ó 1.5 por mil, o sea 150 por 100 mil, pero no se sabe qué pasa en las regiones más pobres, por falta de vigilancia epidemiológica. En general, el país está al nivel de países pobres de África, con el agravante de situaciones que favorecen la existencia de sífilis congénita, como el desplazamiento, la globalización y apertura de fronteras, la prostitución y el inicio de relaciones sexuales a una edad más temprana y sin protección, generalmente con personas mayores.
Recomendaciones
Ante la crítica situación por sífilis congénita, se debe:
- Aumentar la demanda y la calidad del control prenatal; lo ideal sería hacer control pre-concepcional (asesoría antes del embarazo, sobre estado nutricional, infecciones, hábitos de vida saludables, peso adecuado, control de enfermedades crónicas, etc.), pero en Colombia no existe. Por lo menos, hay que evitar el ingreso tardío al control prenatal.
- Hacer un control prenatal completo y adecuado, porque si bien un porcentaje alto de pacientes hace control prenatal, muchas veces se reduce a una sola consulta. Además, debe durar un tiempo adecuado (no 11 minutos), porque de lo contrario representa una actividad peligrosa al crearle a la paciente una falsa sensación de seguridad.
- Crear o reforzar programas de promoción y prevención, donde se fortalezca la demanda inducida de control prenatal. De sífilis congénita se conoce la etiología, el diagnóstico, el tratamiento, el seguimiento, cómo evitar la transmisión madre-hijo, pero falta capacitación al personal de salud para resolver este problema de salud pública.
- Implementar protocolos de manejo, diagnóstico y seguimiento en la mayoría de IPS; en muchos municipios con alta prevalencia no se cuenta con pruebas rápidas para sífilis, que permitan detección inmediata en el control prenatal, el inicio de un tratamiento adecuado y la vigilancia epidemiológica.
- Mejorar la calidad de la historia clínica, que es pésima; en esto hay 2 problemas: uno actitudinal del médico, que hace una historia clínica de mala calidad, y un problema administrativo del sistema de salud: en los 11 ó 15 minutos de consulta no hay tiempo ni de hacer historia, y obviamente el manejo de la situación será catastrófico.
- Hacer manejo adecuado de contactos de infección, porque no se hace vigilancia epidemiológica por falta de personal. Si los contactos no se siguen y se tratan, la paciente volverá a infectarse y quien paga las consecuencias es el recién nacido.
- Capacitación a los médicos desde las facultades de medicina, porque no se puede dar el mismo peso a enfermedades que no son prevalentes, que a problemas de salud pública como las infecciones de transmisión sexual, entre las cuales está la sífilis congénita.
- Promover desde las facultades de medicina un cambio actitudinal de los médicos, para enfrentar el grave problema de la desaparición de la salud pública
- Desarrollar efectivos programas de control de ITS, bien estructurados, con presupuesto suficiente, de largo plazo, que vayan más allá de simples campañas. Además, con énfasis en las regiones más deprimidas, para atender el problema de equidad: En Antioquia en 2005, el 46% de los casos de sífilis congénita eran de Urabá y 4% del Valle de Aburrá, sin contar con el subregistro de 14 a 15%, lo que indica que la situación es más grave aún.
- Desarrollar programas de búsqueda de VIH y otras ITS en gestantes .

 
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