MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 16    No. 208  ENERO DEL AÑO 2016    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

 

Reflexión del mes

“He escogido un género (el periodismo) donde las voces humanas hablan porsí mismas”.
“El narrador de mis libros es el hombre corriente. El grano de arena en la Historia. Aquel a quien nunca se pregunta, ese que desaparece sin dejar rastro, llevándose sus secretos a la tumba. Hablo de aquellos que no tienen voz. Los oigo, los escucho, los comprendo. La calle es para mí un coro, una sinfonía. Es infinitamente triste cómo todo se puede decir, susurrar y gritar en la nada”.
“A veces me pregunto por qué continúo descendiendo a los infiernos. Creo que lo hago para encontrarme con el ser humano”.
Svetlana Alexievich (1948). Escritora y periodistas nacida en Ucrania pero criada en Bielorrusia, recibió el Premio Nobel de Literatura 2015 por "sus escritos polifónicos, un monumento al coraje y el sufrimiento de nuestro tiempo". Se sumerge con entrevistas en los acontecimientos más traumáticos de la historia del homo soviéticus, como la Segunda Guerra Mundial y de Afganistán, Chernóbil y la desintegración de URSS. Obras: La guerra no tiene rostro de mujer, El hombre rojo. Voz de la utopía, Voces de Chernóbil. Maestra del reportaje literario, relata con crudeza el fracaso de la utopía soviética. El Nobel representó una importante mención a la categoría del reportaje periodístico y su influencia en el mundo de la literatura.
 
De la vida real en el sistema de salud
Redaccuión El Pulso
Sin Plan Canguro ni
tratamientobebé hipoglucémico,
por inconsistencia en afiliación
Bebé de 26 días, nacido prematuro sin causa clara, con edad gestacional de 35 semanas (nacido con un peso de 2.080 gramos, percentil 11 de peso y percentil 50 de talla), en los límites para ser considerado pequeño según edad gestacional, ingresa al Hospital Infantil por hipoglucemia con hiper-insulinismo. Los padres registraron problemas de afiliación al sistema de salud, pues estaban suspendidos de la EPS. El bebé requería manejo con Plan Canguro al egreso y tratamiento para la hipoglicemia, los cuales no se le prestaron porque la EPS se negó a entregar los insumos por la inconsistencia en la afiliación.
Anciano reconocido como población especial
Adulto mayor de 63 años ingresa al Hospital por perforación de úlcera péptica y hemorragia. Vive en una casa tipo inquilinato cerca al Cementerio San Pedro en Medellín, sin red de apoyo sociofamiliar y dependiente para su supervivencia de la caridad de los vecinos. Paciente sin afiliación al sistema de salud, estuvo hospitalizado en Cuidados Intensivos y posteriormente en sala. El caso fue reportado a Bienestar Social del Municipio de Medellín, que lo certifica como población especial para recibir apoyo oficial.
EPS reactiva afiliación de paciente que figuraba fallecido
Paciente fármaco-dependiente que ingresó a Urgencias con tuberculosis y neumopatía crónica, aparecía como “fallecido” en bases de datos del sistema de salud. La hermana refiere que al morir un hermano del paciente que no estaba afiliado al sistema de salud, la madre presentó la cédula del este paciente, para que la EPS cubriera al fallecido. Se hicieron los trámites pertinentes a través del Hospital, se insistió a la hermana que gestionara la aclaración de inconsistencia, el paciente solicitó alta voluntaria pero reingresó con la misma novedad en bases de datos. Después de una difícil gestión, se logró que la EPS lo activara nuevamente en sus bases de datos.
Hijo de 80 años como cuidador de madre de 97 años
Mujer de 97 años, con sepsis de origen urinario por E. Coli, síndrome demencial, delirium hiperactivo en resolución (origen infeccioso) y lesión de vía biliar, con antecedentes de hipertensión arterial, enfermedad renal crónica y diabetes Mellitus 2, es traída al Hospital por su hijo de unos 80 años. Éste refiere episodios intermitentes de irritabilidad y auto-agresión en la madre, pese a tratamiento ambulatorio con medicamentos psiquiátricos, y exacerbación de síntomas asociados a ideas de muerte y agresión a familiares.
El hijo en la octava década de la vida y desempleado, es el cuidador principal. Residen en vivienda propia en Medellín, y dependen del apoyo familiar y de programas comunitarios y estatales. El hijo manifiesta limitantes físicos, emocionales y materiales para continuar como cuidador, resaltando sus limitantes y el deterioro progresivo de la madre. El Hospital le facilita su papel de cuidador principal con conocimientos y habilidades también para el auto-cuidado, por medio de grupos educativos y educación en el servicio.
También se fortalece la auto-gestión de la familia a través del conocimiento de derechos y deberes en seguridad social, para acceder a la atención integral y disminuir la conmoción psico-emocional que conlleva una enfermedad crónica en el sistema familiar. Y se coordina con la EPS la vinculación a la asistencia ambulatoria como miembro de una población con enfermedad crónica. Esto facilitó que el hijo continuara como cuidador, manejando las demandas que implica una enfermedad crónica y el ciclo evolutivo de la familia, sin abandono del paciente. Luego del egreso la familia tuvo acompañamiento y asesoría para enfrentar contratiempos de la adaptación a la nueva dinámica sociofamiliar.
 
 
“Actores del sector salud:
atrapados sin salida”: Fedesalud

Félix León Martínez Martín Presidente Fedesalud-presidente@fedesalud.or.co
Atrapados los actores del SGSSS en el presente, cada uno en su propio callejón sin salida, sólo nos queda como verdad única esa voz angustiante de los ciudadanos, verdad real que debe presionar la transformación de la sociedad, verdad que sólo la prensa nos puede mostrar.
Palabras de Félix Martínez en la entrega del Premio FEDESALUD a la Gestión Social en Salud 2015, el pasado 26 de noviembre, en el Hotel Bogotá Plaza.
En 2002, la Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Salud y la Seguridad Social -Fedesalud- creó el premio a la Gestión Social en Salud, por considerar necesario exaltar los logros de instituciones y personas que trabajan en pro de garantizar el derecho a la salud de todos los ciudadanos, y cuya gestión sea ejemplo para superar las barreras económicas, culturales, sociales, raciales, de género, por incapacidad o enfermedad, que implican discriminación o exclusión en el derecho a la salud y en el acceso a la prestación de servicios, propiciando de esta forma la universalidad y la equidad.
El Consejo Directivo concedió en 2015 el reconocimiento a los noticieros de televisión Noticias UNO y CM& por desarrollar una importante labor en la defensa del derecho a la salud, especialmente por evidenciar reiteradamente las barreras de acceso que enfrentan los colombianos para recibir atención a sus problemas de salud y denunciar que el trato recibido por un número significativo de compatriotas, por aseguradores y prestadores, ante la enfermedad, el sufrimiento y el dolor, no se corresponde con la dignidad humana.
Igualmente otorgó el premio al diario “El Espectador” por haber jugado en los últimos años un papel fundamental en debates críticos para la salud pública en Colombia (regulación de medicamentos biológicos, control de precios de medicamentos, Ley Estatutaria, patentes farmacéuticas) y a nivel global (crisis de la OMS, modelo de innovación farmacéutica, propiedad intelectual), especialmente por la forma que estos temas fueron investigados y puestos en conocimiento del público especializado y no especializado .
El Premio 2015 se otorga a medios de comunicación porque, de alguna manera, mientras los actores del sector salud parecen estar atrapados en un callejón sin salida, al referirse, desde sus propios intereses, a la crisis, (perdón, a la “crisis parcial” o la “no crisis”, para no entrar en polémica) que atraviesa el SGSSS, los medios de comunicación muestran la única verdad importante, al dar vocería a los colombianos que sufren a diario las múltiples barreras de acceso a los servicios o cuando denuncian el trato poco digno e inhumano, muchas veces recibido por los ciudadanos, ante la enfermedad, el sufrimiento y el dolor.
Y aunque puedan esgrimirse justificaciones para demeritar, devaluar, minimizar, o explicar técnicamente la problemática (financiamiento, el POS, el No-POS, flujo de recursos, UPC, oferta, demanda, integración vertical y estadísticas), la verdad es que las quejas diarias y permanentes de los ciudadanos que requieren atención a sus necesidades de salud, ante las autoridades, medios o jueces, siguen tercamente presentes.
El futuro depende mucho más de la fuerza
de esa verdad moral que clama desde el fondo del
pueblo colombiano, que de expertos y técnicos
que pretendieron ser poseedores de la verdad en últimas décadas.
Por ello hoy tenemos que creer más en la labor de la
prensa y los periodistas. En ellos confiamos.
De ellos dependemos.
No nos interesa culpar a ninguno de los actores, públicos o privados, ni a la privatización de la salud en genérico, como señalan a coro muchos colegas. Todos los trabajadores e instituciones están a nuestro juicio igualmente atrapados por la misma camisa de fuerza.
Atrapados los trabajadores de la salud
Están atrapados los trabajadores de la salud, que se preguntan si nunca en su vida tendrán derecho a un trabajo digno, al pago oportuno al fin de cada mes para cubrir las obligaciones familiares, en fin, a un contrato laboral con mínimas garantías que les permita al menos la estabilidad suficiente para que los bancos, que apuntalan el mismo modelo económico que les quitó sus derechos laborales, les pueda conceder un crédito de vivienda. Están también atrapados por un sistema de autorizaciones y facturación que impide permanentemente brindar el tratamiento oportuno y adecuado a los pacientes.
¿Les decimos a los trabajadores de la salud que nunca van a tener un trabajo decente? ¿Qué jamás van a poder tratar con oportunidad, integralidad y continuidad a los pacientes? ¿Ni en 10, ni en 20 ni en 30 años?
Atrapados los hospitales y clínicas
Están atrapados los hospitales y las clínicas que no reciben el pago justo por los servicios prestados y que lloran a diario por el flujo de recursos, como reclamando a un plomero por la tubería tapada, sin reflexionar siquiera por qué en el sector salud, que supuestamente funciona en condiciones de mercado, donde la libre oferta y demanda debiera fijar los precios, las tarifas siguen siendo las fijadas por el ISS hace decenas de años. Sin reflexionar igualmente por qué en este singular “mercado” de la salud, no aplica el Código de Comercio que obliga a honrar las deudas en un plazo de 30 días y reconocer intereses de mora, en caso contrario. Es decir que, a diferencia de la economía real, aquí la moneda no tiene valor y por tanto los precios devienen falsos y ninguna operación refleja su verdadero valor en el mercado.
¿Qué les decimos entonces a hospitales y clínicas? ¿Que nunca van a recibir los pagos oportunamente ni podrán negociar tarifas justas? ¿Que no podrán disfrutar de liquidez, ni tendrán seguridad económica ni jurídica en 10, ni en 20 ni en 30 años?
Atrapadas las EPS
Están atrapadas las mismas EPS con un Plan Obligatorio de Salud (POS) cada vez más amplio, una población más urbana, envejecida y demandante, frente a una UPC (Unidad de Pago por Capitación) que hace buen rato renunció a su pretensión técnica para amarrarse a las decisiones fiscales. Recordemos que el Estado delegó a estas entidades desde un comienzo la responsabilidad de controlar el gasto en salud y poner el pecho a los ciudadanos, delegación que trajo como consecuencia el incentivo perverso de negar o postergar servicios para poder lograr alguna rentabilidad.
Hoy, por poco más de 200 dólares, deben garantizar un Plan de Salud más amplio que el de muchos países con gasto per cápita de miles de dólares.
Como quiera que el negocio del POS hace rato dejó de ser rentable, unas buscan la rentabilidad a través de planes complementarios, mientras otras que por sus características no buscan ni pueden distribuir utilidades, sólo parecen sobrevivir o ser útiles al clientelismo político, o bien servir para que sus administradores se lucren con negocios secundarios, es decir, sacando rentas por la puerta de atrás.
¿Qué les decimos entonces a las EPS? Que cada día tendrán un POS más amplio y una UPC más restrictiva. ¿Que la devaluación no las afecta? ¿Que deben manejar billones sin tener utilidad alguna y que deben portarse como hermanitas de la caridad? O que no hay en el futuro negocio posible distinto del “Como voy yo” al tener finalmente el poder de distribuir dinero público.
Atrapado el gobierno
Está atrapado el gobierno mismo, entre la pretensión de que el sistema de salud debe funcionar como un mercado y la restricción fiscal que hace inoperable ese mercado. Atrapado igualmente en su propia reforma tributaria, que convirtió estables contribuciones parafiscales de los patronos -que hacían parte del salario de sus trabajadores- en impuestos directos, incrementando la problemática fiscal en tiempos de crisis y dando más pie a los empresarios para quejarse por la cuantía de los impuestos.
También atrapado por un mundo globalizado, donde se ve sometido a cláusulas en tratados internacionales que privilegian la defensa de los intereses de las trasnacionales sobre la salud de los ciudadanos.
Atrapado finalmente en la creencia de que los problemas del sector salud obedecen simplemente a mala administración, tanto que ha enviado a los más preclaros representantes de la tecnocracia económica nacional a regir el Ministerio de Salud. ¿Ahora ya fluye el dinero y los hospitales gozan de salud financiera? ¿Ahora sí funciona el mercado? Las ventajas de libre elección de los ciudadanos se ven claramente: ejemplo de ello la orden de traslado de 7 millones de colombianos.
En fin, la terquedad de la “crisis” (perdón, o de la “crisis parcial” o de la “no crisis”) no parece cambiar en nada. Por el contrario, se agrava día a día, hecho que se constituye en prueba irrefutable de que el problema de fondo del sector salud definitivamente no es técnico sino Político, con P mayúscula, es decir, que se trata de la búsqueda del arreglo institucional que permita una sociedad mejor para los colombianos.
Los no atrapados: los partidos políticos
Y precisamente, las únicas instituciones que no parecen estar atrapadas en este sistema son los partidos políticos, alianzas de políticos con P minúscula. Mientras se dedican a fortalecer sus feudos electorales, los partidos cierran los ojos cuando sus asociados utilizan el Sisbén, cuando manejan algunas EPS con fines clientelistas, o cuando exigen peaje por el movimiento de recursos. En suma, parece que para ellos el sistema si es rentable, por lo que olímpicamente ponen oídos sordos ante la difícil situación que enfrentan los colombianos en su sistema de salud.
Hábilmente los partidos políticos han evitado hacer Política con P mayúscula; hábilmente evitan pronunciarse en los períodos electorales haciendo pública su posición frente a la problemática del sistema y por lo tanto comprometiéndose públicamente, bien sea con el estatus quo, o bien sea con propuestas de cambio.
El panorama de atrapamiento descrito y la des-responsabilización de los partidos políticos nos hace formular hoy una sola pregunta: ¿Hasta cuándo tendrán que ser pacientes los colombianos y soportar esta “crisis”, (perdón “crisis parcial” o “no crisis”) del SGSSS: ¿Diez, 20, 30 años más? O les decimos a los ciudadanos que no hay salida, ni presente ni futura, que el Sistema es una estructura rígida e inmodificable, que los partidos políticos no están interesados en el asunto y que simplemente deben conformarse y agradecer lo que buenamente se les otorga.
Fedesalud se abstiene de
recomendar uno u otro tipo de reforma, porque
cree que un nuevo acuerdo social, sobre asunto tan vital
para todos los colombianos, debe ser producto
de un amplio proceso democrático, un
ejercicio complejo y sin afán.
Les diremos entonces que acceder a los servicios, que supuestamente están garantizados por la Ley y la Constitución, seguirá siendo un viacrucis, a no ser que tengan dinero para pagar un plan complementario o una póliza prepagada. Es decir, que el proyecto de universalidad y equidad que se vendió al país hace 22 años, con un SGSSS igual para todos los ciudadanos, es y seguirá siendo inalcanzable, pues en nuestro país la oportunidad y calidad de los servicios siempre dependerá de la capacidad de pago de cada cliente, como es usual en el sector vivienda o de hotelería y restaurantes.
En fin, que el cuento de que los colombianos tienen iguales derechos, al menos ante el sistema de salud, como sucede en otros países, no es ni será verdad jamás en el nuestro.
Fedesalud realizó múltiples estudios, participa en muchos debates y lanza publicaciones sobre la problemática del sistema; y considera que el actual arreglo institucional originado en 1993, con sus ajustes ulteriores, no ofrece un futuro digno al pueblo colombiano.
Sin embargo Fedesalud se abstiene de recomendar uno u otro tipo de reforma, porque cree firmemente que un nuevo acuerdo social, sobre asunto tan vital para todos los colombianos, debe ser producto de un amplio proceso democrático, un ejercicio complejo y sin afán, que debe partir de pensar las condiciones en que debería operar el sistema de salud en 30 años y a partir de ese escenario trazar las metas que se deben cumplir en cada cuatrienio o quinquenio para llegar a ese futuro posible. Tal acuerdo social no debe ser producto de leyes apresuradas, como las pequeñas reformas acostumbradas, unas aprobadas a pupitrazos y otras untadas de mermelada.
Conclusión
En conclusión, atrapados los actores del SGSSS en el presente, cada uno en su propio callejón sin salida, sólo nos queda como verdad única esa voz angustiante de los ciudadanos, verdad real que debe presionar la transformación de la sociedad, verdad que sólo la prensa nos puede mostrar, única fuente con autoridad moral y soberanía para exigir la responsabilidad de todas las instituciones en la búsqueda de un futuro mejor.
Por ello, hoy, más que nunca, el futuro depende mucho más de la fuerza de esa verdad moral que clama desde el fondo del pueblo colombiano, que de los expertos y los técnicos que han pretendido ser poseedores de la verdad en las últimas décadas. Por ello hoy tenemos que creer más en la labor de la prensa y de los periodistas. En ellos confiamos. De ellos dependemos.
 
 
El reto del gobierno es garantizar el derecho fundamental a la salud, conforme a la Ley Estatutaria y la Política de Atención Integral en Salud. El reto de nuestra sociedad es velar y exigir que por fin se garantice este derecho, sin restricciones distintas a exclusiones explícitas en el plan de beneficios en salud colombiano.
Como es sabido, el Sistema General de Seguridad Social en Salud -SGSSS- dispone de dos regímenes de aseguramiento: el contributivo, para quienes tienen vinculación laboral formal o disponen de recursos económicos para pagar su cotización; y el subsidiado, para quienes no disponen de estas condiciones y estén clasificados en los niveles 1 y 2 de pobreza del Sistema de Identificación y Selección de Beneficiarios -Sisbén-.
Desde la entrada en vigencia del SGSSS y hasta el año 2012, existió un conjunto de beneficios en salud denominado Plan Obligatorio de Salud -POS- diferencial para estos regímenes, excepto los medicamentos esenciales, siendo menor el paquete de servicios para los beneficiarios del régimen subsidiado.
Trascurridos cerca de 20 años de esos paquetes diferenciales, el Acuerdo 032 de la Comisión de Regulación en Salud -CRES-, unificó los planes de beneficios y estableció la igualdad de servicios de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, diagnóstico, tratamiento médico-quirúrgico y medicamentos para ambos regímenes.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Antioquia (1), encontró que el POS de 2012 (antes de la unificación) contenía 1.852 prestaciones nuevas (1.724 procedimientos y 128 medicamentos) respecto del POS vigente a 2009, lo cual reflejaba un importante esfuerzo del gobierno nacional, a través de la CRES, por perfilar un plan de beneficios más integral y mejor orientado a las necesidades de salud de la población.
El estudio encontró que algunas de las prestaciones incluidas eran frecuentemente reclamadas mediante acciones de tutela, respondiendo principalmente a demandas con la inclusión de tecnologías para la atención de patologías frecuentes; por otro lado se evidenció que no todas las prestaciones objeto de acciones de tutela fueron incluidas y algunas se realizaron por iniciativa de la CRES, basándose en estudios contratados de evaluación de tecnologías en salud (1).
Se evidenció entonces que la actualización y ampliación del POS no fue suficiente para resolver el problema de la sistemática vulneración del derecho a la salud por parte de entidades aseguradoras y prestadoras de servicios de salud. Lo anterior, no obstante el requerimiento de la Corte Constitucional de que los servicios del plan de beneficios en salud “sean oportuna y efectivamente suministrados por las Entidades Promotoras de Salud” -EPS-” y que la protección de la salud como derecho fundamental sea garantizado por el Estado a todos los colombianos sin ninguna discriminación económica, étnicas, de género, etc. (2,3).
Sin embargo, la estructura del SGSSS, tal cual está constituido, altamente dominado por el sector privado y con escasa participación e intervención del Estado, dista mucho de ser el medio para garantizar el derecho fundamental a la salud. Este es el pensamiento de muchos investigadores académicos, organizaciones sociales y pobladores a partir de los problemas persistentes en el modelo de prestación de servicios
Gracias al debate académico y la movilización ciudadana del país en los últimos años, nuestra sociedad dispone hoy de una gran oportunidad con la Ley Estatutaria en Salud (4), la cual reconoce el derecho fundamental a la salud como un derecho autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colectivo, y demanda del Estado la definición de un Modelo Integral de Atención en Salud. Asimismo, que los servicios de salud sean “suministrados de manera completa para prevenir, paliar o curar la enfermedad con independencia del origen de la enfermedad o condición de salud, el sistema de provisión, cubrimiento o financiación, definido por el legislador” (4).
Plantea además que “no podrá fragmentarse la responsabilidad en la prestación de un servicio de salud específico en desmedro de la salud del usuario. En los casos en los que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de salud cubierto por el Estado, se entenderá que éste comprende todos los elementos esenciales para lograr su objetivo médico respecto de la necesidad específica de salud diagnosticada” (4).
En la misma vía, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 (5) en su artículo 65, establece que el Ministerio de Salud y Protección Social “definirá la política en salud que recibirá la población residente en el territorio colombiano”, de obligatorio cumplimiento para los integrantes del SGSSS.
El reto del gobierno nacional es entonces garantizar el derecho fundamental a la salud, conforme a la Ley Estatutaria y la Política de Atención Integral en Salud. El reto de nuestra sociedad en general es velar y exigir que por fin se garantice este derecho, sin restricciones distintas a las exclusiones explícitas que siempre han existido en el plan de beneficios en salud colombiano 6
Referencias
1. Cardona, Á. Mejía L. Vargas G. Álvarez E. Nieto E. Análisis de la actualización del Plan Obligatorio de Salud del Sistema de Seguridad Social en Salud colombiano, 2009-2012. Rev. Salud Pública. 15 (2): 258-270, 2013.
2. Sentencia T-760 de 2008. Bogotá: Corte Constitucional; 2008.
3. Sentencia T-548 de 2011. Derecho a la salud como derecho fundamental. Reiteración de jurisprudencia sobre protección por tutela. Bogotá: Corte Constitucional 2011.
4. Ley Estatutaria 1751 de 2015. Por medio de la cual se regula el derecho fundamental a la salud y se dictan otras disposiciones. Bogotá: Congreso de la República; 2015
5. Congreso de la República. Ley 1753 del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Bogotá: Congreso de la República; 2015
 
  Bioética
No somos dueños absolutos de la vida
Ramón Córdoba Palacio, MD
«Último período de la tarde»: Regreso del campesino a sus lares; de la manada al aprisco; de las aves alborozadas a sus nidos; sol que declina con sus rayos tibios; obscuridad de la noche; luces de hogares campesinos, gozo de reunión familiar, compartir de manteles, devociones religiosas…

Atardecemos, querámoslo o no, desde la concepción con la inconsciencia propia de la edad del niño, la aventura del adolescente, el afán cotidiano del adulto y las limitaciones de la vejez. Cada día tiene su atardecer, atardecer que registra para siempre el uso que en esas 24 horas eligió libremente el ser humano para actuar como ser racional, antropológicamente responsable de todos y cada uno de sus actos.
En verdad son asombrosos los progresos en la atención médica a quienes avanzamos en edad: internistas, ortopedistas, psiquiatras, cardiólogos, nutricionistas, etc., alivian las molestias físicas y las preocupaciones que normalmente o que por exceso de ansiedad despiertan éstas.
«Toda existencia viviente está comprendida entre el nacimiento y la muerte. Mas sólo el hombre lo sabe», enseña el médico y filósofo Karl Jaspers (1). Pero, ¿cuándo empezamos a vivir? No lo sabemos por conocimiento directo sino porque se nos informa, porque se festeja nuestro nacimiento y esto no obstante los asombrosos progresos científicos al respecto. No iniciamos la vida cuando lo decidimos sino cuando Dios -creamos en Él o no-, lo decide, es decir, la recibimos como un don que debemos administrar sin olvidar que es una dádiva.
Insisto: no somos dueños absolutos de la vida, somos simples administradores de ella por tiempo limitado y, además, responsables de lo que en ella realicemos. Si no somos dueños absolutos de la vida sino administradores, no es honesto decidir cuándo y cómo ponerle término, pues el administrador honrado no puede en justicia decidir por sí mismo destruir, eliminar lo que se le ha puesto bajo su cuidado, cualquiera sea su estado. En este sentido la medicina ha creado los llamados “cuidados paliativos” que realmente son muy eficaces y humanos; afortunadamente el médico dispone y es su deber profesional ineludible aplicarlos para aliviar el dolor, incluyendo los que, empleándolos honestamente para el tratamiento, traigan como consecuencia lo que en ética se conoce como doble efecto, vale decir, la muerte como efecto secundario, no primario ni deseado, de los fármacos indicados para el alivio del paciente.
Ninguna ley humana puede convertir en aceptable lo que es éticamente reprobable por su esencia.
(1) Citado por LAÍN ENTRALGO, Pedro. El médico y el enfermo. Madrid: Guadarrama, 1969, p. 199.

NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

Los chanchullos y 'metidas de pata' de los reinados de belleza. Descoronaron en 2013 a la candidata de Canadá a Miss Universo, Denise Garrido, y coronaron a Riza Santos; en Australia Next Top Model 2010, anunciaron a una y coronaron a otra; en Uruguay, 2007, descoronaron a Mariné Villalba, reina del Carnaval y coronaron a Florencia Manzzino; en Puerto Rico, 2000, descoronaron a la candidata de Vieques y coronaron a la de Toa Alta. En Colombia van dos descoronadas en Miss Universo: Paula Andrea Betancur en 1993, se la dieron a la de Puerto Rico, y en 2015 se la birlaron a Ariadna Gutiérrez para coronar la de Filipinas. Y en Colombia, las del Valle son reinas de las presiones: la última fue Catalina Robayo, elegida después de obligar a renunciar a Diana Salgado, dizque por tener el trasero muy grande…

 
 











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