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Que los individuos nos
matemos menos y trabajemos más:
Manuel Uribe Ángel
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com
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No había raíz, tallo, hoja,
flor ni fruto que no mirara, ni papel que no leyera el niño
Manuel Uribe Ángel, en la hacienda La Magnolia
del villorrio de Envigado, donde nació el 4 de septiembre
de 1822. Por algo decía Doña Josefa, su mamá:
Este muchacho, con esa manía de curiosear tan
fijamente todo, va a ser botánico o filósofo.
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Lo fue, y por ahí derecho, padre
de la medicina científica antioqueña, geógrafo,
escritor y estadista. Humanista consumado. Su profunda visión
de la realidad americana y, ante todo, el amor acendrado a
sus pobladores, hacen de Uribe Ángel un profeta del
continente. La doble dimensión de lo local y lo global
se expresa en su libro Colón, América,
Medellín, summa histórica, geográfica,
política, social y cultural que parte de una semblanza
magistral del Almirante para adentrarse en el caudal de tesoros
de América, Colombia y Medellín.
De la biografía de Colón, concluye:
Creó
este vasto palenque de América, donde pienso que las
razas, la industria y las ciencias vendrán a resolver
algún día estos tres problemas capitales: la
fraternidad práctica de los hombres, la equitativa
distribución de la riqueza producida por la combinación
del capital con el esfuerzo humano, entre el empresario y
el obrero, y el perfecto deslinde de la libertad de cada uno
con la seguridad de los demás.
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Confía, con
fe religiosa y científica, en la reversión
de los cañones que truenan en los campos de batalla,
como signos de muerte, de miseria y de tiranía.
Y rinde tributo a la vitalidad, belleza y riqueza de América,
tierra del futuro, sin escamotear la brutalidad de casi todos
los conquistadores.
Doliente del destino americano, señala:
Si
bien es verdad que al lado de los primeros movimientos de civilización,
la existencia de estos países, bajo muchos aspectos estuvo
caracterizada por el sueño letárgico que distingue
el espíritu de colonización, y si también
es cierto que, en una edad posterior, hemos padecido las convulsiones
propias de las dolencias infantiles, también es evidente
que en el fondo de tanto padecer, la voz de Dios se hace oír,
omnipotente y segura, para ordenar que la humanidad continúe
con firmeza y llegue a los alto destinos que le tiene preparados
en este campo de grandeza y majestad.
Científico y patriota
A Medellín y Antioquia, Manuel Uribe Ángel
los narró y analizó. Y los rigió y defendió
llegado el momento. Noble fusión de científico
y patriota. Apoyó la idea del barón Von Humboldt
y Agustín Codazzi, sobre la existencia remota de lagos
andinos en Suramérica, cinco de ellos escalonados de
sur a norte a lo largo del río Medellín o Porce,
en Caldas, Medellín, Bello, Girardota y Zaragoza. Envigado
y La Estrella serían golfos y también habría
ensenadas, bahías e islas en ese lago de Aburrá. |
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Que la acción
gubernativa eleve un
poco más sus miras; que los individuos nos
matemos menos y trabajemos más; que la pereza y la
política suelten nuestro cuerpo y nuestro espíritu;
y estoy cierto de que algo se hará para adelantar
en el sendero de la civilización
Dr. Manuel Uribe Ángel
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Describe magistralmente
a Medellín y su Valle, su topografía, clima, recursos
naturales, flora, fauna, hidrografía, costumbres y cultura,
en Colón, América, Medellín.
A fines del siglo XIX, calculó el precio de las 30.787
hectáreas del Valle de Aburrá. Las tierras bajas
en $9.817.000 y las faldas -por ser fértiles y cultivadas-
en $10.485.000, para un total de $20.302.000. La prolija monografía
tiene un remate genial:
No tengo la culpa de que
sea tan hermosa esta tierra.
Su Geografía general del Estado de Antioquia en
Colombia da las nociones elementales comprensibles para
cualquier campesino iletrado, como advierte el autor. Abunda
en mediciones, censos, hidrografía, orografía,
historia, geología, meteorología, epidemiología,
etnología, economía e historia natural. Detalla
la división política del Estado Soberano en 9
departamentos: Centro capital Medellín, Cauca capital
Titiribí, Nordeste capital Remedios, Norte capital Santa
Rosa de Osos, Occidente capital Antioquia, Oriente capital Rionegro,
Sopetrán capital Sopetrán, Sur capital Manizales
y Sudoeste capital Jericó, cada cual con sus distritos
y fracciones.
El espíritu cívico y patriótico de Manuel
Uribe Ángel brilla en distintos episodios. En plena guerra
civil, el presidente del Estado de Antioquia, Silverio Arango,
capitula ante el general Julián Trujillo en abril de
1877. Presas del pánico, huyen todos los funcionarios,
menos el secretario de Gobierno, Baltasar Botero, quien recurre
al influjo y prestancia moral de Uribe Ángel, su adversario
político, para que evite un mal mayor al Estado. El pensador
liberal, ni sectario ni fanático, asume el mando. Lo
confirma Trujillo como Jefe Civil y Militar del Estado; luego
preside la Convención. Con su talla de estadista, un
hombre que intervino con Lesseps en el inicio de los trabajos
del Canal de Panamá en 1880, no obstante dice: Yo
no hablo de política, porque, a la verdad, ni la entiendo
ni la sé (El agua, La Miscelánea,
Liceo Antioqueño, Vol. 4, No. 10-11, Medellín,
1898).
Grandeza y modestia
Grandeza y modestia van de la mano en Uribe Ángel.
Representante de Colombia en el centenario de la muerte de Cervantes,
en Nueva York, 1875, miembro de la Academia Colombiana de la
Lengua Española, siente miedo a hablar del Fénix
de los Ingenios:
Obrero humilde en la tarea de la
civilización, y ciudadano completamente desconocido en
la república de las letras, mido mis fuerzas, invoco
mis facultades y las encuentro siempre estériles y flacas.
Autor del mejor compendio histórico, geográfico,
geológico, meteorológico, topográfico,
cultural y social de la época sobre Medellín,
autoriza al editor Isidoro Ramírez, el 21 de junio de
1892, para desechar el manuscrito de Colón, América,
Medellín, sin que por ello me ofenda, una
vez que la vanidad de escritor público no me tienta ni
en poco ni en mucho. |
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Yo sostengo
que enseñar, educar,
instruir y civilizar son los agentes propios, y que
ante esos agentes, la guerra, las devastaciones,
los atropellos y la fuerza bruta son miserables recursos,
atrocidades impías, servidumbres inicuas, de
cuyo empleo el hombre debería estar
constantemente avergonzado.
Dr. Manuel Uribe Ángel
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Dice que no es poeta,
ni espero serlo, pero su vena poética es
inocultable. Compara la torre del municipio de La Estrella con
la vela blanca de una goleta que navegue con sosiego sobre
las olas de una mar tranquila; y crea otras bellas piezas,
como su disertación sobre el agua.
Uno de sus biógrafos, Alfredo Naranjo Villegas, resalta
la generosidad intelectual de Uribe Ángel al ponderar
los méritos de sus colegas distinguidos en medicina:
Manuel de La Roche, Pedro Dimas Estrada, Francisco Uribe, Andrés
Posada Arango, Ricardo Rodríguez, Tomás Quevedo,
Aureliano Posada, José María Martínez Pardo,
Alejandro Restrepo, etc. En sus biografías cuenta el
avance de la medicina paisa.
De gran relieve intelectual es su brillante Geografía
general del Estado de Antioquia en Colombia. Pese a ello,
expresa:
No me he andado como sabio por el terreno
que he recorrido; mi obra nada tiene de científica, y
soy el primero en reconocer que, tanto en la forma como en el
fondo, es sumamente defectuosa. (
) El arreglo mismo
de los materiales ha sido hecho en medio de mil embarazos, sin
quietud de espíritu y sin la calma precisa para reflexionar
lo que se dice y pulir lo que se escribe. También
afirma: Yo sostengo que enseñar, educar, instruir
y civilizar son los agentes propios, y que ante esos agentes,
la guerra, las devastaciones, los atropellos y la fuerza bruta
son miserables recursos, atrocidades impías, servidumbres
inicuas, de cuyo empleo el hombre debería estar constantemente
avergonzado.
Por encima de las realizaciones científicas de Manuel
Uribe Ángel, está su testamento espiritual, que
le habla así al presente de Colombia: Que la acción
gubernativa eleve un poco más sus miras; que los individuos
nos matemos menos y trabajemos más; que la pereza y la
política suelten nuestro cuerpo y nuestro espíritu;
y estoy cierto de que algo se hará para adelantar en
el sendero de la civilización |
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Ocioso lector
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| Educación
para la paz |
En
vano podrá ser un hombre importante y respetable, por
más instruido que sea, si a esa cualidad no une correcta
educación. Conocemos muchos sabios que en vez de servir
provechosamente a la sociedad, la dañan en ocasiones,
y todo porque no son bien educados. Nunca hemos visto un hombre
en el goce perfecto de una buena educación, que no
haya sido un buen amigo, buen esposo y buen ciudadano. Las
sociedades llegarán a tener muchos sabios, pero siempre
en minoría. La aspiración más benéfica
de la humanidad debe ser, en mi humilde opinión, alcanzar
a tener pueblos bien educados. (
), ¿Cuando la
sociedad cuente con hombres doctos y con muchedumbres penetradas
de perfecta educación, será completamente feliz?
Probablemente no; porque el padecimiento moral es patrimonio
del espíritu, y porque el dolor es atributo de la carne;
pero sí será infinitamente menos desgraciada
de lo que es hoy, porque la verdadera civilización,
la civilización moral, la verdaderamente cristiana,
que penetra en el pueblo y en el hogar, pondrá coto
al crimen, suavizará las costumbres, hará más
hermanos a los hombres, estimulará las buenas acciones,
elevará la tolerancia y, porque, en fin, con la educación,
como debe entenderse, las prisiones serán más
pequeñas, los asilos de beneficencia más grandes
y el Código Penal muchísimo más corto.
(Extracto de Manuel Uribe Ángel en Colón,
América, Medellín, Medellín, UPB,
2013, PP. 121-122). |
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Semblanza del Hipócrates
cristiano, Manuel Uribe Ángel
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com
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| Uribe Ángel
realizó los primeros estudios serios sobre lepra en
Antioquia, sobre carate, tun-tun, tosferina, sarampión
y fiebre del Cauca. Creó vacunas, métodos de
curación para mordeduras de serpientes, normas de higiene
para aguas de Medellín, de socorro para ahogados y
protocolos médicos para zona tórrida |
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Antes de Manuel Uribe Ángel,
nuestra medicina estaba en pañales. El notable médico
dice en su Informe sobre la medicina en Antioquia,
que los conocimientos quirúrgicos de la época
no pasaban de dos operaciones: hacer sangrías y extraer
muelas, no se conocía la sonda para el cateterismo,
y así, toda enfermedad que impedía la emisión
de líquidos del cuerpo era mortal, sobre todo el
mal de orina.
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Graduado por la Universidad
Central de la República en Bogotá el 9 de
diciembre de 1845 como doctor en Medicina y Cirugía,
obtiene nuevos títulos en medicina y cirugía
y muchos conocimientos científicos y humanísticos
en Ecuador, Perú, Méjico, Las Antillas, Estados
Unidos y París; regresa a Medellín en 1852.
Emilio Robledo señala a 1853 como año decisivo,
por el advenimiento de Manuel Uribe Ángel, con valiosas
publicaciones científicas. Decía Uribe de
sus antecesores: Aquellos médicos disponían
anchamente del almacén botánico de nuestra
rica flora tropical; sin nomenclatura científica,
sin análisis químico, la farmacopea constaba
de malvavisco, perejil, hinojo, toronjil, grama, borraja,
cerraja, poleo, yerbabuena, naranjo, quina, miel de abeja,
tártaro, nitro, crémor, y otras sustancias
elementales.
Precursor de la medicina científica
El doctor Emilio Robledo cuenta que Manuel Uribe
expresaba al secretario de Gobierno: La escuela de
medicina antioqueña está aún muy lejos
de tener bases firmes y sólidas. (
) Necesita
urgentemente del doble impulso que deberían imprimirle,
de un lado el patriotismo de la Corporación profesional
de esta ciudad, y de otro el estímulo y protección
del gobierno seccional.
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Con sobrada razón,
su colega Emilio
Robledole da el apelativo de “El Hipócrates cristiano”:
Manuel Uribe Ángel, como médico, como hombre y
como ciudadano, nunca faltó a su juramento
de amor al prójimo.
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En el mismo informe,
Uribe Ángel decía: Carecemos de un anfiteatro
anatómico, no tenemos pabellón quirúrgico;
las vivisecciones nos son desconocidas; los laboratorios vienen
con la paz y se van con la guerra; hay ausencia completa de
bibliotecas; los museos no existen; las colecciones de historia
natural tampoco; las juntas académicas no se han formado
aún; la escuela está por reunirse; la universidad
es embrionaria y el profesorado sin vigor.
Uribe Ángel, miembro de la Junta Directiva del Hospital
de Caridad, fue su alma y cerebro e influyó decisivamente
en la orientación de la enseñanza hospitalaria.
Grande es la deuda de la medicina nacional con Manuel Uribe
Ángel. Realizó los primeros estudios serios
sobre la lepra en Antioquia, sobre el carate, el tun-tun,
la tosferina, el sarampión y la fiebre del Cauca. Creó
vacunas, métodos de curación para mordeduras
de serpientes, normas de higiene para las aguas de Medellín,
de socorro para los ahogados y protocolos médicos para
la zona tórrida. Fue notable clínico y cirujano,
experto en ovariotomía, y practicó con éxito
la primera operación de una hernia estrangulada en
Medellín, en 1872. |
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Gracias
a Manuel Uribe Ángel,
la medicina en Antioquia pasó de la infancia a la
pubertad.
Curaba los cuerpos y las almas.
Dr. Luis Eduardo Villegas
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Maestro
de médicos
En la docencia, brilló por su sabiduría
interdisciplinaria y por la hondura humanística. Fundó
la Academia de Medicina de Medicina en 1887, fue pionero de
la Academia Antioqueña de Historia y del Museo Francisco
Antonio Zea, el cual dirigió. En el recién creado
Departamento de Medicina de la Universidad de Antioquia fue
profesor de anatomía topográfica, clínica
terapéutica, medicina legal y otras especialidades,
de física y francés. A pocas semanas de su vinculación,
ayudó a bien morir a su gran amigo, el poeta Gregorio
Gutiérrez González, en 1871. Manuel Uribe Ángel
murió en Medellín el 16 de junio de 1904.
Se lo considera el padre de la medicina académica en
Antioquia. Eladio Gómez, en su obra Vejeces,
dice: Es la gloria científica más grande
de Antioquia. Para el doctor Luis Eduardo Villegas,
en Uribe Ángel había algo de Víctor Hugo,
bastante de Franklin y mucho de San Vicente de Paúl.
Y añade: Gracias a él, la medicina en
Antioquia pasó de la infancia a la pubertad. Curaba
los cuerpos y las almas. Con sobrada razón, su
colega Emilio Robledo le da el apelativo de El Hipócrates
cristiano: Manuel Uribe Ángel, como médico,
como hombre y como ciudadano, nunca faltó a su juramento
de amor al prójimo. |
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Medicina
en la pintura
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La visita del doctor,
de Jan Steen
Isabel
Cristina Rueda Calle Comunicadora Corporativa - elpulso@elhospital.org.co |
| Los pintores flamencos
del siglo XVII encontraron en la visita del médico uno
de los temas costumbristas que debió tener gran aceptación
entre la burguesía de su tiempo, pues han llegado hasta
nosotros numerosas versiones. |
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La escena
se repite de forma estereotipada. El pintor holandés
Jan Steen, quien pintó 7 versiones de La visita
del doctor antes de sus 40 años, muestra en ellas
al médico vestido elegantemente, tomando el pulso de
la paciente recostada en una silla en su dormitorio. Alguien
permanece atento a la escena o mira de forma cómplice
al médico, como en el caso de las enfermas del "mal
de amores" que, melancólicamente, se reclinan sobre
almohadones o parecen perder el sentido. |
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Idéntica escena se repite cuando el médico
se dispone a revisar la orina en un recipiente de vidrio,
para realizar una uroscopia estudiando el color y la transparencia
de la orina. La actitud de la paciente, que sostiene su cabeza
con la mano, indica cierto grado de melancolía, mientras
en el piso, su perro vigila la acción del médico
cuidadosamente.
El artista da muchas pistas que sugieren que la causa de su
enfermedad es el amor: Un niño en el piso juega con
lo que parecen unas flechas de Cupido, la pintura con escena
de amor (Venus y Adonis) sobre la pared del fondo que se ve
parcialmente, el brasero con cinta empapada en orina que arde,
técnica utilizada frecuentemente, pues si su olor generaba
náuseas en la mujer, se podría diagnosticar
embarazo. El autor sólo pinta con la enfermedad de
amor a mujeres, pues en ninguna se ve un hombre enfermo. En
segundo plano se ve a un hombre en otra sala, concentrado
en lo que ve en unos papeles, despreocupado por lo que pasa
con la mujer, lo que hace pensar que es el esposo.
Steen es reconocido en Holanda por sus escenas de género
que muestran interiores un tanto caóticos, que representan
incidentes de la vida familiar y dieron origen a la expresión
una familia Jan Steen.
Su obra, que buscó combinar la narrativa, lo instructivo
y el entretenimiento, revive la tradición de anteriores
pintores holandeses de género. Steen fue un artista
prolífico, y aunque Rembrandt y Vermeer son los pintores
más famosos del Siglo de Oro holandés, los holandeses
no se sienten menos orgullosos de Jan Steen, pintor de mucho
talento. Su legado incluye unas 400 pinturas con escenas bíblicas
y mundanas muy refinadas.
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Referencias:
1. www.google.com.co/imgres?imgurl=http://artrenewal.net/
artwork/514/1514/27077/the _doctor_and_his_patient
2. www.google.com.co/imgres?imgurl=http://uploads5.wikiart.org/images/jan-steen/doctor-s-visit
3. www.google.com.co/imgres?imgurl=https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/aa/Jan
Steen-Doctor%2527sVisit
4. www.google.com.co/imgres?imgurl=http://www.wga.hu/art/s/steen
5. www.wga.hu/html_m/s/steen
Otras fuentes:
- www.gailsibley.com/2013/07/01/the-doctors-visit-by-jan-steen/
- http://medhum.med.nyu.edu/view/10398
- Otra interpretación de la pintura: www.diagnosticomedico.com/archivos/revista/revista_n12
- Pinturas de medicina en el arte: www.smu.org.uy/publicaciones/libros/textocompleto/arte-y-medicina/arte-y-medicina5b |
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