 |
|
|
 |
|
 |
|
 |
Ligia
Mayo vivió, cantó y educó Con toda
el alma. Así, como el título de su gran
éxito, uno de los boleros insignia de los años
60's en Colombia y otros países. Esta mujer maravillosa,
a quien llamaron La Dama de la Canción, conjugó
muchas virtudes artísticas, sociales y humanas: cantante
romántica en un medio hostil a la presencia femenina
en el canto, educadora, fundadora de instituciones educativas,
compositora, integrante de estudiantinas; hábil costurera,
sus manos nos enseñaron cómo tejer una vida con
enseñanzas y canciones.
Ligia Tamayo Posada de White nació el 15 de agosto de
1928 en Yarumal (Antioquia), el terruño de Epifanio Mejía,
el del Canto del Antioqueño que se convirtiera en Himno;
del maestro Francisco Antonio Cano; de Benjamín de la
Calle, pionero de la fotografía documental en Colombia;
del Padre Marianito y del contraalmirante Rubén Piedrahíta,
miembro de la Junta Militar que gobernó al país
tras la dictadura de Rojas Pinilla. |
Nadie
imaginaba que esa niña tímida, quien apenas se
atrevía a cantar en reuniones familiares, llegaría
a codearse en las listas de éxitos con cancioneras destacadas
de América como Toña La Negra, María Luisa
Landín o Virginia López. A la muerte de su papá,
Don Rubén Isaac Tamayo, hubo de cambiar el pupitre escolar
en tercero de bachillerato, por una maquinita de coser para
ver por la familia junto con sus hermanos. Más tarde
sería maestra abnegada, pedagoga posgraduada, gestora
de un colegio y de una fundación benéfica.
La intérprete de Con toda el alma y Lejos
de ti murió en Medellín el 23 de agosto
de 2012, tras sufrir una caída en su casa del barrio
El Poblado. Allí vivía, no recluida sino conectada
con su gente, sólo entraba a su aposento para dormir;
de resto su vida transcurría en su estudio, entre su
computador, su biblioteca, sus partituras y su máquina
de coser Singer, tomaba tinto con las amigas en el Centro Comercial
Sandiego, a sus 80 años estudiaba sistemas, historia
de Colombia y hasta Sagrada Escritura. Al salir de clase, repartía
en taxi a compañeras más jóvenes que ella.
Nunca se mostró vieja, tenía un espíritu
muy joven, era hasta mi asesora de moda, dijo a EL PULSO
la única nieta de la artista, Martha Irene De Los Ríos
White, ingeniera de procesos. |
La
Dama de la Canción
Un día una prima le aconsejó que
grabara un disco -refiere el periodista y escritor Juan José
Hoyos-. Ligia le dijo que eso no era tan fácil.
A EL PULSO contó su hija, la administradora de empresas
Martha Ligia White de De los Ríos, que el maestro Virgilio
Pineda le dio clases de guitarra y de solfeo. El músico,
cautivado por su voz, le dijo: ¿Por qué
no grabás alguna cosa?. Al periódico Pantalla,
Ligia Mayo declaró el 2 de septiembre de 1960: La
verdad es que a mí no me provocaba la cosa, pero al fin,
ante su imparable insistencia, me decidí y fuimos a los
citados estudios; como resultado de aquella demostración,
yo recibí oferta para grabar como solista y ahí
me tienen.
Con el disco sencillo a 78 revoluciones por minuto (R.P.M.),
Rendido por un lado, Obsesión
por el otro, empezó un concierto eterno de boleros de
un alma enamorada y de un temperamento melancólico, altamente
rentables para decir amor. Expresó la hija de la artista:
Se tejieron muchas historias sobre las letras de las canciones
que cantó y compuso: que era amargada, que mi papá
le daba muy mala vida. |
 |
Simplemente,
era una persona muy sensible ante el dolor humano y ante el
amor. Mi papá adoró a mi mamá, nunca supe
que tuviera problemas con ella, nunca, nunca. Su yerno,
el abogado Benjamín De los Ríos, anotó:
Esa tristeza tiene que ver, al parecer, con haber quedado
viuda muy joven, en 1973, a los 45 años.
Canciones inolvidables
Érase los lejanos años 60's: Colombia
y América Latina, con su caudal de músicas tradicionales,
resistían la invasión rockanrolera. Se bailaba
con Lucho Bermúdez, con los paseos de Buitrago y la parranda
de los Bedoya, se enamoraba al compás de Fernando Albuerne,
Felipe Pirela, Hugo Romani, Leo Marini, de los cuplés
de Sarita Montiel, las canciones del doctor Alfonso Ortiz Tirado,
las españolerías de Lola Flórez, Juan Legido,
Angelillo y el Niño de Utrera, y los tangos del 40. Otra
antioqueña, Dione Restrepo, triunfaba con el bolero Delito,
Ligia Mayo con el bolero Con toda el alma de Luis
Martínez Serrano.
Se imponían el tango colombiano más famoso, Lejos
de ti de Julio Erazo por Raúl Garcés y un
bolero homónimo del boricua Rafael Hernández con
la Dama de la Canción. Pantalla registraba
así el éxito de Con toda el alma:
Apareció el bolero que esperaba una buena parte
de la disco-afición en todo el país y precisamente
en la versión que hace poco anunció Pantalla con
carácter de primicia, cual es la recién grabada
para el sello Zeyda por la cancionera del año: Ligia
Mayo.
El diario liberal El Correo decía con ocasión
del primer disco sencillo: Con toda el alma, canta Ligia
Mayo Lejos de ti. Dos quejas: El quererte sin esperanzas
me tiene triste, me tiene triste / Y el mirarte en los brazos
de otra, me vuelve loca, me vuelve loca, y: ¡Lejos
de ti qué tristeza, lejos de ti, qué dolor!, dos
lados del mismo acetato, disputaron el primer lugar de popularidad
por mucho tiempo. El Long Play (L.P.) Con toda el alma,
fue gran suceso musical y de ventas.
En 1960, al lado de Alberto Osorio y de Blanquita Sierra -los
mejores cantantes nacionales-, de los mejores extranjeros Pedro
Vargas y Gladys Viera, aparecía Ligia Mayo como la Revelación
del Año. Y en 1961, la cantante operática Alba
Del Castillo la ponía entre las intérpretes que
más admiraba. La investigadora musical Ofelia Peláez
siempre sostuvo: La voz de Ligia Mayo es auténtica,
no se parecía a la de nadie, no sé que tenía
pero sí era distinta. |
|
|
¿Querés
oír dónde tocan tus discos?
|
En
una Antioquia patriarcal como la de entonces (años 60),
no era fácil ser maestra, gestora del Colegio Latino
y de la Fundación Educadora Infantil Carla Cristina,
y al tiempo cantar desamores y despechos en todos los traganíqueles
de Medellín y de Colombia. |
Refería Doña Ligia: Mi marido me llevaba
por Guayaquil y me decía: ¿Querés oír
donde tocan tus discos? Vení yo te llevo: puro Guayaquil
(zona de tolerancia). Los choferes de los buses y los camiones
le contaban la historia mía. Tanta presión
social la obligó a retirarse del mundo artístico
desde 1964 hasta 1984. Pero me siguió gustando
el bolero, y bien despechado. Y todavía me gusta,
decía Ligia, citada por Juan José Hoyos.
Así como el doctor Alfonso Ortiz Tirado cantó
en funciones benéficas para un hospital infantil en Méjico,
doña Ligia lo hizo en Medellín. El periódico
El Colombiano decía el 27 de mayo de 1961: La notable
artista antioqueña doña Ligia Mayo, artista exclusiva
de Zeyda de Codiscos, no es muy adicta a sus apariciones en
público (
). |
 |
Sin
embargo, a expresa petición de distinguidas damas de
nuestra sociedad, y por tratarse de un espectáculo benéfico,
doña Ligia Mayo aceptó presentarse en el Festival
De la Crinolina al Short, que será presentado
el lunes 9 de junio en el Teatro Ópera a las 9 de la
noche. En esa velada, a beneficio del Centro Médico
Federico Ozanam y del Hospital Infantil (de San Vicente), cantó
el tango Blancas margaritas y el bolero Indecisión,
y modeló elegantes trajes.
Ligia Mayo nos amó con su voz, regaló lo que tenía
a quien se lo solicitaba, incluso una valiosa colección
de discos a 78 R.P.M. Prodigó amor sin límites
a su familia, en especial a su hija Martha Ligia y a su esposo,
Heraclio White Gutiérrez. Nos dijo su hija: Yo
creo que ellos se confabularon para quedar juntos: cuando yo
le hablaba a mi mamá de la cremación, nunca me
dijo que no, pero tampoco que sí. Por eso, quedó
enterrada al lado de mi papá, en Campos de Paz.
Su yerno Benjamín De los Ríos, anotó. Como
que se les cumplió un sueño: Después de
muertos amarnos más. |
 |
|
Ligia Mayo y sus lecciones de
amor |
Con igual pasión
que abrazó la música popular, la maestra Ligia
Mayo se dedicó al magisterio y a la gestión educativa.
Cuanto sabía lo supo compartir, dio clases de muchas
cosas, pero sobre todo de amor. Su labor en la educación
y en la música nunca paró, sólo se interrumpía
por instantes, porque ella hizo lo que debía en cada
momento. |
 |
Así, después
de suspender su bachillerato, lo validó en Copacabana
y terminó la instrucción pedagógica básica
en el Centro Educacional Femenino de Antioquia -CEFA-. En lo
musical, estudió en el Instituto de Bellas Artes de Medellín
y en la Escuela Superior de Música.
Refiere su hija Martha Ligia White: Ella empezó
trabajando en 'La Casa de su Niño', un kínder
del barrio Laureles de Medellín, y ahí le tocó
crear la Fundación Carla Cristina, de la cual fue vicepresidente,
junto con Solina Gallego, Guillermo Fernández, Dolly
González de Cardozo y Ezequiel Hurtado, y hasta le compuso
el himno que aún se canta.
Después, la maestra fundó el Colegio Latino,
de gran prestigio, con egresados ilustres y del cual fue directora
y propietaria hasta venderlo recientemente. |
Toda su formación
la adquirió para servir a la gente; para ello, obtuvo
la Licenciatura en Administración Educativa en la Universidad
San Buenaventura de Medellín y luego la Maestría
en Orientación y Consejería en la Universidad
de Antioquia, con la tesis Incidencia de la adaptación
social del maestro en el proceso de enseñanza y aprendizaje
de la lectura y la escritura. Ligia Tamayo Posada de White
enseñó todo lo que sabía con igual sabiduría
y amor: la gramática, el lenguaje, la guitarra, la costura,
el punto de cruz, y enseñó a amar con sus canciones.
De la clase al acetato
Su alma enamorada y sensible capitalizó todas
las vivencias en unas 25 creaciones, la mayoría boleros,
pero también valses, baladas e himnos. La hija de la
maestra, Martha Ligia White, declaró a EL PULSO: Sobre
todo después de la muerte de mi papá, a ella se
le alborotó esa vena, compuso como 22 canciones, todas
muy tristes, de amor y de ausencia casi todas. |
Esa voz tierna y medio
llorosa de Ligia Mayo
se paseó triunfante por varios festivales
internacionales del bolero y mil escenarios
en Colombia, Cuba y Puerto Rico.
|
La misma tristeza,
los mismos desengaños, los reproches al ser amado, las
súplicas para que vuelva, presentes en los boleros que
cantó de otros creadores, resurgen en Tu amor no
vale nada y Déjame sola, sus primeras
composiciones, así como en Soledad, Regresa
mi amor, Necesito decirlo y demás obras
suyas, en su confesión de No es pecado quererte,
en las cuitas que confía a Mi guitarra y
a su Luna mensajera. Para la investigadora musical
Ofelia Peláez, son cantos nacidos del corazón,
que identifican a todas las personas que han amado, aman y seguirán
amando.
Como buena educadora, como maestra de las de antaño,
Ligia Mayo sabía que el docente debe dar lecciones de
colombianidad, y bien buenas que las dio. |
Las clases de guitarra recibidas
de Virgilio Pineda y practicadas en un grupo instrumental, que
casi no salió de las paredes familiares, con sus hermanas:
Ofelia, la mayor, en la bandola y Leticia en el tiple, fueron
el preludio al ulterior recorrido por el pentagrama de la música
andina colombiana instrumental, en las estudiantinas Carlos
Vieco Ortiz, Lírica y Antioquia.
El maestro Luis Uribe Bueno, de Salazar de las Palmas, recién
llegado como contrabajista de Lucho Bermúdez, hijo adoptivo
de Antioquia y padre del programa de bandas departamentales,
y el maestro Jesús Zapata Builes, el mago de la Estudiantina
Iris, fueron grandes amigos de la Dama de la Canción.
De esa amistad surgió Ligia Mayo, mi gran amor,
precioso L.P. donde ella canta las canciones de Uribe Bueno.
|
 |
En Te Extraño,
Amor Imposible, Llámame y otras
amorosas páginas, el maestro toca todos los instrumentos;
como todo lo hacía muy bien, excepto cantar, Ligia una
vez le dijo: No se te vaya a ocurrir cantar, porque vos
cantás muy feo.
Esa voz tierna y medio llorosa de Ligia Mayo se paseó
triunfante por varios festivales internacionales del bolero,
fue huésped de Serenata, Enlace,
Arrieros Somos y otros programas de Teleantioquia,
Donde aquellos en Cosmovisión, y de mil escenarios
en Colombia, Cuba y Puerto Rico, donde alternó con René
Cabel, Mario Clavell, Carmen Prieto, Graciela Montoya de Argentina,
Mundito González y Raquel Sozaya de Cuba, Luis Felipe
González de Venezuela, Gabino Pampini y Cutito Larriñaga
de Panamá, Doris Chaves, Claudia Gómez, Sonia
Martínez, Martha Cecilia Agudelo y Alberto Granados de
Colombia, entre otras estrellas.
Ligia Mayo fue costurera hasta el fin. El día que la
muerte la sorprendió, estaba cosiendo una carpeta navideña.
Pasó a la inmortalidad de la música, luego de
tejer a mano una vida ejemplar. |
|
 |
Jesús y María de
Magdala
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
|
Tan humano como
el Cristo de Botero, es el de Saramago. Debe leerse con cuidado,
pues el autor omite los signos de interrogación. |
Jesús
la veía acercarse, pero, si no lo engañaban sus
ojos, ella venía muy lentamente, como ocurre a veces
en sueños, la túnica se movía, ondeaba,
modelando al andar el balanceo rítmico de los muslos,
y el cabello negro de la mujer, suelto, danzaba sobre sus hombros
como el viento hace que dancen las espigas en el trigal. |
|
No había
duda, la túnica incluso para un lego, era de prostituta,
el cuerpo de bailarina, la risa de mujer liviana. Jesús,
en estado de aflicción, pidió a su memoria que
lo socorriese con alguna de las apropiadas máximas de
su célebre homónimo y autor, Jesús, hijo
de Sira, y la memoria le respondió susurrándole
discretamente, desde el otro lado del oído, Huye del
encuentro con una mujer liviana para no caer en sus celadas,
y después, No andes mucho con una bailarina, no sea que
perezcas en sus encantos, y |
finalmente, Nunca
te entregues a las prostitutas si no quieres perder tus haberes
y perderte tú mismo
(
)
Cómo te llamas, Jesús fue la respuesta, y no dijo
de Nazaret porque antes ya lo había declarado, como ella,
por ser aquí donde vivía, no dijo de Magdala,
cuando al preguntarle él a su vez el nombre, respondió
que María. Con tantos movimientos y observaciones, acabó
María de vendar el dolorido pie de Jesús, rematando
con una sólida y pertinente atadura, Ya está,
dijo ella, cómo puedo agradecértelo, preguntó
Jesús, y por primera vez sus ojos tocaron los de ella,
negros, brillantes como azabache, de donde fluía, como
agua que sobre agua corriera, una especie de voluptuosa veladura
que alcanzó de lleno el cuerpo secreto de Jesús
(
)
Entonces volvió Jesús lentamente el rostro hacia
ella y le dijo, No conozco mujer. María le tomó
las manos, Así tenemos que empezar todos, hombres que
no conocían mujer, mujeres que no conocían hombre,
un día el que sabía enseñó, el que
no sabía aprendió
(
) El hombre
que descansaba a su lado era, lo sabía, aquel por quien
había esperado toda la vida, el cuerpo que le pertenecía
y a quien su cuerpo pertenecía, virgen el de él,
usado y manchado el suyo, pero hay que tener en cuenta que el
mundo comenzó, lo que se dice comenzar, hace apenas ocho
días, y sólo esta noche se halló confirmado,
ocho días no es nada si lo comparamos con un futuro intacto,
por decirlo de alguna manera, además, siendo tan joven
este Jesús que apareció ante mí, y yo,
María de Magdala, yo estoy aquí, acostada con
un hombre, como tantas veces, pero ahora perdida de amor y sin
edad. (
) Nadie más entrará aquí,
tú lo haz dicho, esta mujer a quien llaman María
de Magdala dejó de ser prostituta cuando aquí
entraste, De qué vas a vivir, Sólo los lirios
del campo crecen sin trabajar y sin hilar, Jesús tomó
sus manos y dijo, Nazaret no está lejos de Magdala, uno
de estos días vendré a verte
(
)
Me encontrarás incluso después de morir, Quieres
decir que voy a morir antes que tú, Soy mayor, seguro
que moriré primero, pero, si lo hicieras tú antes
que yo, seguiría viviendo para que me puedas encontrar
.
Fragmentos de El Evangelio según Jesucristo,
de José Saramago. |
|
 |
|
|
 |
|
|