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Radio Nacional de Colombia:
72 años de guerra, paz y cultura
en ondas hertzianas
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Esta radiodifusora pertenece
a la nación colombiana y ha de estar siempre a su servicio
exclusivo
, decía el presidente de Colombia,
Eduardo Santos Montejo, la noche del 1º de febrero de
1940, al inaugurar la Radiodifusora Nacional de Colombia en
uno de los recintos de la Biblioteca Nacional.
La grabación del discurso es el más antiguo
de los más de 90.000 documentos sonoros que conserva
la Fonoteca Nacional, primera de Colombia y una de las más
grandes de Latinoamérica. La efímera HJN, estrenada
por el entonces presidente, Miguel Abadía Méndez,
el 5 de septiembre de 1929, fue el antecedente remoto de una
estación radial que ha visto pasar buena parte de nuestra
historia.
Con boletines de noticias transmitidas desde el Capitolio,
alternadas con música brillante, en una
programación que empezaba a las 6 y 30 de la tarde
y duraba apenas 2 horas, empezó esta historia que se
sigue escribiendo en las ondas hertzianas del país.
Nació aferrada al Ministerio de Educación, en
una oficina de la Biblioteca Nacional, dirigida por Daniel
Samper Ortega. Al llegar en 1954 la televisión al país,
fue absorbida por la Radiotelevisora Nacional de Colombia.
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En 1963 quedó
adscrita al Instituto Nacional de Radio y Televisión
-Inravisión- hasta su cuestionada liquidación
en 2004, con serias secuelas laborales e institucionales. Desde
entonces pertenece a RTVC -Radio Televisión Nacional
de Colombia-.
Historia y cultura al aire
La radiodifusora ha registrado episodios básicos
de la historia nacional, ese diálogo perpetuo entre la
guerra y la paz. Emitiendo informes con equipos prestados desde
la frontera con Perú, en 1933, la emisora estuvo en primera
línea de fuego en la guerra con ese país. Mary
Roldán, profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad
de Nueva York y experta violentóloga, expuso:
El
conflicto con Perú se ganó en parte por la guerra
que se desató a través de la radio, modelando
la opinión pública de manera que favoreciera la
posición nacional, mostrando a Colombia no como
agresora sino como ejemplo de democracia que resolvía
los conflictos diplomáticamente y no por las armas. Resaltó
la compañía que brindó la radio a nuestros
soldados en el frente, y el papel que jugó al redescubrir
territorios olvidados por la acción oficial y hasta por
los turistas, como Amazonas, Caquetá y otros del sur
de Colombia.
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El archivo sonoro
de
Radio Nacional de Colombia guarda
en variados formatos voces inmortales,
discursos históricos, presentaciones
musicales y radioteatros.
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En el mismo año 1933,
la Radiodifusora transmitió 55 conferencias científicas
sobre astronomía popular, etnología y medicina
tropical, 45 sobre sociología y más de 300 pedagógicas,
moderadas por eminentes intelectuales como Agustín
Nieto Caballero y Guillermo Uribe Holguín, director
del Conservatorio de Música de Bogotá. Al aire
estaba el intelecto nacional, con Gregorio Hernández
de Alba, Luis Duque Gómez, Luis López de Mesa,
Jorge Zalamea y Germán Arciniegas, entre otros.
El programa La horrible noche, de la serie Historias
de onda larga, registró la presencia de la emisora
en los sucesos posteriores al asesinato del caudillo liberal
Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948
en Bogotá, entre ellos la toma de la Radio Nacional,
situada en la calle 26 con carrera 17, por un grupo de estudiantes
y exaltados, incluyendo a los futuros escritores Jorge Zalamea,
Jorge Gaitán Durán y Manuel Zapata Olivella.
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El programa La horrible noche, de la serie Historias
de onda larga, registró la presencia de la emisora
en los sucesos posteriores al asesinato del caudillo liberal
Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948
en Bogotá, entre ellos la toma de la Radio Nacional,
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En
la estación oficial y en emisoras clandestinas improvisadas
en casas, se incitó a la insurrección durante
dos días; las emisoras comerciales, según su filiación,
se sumaban al descontrol o instaban al gobierno conservador
a restablecer el orden.
El martirologio de los años 50's quedó plasmado
en 1.574 acetatos de 16 pulgadas, con fragmentos de discursos
y conferencias transmitidos entre 1951 y 1958. En julio de 1951,
el ministro de gobierno, José María Bernal, decía
sobre la violencia que azotaba a los Llanos Orientales: Me
haría interminable si entrara a relatar la serie de crímenes
horrendos perpetrados por los forajidos. |
Bástame citar
dos o tres para que el país se dé cuenta de qué
clase de criminales son los que algunos llaman guerrilleros
,
y describía matanzas, incendios y destrucciones.
En 1955, el entonces ministro de Gobierno, Lucio Pabón,
expresaba: Hoy, sólo algunos reducidos sectores
de los departamentos del Huila, del Tolima y del Cauca, sufren
los rezagos de la diabólica violencia
. Aludía
a la atención de los desplazados por la Secretaría
Nacional de Acción Social (Sendas) del general dictador
Gustavo Rojas Pinilla, a la formación de una Comisión
de paz y a las cifras escandalosas del desplazamiento
que endilgaba a los medios de comunicación. En 1956,
el ministro de Hacienda, Carlos Villaveces, anunciaba un bono
de orden público para los sujetos del impuesto
de renta y complementarios, cuando su valor fuera igual o mayor
a $10.000 pesos. |
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Una radio para reflexiones
históricas
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El
escritor colombiano Germán Arciniegas analizaba en la
Radiodifusora Nacional de Colombia en 1957, la justicia
del resentimiento que existe en la América Latina por
la forma como los americanos les han puesto a los dictadores
toda la maquinaria bélica en las armas, para que destruyan
la democracia en América
.
Ante una propuesta de interconexión vial para facilitar
la defensa del Canal de Panamá, proponía: Lo
mejor para defender el Canal de Panamá que podemos hacer
nosotros es procurar, no sé en qué forma, que
aumenten la selva, las culebras y los mosquitos en toda la región
circundante, para hacer más impenetrable de lo que es
ya esa región
.
Pedía lo mismo para todos los puntos vulnerables de la
seguridad continental, en vez del envío de ametralladoras.
Y decía: El caso de Corea ilustra de una manera
maravillosa lo que es el juego de las armas para nosotros.
Indicaba que suponiendo que los 1.000 soldados colombianos,
por arte de su buena puntería hubieran matado 4.000
coreanos, ¿es un gran éxito? ¿Una cosa
digna de alabanza en la guerra? Y eso nos permitió un
crédito tan amplio en los Estados Unidos para emplear
esas armas aquí, que luego los mismos soldados con las
mismas armas, contribuyeron a la muerte de 100.000 colombianos.
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Radio-teatro, voces inmortales
y músicas de Colombia
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En una radio donde
aún era pecaminosa la presencia femenina, la bella y
talentosa Gloria Valencia, quien venía de ser tambor
mayor en la banda de guerra del Colegio La Presentación
de Ibagué, se volvió una de las radio-actrices
pioneras en comedias dirigidas por Bernardo Romero Lozano. Las
damas de la Radio Nacional nutrirían la Televisora
Nacional de locutoras, periodistas, directoras y actrices. |
| La vida cultural
radiodifundida en más de 70 años tiene muchas
facetas. Son las conferencias del viejo Ministerio de Industrias
sobre agricultura y ganadería; los cursos de extensión
en asocio con la Universidad Javeriana; Vida y obra de
Mozart, la serie pedagógica más completa
de la radio colombiana sobre el genio de Salzburgo, en 351 programas
realizados por Ricardo de la Espriella; es Música
sinfónica de Colombia, honda investigación
sobre nuestra música académica, que salvó
muchas grabaciones en peligro de extinción, publicó
un gran volumen de partituras y proveyó de material didáctico
a colegios y bibliotecas.
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Es la agilidad informativa
de Reloj del Mundo, la cálida compañía
de La vieja buena música, con Francisco José
Restrepo (Mister buenas noches) y sus exquisitas
melodías que nos hacen exclamar: ¡Ah, la
vieja buena música!. En los viejos tornamesas giraban
el bambuco, el pasillo y el torbellino en La música
de la región andina colombiana, al lado de personajes
familiares como Don Ruby con La hora de los
novios, o El ciego de oro con sus audiciones
de tango.
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Trabajar por la cultura nacional,
contribuir a la formación del gusto estético,
dar información absolutamente serena y
desapasionada, que lleve a todos una fiel síntesis
de cuanto en el país y en el exterior sucede
.
Eduardo Santos, 1940.
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Las campañas por los
leprosos de Agua de Dios y la venta de colirio para los ojos
alternaban con conciertos de estudiantinas, tríos y
chirimías en los radioteatros, y con magistrales adaptaciones
radio-teatrales de obras literarias por Cecilia Fonseca de
Ibáñez, con sus cubrimientos de festivales musicales
por toda Colombia y con las grandes orquestas sinfónicas
en vivo.
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En 1974, Cecilia presentaba en
el programa De viva voz, a Ernesto Sábato
recitando apartes de Uno y el universo, y en 1998
Borges se autorretrataba con su Borges y yo: Al
otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. (
) De
Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna
de profesores o en un diccionario geográfico. (
)
Yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura.
(
) Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas
válidas, pero esas páginas no me pueden salvar,
quizás porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera
del otro, sino del lenguaje o de la tradición.
La misma realizadora adaptó en 1959 Una gran señora
del argentino Enrique Suárez, y en la cual figuraban
Érika Krum, Chela Arias, Julio Jiménez, Francisco
José Restrepo y Fabio Camero en un salón de modas
de París. Por la historia de la Radio Nacional desfilaron
los personajes de El Zarco de Don Tomás Carrasquilla,
interpretados por Betty Valderrama y un elenco de niños
y adultos; La pasión según San Mateo
de Bach se emitió en directo desde la Basílica
Primada, en la Semana Santa de 1954, como los villancicos de
la Coral de la Radiodifusora,
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dirigidos por Olav
Roots y grandes producciones sobre las muertes de Bolívar
y del compositor Crescencio Salcedo, en el famoso Reporter
Esso, iniciado por la Tropical Oil Company en 1957.
En buena medida se ha cumplido la misión que enunciaba
el presidente Santos Montejo al inaugurar la Radio Nacional
en 1940: Trabajar por la cultura nacional en todos los
órdenes, colaborar con las universidades, colegios y
escuelas en intensas labores de enseñanza, contribuir
a la formación del gusto estético con programas
cuidadosamente preparados, dar una información absolutamente
serena y desapasionada, totalmente objetiva, que lleve a todos
una fiel síntesis de cuanto en el país y en el
exterior sucede
.
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| El
sonido del futuro
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Hoy, la Radio
Nacional es una emisora distinta en una época distinta.
Los acetatos, las radionovelas, las consolas de tubos, la cinta
magnetofónica Basf, los tornamesas RCA Víctor,
las grabadoras Ampex, el cuarto de utilería de efectos
sonoros y la música en vivo, cedieron el puesto a la
tecnología de punta para los sonidos del futuro.
Programas muy tradicionales conviven con otros como Vuelo
nocturno, donde hablan los oyentes de todo el país;
Noche tras noche (información y música);
Top 20 (las 40 canciones más pedidas en la
página web); Éxitos de la Radio Nacional
de Colombia (las canciones más sonadas en la radio);
o Fiesta Radio Nacional de Colombia (nuestra diversidad
musical).
Paralelamente opera www.fonoteca.gov.co, primer espacio web
del país para la consulta de archivos sonoros, resultado
del proceso de digitalización que impulsa la Radio Nacional
desde 2005.
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Contiene: discursos
presidenciales y de funcionarios públicos desde 1940;
radioteatros desde 1941; entrevistas desde 1944, conferencias,
programas musicales e informativos y bachillerato por radio
desde fines de 1960 hasta 2004; festivales de música
religiosa, clásica, llanera, de gaitas, porro, vallenato,
rock, reggae y música indígena, emitidos desde
1975 hasta hoy.
Otro avance es la emisora virtual Son-Horas, para
la transmisión de programas viejos y nuevos, como Historia
y estética del jazz, Festivales Colombianos,
Análogo digital, El túnel del
ritmo, Fronteras de arena, Sólo
boleros, La música en el cine y Delta
Radiónica. En la oferta también hay podcasts,
memorias de seminarios realizados por la Fonoteca Nacional y
producciones discográficas especiales.
En los 70 años de la emisora en 2010, la Fonoteca realizó
la exposición Nos vemos las carátulas,
con las 116 carátulas más vistosas entre los 27.000
discos de larga duración que posee. Así fue posible
encontrarse, de sopetón, en un parque de Bogotá,
con el monofónico de Los Tolimenses viajando en burro,
con Los Graduados disfrazados como siempre y con Los Speakers
habitando la Casa del Sol Naciente. Fue el reencuentro también
con la poesía del Indio Rómulo, con las baladas
de Mariluz, Harold y Claudia de Colombia, con Luciano y Concholón
tocando en el parque de El Retiro a mediados del siglo XX y
con el primer trabajo de Aterciopelados. El sitio tiene secciones
como Oídos expuestos, La radio en la
historia- Historias de onda larga, Soñar
despierto o musicalización imaginada, Experimentos
sonoros, Así se vive la radio y Si
lo tiene tráigalo, donde los oyentes ayudan a recuperar
archivos sonoros de gran valor patrimonial.
El transmóvil de Radio Nacional de Colombia sigue emitiendo
la queja de la bandola del Mono Núñez en Ginebra
(Valle), el duelo de Francisco El Hombre con el Diablo en el
Festival de la Leyenda Vallenata y las noticias sobre las tensiones
del medio oriente. Como cualquier emisora, su presencia en el
aire testifica que la historia es un tejido de los hechos de
cada instante y que la radio nos permite comprobar que aún
imaginamos 6
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