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Reflexión
del mes
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"La vejez no existe;
sólo existe la pena. Con el paso del tiempo he aprendido
que esto, aunque cierto, no es toda la verdad. Otro generador
de vejez es el hábito: el mortífero proceso
de hacer lo mismo de la misma manera a la misma hora día
tras día, primero por negligencia, luego por inclinación,
y al final por inercia o cobardía. Afortunadamente,
la vida inconsecuente no es la única alternativa, pues
tan ruinoso como la rutina es el capricho. El hábito
es necesario; es el hábito de tener hábitos,
de convertir una vereda en camino trillado, lo que una debe
combatir incesantemente si quiere continuar viva.
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Pese a la enfermedad,
a despecho incluso del enemigo principal que es la pena, una
puede continuar viva mucho más allá de la fecha
usual de desintegración si no le teme al cambio, si
su curiosidad intelectual es insaciable, si se interesa por
las grandes cosas y es feliz con las pequeñas. Mientras
ordenaba y escribía mis recuerdos, he aprendido que
estas ventajas no dependen generalmente de los méritos
propios y que es probable que yo deba mi vejez dichosa al
antepasado que accidentalmente me dotó de tales cualidades.
Otra ventaja (igualmente accidental) es que yo no recuerdo
por mucho tiempo mis enfados. Raramente olvido una ofensa
a mi espíritu, ¿quién la olvida? Pero
la vida la recubre con un rápido bálsamo, y
queda registrada en un libro que raras veces abro".
Una
mirada atrás (fragmento).
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Edith Wharton (Estados Unidos, 1862-1937).
Edith Newbold Jones, describe en sus novelas las contradicciones
de una sociedad atrapada en el desapasionamiento de la época
victoriana. En 1902 publicó la novela histórica
El valle de la decisión. Su fama literaria
se consolidó con La casa de la dicha (1905). Su novela
corta Ethan Frome (1911), destaca por lograr una universalidad
que no tienen sus novelas de sociedad. Produjo gran número
de novelas, libros de viajes, relatos (entre los que destacan
cuentos de fantasmas) y poemas. Otras novelas: Las costumbres
del país (1913), La edad de la inocencia (1920, Premio
Pulitzer en 1921), y 4 novelas cortas agrupadas en Vieja Nueva
York (1924). En 1993 Martin Scorsese llevó al cine
La edad de la inocencia. En 1924 fue la primera mujer merecedora
de título honorario de la Universidad de Yale.
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¿Necesita Colombia
más
médicos o mejor preparados?
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Jorge E. Maldonado MD,
PhD, FACP - Vicepresidente de Educación Federación
Médica Colombiana, Editor Publicaciones ILADIBA
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El pasado 11 de agosto nos
sorprendió escuchar en el Noticiero de la Cámara
de Representantes, emitido a través de RCN Televisión,
que el país necesita 25.000 médicos más
y especialistas para evitar que los pacientes mueran
esperando una cita especializada. Se anunció
que se preparan medidas para incentivar a las universidades
a que eduquen más médicos y especialistas en
diversas ramas.
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En otras palabras, se supone, inyectar más dinero
a las universidades para que creen más facultades de
medicina (vamos en 54 y la cifra sigue creciendo) y plazas
de residentes (pagados o subsidiados por el Estado más
la matrícula que le cobran a los afortunados).
¿Cuánto valdría el paquete? A corto plazo
miles de millones y a largo plazo billones.
De acuerdo con datos citados con frecuencia, Colombia tiene
hoy 56.000 médicos de los cuales alrededor de 40.000
son médicos generales y el resto especialistas. ¿Con
base en qué estudios se dice que el país necesita
25.000 médicos más, cuando en este momento no
hay plazas disponibles de médicos rurales y se debe
hacer un sorteo para llenar las pocas existentes?
Y en cuanto a los especialistas la misma pregunta es válida,
aunque más fácil de responder empíricamente.
El meollo del asunto radica en que no hay ninguna razón
válida para que sean el Estado o los residentes quienes
paguen la práctica conducente al título de especialista.
Colombia es el único país del mundo que le cobra
matrícula a los internos y residentes que son practicantes
que generan ingresos económicos al hospital por servicios
prestados a los pacientes, financiados por los seguros de
salud. Son los hospitales o IPS quienes deben pagar a los
residentes y financiar la práctica de los residentes
de especialidades.
Sin duda es importante definir cuántos especialistas
y en qué áreas se requieren, pero decir, como
lo afirmó una Representante en el Noticiero en mención,
que no hay más especialistas porque los existentes
no lo permiten para mantener su monopolio, es
temerario.
De todos modos, nunca habrá suficientes especialistas
para tratar a todos los enfermos de las distintas especialidades.
Ni con los 1.000 psiquiatras actuales ni con 10.000 es posible
tratar el 40% de los colombianos (18 millones) que de acuerdo
con la Encuesta Nacional de Salud Mental tienen, han tenido
o tendrán problemas mentales.
Tampoco con 2.000 obstetras, 2.000 pediatras, 1.000 cardiólogos
o nefrólogos y 1.000 endocrinólogos es factible
que sea un especialista quien maneje todos los partos, niños,
hipertensos o diabéticos.
En nuestra opinión de clínico general (internista)
con cerca de 50 años de experiencia en la práctica,
investigación y docencia, lo que se requiere son médicos
generales o de Atención Primaria o medicina familiar,
capaces de atender 90% de los problemas de salud. Un médico
general bien preparado debe manejar el espectro de condiciones
o enfermedades mencionadas y no llenar formatos de solicitud
de citas con el especialista al primer asomo de patología.
De ese modo, como se hace en países donde el médico
general es la base del sistema (ejemplo, el General Practitioner
del Reino Unido), el especialista (usualmente ubicado en un
hospital) solamente es requerido para tratar los casos complejos
o estrictamente especializados.
El país, el gobierno y el Estado en general tienen
hoy un mandato: la Atención Primaria que no se hace
a base de especialistas sino de médicos generales con
un equipo de Atención Primaria (por ejemplo, enfermeras,
psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas etc.).
Se ha dicho y repetido hasta la saciedad que tenemos muchas
facultades de medicina de mala calidad (citadas
peyorativamente como de garaje), que producen
médicos mal preparados. Lo dicen otros
Sin embargo, el principal problema es que esos médicos
(de estirpe, buenos, regulares o malos) salen
a ejercer en sitios (inclusive hospitales llamados universitarios),
donde hay una carencia total de medios de educación
médica continuada, lo cual los lleva a convertirse
forzosamente en empíricos.
El sistema de salud (gobierno, EPS e IPS) tiene la obligación
de educar de manera continua y los profesionales el deber
de estudiar, pero hasta ahora nadie de alto nivel se ha preocupado
por el tema y menos aún en relación al personal
de Atención Primaria, el más necesitado. Lo
único que se ha hecho es despilfarrar en unas pocas
guías de manejo clínico basadas en (presunta)
evidencia, que no solo cuestan millonadas sino que están
limitadas a unas pocas entidades o condiciones.
Se necesita de manera urgente una educación médica
continuada integral, incluyente y de amplio espectro (información
actualizada permanente y educación estructurada sobre
temas presentados de manera moderna).
Utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación
y los métodos modernos de educación del adulto,
es factible crear bibliotecas virtuales accesibles y asequibles.
Y lo afirmamos con la voz de la experiencia a nivel nacional
total.
Sin embargo, primero hay que definir las prioridades, que
comienzan por el profesional de Atención Primaria .
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A propósito
del Día Mundial
de la Salud Bucodental
Andrés
A. Agudelo-Suárez - - Coordinador, Observatorio Nacional
de la Salud Bucal y la Práctica Odontológica
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El 12 de septiembre
se celebra el Día de la Salud Bucodental en el mundo.
Aunque se realizan muchas actividades en diferentes lugares
del planeta, en una reflexión sobre la situación
actual surgen muchos interrogantes acerca del estado de salud
bucodental de nuestros pueblos; pero también, son numerosos
los desafíos para lograr unas condiciones óptimas
para que las personas puedan -además de sonreír
y hablar-, acceder a una mejor calidad de vida que les permita
desarrollarse como personas con justicia y equidad social.
Es necesario analizar la situación de salud bucal desde
una perspectiva integral. Las enfermedades de la boca continúan
siendo un problema de salud pública, tanto por su magnitud
como por su severidad. |
La salud
bucal hace parte de la salud general y está determinada
no sólo por hábitos y estilos de vida, sino por
la posición económica en una sociedad, el grupo
étnico, el sexo y el perfil de acceso a servicios de
salud.
Las tendencias mundiales muestran por ejemplo, aumento de la
prevalencia de la caries dental en los países de baja
renta y una tendencia estable en los países ricos.
A manera de ejemplo, en Colombia, si bien los indicadores generales
muestran una disminución de las enfermedades orales de
acuerdo con los parámetros internacionales, todavía
existen situaciones de desigualdad en grupos específicos
y en zonas más desprotegidas.
Todo esto conlleva a pensar en la necesidad de liderar procesos
de cambio social, favorecer el empoderamiento de las comunidades
para crear entornos saludables, así como un llamado al
mayor compromiso político de la profesión odontológica
para la generación de estrategias, y exigir a los gobiernos,
la garantía del derecho a la salud. Las enfermedades
bucodentales merecen atención por el menoscabo de la
calidad de vida de las personas que las sufren. |
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Bioética
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No al aborto: cuestión
antropológica desde siglo V a.C.
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Ramón
Córdoba Palacio, MD - elpulso@elhospital.org.co
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| A
raíz --de -los hechos en la Universidad Pontificia Bolivariana
aparecieron artículos de ilustradas personalidades censurando
acremente las actitudes del rector (monseñor Luis Fernando
Rodríguez canceló el congreso Los debates
actuales de la justicia, porque entre sus ponentes había
profesores de otras universidades del mundo que están
a favor de la |
despenalización del
aborto), porque en su sabiduría
atenta contra la libertad de cultos, la libertad de cátedra,
y demuestra la para ellos obsoleta posición de la Iglesia
Católica que trata de imponer dogmas cuando las cuestiones
religiosas son valores únicamente personales, individuales
y subjetivos. Su vehemencia e intolerancia nos recuerda a Savonarola,
ya que sólo es válido lo que concuerde con su
pensamiento, todo lo demás es persecución, retroceso,
coacción de la Iglesia Católica, de los curas,
etc.
Algunas de estas ilustradas personalidades llegan a citar autoridades
en el campo católico, como Santo Tomás de Aquino,
pero sin tener en cuenta el contexto científico de lo
que se conocía en ese entonces en el aspecto biológico-antropológico,
y utilizan sus argumentaciones para combatir la misma Iglesia
que el Santo defendió y honró con sus enseñanzas;
lo importante para estas ilustradas personalidades es atacar
las enseñanzas de la Iglesia Católica retorciendo
maliciosamente los conceptos de sus representantes.
La no aceptación del aborto, de la eutanasia, de la adopción
de niños por parejas del mismo sexo, etc., demuestran
la ignorancia, el fanatismo, la intolerancia de quienes así
piensan porque simplemente son opiniones de curas, de monjas,
de autoridades religiosas ignorantes, retrógrados, etc.
Lo ético y lo moral es lo que las Cortes, los jueces
o cualquier Perico de los Palotes dicten y no se puede siquiera
objetar, porque quien lo haga es violador del sagrado derecho
de defender el progreso y la libertad absoluta de creencias
y de conductas, la verdadera democracia, la Constitución
vigente, etc.
Ignoran estas ilustradas personalidades -si lo hacen maliciosamente
o por verdadera falta de conocimiento no nos corresponde a nosotros
dilucidarlo-, que en el siglo V antes de Cristo, el grupo de
médicos seguidores de los principios promulgados por
Asclepio -el dios de la medicina- o por Hipócrates su
más fiel seguidor e intérprete, se comprometían
bajo juramento a defender y respetar la vida desde la concepción
hasta la muerte natural, juramento que históricamente
está comprobado no fue impuesto por ninguna autoridad
religiosa ni civil, sino que brotó de la íntima
convicción de que la medicina y el médico son
realidades al servicio del bien del ser humano y no verdugos
al servicio del Estado o de quien ostente títulos oficiales
a cualquier nivel.
El voto cuarto del dicho Juramento, conocido como Juramento
Hipocrático -Hórkos- afirma:
Insistimos: este voto expresa la convicción profunda
de que la medicina y el médico son realidades al servicio
del Bien del ser humano desde la concepción hasta su
muerte natural -en todas las etapas y condiciones de su existir-,
y que no está dentro de su misión la de ser verdugo
de ningún hijo de hombre, cualquiera sea la circunstancia
de su concepción y el estado de su salud. El rechazo
al aborto y a la eutanasia no es cuestión religiosa sino
antropológica: el sumo respeto por la vida de todo ser
humano. |
| NOTA:
Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética
-Cecolbe-. |
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