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Alejandro Echavarría
Isaza,
papá del progreso colombiano
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Familia Echavarría Misas, el clan empresarial. Arriba,
de izquierda a derecha: Ana Josefa Misas (madre) y Gabriel
Echavarría Misas (hijo mayor). En el centro, Alejandro
Echavarría Isaza (padre). Segunda fila, mismo orden:
los hijos Luisa, Sofía y Guillermo (con la rueda).
Abajo, mismo orden: Margarita (con el perro), Diego, Alejandro,
Rosita (la bebé) y Germán Echavarría
Misas. No había nacido Carlos José, quien
fue gerente de Coltejer, presidente de Bavaria, fundador
de la ANDI, del Banco Industrial Colombiano y RCN. (Foto
cortesía: Margarita Echavarría de Uribe. Reproducción:
Rodrigo Peláez)
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Con el talento heredado de
su papá, quien cargaba mercancías en bestia
para su tienda en Barbosa (Antioquia), Alejandro Echavarría
Isaza creó la primera aerolínea del país,
un hospital líder en atención y desarrollo científico
en Colombia, la industria textil, la banca comercial y, ante
todo, un estilo empresarial próspero y humano. Con
él pasamos de la mula al avión.
La historia oficial de Alejandro Echavarría parte del
traslado de sus padres Rudesindo Echavarría Muñoz
y Rosa Isaza López, de Barbosa a Medellín en
1864, pero ignora que mucho antes hubo un viaje en sentido
contrario.
Así lo explica su hijo Guillermo Echavarría
Misas en crónica de la historia familiar: "Don
Rudesindo Echavarría Muñoz, oriundo de Medellín,
al llegar a la edad en que el hombre tiene que pensar
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seriamente en su
porvenir y dándose cuenta de que en el Porce y Nare se
estaban explotando minerales de oro con gran éxito, resolvió
trasladarse -recién casado- a la población de
Barbosa y abrió allí una tienda la cual surtió
de todo cuanto necesitaba el personal de mineros". Por
caminos de herradura, agrega, cargaba en bestias las mercancías
adquiridas a Pablo Lalinde y Cía y otros comerciantes
de Medellín.
Alejandro nació en Barbosa el 1 de julio de 1859, pero
la historia se remonta a la época de la Guerra de los
Mil Días. Cuenta Margarita Echavarría de Uribe:
"Mi bisabuelo José María Misas vivía
en el parque de Berrío y tenía 22 hijos de dos
matrimonios; como era conservador, los liberales le quitaron
la casa con todos sus haberes y él se tuvo que ir a Yarumal.
Allá, mi abuelo Alejandro visitaba a Ana Josefa, prima
hermana del padre Marianito Eusse. Su papá José
María Misas hablaba de Alejandro como ese liberalito
que viene a hacerle visitas.
De la mula al avión
Alejandro Echavarría medía 1.70 de estatura,
tenía piel blanca medio rojiza y un lunar en el pómulo
derecho, era madrugador y enérgico para el trabajo. No
le gustaban las fiestas con mucho de alcohol o con mucho baile.
Prefería disfrutar en privado una buena copa de coñac
y un tabaco habanero, era un hombre adusto, pero se permitía
un humor fino e irónico.
Margarita Echavarría, una de las dos mujeres que empezó
Antropología en la Universidad de Antioquia junto a 70
hombres, evoca a su abuelo: Lo recuerdo como una persona
muy simpática y cariñosa, lo llamábamos
'Papalelo' (Papá Alejandro). A los nietos chiquitos,
en broma nos hacía nueces con el cabello, hay una foto
de él echándole el humo del tabaco a mi hermana
menor, recuerdo también las comidas deliciosas en casa
de mi abuela. Estudió ebanistería en el Instituto
de Artes y Oficios de Medellín, aún conservo dibujos
muy bonitos que hizo allá. Admiro mucho que estando mi
padre Guillermo muy pipiolo, le propuso a su padre Alejandro
en 1919 comprar una hacienda de ganado en Bolívar; nada
sabían de ganadería, y compraron la hacienda Mundo
Nuevo.
Hasta principios del siglo XX, por el aire nacional solo volaban
las aves y Domingo Valencia, el "as del aire", en
un globo sobre la Plaza de Bolívar de Bogotá,
que más de una vez se cayó al suelo. Margarita
Echavarría relata cómo nació nuestra aviación:
Mi papá Guillermo había estado en Estados
Unidos y le fascinaban los aviones, que eran nuevos; en septiembre
de 1919 sugirió al papá Alejandro una empresa
de aviación, ya que estaban vendiendo unos aviones franceses
de la guerra de 1914. El 26 de septiembre se hizo la escritura
de la Compañía Colombiana de Navegación
Aérea -CCNA-, pionera del transporte de pasajeros y del
correo aéreo, en la Notaría Primera de Medellín,
con la firma del Presidente Marco Fidel Suárez. Trajeron
los aviones desarmados por río y por tierra desde Cartagena.
Hubo algunos vuelos de turismo sobre Medellín, con dos
aviadores muy brillantes: René Bassin y Jourdanet, y
buenos mecánicos. Estuvieron de malas, hubo varios accidentes;
Jourdanet no estaba acostumbrado a los vientos de aquí
que le tumbaron el avión y él se mató.
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Con su hijo
mayor,
6 sobrinos, 10 telares,
12 obreras y mil pesos,
fundó Coltejer
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En diciembre del
mismo año 1919, le surgió competidora a la CCNA:
la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos -Scadta-,
también con pilotos de la Primera Guerra Mundial, pero
germanos, origen de Avianca, la aerolínea más
antigua de América. La CCNA no resistió su competencia:
sus aviones eran de madera y lona, mientras que los alemanes
de la Scadta eran metálicos. En su libro De la
mula al avión, Guillermo Echavarría Misas
dice que el 30 de marzo de 1922, la Scadta rompió el
récord mundial de larga distancia aérea, al volar
más de mil kilómetros entre Girardot y Barranquilla.
Luego, el Almacén Nacional y el Salón Alfa en
Medellín le dieron la sangre financiera a la futura Coltejer,
y a Alejandro, con qué casarse con Ana Josefa Misas.
Tuvieron diez hijos: Gabriel, Sofía, Luisa, Guillermo,
Margarita, Alejandro, Germán, Diego, Rosa y Carlos J.
De gran visión publicitaria, sus negocios tenían
avisos como: Con cada corte se encima un par de medias
de seda, Paños Alfa: están fuera de
toda competencia en precios, calidad y durabilidad, Últimas
novedades de París, Si es Alfa, es inglés.
Definitivamente
Coltejer
Emulando a los creadores de la Fábrica de Textiles
de los Andes - Fatelares y de la Fábrica de Tejidos de
Medellín (1904), Alejandro compró a su pariente
Gustavo Merizalde dos telares manuales de madera. Con su hijo
mayor, seis sobrinos, diez telares, doce obreras y mil pesos,
fundó la Compañía Colombiana de Tejidos
-Coltejer-, el 22 de octubre de 1907. En la pobre Colombia recién
separada de Panamá, con su industria en pañales
y las cuatro quintas partes de la población analfabetas,
ante quince obreras en sus máquinas, con delantales blancos
a listas negras y gorritas, el presidente Rafael Reyes prendió
las máquinas a control remoto.
El padre jesuita Carlos Salcedo, narró así el
suceso en la revista "La Familia Cristiana": "El
general Reyes tiene en sus manos un botón eléctrico...
se pasan dos minutos... de repente, un electroimán, activo
por la corriente que viene de Bogotá por los hilos telegráficos,
atrae una palanca; ésta deja libre un peso que, al caer,
cierra el switch que da entrada a la electricidad
.
En abril de 1908 arrancó la planta en el barrio La Toma,
oriente de Medellín, su primer artículo fue una
camisa de franela: "era tan fuerte y de boca tan grande,
que parecía una ruana", dijo una de las obreras
que la confeccionaron. "Mi papá, Guillermo Echavarría,
llevaba en bicicleta el pago para las obreras, de su casa en
el centro de Medellín", recuerda Margarita Echavarría.
El almacén Alejandro Echavarría e Hijos, registró
el 14 de abril de 1908, el primer ingreso de 230 pesos por venta
de mercancía de Coltejer. |
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El Hospital: la mejor empresa
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Hospital de San Vicente de Paúl,
Cirugía, 1919.
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¿Cómo
convertir el dolor familiar en alivio colectivo? Cuenta Guillermo
Echavarría Misas que luego de varias operaciones a doña
Ana Josefa Misas, mi padre, Alejandro Echavarría
Isaza, al ver los sufrimientos por que había pasado,
pensó que si ella siendo asistida por varios de los mejores
médicos de Medellín, había tenido que pasar
por tales sufrimientos, ¿qué no pasaría
con las gentes pobres que no tenían con qué pagar
un buen médico y las drogas necesarias para curarse y
mucho menos dónde alojarse convenientemente durante su
enfermedad?.
Y Margarita cuenta: "Mi abuelo subía a caballo diariamente
hasta Santa Elena, a hacerle las curaciones a mi abuela, por
una infección en el pecho que no le habían podido
tratar los médicos". El 24 de agosto de 1913, Alejandro
puso la primera piedra del Hospital de San Vicente de Paúl.
Cuando dirigía la obra, le dio una gripa muy fuerte,
se le complicó con neumonía, no había antibióticos
ni nada, y en tres o cuatro días murió. Continúa
Margarita: Mi abuela, ya delirando a punto de morir, soñaba
con él y lo llamaba. Mi papá Guillermo Echavarría,
quien siguió dirigiendo los trabajos, me llevaba al Hospital
a veces; yo sentada en las escalas de lo que es ahora el Pensionado,
al lado de una olla grandotota, un día le pregunté:
-- ¿Y esto qué es, papá por Dios?
Me dijo que era una olla atómica, la primera que compró
el Hospital. Cuando mi papá se encargó
de la construcción, el carpintero me hacía carritos
de madera y otros juguetes, refiere Alejandro, otro nieto
del fundador.
Don Alejandro Echavarría Isaza murió en Medellín
el 6 de noviembre de 1928 de neumonía, cuando construía
el Hospital de San Vicente, donde curarían la neumonía
y demás males a pobres y ricos de Colombia. Yo
estaba jugando con muñecas -cuenta su nieta Margarita-,
las dos muchachas del servicio estaban conversando y oí
que una le dijo a la otra: 'Ay, se acaba de morir don Alejandro'.
Yo estaba tan chiquita, pero me impresioné muchísimo.
Era un hombre bueno, sin duda. Y murió de pie, como sigue
todo lo que construyó. |
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Los Echavarría: Fundadores de
empresas y creadores de obras culturales |
Fábrica de Tejidos de Bello,
1910. Foto: Rafael Mesa. Colecciones Virtuales,
Biblioteca Nacional de Colombia. Impreso: Biblioteca Pública
Piloto.
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En la Medellín de principios del siglo
XX, aún con carros tirados por bestias y un alumbrado
de faroles de gas que encendía todas las noches un señor,
Don Alejandro Echavarría Isaza fundó la primera
empresa de electricidad que luego vendió al Municipio.
Y la textilera Coltejer por su parte, fue un semillero empresarial.
Los Echavarría fundaron en 1920, cuando llegaron los
primeros telares automáticos, la Fábrica de Tejidos
e Hilados del Hato -Fabricato- en el municipio de Bello. Después
vinieron Corona, RoseIlón, Sedeco, Fatesa, la planta
de acabados de Itagüí, Textiles Doña María,
Coltehilos, Diagonal, Textiles Rionegro, Coltepunto, Polímeros
Colombianos, Prodiversos, Telaraña, Fundiciones Técnicas,
Furesa, Derivados del Maíz, Agrourabá y Coltefinanciera;
y con ellas, la Asociación Nacional de Industriales (Andi),
Suramericana de Seguros, Banco Industrial Colombiano y la Cadena
Radial Colombiana -Caracol-.
Don Diego Echavarría Misas donó las bibliotecas
de Itagüí y del Hospital de Barbosa, y muchas obras
educativas y culturales, Jaime R. Echavarría compuso
obras inmortales, Sofía Echavarría creó
la primera orquesta sinfónica de Antioquia, y doña
Ana Josefa Misas brilló por su filantropía. "En
Medellín había muchos niños desprotegidos
-indica Margarita Echavarría-, en un sólo día
a una señora de la Calle del Frito en El Poblado (hoy
calle 9 sur) se le murieron dos niños de desnutrición,
por eso mi abuela Ana Josefa fundó el Amparo Infantil
Santa Ana (hoy Clínica Santa Ana). |
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La verdad
al desnudo.
Cuatro miradas a
la psoriasis en Colombia
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Ángel Oñate, 11 años,
Distracción (Guajira). Pese a que en 2009 accedió
a un tratamiento efectivo, su caso se agravó por la
imposibilidad de desplazarse cada mes hasta Barranquilla (a
6 horas), para obtener prescripción médica.
Con el consentimiento expreso de Ángel y de sus padres
se publican sus fotografías, para dar testimonio de
la paradoja de muchos colombianos que, pese a tener derechos,
enfrentan dificultades de acceso a la salud por las distancias
geográficas. Foto: Natalia Behaine.
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El libro La verdad
al desnudo: Cuatro miradas a la psoriasis en Colombia
recopila los testimonios y fotografías de 10 pacientes
de 7 ciudades y municipios del país, que aceptaron
ser retratados por los fotógrafos Jesús Abad
Colorado, Bernardo Peña, Natalia Behaine y William
Fernando Martínez, para contar su historia y dar testimonio
de haber sorteado el estigma de la enfermedad o de su lucha
por superarlo.
La verdad al desnudo más allá de
ser un libro es un programa mundial diseñado por la
compañía biofarmacéutica Pfizer, para
crear conciencia sobre el impacto físico y emocional
de la psoriasis y estimular a los pacientes a buscar tratamiento;
la primera versión se realizó en 2009 en Europa,
a la que siguió una exposición con pacientes
de algunos países latinoamericanos a comienzos de 2010.
El trabajo realizado en Colombia es el primero exclusivo para
un solo país y tiene la particularidad de contar con
4 fotógrafos de diversas regiones con el propósito
de ofrecer varias miradas.
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La psoriasis es una enfermedad
crónica, inflamatoria y episódica (aparece y desaparece
sin explicación). La persona con esta condición
muda sus células cutáneas cada 3 o 5 días
(habitualmente ese proceso tarda un mes), lo que genera lesiones
rojas o escamas, en especial en codos, rodillas y cuero cabelludo.
Los dermatólogos calculan que el 2% de la población
colombiana (900.000 personas), la padecen o podrían padecerla.
Pfizer y la Fundación de Ayuda al Paciente con Psoriasis
(Fundapso) presentaron el libro el pasado 20 de agosto en la
Universidad CES en Sabaneta, Antioquia, durante una jornada
gratuita de detección de la enfermedad. |
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| Ocioso lector |
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Huerta de
Jaime y comercio
con Jamaica
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Guillermo Echavarría
Misas, hijo de Alejandro Echavarría Isaza, narra en
una bella crónica los inicios de su abuelo Rudesindo
Echavarría Muñoz en el almacén Huerta
de Jaime, en Medellín.
Es interesante observar la ocurrencia del abuelo al
titular su negocio con el nombre de un acontecimiento de gran
significado histórico, pues la Huerta de Jaime,
fue el lugar donde fueron ejecutados muchos héroes
de la Independencia por orden de Pablo Morillo para llevar
a cabo sus condenas a la pena de muerte. El área de
ésta perteneció a un español de apellido
Jaime y de allí su nombre. La ordenanza 112 de octubre
de 1850 de la Cámara Provincial de Bogotá, dispuso
que ésta se llamase Plaza de los Mártires y
que en el centro de ella se levantara un monumento de piedra
y se inscribiesen en él los nombres de los próceres
que fueron sacrificados en la Huerta de Jaime: figuran en
ella Jorge Tadeo Lozano, Emigdio Benítez, Crisanto
Valenzuela, Miguel de Pombo, Francisco J. García Hevia,
José Gregorio Gutiérrez y Custodio García
Rovira. Es de anotarse que en uno de los costados de esta
plaza se erigió el templo del Voto Nacional construido
a raíz de la firma de la paz luego de la Guerra de
los Mil Días (
).
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Es bueno relatar el sistema empleado
a mediados del siglo pasado (s. XIX) por los comerciantes importadores,
quienes con relativa frecuencia viajaban a Jamaica a hacer sus
compras pues allí se conseguían los mismos artículos
que de Inglaterra se despachaban por ser ésta una colonia
inglesa. El viaje lo efectuaban viajando en mula hacia el Puerto
de Nare donde se embarcaban en un champán, no habiendo
entonces buques de vapor en el Magdalena, luego de Barranquilla
en buque de vapor o de vela, según lo que se encontrara,
a Jamaica; entre estos comerciantes recordamos los señores
Lalindes, don Fernando Restrepo y también el abuelo (Rudesindo
Echavarría). Los viajeros hacían testamento antes
de partir en vista de los grandes peligros de tan accidentado
viaje.
(Fragmentos: Un esfuerzo continuado. 100 Años Hijos
de Alejandro Echavarría Ltda. Echavarría
Misas, Guillermo). |
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Mención de Honor CIPA a
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Mejor Trabajo Periodístico
en Prensa
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Periodista Hernando Guzmán Paniagua.
Foto: Rodrigo Peláez.
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El
Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia
-CIPA-, otorgó el pasado 4 de agosto una Mención
de Honor en la categoría "Mejor Trabajo Periodístico
en Prensa" al periodista Hernando Guzmán Paniagua,
por el artículo "Entrevista a cadáveres ilustres
de la independencia", publicada en julio de 2010 en el
periódico EL PULSO.
El jurado del Premio a la Excelencia Periodística CIPA
consideró que en el artículo, el autor inicia
un proceso de imaginación periodística, basado
en la información histórica tanto de los personajes
como de las posibles causas de su muerte, aprovechando su privilegiada
información científica, la cual acomoda de manera
especial, y genera una crónica histórico-médica
de muy buena factura en el campo de la crónica. |
| Por ello,
exalta el trabajo periodístico del autor, dado que la
crónica requirió una considerable investigación
documental bien sustentada, a partir de escritores reconocidos
por su seriedad y calidad. Asimismo, el jurado destacó
que el trabajo fue oportuno, vigente y actual en el momento
de su publicación (julio de 2010), por referirse a personajes
y hechos relacionados con el Bicentenario de la Independencia. |
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¿Kómo
ce dise?
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Sintaxis anglicística
Una forma de extranjerismo la constituyen las
construcciones con sintaxis incorrecta, especialmente cuando
se pone (que no se coloca) al revés el
nombre o sustantivo y el adjetivo o expresión que lo
califica: son vicios tomados generalmente de la sintaxis inglesa.
Son muy frecuentes las razones sociales como Confidencias
Taberna, Memorias Video Bar, Delta
Trío, Versátil Trío,
Bolero Bar, ExFanfarria Teatro, A
Recreo Teatro, Omega Salón de Té.
Lo correcto sería Taberna Confidencias, Video Bar Memorias,
Trío Delta, Teatro Exfanfarria, Salón de Té
Omega, etc. ¿Cómo hay otros sitios con los nombres
al derecho y les entra la clientela? Teatro Matacandelas,
Teatro Popular de Medellín, Carnicería El Toro
Bravo. El problema radica en que el lenguaje de la publicidad
supuestamente es autónomo y no rinde tributo a la gramática,
y no debería ser así.
Otras expresiones son más abiertamente anglicísticas,
al tomar directamente nombres y construcciones del inglés:
Envigado Fútbol Club, Chía
Fútbol Club, Harry's Pizza, Ringo's
Discoteck. Debemos poner la corrección y pureza
idiomáticas por encima de la moda, del esnobismo. Por
hacer bonito, hacemos feo, por ser modernos hacemos montañeradas.
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