Hemos sostenido en esta columna que la legislación
nacional es confusa, profusa y difusa, pero además,
que las autoridades asignadas para hacer cumplir las leyes,
o no las conocen, o no hacen nada para hacerlas cumplir,
o buscan chivos expiatorios para mostrar que cumplen con
su deber. Esta situación no es ajena al tema de desechos
hospitalarios.
Estadísticas internacionales demuestran que sólo
30% de los desechos de instituciones de salud son peligrosos,
y que éstos deben someterse a tratamientos de desnaturalización,
o manipulados por expertos, como es el caso de residuos
radioactivos.
De otro lado, el tema de las basuras es un problema de orden
mundial, que trata de solucionarse con estrategias y programas
orientados a minimizar el impacto de ellas en el ambiente;
se han generado movimientos y propuestas de reciclaje de
gran importancia para la conservación del medio ambiente,
pero en nuestro medio se pretende que solo con la expedición
de leyes y decretos, circulares y camisones las soluciones
aparezcan, sin que se generen desde el Estado las condiciones
necesarias para que éstas se den
Los 4 decretos expedidos a partir del año 2000 y
tres resoluciones sobre el tema, no sólo no impiden
el mal manejo de los desechos, sino que han ocasionado la
disposición inadecuada de los mismos. Cuando las
normas expedidas ponen al sujeto pasivo de las mismas en
incapacidad de cumplirlas, simplemente se ignora la norma
y se llega al absurdo de que la autoridad no la hace cumplir.
Es bien interesante lo acaecido con esta situación
desde nuestro ordenamiento legal, pues los órganos
de control instalaron mesas de trabajo para abordar el tema
de los desechos, que en contra de toda técnica legislativa,
comenzaron la tarea de modificar la ley y los decretos que
regulan la materia, en vez de generar propuestas que permitan
dar solución a la problemática de las basuras.
Tal cosa ha sucedido con la modificación de la clasificación
de los desechos hospitalarios, obligando además a
procesos previos de alto costo y poca efectividad en los
generadores.
Las normas para el manejo de los desechos hospitalarios
hacen parte de la reglamentación necesaria para una
vida en comunidad, pero no pueden manejarse por fuera de
la totalidad de las normas existentes. Es por ello que estas
mesas de trabajo deben armonizar la legislación,
para que sea posible el cumplimiento de las normas. Por
ejemplo: hay suficientes hornos para la incineración
de desechos, y entonces, ¿por qué no funcionan?
¿Están considerados en los Planes de Ordenamiento
Territorial (POT) lugares para la adecuada localización
de estos procesos? ¿Hay suficiente y eficiente control
a los rellenos sanitarios? ¿Qué actividad
están desarrollando las autoridades de control sobre
los diferentes actores del sistema de manejo de los desechos?
Este problema -grande por cierto- es de incumbencia de todos,
pero no podemos continuar solucionándolo como hasta
hoy, obligando a los generadores a hacerse responsables
hasta la disposición final de sus basuras. Debe sí
exigirse un manejo responsable hasta la entrega a quien
tiene la responsabilidad de su tratamiento y disposición
final, y vigilar y controlar la totalidad de los procesos.
Por el momento, es absurdo desde lo jurídico que
una mesa de trabajo modifique la legislación nacional
y que tal modificación se haga obligatoria para los
asociados.
jljr@elhospital.org.co