DELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 119 AGOSTO DEL AÑO 2008    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

 
50 años de la invención del marcapasos
El doctor Jorge Reynolds
le puso corazón a medio mundo

Hernando Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
Ser inventor del marcapasos, que ha prolongado la vida de 68 millones de personas; escuchar los latidos del corazón de las ballenas durante 25 años en mares de Colombia y Argentina; sostener el ritmo cardíaco con una batería de automóvil a un paciente desahuciado; y trabajar hoy en un marcapasos que mide la cuarta parte de un grano
de arroz, son cosas que sólo puede contar el doctor Jorge Reynolds Pombo, un científico colombiano que hoy recuerda a ese muchacho de 21 años que volvía hace 50 años con su cartón de ingeniero electrónico del Trinity College de Cambridge, Inglaterra, para iniciar lo que él llama “toda una aventura tragicómica o una opereta”.
Más la historia de este adelanto científico que ya figura en Alemania entre los100 inventos más grandiosos que reemplazan la naturaleza, y de este ingeniero electrónico, cardiólogo e investigador, con tres doctorados Honoris Causa en Medicina, miembro de 42 sociedades científicas de todo el mundo, autoridad mundial en cetáceos, autor de trabajos sobre la electrofisiología humana y comparativa con animales, más parece un relato de ciencia ficción.
Las investigaciones de Luigi Galvani y Erasmus Darwin sobre el poder de la electricidad para reanimar cuerpos inertes, en el siglo XIX, permitieron concebir a la escritora inglesa Mary Shelley su novela Frankenstein o el moderno Prometeo, donde el científico excéntrico es reflejo literario de un personaje real, el doctor Andrew Crosse, quien pretendió crear vida en insectos a partir de la “electro-cristalización” de materia inanimada. De manera similar pero con pleno sustento científico, el doctor Reynolds recuerda las intuiciones primarias de Galvani y de Alessandro Volta en Italia, cuando hablaron de que el hombre podía generar electricidad. “Yo tenía 21 años -expresa el humanista- y venía de Inglaterra con unas ideas un poco absurdas que me siguieron los médicos de la Fundación Shaio en Bogotá. Medicina y electrónica eran cosas separadas, nadie en Colombia sabía para qué servía un ingeniero electrónico, pensaban que tendría algo que ver con la bomba atómica y que debía saber arreglar planchas”.
Del rayo al marcapasos
El pasado 28 de junio en la conferencia “Cómo inventé el marcapasos”, dentro de las jornadas sabatinas “Ciencia en bicicleta” del Parque Explora de la Alcaldía de Medellín, este preeminente científico colombiano rememoró lo que el llama su “aventura tragicómica”. Al igual que en algunas de las conferencias que dicta en todo el mundo a razón de tres viajes por semana, recuerda el doctor Reynolds cómo la electricidad fue una de las primeras cosas que conoció el hombre en algo tan destructivo como el rayo y rememora a los egipcios cuando usaban las anguilas eléctricas para desfibrilar el corazón con descargas de 850 voltios a un amperio.
Después de pasearnos por las experiencias de Volta y Galvani, el doctor Reynolds habló de los baños eléctricos que se daban con unos aparaticos de manivela utilizados en los bares de Medellín y en los palacios europeos para deleite de los convidados, y prosigue con su relación con el doctor Albert Hyman, primer constructor de un estimulador del corazón con manivela en 1933, cuando mantuvo con vida artificial a un perro durante 45 minutos. Llegamos luego a 1958 y al grupo de quijotes de la naciente Clínica Shaio: el doctor Fernando Valencia, el doctor Bejarano y otros gestores del marcapasos.
“En la carretera a Suba -precisa el científico- estaba el laboratorio de nuestra aventura, en una caseta destartalada y con unos equipos también destartalados. Allá llegó un automóvil Triumph deportivo cuya batería sería el motor del primer marcapasos. Al tiempo (1958), el doctor Zoll en Boston iniciaba ensayos con un sistema de electrodos externos, yo hablé con él. Recuerdo bien cuando el maestro albañil de la clínica adaptó un carro de oxígeno a la pila, para hacer la máquina que resucitaba pacientes. Entonces llegó un sacerdote desahuciado que tuvo 4 paros cardíacos una mañana, le implantamos el artefacto y él de paso me eximió de irme a los profundos infiernos. Comenzamos la cirugía a las 3:00 de la tarde, previa esterilización e irradiación en el Instituto Colombiano de Radio. Cuando el anestesista, doctor Tonelli, y el doctor Rubio principiaron a despertar el paciente, ¡oh sorpresa!: quedó con 72 hipos en 72 pulsaciones del corazón. Como que la silicona no había secado y se estimulaba el nervio frénico; entonces se reintervino al paciente y la operación duró como hasta las 8:00 de la noche; el estrés, la preocupación fueron enormes. Recuerdo que fue un martes, en Colombia creo que ningún periódico lo contó, el primer medio creo que fue el Times de Londres, ocho días después; la implantación había sido un éxito. La foto de los electrodos conectados a un corazón dio la vuelta al mundo”.
“La inventiva de los colombianos es impresionante
y ello lo muestra el encontrar compatriotas muy insignes
en posiciones destacadas, en distintas partes del mundo;
los únicos que no los conocemos somos nosotros en
Colombia. Sin tecnología propia, un país no
puede salirdel subdesarrollo”.
Dr. Jorge Reynolds.
La historia continúa en los años 60´s cuando aparecen los primeros transistores y desaparece la carretilla o “podadora que no podaba pastos”, y luego se pasó a los microprocesadores. Por esa época, Reynolds recibía una carta del doctor Chargot, felicitándolo por haber ganado el grupo colombiano un desafío al doctor Jeff Davis y su equipo del Saint George Hospital de Estados Unidos, segundo puesto en la creación de los desfibriladores cardíacos. “De esto saldrían -señala el inventor- más de 26 fábricas de marcapasos que se redujeron a 4, por el canibalismo de comprarse unas a otras”.
El corazón de las ballenas
El doctor Jorge Reynolds Pombo lleva 25 años estudiando el funcionamiento del corazón de las ballenas, de las cuales dijera la cantante Martha Senn que “saben cantar amando y saben amar cantando”, cuando se unieron las voces de la mezzosoprano y los majestuosos cetáceos en un inusual concierto dado en la catedral de Sal de Zipaquirá en septiembre de 2003 (“Pacificanto”). Mucho antes, Reynolds le había pedido a la Armada Nacional que le prestara un submarino para estudiar las ballenas, y se lo prestaron. Más de 6 expediciones a la isla Gorgona y a los mares de Argentina le sirvieron para elaborar electrocardiogramas de las ballenas, último estadio en la evolución del misonitis, especie de perro que pesaba 80 kilos, hace 70 millones de años, nos recuerda el doctor Reynolds. “Su tren delantero -explica- se transforma en aletas, y las piernas traseras se convierten en la cola. Ahora pesa más de 200 toneladas”.
Menciona luego entre los pacientes famosos a una niña implantada de 7 años de edad y que llegó viva hasta los 20, a un detective con larga sobre-vida y al primer alumbramiento exitoso de una madre con marcapasos, atendido en la Clínica Shaio por el doctor Carlos Martínez Sáenz: la niña fue bautizada Marcapasitas. El progreso del marcapasos prosiguió y así relata su pionero que “los primeros marcapasos implantables, con batería de mercurio generalmente estallaban a los ocho meses, el paciente tenía que estar cambiando la pila cada quince días. Pasamos luego a transmitir el impulso de un marcapasos externo por radio frecuencia a un receptor interno y con la creación de las baterías atómicas durables 10 años, mejoró el sistema”.
“Si se pueden hacer megaproyectos,
¿por qué no se hacen nano-proyectos?”.
Dr. Jorge Reynolds.
Con todos estos lauros llega el científico al Primer Congreso Mundial de Marcapasos en Mónaco, presidido por la Princesa Grace, al segundo en Viena y al Primer Simposio Andino de Estimulación Cardíaca (Bogotá, 1978), certámenes donde se encuentra con todos los pioneros de la electrofisiología. Antes, en 1972, Reynolds Pombo había hecho el diseño de un circuito integrado de marcapasos, con la firma Telectronics de Australia, que más tarde miniaturizó y perfeccionó la Philips.
El hombre, generador de energía
“Hoy -continúa Reynolds Pombo- 8 años después del comienzo del siglo, podemos pensar en toda una tecnología verdaderamente increíble, con grandes posibilidades de crear nano-robots, nano-tecnología. Al cumplir 50 años del primer marcapasos artificial externo, nuestro grupo quiere mostrar el proyecto de un nuevo sistema que será la cuarta parte de un grano de arroz, se pondrá endocárdicamente, se podrá ver su funcionamiento tanto auricular como ventricular electrocardiográficamente, y se podrá manejar desde cualquier teléfono celular y cualquier sistema de internet.
Su fuente de energía será el mismo corazón u otros movimientos de nuestro cuerpo, no dependerá de una batería, y lo tendremos probablemente en dos años, cuando estaremos probando los primeros nano-marcapasos en pacientes. Hay que comenzar a trabajar en su regulación nacional e internacional y hay que crear una ética; estamos hablando de los gozosos, no de los dolorosos, porque esto mal empleado es terrible. ”.
“Entonces -asevera el científico-, nuestro país puede hacer tecnología de punta sin grandes complicaciones. La inventiva de los colombianos es impresionante y ello lo muestra el encontrar compatriotas muy insignes en posiciones destacadas, en distintas partes del mundo; los únicos que no los conocemos somos nosotros en Colombia, algo que a nadie le interesa. Sin tecnología propia, un país no puede salir del subdesarrollo”.
Sobre su agenda de este año, Jorge Reynolds Pombo dice: “Tiene un sola actividad: correr para todas partes; conmigo trabajan diez o doce alumnos en distintos proyectos provenientes de diversos países”. Y agrega: “Los futuros desarrollos de la nano-tecnología tendrán que ser en asociación de varios países, porque una sola golondrina no hace verano”.
Este hombre visionario que fue además gestor del hermoso Parque Explora de Medellín, tiene entre sus consignas ésta: “Si se pueden hacer megaproyectos, ¿por qué no se hacen nano-proyectos?”. Hoy entidades de todo el mundo lo aclaman; de alguna manera, para millones de seres, él representa su corazón.
 
Ocioso lector
Frankenstein y
la electrofisiología
(Fragmentos de “Frankenstein o el moderno Prometeo”, de Mary W. Shelley, primera novela moderna de ciencia-ficción, basada en la teoría electrofisiológica galvánica).
“Hasta aquel momento yo desconocía todo cuanto se refería a las leyes más elementales que rigen la electricidad. Quiso el destino que un hombre, con grandes estudios en filosofía natural, se hallara aquel día con nosotros y excitado por la catástrofe, comenzara la exposición de una teoría que había desarrollado a propósito sobre la electricidad y el galvanismo, teoría que resultó, para mí, a la vez nueva y sorprendente. Todo lo que dijo tuvo la virtud de relegar a las sombras a Cornelius Agrippa, Alberto El Grande y Paracelso, los antiguos instructores de mi imaginación. La caída de mis ídolos hizo que perdiera el interés en mis habituales experimentos y me pareció que ya nada podía ser descubierto”.

“Una noche triste del mes de noviembre, pude, por fin ver realizados mis sueños. Con la ansiedad casi agónica dispuse a mi alrededor los instrumentos necesarios para infundir vida en el ser inerte que reposaba a mis pies. El reloj había dado ya la una de la madrugada, y la lluvia tamborileaba quedamente en los cristales de mi ventana. De pronto, y aunque la luz que me alumbraba era ya muy débil, pude ver cómo se abrían los ojos de aquella criatura. Respiró profundamente y sus miembros se agitaron con un estremecimiento convulsivo.
Quisiera describir las emociones que hicieron presa en mí ante semejante catástrofe, o tan sólo dibujar el ser despreciable que tantos esfuerzos me había costado formar. Sus miembros, eso es cierto, eran proporcionados a su talla, y las facciones que yo había creado me llegaron a parecer bellas… ¡bellas! ¡Santo cielo! Su piel era tan amarillenta que apenas lograba cubrir la red de músculos y arterias de su interior; su cabello, negro y abundante, era lacio; sus dientes mostraban la blancura de las perlas…Sin embargo, esta mezcla no conseguía sino poner más de manifiesto lo horrible de sus vidriosos ojos, cuyo color se aproximaba al blanco sucio del de sus cuencas, y de todo su arrugado rostro, en el que destacaban los finos y negros labios”.

 


Gobierno destinó $14.000 millones para proyectos culturales en 2009. El Ministerio de Cultura a través del Programa Nacional de Concertación asignará estos recursos a organizaciones públicas y privadas con proyectos acordes con propuestas del Ministerio, hasta el próximo 30 de septiembre. Informes: tel: (1) 442 41 00 www.mincultura.gov.co .

La Unesco incluyó 27 nuevos sitios a su Lista del Patrimonio Mundial, como la ciudad cubana de Camagüey y en Méjico la reserva de biosfera de la mariposa monarca, la Villa Protectora de San Miguel el Grande y el Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco. También, 17 cuevas de Altamira (España), los lugares sacros habaíes en Haifa y Galilea Occidental (Israel), los dominios del jefe Roi Mata (Vanuatu) y los centros históricos de Berati y Gijorkastra (Albania). Igual, el templo de Preah Vihear (Camboya), los acantilados fosilíferos de Joggins (Canadá), el Parque Nacional del Monte Sanqingshan (China), y los arrecifes y ecosistemas de las Lagunas de Nueva Caledonia (Francia). A ellos se agregaron la isla volcánica de Surtsey, las estepas y lagos de Saryarka (Kazajstán), los bosques "kaya mijikenda" en Kenia, el ferrocarril rético entre los ríos Albula y Bernina (Suiza e Italia). También se incluyó el sitio tectónico del Sardona (Suiza), el archipiélago de Socotora en Yemen y el muro Antonino (Inglaterra).

 
 



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