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Salud del futuro para prevenir y predecir con el capital humano: la visión desde la academia y los hospitales

Por: Yuly Andrea Atehortúa M.
elpulso@sanvicentefundacion.com

Instituciones académicas y hospitales, desempeñando roles complementarios en el fortalecimiento del talento humano en salud, se encuentran inmersos en un proceso de transformación estructural. Este cambio implica la migración de un modelo predominantemente curativo hacia uno preventivo y predictivo en el ámbito de la atención médica en Colombia.

En un contexto donde “hay una notable deficiencia en la cobertura, calidad y equidad en la prestación de servicios de salud”, según el Ministerio de Salud, el modelo predictivo y preventivo plantea como objetivo que cada persona y familia tenga un equipo de salud en un lugar de atención cercano, que lo acompañaría en su proceso de “mantenerse saludable” con servicios de salud enfocados en la promoción de la salud y no solo en la asistencia sanitaria.

Para las facultades de salud y el personal en formación, esto implica desarrollar, además de las habilidades para atención y tratamiento, nuevas competencias en prevención y predicción para responder a las cambiantes necesidades y el perfil epidemiológico del país. Al respecto, el Dr. Erwin Hernández, experto en salud pública y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana, sostiene que el modelo predominante de prestación de servicios de salud en Colombia “ha favorecido la curación y la enfermedad como elementos necesarios, pero insuficientes, mientras el 90 % de las causas de salud y enfermedad están por fuera del hospital y no se han integrado de manera apropiada en el proceso educativo. De ahí que sea fundamental formar a dichos profesionales en competencias de atención primaria”.

El Dr. Hernández basa este argumento en dos investigaciones y su tesis de doctorado: en la primera, “Inclusión del enfoque de equidad y determinantes sociales en programas de salud en Colombia”, publicada en la revista Family Process, 2016, encontró que en la formación del talento humano hay un predominio del modelo biomédico y clínico, y que si bien la exposición a necesidades sociales desde la academia puede generar mejores seres humanos y profesionales, “no todos los programas brindan esta capacitación porque la autonomía universitaria permite que las facultades decidan cuál es su modelo formativo”. Aun así, considera que “si la facultad tiene compromiso social y posibilidad de resolver problemas reales, es más fácil que el abordaje de determinantes sociales y la atención primaria se incluyan en su plan de estudios”.

El segundo estudio, realizado antes de la pandemia, concluyó que “en el caso de las facultades de medicina, el predominio biomédico se debe acompañar de componentes sociales, de salud pública y atención primaria como parte de la atención integral”.

Desde esta perspectiva, “muy posiblemente se requieran reformas curriculares en las facultades del país, donde se integren componentes de atención primaria como son las redes integradas de servicios de salud y el abordaje de salud comunitaria, y que el profesional sea formado con base en las condiciones del territorio y del contexto”, advierte Hernández.

Las competencias en atención primaria, según lo definido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), abarcan seis categorías: competencias específicas, clínicas, en comunicación, en gestión del conocimiento, en salud pública y en promoción de la salud. Estas habilidades necesitan complementarse con capacidades avanzadas en salud pública que incluyan la destreza para analizar información y tomar decisiones respaldadas por la tecnología, comprender cómo se pueden implementar políticas basadas en el conocimiento científico y resolver problemas, identificar y monitorear riesgos, y reconocer factores socioeconómicos que influyen en la salud de las personas.

El Dr. Hernández enfatiza la importancia de que los profesionales de la salud posean competencias clínicas sólidas, desarrollen empatía y habilidades de comunicación efectiva con los pacientes, y adquieran capacidades en determinantes sociales en salud que les permitan identificar las necesidades y las desigualdades sociales, así como comprender la cultura, historia e ideología de la comunidad, lo que facilita la adaptación del proceso de atención.

Formar médicos globales que respondan a necesidades locales: Ascofame

Desde 2017, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame) viene trabajando en un proceso de revisión de los programas de pregrado y posgrado en salud en Colombia, para iniciar un proceso de ajuste curricular.

A través del Consejo General de Educación Médica han acordado 10 orientaciones, que a grandes rasgos apuntan a formar médicos generales con alta capacidad resolutiva, que puedan atender las transformaciones anunciadas por el gobierno, que privilegian la oportunidad de hacer prevención y desarrollen la capacidad de trabajar en equipo con disciplinas de otras áreas del conocimiento, revela el Dr. Luis Carlos Ortiz, presidente de Ascofame.

Otros elementos claves en esta transformación curricular incluirían fortalecer la humanización de los servicios en los diferentes escenarios de formación y exponer al estudiante de manera temprana a diversos espacios de prácticas hospitalarias, incluyendo instituciones como el ICBF y penitenciarías, donde tenga un acercamiento a problemáticas del contexto.

También conllevaría un cambio de paradigma en la pedagogía docente, “donde los profesores empiecen a pensar diferente a cómo vivieron sus procesos educativos y cómo han ejercido su profesión, y de esta manera introduzcan elementos nuevos en sus procesos de enseñanza - aprendizaje”.

“Las facultades están conscientes de su responsabilidad en la formación de un médico global instruido para atender las características de la población colombiana”, afirma el Dr. Ortiz, pero observa que paralelamente se necesitaría implementar en el sistema de salud el modelo preventivo y predictivo propuesto. “Una parte importante de la formación de nuestros médicos transcurre en el sistema de salud y si ahí no encuentran elementos, va a ser difícil formar solo desde lo conceptual”.

IA en la formación preventiva y predictiva

Además de estos desafíos en la formación del talento humano en salud, existe la necesidad de articular la educación con los avances tecnológicos y la inteligencia artificial (IA), que pueden mejorar la predicción de enfermedades y el diagnóstico preciso.

Para el presidente de Ascofame, el uso adecuado de tecnologías fortalece la capacidad resolutiva de los médicos y la capacidad predictiva sobre la evolución de la población, y está considerada dentro de la transformación curricular que deberán tener las facultades.

Para el país esto plantea avances en conectividad, financiamiento para adoptar tecnologías avanzadas y capacitación desde el pregrado, así como procesos de educación continuada para profesionales en ejercicio, apunta por su parte el Dr. Erwin Hernández, y considera necesario desarrollar competencias en telemedicina para trabajo en zonas remotas, donde el desplazamiento puede convertirse en una barrera más para el acceso a los servicios de salud. Asimismo, incluir competencias en IA para hacer procesos de machine learning y deep learning, optimizando la toma de decisiones en la actuación médica.

¿Cómo se ven los hospitales en este proceso?

La delicada situación financiera de los hospitales públicos en Colombia ha generado un debate crucial en medio de la transición hacia un modelo de atención médica preventiva y predictiva. Recientemente, estos hospitales protagonizaron un plantón para exigir al gobierno resultados en el pago de la cartera vencida de las Entidades Promotoras de Salud (EPS), lo que refleja su difícil situación económica.

Sin embargo, es importante destacar que la realidad de los hospitales varía significativamente según su nivel de complejidad y su ubicación geográfica. Los hospitales de alta complejidad en las ciudades suelen ser más atractivos para el personal de la salud debido a mejores condiciones laborales y la disponibilidad de recursos. Por otro lado, los hospitales en las regiones enfrentan desafíos adicionales. La falta de capacidad para pagar nómina, insumos y proveedores dificulta la integración del personal necesario y retrasa el avance institucional necesario para el nuevo modelo de atención.

Luis Hernán Sánchez, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia (Aesa), destaca que los hospitales públicos en las regiones tienen dificultades para atraer profesionales especializados debido a la falta de políticas de incentivos a nivel local, regional y nacional. Además, enfrentan obstáculos para brindar oportunidades de formación y desarrollo continuo, a menos que se realicen capacitaciones virtuales o a distancia. La falta de tecnología avanzada para diagnóstico y tratamiento también limita sus capacidades.

“El Gobierno nacional debe establecer incentivos para los profesionales diferentes a los económicos, porque lo único que se les ofrece en este momento es un mejor ingreso, pero sabemos que no es únicamente el dinero lo que los mueve, sino tener la posibilidad de formarse en subespecialidades y contar con mejores condiciones de vida en los lugares donde van a residir”.

Atraer profesionales y especialistas también implica tener condiciones laborales y en ese sentido, Sánchez considera que el Ministerio de Salud, al momento de conformar las redes integradas e integrales, deberá definir claramente la cantidad y el tipo de profesionales que se requieren en las instituciones de baja, mediana y alta complejidad, y “con reforma o sin reforma garantizar que el talento humano sea pagado por el Gobierno nacional en todos los hospitales de municipios con menos de 10 mil habitantes”.


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