MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 292 ENERO DEL AÑO 2023 ISNN 0124-4388
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La escasez de medicamentos es una situación que pone en peligro la salud pública de los países alrededor del mundo.
En Colombia, este ha sido un tema recurrente, y desde la pandemia por el COVID-19 se ha exacerbado a pesar de los esfuerzos de los distintos actores involucrados por combatirlo.
Desde abril de 2022, Acemi, representante de las EPS del régimen contributivo en el país, dio un reporte en el que indicó que se estaban presentando problemas de abastecimiento frente a 2 628 fármacos, y que, de ellos, 702 correspondían a medicamentos para el tratamiento de condiciones de interés en la salud pública, como el acetaminofén, el agua estéril para inyecciones, la dipirona, y la medroxiprogesterona, entre otros.
Además, recordemos que desde agosto de 2022, algunas organizaciones como Gestarsalud, representante de las EPS del régimen subsidiado, Acemi, la Federación Nacional de Comerciantes y la UNIPS, manifestaron su preocupación y pidieron ayuda al Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud):
“Se están presentando dificultades para el abastecimiento de medicamentos e insumos, que están dificultando la logística del sistema de prestación de servicios y la gestión del riesgo en la atención integral de la población (…), solicitamos ayuda para abordar de primera mano la situación y buscar soluciones estructurales a los constantes inconvenientes”.
Por otra parte, recientemente la ministra del Salud, Carolina Corcho, aseguró que a pesar de que las consecuencias de la pandemia ya no son tan difíciles de afrontar como al principio, desde la institución tuvieron un hallazgo: “encontramos que, en vez de disminuir, la sensación de escasez está aumentando”.
Asimismo, a mediados de diciembre, la Procuraduría General de la Nación hizo un llamado al Minsalud por la escasez de radio fármacos requeridos para el tratamiento de pacientes que padecen enfermedades oncológicas, coronarias y neurológicas a causa de la falta de elementos radioactivos que se necesitan para la preparación de estos fármacos.
A lo anterior, el Minsalud respondió a través de un comunicado de prensa en el que indicó que “el Ministerio articuló las acciones del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos Invima así como su rol de rector del sector salud, en su condición de encargado de desarrollar mecanismos para la implementación de la política farmacéutica, de insumos y dispositivos médicos a nivel nacional con el fin de garantizar el suministro oportuno de medicamentos a quienes lo requieran”.
Esta respuesta generó controversia, pues, al parecer, es una manera de excusarse o “chutarse” la pelota frente a las responsabilidades del Gobierno Nacional para dar respuesta oportuna a una problemática que está perjudicando a muchos ciudadanos e instituciones en Colombia.
La directora de Medicamentos y Tecnologías en Salud del Minsalud, Claudia Vargas, aseguró que “el Ministerio ha venido adelantando acciones encaminadas a favorecer la disponibilidad de los medicamentos en el país con el fin de prevenir o mitigar la escasez de los mismos”.
Por ello, el Minsalud de la mano de otros actores involucrados han establecido una serie de compromisos para dar solución al problema. Entre algunos de ellos, los siguientes:
Por su parte, la Comisión Sexta del Senado aprobó el proyecto de ley que busca desarrollar una política nacional de investigación científica, desarrollo tecnológico y producción de la industria farmacéutica en Colombia:
“La pandemia del COVID-19 evidenció nuestra debilidad, y la necesidad que nosotros como país produzcamos nuestros propios medicamentos, materias primas, e insumos, para poder responder de mejor manera a los desafíos que nos planteó el COVID-19 y otros virus que comienzan a llegar”, indicó el senador Pedro Flórez Porras al respecto.
En Colombia se comercializan tres clases de medicamentos: los medicamentos originales, que tienen una patente durante un periodo determinado, solo pueden ser producidos por el dueño y se comercializan bajo una marca comercial; los medicamentos genéricos de marcapropia, que llevan marcas diferentes de la original, y son comercializados cuando se ha vencido la patente del medicamento original; y los medicamentos genéricos que se comercializan con el nombre del principio activo y que pueden ser producidos por el laboratorio que tuvo la patente o por otro productor cuando se ha vencido la patente.
En el país, la entidad que evalúa y autoriza la venta de todos los medicamentos es el Invima, quien le entrega el registro sanitario al producto. Esto garantiza que todos los medicamentos originales, genéricos y genéricos de marca puedan ser utilizados de la misma forma debido a que todos deben cumplir con los estándares de calidad establecidos
Según el Minsalud, “la principal ventaja de los medicamentos genéricos radica en que la existencia de estos, garantiza que haya una mayor cantidad de opciones disponibles en el mercado al no tener restricciones por patentes, ofreciendo un mayor número de alternativas para un mismo principio activo, lo que ayuda a mejorar el acceso a la población. Otra ventaja es el precio, ya que los genéricos cuestan menos, sin dejar de ser eficaces, seguros, de calidad y confiables como los medicamentos originales”. Es por esto que los genéricos se convierten en una solución muy viable a la problemática a la cual se enfrenta el país actualmente.
Será pertinente analizar los próximos pronunciamientos del Gobierno y de los actores relacionados frente a la escasez de medicamentos y las futuras acciones que se tomen para que las consecuencias de esta situación no sigan acrecentándose y afectando a más personas e instituciones.
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