MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 52   ENERO DEL AÑO 2003    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

En esta edición...
Greta Garbo
“Qué desasosiego
nos producía esa belleza”
Louise Brooks
Ana C. Ochoa, Periodista, Medellín - elpulso@elhospital.org.co

No soy más que un aldeano perdido...todo fue un error", repetía agonizante aquella pieza rota del viejo Hollywood, Rodolfo Valentino, despojo humano de una desgastada idolatría. Se ha dicho que los fanáticos y, más aún quienes dirigen a los fanáticos, son unos auténticos bribones. Una especie abundante de seres oscuros que han hecho turbio el destino de muchas religiones, de muchas ideas... pero los penosos rebaños de los fanáticos se despeñan a veces por otros campos, en apariencia más fragantes que los insinuados atrás, y hacen sus diabluras empuñando contra el pecho, ya no la espada con sangre, sino la foto retocada de una belleza peligrosa del cine, que los hace pecar sin el menor remordimiento. Los fabricantes de estrellas de Hollywood no siempre tienen detrás suyo historias de buenos muchachos. Greta Garbo, a quienes muchos llamaron "La divina", vivió en el cine el esplendor y huyó de él, a los 36 años, para sortear con dignidad el destino que terminarían por asignarle, el sombrío y poco taquillero destino de diosa fatigada, que como todo producto tiene fecha pronta de vejez y decadencia. Tal vez vivió así un muy típico destino americano, como lo expresó Andy Warhol: Famoso a los 25, millonario a los 30, "muerto" u olvidado a los 35.
"La divina"
La sueca misteriosa y mejor pagada de los años 30 (7.500 dólares semanales fue lo fijado en su primer contrato), se retiró luego de una película poco exitosa que anunciaba su inevitable sustitución y olvido (”La mujer de dos caras”, 1940, película del famoso George Cukor). Ser desplazada por otras era, y aún es, el ciclo del veneno más temido. Ya le había pasado a varias actrices cuando Greta Garbo llegó de Estocolmo en 1925 de la mano del gran jefe, Louis B. Mayer, dotada de una amenazante belleza de mujer enigmática, de ángulos perfectos y con muy poco humor. "Muchas estrellas desaparecieron aquella vez y no hubo ni una sola de ellas que desconociera la verdadera razón: Greta Garbo. Desde el instante en que llegó, ninguna actriz volvió a estar tranquila", cuenta Louise Brooks, una de las bellezas deslumbrantes del cine mudo. "La mejor actriz y la más atractiva" según Borges y Bioy Casares, también según Chaplin, Pabst, Polansky, Godard... -eso no bastó-, una mujer que desdeñó a Hollywood por considerarlo "una alcantarilla", como decía luego de cometer "el peor de los crímenes contra la gente importante: no concederles la adulación y sumisión que ellos esperan".

Greta Garbo, a quienes muchos llamaron "La divina", vivió en el cine el esplendor de la actriz mejor pagada de los años 30 pero huyó de él, a los 36 años, en la cumbre de su fama.

Para Federico Fellini Greta Garbo multiplicó su esplendor desde su destierro voluntario, fue "un mito viviente inalcanzable, que yo describiría como la fundadora de una orden religiosa denominada cine."Una mujer poderosa como la luna, al decir de Joyce, que tenía como ella influjo sobre las aguas afluentes y refluentes, poder para enamorar, para mortificar, para conferir belleza, para volver loco, para incitar a la delincuencia... comparten su silencio, su esplendor cuando visibles, su atracción cuando invisible." No falta quien la considere la última estrella, por su intemporalidad y su inaccesible misterio, por su imagen de diva transgresora vestida de pantalones, por su insolencia y su destreza. Para Borges, "la Dietrich no era más que un elemento decorativo, a diferencia de Greta Garbo, que siempre estuvo bien, a pesar de los papeles que le tocaba interpretar". ¿Y si no los interpretaba? Si ella se negaba a firmar los contratos, los dueños de los estudios la amedrentaban con deportarla cuando se terminara su visado. Así lo comentaba la revista Photoplay. Recién llegada, la ambiciosa debutante accedió, pero "lo que dejó estupefacto a todo el mundo fue su triunfo a la hora de negociar con los estudios: cobró por adelantado siete meses.

Ellos no contaban con ese descalabro ni con sus consecuencias. Y la victoria de una muchacha sola y sin amigos en un país extranjero, sobre los mejores cerebros de una inmensa organización, sacudió a todo Hollywood", recuerda Louise Brooks.
Diosa "intermitente”
"Garbo es sin duda una de las más radiantes, memorables personalidades que han pasado por el cine. No sólo por su dura belleza, sino también por esa calidad ambigua de diosa y aldeana", escribió Guillermo Cabrera Infante. Cecil Beaton, fotógrafo y muy buen amigo de la actriz -quiso casarse con ella pero fue rechazado- se detenía en los detalles: "Su nariz está dotada de la sensibilidad propia de alguna criatura tímida del bosque, y la boca combina las máscaras de la tragedia y la comedia griegas". Ella explotó su vigencia y popularidad. Luego explotó también su retiro y el encanto de aparecer y desaparecer cuando a ella le viniera en gana. Según Roland Barthes hay cierto poder en la intermitencia. Esto es aplicable en todos los campos. ¿Qué tal en la pantalla? Lo evidente y lo oculto, la piel cubierta y revelada... ¿Garbo desnuda? Era más rentable enloquecer con veladuras. Sobra decir que el cine manejó ese truco para hacer girar aquellas cajas registradoras tan aceitadas por la Garbo. Pregunta Barthes ¿qué es lo que seduce? No hay zonas erógenas (expresión bastante inoportuna); es la intermitencia la que es erótica, la piel que centellea entre dos piezas (el pantalón y el pullover), entre dos bordes (la camisa entreabierta, el guante...), es eso lo que seduce como bien lo ha dicho el psicoanálisis". Ahhh... "Freud nunca ha tenido mucha suerte en el cine con las encarnaciones que se han hecho de él. En cambio al cine le tocó el gordo con Freud" dice el director Fernando Trueba.
"En presencia de lo muy hermoso, como en la de lo inmensamente inteligente, el terror contribuye a nuestra reacción general, y tanto el temor como la valoración causan aquel enfriamiento de un carámbano que nos traspasa, asesinándonos momentáneamente”
Truman Capote
Para los escritores que han nutrido el universo de "biografías imaginarias de esta mujer desconocida" y han salpicado las historias con toda clase de interpretaciones, la Garbo era una mujer inteligente -hay que ver sus negocios de propiedad raíz- aunque manejaba todas las complejidades de los seres inseguros pero vanidosos, aquella mezcla fatal que los hace reaccionar con falsa superioridad ante todo mientras por dentro los corroe la certeza de su inferioridad intelectual. En todo caso no era la típica estrella ingenua, sonriente y exhibicionista. Uno de sus amigos, el vendedor de arte Sam Green -con el que por cierto estuvo en Cartagena en 1978 en unas vacaciones, según su biógrafo Barry Paris- contaba que sorprendía por su "austeridad", evidente hasta en su vestimenta. "Soy una mujer sencilla, de hábitos simples", dijo desprevenida cuando llegó al Hollywood fastuoso, que no gustaba mucho de esas cualidades sin espejuelos y que, por hacer relumbrar más de la cuenta a sus estrellas, llegaba hasta el extremo cómico de inventarles títulos y aristocracias, como ocurrió con Pola Negri. Greta Garbo era hija de una costurera y un carnicero, que después fue barrendero, portero y muchas otras cosas más, según la leyenda que, en su momento, también supieron explotar. Era la menor de tres hermanos y había nacido el 18 de septiembre de 1905 en el popular barrio Söldermalm de Estocolmo, Suecia. Sus primeros trabajos fueron a los 15 años, en una barbería y en un almacén de ropa. Entró becada a la Real Academia de Arte Dramático de Estocolmo, la misma donde estudió otra sueca famosa, Ingrid Bergman, sucesora a la que Garbo evitó siempre. "No quiere conocerme y me lo demuestra", comentaba dolida Ingrid. Una de las películas europeas de Greta Garbo fue "La leyenda de Gösta Berling", en 1924, de Mauritz Stiller. Fue él quien la conectó en 1925, en Berlín, con Louis B. Mayer de la Metro-Goldwyn-Mayer. Ese mismo año viajó a Hollywood. Hizo allí 27 películas, entre ellas "La reina Cristina" (1933), su mejor papel a juicio de muchos, "Anna Karenina" (1935), “Gran Hotel” (1932) y “Ninotchka” (1939) en la que anunciaban como gran espectáculo: "La Garbo ríe". Se retiró, como se dijo antes, en 1940. La belleza de aquella mujer fantasma, como llegaron a llamarla, recuerda a aquellas que el escritor Truman Capote, tan proclive a las admiraciones extremas, llamaba cisnes, especímenes clásicos, este tipo de mujeres que, al entrar a cualquier parte paralizan a la gente, por esa frialdad e irrealidad que proyectan. "En presencia de lo muy hermoso, como en la de lo inmensamente inteligente, el terror contribuye a nuestra reacción general, y tanto el temor como la valoración causan aquel enfriamiento de un carámbano que nos traspasa, asesinándonos momentáneamente, cuando un cisne se hace presente nadando". Y cuando este cisne partió definitivamente hacia la muerte, lo hizo en 1990. Tenía 85 años. Y un sombrío resplandor
Ocioso lector
Escritores malos y memorables
Ana C. Ochoa, Periodista, Medellín elpulso@elhospital.org.co

Enrique Vila Matas, (Barcelona, 1948) escritor español -”Premio Rómulo Gallegos”, contaba: "A veces, entre amigos, hemos jugado a dar nombres sobre el peor escritor contemporáneo. Naturalmente han salido muchos, el lector seguro que ha pensado en alguno. Sí, lector. Estamos pensando en el mismo. O en aquel otro. O en aquella. La verdad es que son muchos los aspirantes a ese título. Mientras se agolpan los nombres de los candidatos a ser el peor de nuestros escritores he leído una noticia de la agencia Reuters titulada así: "El peor poeta del mundo logra inmortalidad en Escocia". Informa la agencia que William Topaz McGonagall, muerto en 1902, ha obtenido el reconocimiento póstumo en la ciudad escocesa de Dundee, que tiene previsto conmemorar el centenario de su muerte grabando uno de sus poemas en uno de los puentes sobre el río Tay. "Su poesía es tan mala que es memorable", ha dicho Nial Scott, director de City of Discovery Campaign, la organización responsable del homenaje. Que era malísimo era algo muy sabido por sus contemporáneos, que hasta inventaron una forma de entretenimiento público en la que el poeta leía sus versos mientras la gente se mofaba con ganas, se moría de risa dándose de tanta carcajada y alegría golpetazos contra las paredes. McGonagall, que recitaba de falda escocesa y acompañado de una gaita fue víctima de muchas bromas y maldades, entre ellas una carta del Rey "Theebaw de Birmania" que le concedía el título de Caballero del Elefante Blanco que él utilizó toda su vida. Tal vez el momento estelar de su carrera fue cuando hizo a pie el largo trayecto que separa Dundee de la residencia de la Reina Victoria en el castillo de Balmoral, en el norte de Escocia. Convencido de que al Caballero del Elefante Blanco la Reina lo iba a nombrar Caballero del Imperio Británico...al llegar lo hicieron rodar por la hierba. Enfadado y confundido viajó a Estados Unidos donde no pudo vender un solo poema. Uno de ellos escrito en Wall Street es muy célebre entre sus admiradores, muy famoso entre quienes le han convertido en figura de culto. Es ese que empieza así: "En Nueva York comí salchichas de pork..."
"Es el reverso de Rimbaud, aunque su trayectoria fue la misma, pues como autor llevó al límite más extremo su poesía, hasta el punto de que llegó un día en el que ya no podía ir en ninguna otra dirección poética, en el caso de McGonagall ya no podía empeorar más", ha dicho muy orgullosa una sobrina-nieta de McGonagall.
Reímos. Pensamos que es un caso extravagante, creemos que sólo en Dundee son capaces de encumbrar a un poeta malísimo...pero no es así. Si lo pensamos bien, veremos que, sin ir más lejos, en España continuamente estamos grabando en piedra, dándoles premios nacionales o rindiéndoles grandes homenajes a escritores malísimos. En España es una práctica habitual ese continuo rendir culto y homenaje a ineptos, jaleados por la televisión, la crítica y la academia. Pero estamos tan acostumbrados a ello que lo encontramos normal y ni siquiera nos reímos ni nos extraña. Aplaudir o buscar la firma de nuestros más pésimos escritores es una arraigada costumbre nacional. Y es que, como decía Oscar Wilde, nuestro público lector tiene una insaciable curiosidad por conocerlo todo, excepto aquello que verdaderamente vale la pena."
El crítico colombiano Hernando Téllez -el mejor artesano de las letras según Lleras Camargo- escribió que "Los premios literarios son una calamidad para la literatura y un beneficio para la economía momentánea de los autores (...) nadie discute la posibilidad de que, por excepción, la obra hecha para participar en un concurso, resulte ser una obra maestra. Pero lo que queda demostrado a través de la ya larga historia de los premios literarios es que los resultados son mediocres o pésimos. La necesidad del vulgo, de la masa, de que se le den seguridades, garantías, ideas hechas, conceptos prefabricados, en una palabra, de que le den su ración diaria del prodigioso maná de los lugares comunes para poder vivir y alimentarse intelectualmente, confiere a la institución de los premios un prestigio mágico. La criatura humana promedial que puebla la tierra necesita creer en muchas solemnes tonterías y adherir a la correspondiente jurisprudencia que esas mismas tonterías establecen. Esa jurisprudencia, en materia de arte, es precisamente la de los premios".

La Universidad de Harvard editó seis conferencias de Jorge Luis Borges, desaparecidas durante más de 30 años. Además, la voz del escritor puede escucharse (por ahora en inglés, el idioma predilecto del escritor) en http://www.hup.harvard.edu/features/bortcd. "Sólo puedo ofrecerles mi perplejidad. He entregado la mayor parte de mi vida a la literatura, y sólo puedo ofrecerles dudas". Esas, bien sembradas, pueden dar la mejor cosecha.

De los descendientes de Freud hay, actualmente, varios artistas entre los que se destacan tres mujeres novelistas: Emma Freud, Esther Freud y Rose Boyt. Pero el más talentoso es el padre de ésta última, el pintor Lucien Freud, nieto del creador del psicoanálisis. Impactan sus retratos descarnados y ha sido calificado por el respetado crítico Robert Hughes como "el mejor pintor realista de los últimos tiempos". Muy controvertidos han resultado retratos como el de la Reina Isabel, que posó -como pocas veces lo hace- durante 4 horas para este genio que la pintó sin preciosismos. Poco complaciente quedó también su retrato de la modelo Kate Moss, no tan hermosa como en las publicidades de Calvin Klein, pero cuya imagen aterradora concebida por Freud se cotiza hoy en unos tres millones de libras. ¿En pesos? Cada libra está a $3.900... Eso pagan por el arte de los grandes. Y hay quien dice que el dinero no alcanza para pagarlas..
Las revistas asociadas en ARCCA, Asociación de Revistas Culturales en Colombia, hacen periódicamente el milagro de aparecer mejores, con mínimos recursos. Empezaron 10 asociadas y ahora son 37. Mientras el Ministerio de Cultura tambalea, se teme por la suerte de revistas de altísima calidad como la especializada en música, "A Contratiempo". Se invita a todos los lectores y a los pautantes a comprometerse con la supervivencia de estas publicaciones especializadas en tan diversas áreas -arquitectura, literatura, lingüística, teatro, antropología, política- así como con las excelentes revistas académicas, de las que pueden mencionarse las promovidas por la Asociación de Colombianistas, entre ellas la de “Estudios de Literatura Colombiana de la Universidad de Antioquia”, o “Thesaurus” del Instituto Caro y Cuervo.
Los libros de viajes son casi siempre atractivos. Dentro de los escritos por viajeros recientes están: "Bajo las nubes de México", del español Francisco Solano; "Cuba en bicicleta", de Gabriel Pernau; "Crónicas caribes", de Miguel Barroso; "Final de novela en la Patagonia", de Mempo Giardinelli; "España de sol a sol", de Alfonso Armada y "Roma, paseos por la eternidad", de Valentí Gómez. El viaje peligroso que exigen las editoriales lo hizo un inglés, Charles Nicholl, que lanzó su libro con Ediciones B. Se llama "La ruta de la coca" y es sobre Colombia.
La Habana se consolida como destino favorito para los aficionados al Jazz. 112 partituras procedentes de 13 países, entre ellos Colombia, llegaron para el último Festival Jazz Plaza-2002. Como estímulo a los nuevos creadores, el Instituto Superior de Arte de La Habana invitará a 14 músicos jóvenes de diversas procedencias, para que reciban la mejor formación en el nuevo jazz latino que tan bien se hace en la Isla.
Una de las expresiones más misteriosas e importantes de la arquitectura la constituyen las obras del español Antonio Gaudí (1852-1926), llamado por algunos "El Dante de la arquitectura". 2800 fotografías de las audacias de este creador, declaradas por la Unesco patrimonios de la humanidad, pueden consultarse en www.paseagaudi.com. Las más famosas son, tal vez, el monumental templo de la Sagrada Familia, el Parque Güell y la Pedrera, escultura habitada que es uno de los edificios de vivienda más famosos del mundo



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