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Colombia y su eterna
lucha contra la tuberculosis
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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| En Colombia anualmente
se reportan cerca de 12.000 casos de Tuberculosis: en los últimos
años se notifican entre 24 y 26 casos por 100.000 habitantes.
Antioquia, Valle y Bogotá tienen casi el 40% de los casos
nuevos. En Colombia, cada año hay unas 1.000 muertes
por tisis, aunque la mortalidad bajó 40%, de 3,45 casos
por 100 mil habitantes en 1999 a 2,1 en 2010. |
| Alguien dijo que cuando
el hombre apareció en la tierra, los demás animales
se dieron cuenta porque tosió, posiblemente infectado
de tuberculosis. Mal chiste o hipérbole, se apoya en
un hecho aceptado: la tuberculosis es más vieja que el
hombre, evolucionó más rápido que él:
el carácter parasitario del Mycobacterium tuberculosis
es anterior al Homo sapiens, al parecer del período neolítico
cuando el hombre inició labores de ganadería y
el Mycobacterium bovis mutó a Mycobacterium tuberculosis. |
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El investigador Enrique
Fliess señaló que hay hallazgos arqueológicos
de momias egipcias de 3000 a.C. con signos óseos que
sugieren la enfermedad. Y 700 años antes de nuestra era,
textos médicos de la Mesopotamia hablan de pacientes
que continuamente tosen y con frecuencia escupen sangre,
y la medicina védica de la antigua India registra la
consunción o enfermedad consuntiva llamada
yaksma. La tisis precedió en Grecia a las guerras del
Peloponeso (431-404 A.C.) y en los primeros siglos de esta era,
la describen clínicamente los textos clásicos
de la medicina china. |
Todo
indica que la tuberculosis es compañera del hombre hace
unos 6.000 millones de años.
Colombia y el mundo luchan pues, contra un mal eterno. Una persona
se infecta de tuberculosis cada segundo en el mundo, según
datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada
año, precisa el informe, se reportan cerca de 9 millones
de casos nuevos, y más de 1 millón de personas
mueren por esta causa, 350.000 de ellas en co-infección
con VIH, y la prevalencia global se estima entre 16 y 20 millones
de personas. |
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Una persona se infecta
de tuberculosis
cada segundo en el mundo, según la OMS.
Cada año se reportan casi 9 millones de casos
nuevos y más de 1 millón de personas
mueren por
esta causa, 350.000 de ellas en co-infección
con VIH.
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| En América,
el mal afecta a 270.000 personas al año, de ellas 44.000
son niños y más de 23.000 fallecen por el mal.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM-, meta 8, numeral
6 dice: Haber detenido y comenzado a reducir para el año
2015, la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves.
Acorde con las metas de ODM, el Plan Estratégico 2010-2015
Colombia libre de tuberculosis del Ministerio de
la Protección Social, plantea como metas generales: notificar
más del 70% de casos nuevos y curar al menos 85% de ellos,
y reducir la mortalidad y la prevalencia al 50% a 2015. |
Mil
muertes al año por tuberculosis en Colombia
El Colombia, entre 1998 y 2012 la tasa de mortalidad
por tuberculosis (TB) por cada 100.000 habitantes bajó
de 3.43 a 1.91 personas. En 2011 la situación aún
era preocupante, según el Observatorio Así
Vamos en Salud: había 11.708 casos confirmados,
o sea, 24 casos por cada 100.000 habitantes. En indígenas
era 2.5 veces más alta que el promedio nacional (61 casos,
y en algunos pueblos más de 500 casos por 100.000 habitantes).
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En marzo
de 2012, la entonces ministra de Salud, Beatriz Londoño
Soto, anunció una asignación cercana a los $11.000
millones para acciones anti-tuberculosas, en asocio con el Fondo
Mundial de Lucha contra la Tuberculosis, la Malaria y el VIH,
y enfocado a 46 municipios del litoral pacífico de especial
vulnerabilidad.
El director del Instituto Nacional de Salud, Fernando de la
Hoz Restrepo, informó a principios de 2013 que en Colombia
anualmente se reportan cerca de 12.000 casos de TB: en los últimos
años se notifican entre 24 y 26 casos por 100.000 habitantes.
Las entidades territoriales de Antioquia, Valle del Cauca y
Bogotá tienen cerca del 40% de los casos nuevos. En Colombia,
cada año hay unas 1.000 muertes por tisis, aunque la
mortalidad bajó 40%, de 3,45 casos por 100 mil habitantes
en 1999 a 2,1 en 2010. |
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En el mundo, se estima
que cerca de 10%
de los casos nuevos de tuberculosis ocurre
en menores de 15 años, en Colombia es de 6%
el índice; y el 80,7 % de los casos del país,
corresponde al tipo pulmonar.
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En
el mundo, se estima que cerca de 10% de los casos nuevos de
tuberculosis ocurre en menores de 15 años, en Colombia
es de 6% el índice; y el 80,7% de los casos del país,
corresponde al tipo pulmonar. Según el Boletín
Epidemiológico del Instituto Nacional de Salud, en el
primer trimestre de 2013 las entidades territoriales con las
incidencias más altas (casos nuevos notificados) fueron
Amazonas (32,2 por 100.000 habitantes), Chocó (14,48),
Risaralda (11,9) y Barranquilla (11,43); la incidencia nacional
es de 6,11 por 100.000 habitantes.
En 2012, la cobertura de la prueba voluntaria de VIH alcanzó
el 61% en los pacientes con tuberculosis y se detectaron más
de 1.000 casos con co-infección TB/VIH (cerca de 11%).
Entre 10 y 20% de los casos de TB reportados en Colombia presentan
co-infección con el VIH, 4% en población pediátrica,
con alta presencia en niños menores de un año.
Tisis tras las rejas
Sin libertad, con menguados derechos humanos, la población
carcelaria tampoco tiene salud adecuada. El hacinamiento, la
humedad, la desnutrición, las malas condiciones de luz
y ventilación, y la deficiente atención médica,
hacen de los presos una población altamente vulnerable
a la tuberculosis. En agosto de 2012, el Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario (Inpec) registró dos internos
contagiados de tuberculosis en la cárcel La Modelo, de
Bogotá, uno de ellos con el VIH. El mismo año
hubo 1.832 casos nuevos de tuberculosis en Valle del Cauca,
124 de ellos en menores de 15 años, siendo Cali, Palmira
y Buenaventura las ciudades más afectadas. En abril de
2013, se informó que tres internos de la cárcel
La 40 de Pereira padecían el mal. El 5 de
agosto de este año, el periódico El Tiempo registró
que Jesús Uribe Pérez, de 31 años de edad,
era el tercer recluso muerto en prisión en Barranquilla,
en la Penitenciaría El Bosque por esta causa, en menos
de un mes; los otros dos en la Cárcel Modelo, en donde
había otros 7 casos confirmados. |
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La locura: reflejo de la
cultura intelectual y moral de los pueblos
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Ciento treinta y un años
después de la primera descripción del bacilo
de la enfermedad, por el alemán Robert Koch (marzo
de 1882), la médica cirujana de la Universidad Nacional,
Magnolia Arango, posgraduada en Pediatría y Neumología
y magíster en Historia, descubrió que Colombia
participó del boom médico de este descubrimiento,
como parte de la comunidad que investigó el asunto
y lo incorporó al ámbito clínico.
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La
tuberculosis es un problema de hace 100 años que no
se ha superado, y constituye aún un desafío
del presente y del futuro, si el país no toma el comando
para controlar esta enfermedad.
Dra. Magnolia Arango
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Dijo
la investigadora: Esto cambió los conceptos y la
aplicación médica y abrió posibilidades
terapéuticas. En septiembre (de 1882), seis meses después
de la descripción de Koch, en Colombia ya existían
comunicaciones e informaciones del descubrimiento, porque a
pesar de las distancias, había una comunicación
muy activa entre los médicos colombianos y franceses.
Entonces, la Academia Colombiana de Medicina replanteó
la concepción de la enfermedad y en la Universidad Nacional
de Colombia emergió una corriente de investigación,
constatada en trabajos de grado de los estudiantes de Medicina
sobre el siglo XIX.
La médica dijo que a fines de ese siglo los estudios
se enfocaron a la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas
en el Hospital San Juan de Dios y otros, muy cerca de los avances
internacionales. Con la científica, podemos concluir:
La tuberculosis es un problema de hace 100 años
que no se ha superado, y constituye aún un desafío
del presente y del futuro, si el país no toma el comando
para controlar esta enfermedad. |
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Tuberculosis,
la
plaga blanca del romanticismo
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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Edgar Allan Poe
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Lord Byron.
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Frèderic Chopin.
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Morir por la peste bubónica
en el Medioevo o por la lepra, además de cruel era
vulgar y de mal gusto. Pero morir de tuberculosis en la época
de romanticismo del siglo XIX confería nobleza y status
intelectual. También llamada tisis, consunción,
plaga blanca, mal du siècle, príncipe
de la muerte o enfermedad de los artistas,
en vez de penosa y estigmatizante se volvió un mal
deseado, y contraer la infección era la forma más
bella de morir.
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La tisis se mitificó
y hasta se creyó que producía
"raptos" crecientes de creatividad llamados "Spes
phtisica",
que estallaban en un clímax supremo de genialidad y
belleza justo antes de la muerte.
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Amedeo Modigliani. |
El aspecto fantasmal
del tuberculoso era en el mundo romántico la renuncia
a lo mundano, fruto del desencanto con la rigidez social del
racionalismo y la Ilustración y con la nueva sociedad
burguesa, traidora de las promesas de la Revolución Francesa;
y era otra forma de afirmar el imperio de la libertad y de la
sensibilidad. Así como hoy la globalización de
la moda creó el estereotipo de modelo ultra-delgada,
la mujer gancho para colgar prendas móviles
en una pasarela, el ideal de belleza romántica hizo lo
propio. Muchas damas del siglo XIX siguieron estrictas dietas
de vinagre y agua, para provocarse anemias hemolíticas
que empalidecieran su semblante. Ayer morían tísicas,
hoy mueren anoréxicas o por complicaciones de peligrosas
cirugías estéticas.
La tisis se mitificó y hasta se creyó que producía
"raptos" crecientes de creatividad llamados "Spes
phtisica", que estallaban en un clímax supremo de
genialidad y belleza justo antes de la muerte. |
La estancia de muchos
jóvenes intelectuales de buena posición social
en las casas de curación, propiciaba una vida ociosa
de élite y ocasionalmente favorecía el impulso
creativo, sin responsabilidades familiares o sociales, una apetecible
fuga mundi.
Padecieron la enfermedad escritores como Novalis, Schiller,
John Keats, Bécquer, Chéjov, Edgar Allan Poe,
Lord Byron, Shelley, Molière, Kafka; los músicos
Chopin, Paganini y Carl María von Weber; el pintor Modigliani
y muchos otros artistas e intelectuales, admirados en vida pero
más envidiados por su muerte. La madre de Poe y su joven
esposa Virginia, también murieron tísicas. Tristemente,
la peste blanca no sólo se ensañó
con los espíritus selectos: mató a 25% de la población
europea, arrasando con urbes completas entre finales del siglo
XVIII y la primera mitad del XIX. |
Marie Duplessis, quién inspiró
el personaje de La dama de las camelias, de Dumas.
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La guadaña
de la Parca y la actividad científica de Robert Koch,
despertaron al fin a las élites románticas de
su lánguido sueño. En 1882 Koch descubrió
el bacilo infectante, enunció los principios y desarrolló
las técnicas de la bacteriología moderna. Así,
el mundo supo que la tuberculosis nada tenía que ver
con la riqueza y sensibilidad del intelecto, y sí mucho
con la pobreza y la insalubridad públicas. La aparición
de grandes centros industriales como Manchester y Glasgow, antes
poblaciones rurales, el rápido crecimiento demográfico
de Londres y otras populosas urbes, y una insalubridad incontrolada,
fueron caldo de cultivo para la propagación de la enfermedad.
En 1900 se registraron en Gran Bretaña 43.000 muertes
por esta causa, para una población de 33 millones de
habitantes, esto es, una tasa de mortalidad de 1.33%. Entre
tanto, Francia, Alemania y Estados Unidos tenían tasas
de 0,88%, 2,01% y 2,06% respectivamente.
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La
tos, otra de las bellas artes
Los estereotipos de belleza que hoy imponen la Internet,
el canal de TV Fashion, y las pasarelas de Milán
y Colombiamoda, en el Renacimiento los legitimaban pintores
como Sandro Botticelli, quien plasmó el ideal de mujer
pálida y lánguida, en La primavera
y El nacimiento de Venus, con los rasgos de Simonetta
Vespucci, su amante florentina, bella, elegante y además,
tuberculosa. Aunque improbable, para algunos la modelo de Goya
en su Maja desnuda fue la Duquesa de Alba, aquejada
de tisis y dengue en 1796. Modelos estéticos que influirán
tardíamente en la plástica del romanticismo. |
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En 1882 Koch descubrió
el bacilo infectante, enunció los principios y desarrolló
las técnicas de la bacteriología moderna. Así,
el mundo supo que la tuberculosis nada tenía que ver
con la riqueza y sensibilidad del intelecto, y sí mucho
con la pobreza y la insalubridad públicas.
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Las tres hermanas Brontë, ilustres
escritoras, Emily (Cumbres borrascosas), Anne
(La inquilina de Wildfell May) y Charlotte (Jane
Eyre), murieron de tuberculosis en un lapso de 7 años,
entre 1848 y 1855.
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| Entonces,
sobresalen el alemán Caspar David Friedrich (17874-1840)
con sus paisajes sombríos y personajes melancólicos;
en Francia Théodore Gericault (1791-1824) y Eugéne
Delacroix (1798-1865), consagrado éste con "La |
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balsa de la Medusa"; el noruego Edvard Munch, quien
en El grito descargó la angustia por la
temprana muerte de su madre y su hermana, minadas por la tisis.
El cuadro Baroness Burdett-Coutts garden party at Holly
Lodge, Highgate, óleo pintado en 1882 por tres
hermanos artistas: Alfred, Archibald y Arthur Preston Tilt,
muertos todos por la plaga blanca poco después
de terminar la obra, muestra una reunión social dentro
del Congreso Médico Internacional de Highgate de 1881,
al cual asistieron médicos que investigaban el bacilo
de la tuberculosis.
Las tres hermanas Brontë, ilustres escritoras, Emily
(Cumbres borrascosas), Anne (La inquilina
de Wildfell May) y Charlotte (Jane Eyre),
murieron en un lapso de 7 años, entre 1848 y 1855,
víctimas de idéntico mal, lo cual estimuló
más la leyenda romántica que asocia el mal
du siècle con una sensibilidad exquisita y hasta
hereditaria. También murieron tísicos Laennec,
autor de las descripciones más detalladas de esta sintomatología;
Simón Bolívar y Napoleón II, duque de
Reichstadt, entre otros personajes célebres.
Tísicos y tísicas de todas las condiciones discurren
por cuentos, relatos y novelas, en calidad de autores y/o
personajes. En 1848, el escritor y periodista francés
Henri Murger, antiguo secretario de Tolstoi, publicó
un folletín por entregas: Escenas de la vida
bohemia, relato de los amores y pesares de un grupo
de artistas y estudiantes parisinos; Rodolfo, el protagonista,
es un alter ego de Murger.
Llega al teatro y luego a la ópera, nada menos que
La Boheme de Puccini. Murger muere de tuberculosis
en el hospital; su heroína Mimí fallece de lo
mismo, esperando en vano un ramo de violetas de su amante.
Contemporáneo de Murger, Alejandro Dumas publicó
La dama de las camelias, meses después
de Escenas de la vida bohemia. Los personajes
de Dumas no serán pintores y poetas, sino aristócratas
y burgueses ricos, y Margarita Gauthier, una cortesana de
mucho glamour, quien igual que Mimí, muere tuberculosa.
Y lo mismo que el relato de Murger, La dama de las camelias
se eterniza en la ópera, en este caso en La Traviata
de Verdi, con libreto de Francesco María Piave 6
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Ocioso lector
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Tuberculosis: una presencia en la literatura y el cine
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| En la novela de
los siglos XIX y XX hay numerosos ejemplos de la influencia
de la tuberculosis en el pensamiento cultural: La montaña
mágica de Thomas Mann relata las vivencias de un
paciente en un sanatorio para tuberculosos. En la literatura
rusa del siglo XIX muchos personajes de novela padecen tuberculosis,
pero el autor más recurrente con el tema es Dostoyevski:
Katerina Ivanovna en Crimen y castigo, Kirillov
en Los endemoniados o Ippolit y Marie en El
idiota la padecen. En Los miserables de Víctor
Hugo, Fantine muere de tuberculosis por las condiciones en las
que se prostituye. |
Rachel Weisz en El jardinero
fiel, película sobre ensayos en pacientes de África
de una multinacional farmacéutica, ante posible pandemia
mundial de tuberculosis. |
En la novela de John Le Carré
El jardinero fiel así como en la película
homónima de Fernando Meirelles, la trama alrededor de
las pruebas para un fármaco anti-tuberculoso de una multinacional
farmacéutica en África, desarrolla el tema de
una posible pandemia mundial por la aparición de cepas
muy resistentes a los tratamientos antibióticos conocidos.
Y Camilo José Cela, Nobel de literatura 1989, describe
en "Pabellón de reposo" (1943), sus vivencias
en el tiempo que vivió en un sanatorio para tuberculosos.
En la literatura iberoamericana también hay obras centradas
en el tema de la tuberculosis, como Boquitas pintadas
de Manuel Puig (también llevada al cine), Los adioses
de Juan Carlos Onetti, María Luisa de Mariano
Azuela, Cabocla (La Mestiza) de Ribeiro Couto (fue
popular telenovela), el poema Pneumotórax
de Manuel Bandeira, entre otros. |
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