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Los efectos del cannabis como
planta medicinal son conocidos hace casi 5 milenios. En el
libro chino Shen-nung Pen-ts'ao-Ching, el más antiguo
de la literatura médica al cual se tiene acceso, se
recomienda la marihuana para reducir el dolor del reumatismo
y por sus beneficios en desórdenes digestivos; ésta
es sólo una reseña medicinal de la planta que
por siglos ha estado con nosotros.
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En años
recientes, sin embargo, la marihuana desencadenó conflictos
y tensiones políticas: se suele castigar y señalar
al individuo que la consume. Sólo pocos países
empiezan a tener una visión humana y no sólo política
de lo que el cannabis puede significar para un individuo en
particular.
Entre 1840 y 1900, más de 100 artículos de revistas
médicas americanas y europeas constataron sus valores
terapéuticos. La marihuana se usó médicamente
en Estados Unidos entre 1842 y 1937; ese mismo año, la
Marijuana Tax Act fue aprobada por el poder legislativo, contra
la opinión del representante de la Asociación
Médica Americana, y allí se dio la primera restricción
federal para su uso y distribución. Desde entonces, la
investigación médica sobre la hierba fue impedida
o dificultada por la opinión política.
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Uno de
los primeros pasos fue llevado a cabo por el presidente Nixon
con la aprobación de la ley de Controlled Substances
Act de 1970 (CSA, en español: Acta Nacional de Control
de Sustancias); la ley fue un acto político del presidente
en contra de la oposición a la Guerra del Vietnam y el
comunismo. Su decisión no tuvo en cuenta el informe de
la Comisión Nacional de Marihuana y Abuso de Drogas que
él mismo había nombrado y la cual recomendó
en aquellos años, la descriminilización
y posesión de marihuana para uso personal. Bajo
esta ley, las sustancias son enumeradas hasta el día
de hoy dentro de 5 categorías: la marihuana fue clasificada
como sustancia controlada en el Schedule I junto
a la heroína, éxtasis, LSD, GHB y peyote, es decir,
la considera droga con alto potencial de abuso, prohibida para
cualquier uso, ya sea medicinal o no. Otras drogas como cocaína,
codeína, oxicodona y metanfetamina -entre otras-, están
en el Schedule II, menos restrictiva y que permiten
ser prescritas si su uso médico es indicado.
Legalización del uso médico
Canadá fue el primer país del mundo en
tener un sistema legal para regular el uso médico de
la marihuana, en 2001. Los canadienses que padecen enfermedades
terminales y estados crónicos como artritis, pueden cultivar
y fumar legalmente marihuana o designar a terceros para que
la cultiven; estas reglas son parte del primer sistema del mundo
que incluye una provisión de marihuana pagada por el
gobierno. A partir de esta ley, cualquiera que padezca una enfermedad
terminal y cuya esperanza de vida sea inferior a un año,
puede obtener marihuana presentando certificado médico.
También se benefician pacientes que sufren dolores agudos,
como en caso de esclerosis múltiple, cáncer, sida
y epilepsia, así como formas graves de artritis y problemas
en la médula espinal.
En Estados Unidos, los votantes de California en 1996 aprobaron
un referendo que legalizó el consumo de cannabis para
fines médicos. Después de este paso, en Estados
Unidos se inició el debate y en octubre 19 de 2009, el
gobierno de Obama anunció que fiscales federales deberán
abstenerse de investigar o perseguir penalmente a individuos
cuyas acciones están claras y ajustadas a las leyes estatales
existentes que tengan que ver con el uso médico de la
marihuana. El memo aclara que no se legaliza la
marihuana o se da una defensa legal a la violación de
una ley federal. Sin embargo, el fiscal declaró
que las autoridades seguirán persiguiendo narcotraficantes
que se esconden detrás de las leyes de marihuana terapéutica,
para enmascarar actividades claramente ilegales.
Alaska, California, Colorado, Hawai, Maine, Maryland, Michigan,
Montana, Nevada, Nuevo México, Oregón, Rhode Island,
Vermont, Washington, y quizás, para cuando usted lea
este artículo, Nueva Jersey, autorizan el consumo de
la marihuana con fines terapéuticos.
La más rigurosa revisión científica de
la marihuana para uso médico fue llevada a cabo por el
Instituto de Medicina en 1999, bajo la dirección del
Dr. Benson y Watson. En ella se enfatizan los poderes terapéuticos
del cannabis, y se recomienda un uso apropiado del mismo en
grupos cuidadosamente seleccionados, donde la marihuana inhalada
solo sea uno de los pasos hacia vías más seguras
y nuevas de proveer cannabinoides.
El fumar marihuana es dañino y sus efectos no pueden
ser separados del tabaquismo: sus consecuencias incluyen aumento
del riesgo de cáncer, daño pulmonar y consecuencias
en el embarazo, entre otros. El placer, la memoria, el pensamiento,
la concentración, la percepción sensorial y del
tiempo, así como el movimiento coordinado, se ven afectados;
además es importante resaltar los efectos de los cannabinoides
que están en la marihuana, entre ellos el THC (Tetrahidrocannabinol),
que pueden inducir episodios psicóticos transitorios
o agudos.
La decisión del gobierno de Obama representa un cambio
drástico frente a las políticas del anterior gobierno
de George W. Bush, en donde se adelantaron acciones penales
contra la venta de la marihuana médica, pese a las leyes
locales que la autorizaban.
Como médico y ciudadano, no convalido la intromisión
de conveniencias políticas en la medicina, ya que hay
una gran diferencia entre la investigación, el uso médico
de cualquier sustancia y el abuso de sustancias. Es indudable
que se requieren más estudios para tener pruebas concluyentes
de los efectos benéficos de la marihuana, pero la guerra
a las drogas debe diferenciar claramente al uso individual de
las organizaciones criminales. El uso del cannabis se debe abordar
como un problema de salud pública, y no como una violación
moral y de principios del individuo que padece de dependencias
a determinadas sustancias. |
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