MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 313 OCTUBRE DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388

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Urgencias Adultos: un servicio más allá de la atención en trauma

Autor
Por: Katherin Castaño
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Medellín, tras alcanzar la cifra de 6 809 homicidios en el año 1991, fue catalogada como la ciudad más violenta del mundo. Este contexto social y la ubicación geográfica en la zona céntrica, convirtió al Hospital San Vicente Fundación Medellín en un referente nacional en la atención de urgencias a pacientes con enfermedades de origen traumático. La experiencia de la institución en este tipo de servicio a través de los años, potenció el diferenciador principal: un enfoque en el manejo en alta complejidad, es decir, la atención a pacientes críticos que requieren de una gran cantidad de recursos y múltiples especialidades.

En la actualidad, las cifras de violencia han disminuido considerablemente y esto trajo consigo una evolución en la salud pública que se refleja en los cambios en los motivos de consulta, pues las patologías crónicas y tiempo dependientes cobran cada vez más relevancia.

Para dicha atención está dispuesto un equipo interdisciplinario altamente calificado y especializado compuesto por urgentólogos, ortopedistas, intensivistas, neurólogos, anestesiólogos, cirujanos de trauma, cardiólogos y otros subespecialistas que se encargan del diagnóstico, estabilización y tratamiento de los pacientes.

Alejandro Marín Valencia, médico especialista en Urgencias, destacó que la oportunidad en la atención a enfermedades como el accidente cerebrovascular isquémico, el infarto agudo de miocardio, la sepsis, el trauma y falla respitatoria aguda, está estrictamente relacionada con un buen desenlace clínico, pues el pronóstico de la persona y la calidad de vida dependen del tiempo.

Por lo tanto, el triage es el factor clave que determina la clasificación óptima de las patologías que requieren una atención inmediata y contribuye a la gestión del riesgo clínico, para esto están establecidas metas específicas de intervención que en promedio son inferiores a los 90 minutos.

El Hospital atiende, en promedio, entre 1 800 y 2 000 pacientes al mes en el servicio de Urgencias, lo que representa más del 70 % del total de las atenciones en todos los servicios y si bien ofrece una amplia atención en salud, el componente social también se tiene en cuenta, pues la mayoría de sus pacientes provienen de poblaciones socioeconómicamente vulnerables, son víctimas de desplazamiento debido al conflicto armado urbano o son inmigrantes extranjeros.

A raíz de esto y con miras a cumplir con el objetivo de brindar atención médica de manera oportuna, eficiente y humana, el equipo de Trabajo Social es robusto y desempeña un papel fundamental en los tratamientos.

El doctor Marín destacó que “el Hospital implementa un enfoque integral. Desde el momento en que la persona ingresa, se evalúa su condición socioeconómica a través de diversas escalas, lo que permite determinar rápidamente si necesita una evaluación por parte de Trabajo Social”.

Un equipo de mejora, integrado por actores del servicio de Urgencias, se reúne mensualmente para evaluar y socializar diversos indicadores clave, tales como calidad, seguridad, satisfacción del paciente, triage, oportunidad y mortalidad evitable. El objetivo de estas reuniones es desarrollar estrategias que optimicen la prestación del servicio en todos sus procesos, garantizando así una atención más eficiente y que a su vez mitigue los riesgos o eventos adversos que se puedan presentar.

Como resultado de la evaluación continua del modelo de atención en Urgencias y considerando las proyecciones que se tienen pensadas según las capacidades del Hospital, se ha identificado la necesidad de realizar varias reformas estructurales a corto y mediano plazo con el objetivo de generar un impacto en al menos tres frentes claves.

Andrés Zapata Cárdenas, director médico de la Unidad Adultos, subraya algunas de ellas:

  1. La seguridad del paciente y del personal médico a partir del establecimiento de rutas claras para el tratamiento de patologías puntuales y la especialización del flujo de atención en función de las necesidades específicas.
  2. Políticas públicas en salud desde dos perspectivas: la implementación de estrategias que faciliten la articulación en la atención prehospitalaria y el fortalecimiento de la educación a las comunidades para que puedan identificar correctamente qué constituye una urgencia. Esto ayudará a reducir la sobreocupación, priorizando a aquellos que requieren atención de alta complejidad.
  3. Uso de inteligencia artificial: desde la integración de tecnologías que permitan agilizar y digitalizar procesos, como la detección temprana y la identificación de predictores de riesgo y mortalidad mediante análisis de big data.

Dichas proyecciones dan cuenta de un análisis minucioso que busca optimizar la atención y marca el camino a seguir, además está sujeto a un trabajo conjunto entre el sector público y privado que siempre tendrá como prioridad el bienestar sanitario y social de los atendidos.



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