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Espiritualidad,
la mano de Dios que sana
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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El mayor alcance
del proyecto de espiritualidad del Hospital San Vicente lo
tiene el Grupo Interdisciplinario de Adicciones, que incluye
consulta médico-espiritual; fuera de la co-morbilidad,
evaluamos espiritualmente al paciente para que crezca en este
aspecto; es una consulta experimental, única en Colombia.
Dr. Julián Ramírez
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El terapeuta conjuga una alta
capacidad técnica y una alta calidez humana.
Dr. Julián Ramírez, quién aparece en
la foto con uno de sus pacientes.
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Entendí que
no éramos solamente mis pacientes y yo, quienes seríamos
interlocutores en la aventura de restablecer la salud: existía
un factor más allá de lo comprensible, que obraba
con soberanía sobre muchos aspectos que los seres humanos
nos esforzábamos por entender y controlar.
Testimonio del médico internista Julián Ramírez,
quien transitó un largo camino para madurar los conceptos
plasmados en el libro ¿Medicina y espiritualidad?
(Publicaciones Hospital Universitario de San Vicente Fundación,
2013).
De familia muy creyente, Ramírez tuvo una experiencia
espiritual profunda en Congreso Católico de Oración
en el año 2000 y acendró sus convicciones en
la Comunidad Minuto de Dios: Tuve muchos momentos en
oración, donde consultaba a Dios y a mi propia conciencia
qué debía hacer. Poco a poco fui entendiendo
que la vivencia de lo espiritual va más allá
de plantear de forma abierta nuestras creencias, es más
la posibilidad de encontrar un sentido y un propósito
de la existencia a través de Dios.
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En la presentación
del libro, el director de San Vicente Fundación, doctor
Julio Ernesto Toro, repite palabras de una alocución
suya: Creemos que la solidaridad es compartir. Creemos
que vale la pena compartir por el hombre. Creemos que el hombre
siempre merece otra oportunidad. Creemos que en una oportunidad
puede haber una opción de vida. (
) Creemos que
un propósito meritorio tiene sentido sólo frente
al hombre y, creemos que el hombre viene de Dios.
Un viaje con rumbo desconocido
El médico reseña los paradigmas mitológico,
mágico-religioso, biomédico, psicológico
y social de la enfermedad, para postular que el paradigma bio-psico-social
es el adecuado en la atención de salud, al ver al
individuo como un todo, entendiéndolo como parte de una
sociedad, de una matriz familiar, (
) un ser que
requiere tanto tratamiento como rehabilitación y acompañamiento,
cuando las secuelas son inevitables.
Examina las ópticas contemporáneas
de la enfermedad, la dimensión espiritual
como elemento dador de sentido a la vida humana y las razones
para integrar esa dimensión a la atención en salud.
En este punto cita los estudios según los cuales 90%
de los adultos en Estados Unidos ponen la religión y
la espiritualidad como componentes básicos de sus vidas
e indica que la atención humanizada con espiritualidad
eleva los estándares de satisfacción del paciente.
Indaga en la relación de la enfermedad con el ámbito
existencial y con el sufrimiento espiritual; Ramírez
concibe la búsqueda de sentido como un viaje con
rumbo desconocido en el que, a veces, no es el destino, sino
el camino, quien ofrece las respuestas. Se apoya en el
cúmulo de investigaciones en saluto-génesis,
asocia lo espiritual con los estilos de vida saludables, con
la salud mental, y resalta los beneficios de la oración
y la meditación. |
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Vivir no
es sólo existir,
sino existir y crear, saber gozar y sufrir,
y no dormir sin soñar. Descansar,
es empezar a morir.
Gregorio Marañó
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La tercera parte
de la obra, Cómo brindar atención espiritual
a nuestros pacientes, reclama la necesidad de la espiritualidad
del terapeuta. El papel de éste se resume en: brindar
servicio profesional con empatía y compasión,
tamizar las necesidades espirituales de los pacientes mediante
un ejercicio diagnóstico adicional e intervenir el área
espiritual cuando sea posible, partiendo de un inventario de
las habilidades espirituales disponibles. Señala Ramírez:
El terapeuta conjuga una alta capacidad técnica
y una alta calidez humana; esta última está
cimentada en el deseo de servir, en la empatía y en la
compasión. La empatía incluye tomarse tiempo para
escuchar y abrirse a la intimidad del enfermo. La compasión
es sufrir con, y exige el amor, como capacidad
de fijar una mirada compasiva y llena de posibilidades en otro
ser humano.
La atención, misión espirirual
El doctor Ramírez, internista del Hospital Universitario
de San Vicente Fundación, apóstol de la humanización
de la medicina, valoró las actividades que cristalizan
el proyecto de espiritualidad en el Hospital: Unas son
explícitas y otras implícitas, éstas últimas
son misionales. Entre las explícitas, nuestro grupo de
oración para profesionales y pacientes, de orientación
católica, se reúne los viernes a las 6.30 a.m.
El recién fundado grupo de estudio 'Salud y Espiritualidad'
se reúne quincenalmente para la exploración académica,
básicamente con los estudios del psiquiatra Víctor
Frankl, gran experto en logoterapia, en cómo el sentido
de vida puede evitar enfermedades y retrasar complicaciones.
Dirigido a profesionales, es ecuménico, abierto a distintas
confesiones, centrado en la espiritualidad, incluyente, evita
todo proselitismo religioso, inconveniente desde el punto de
vista ético. |
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Creemos que
la solidaridad es compartir.
Creemos que vale la pena compartir por el hombre.
Creemos que el hombre siempre merece otra oportunidad.
Creemos que en una oportunidad puede
haber una opción de vida.
Dr. Julio Ernesto Toro
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Anotó: El
mayor alcance del proyecto de espiritualidad del Hospital, lo
tiene el Grupo Interdisciplinario de Adicciones, que iIncluye
consulta médico-espiritual; fuera de la co-morbilidad
del paciente (adicciones, hipertensión, diabetes y demás
enfermedades que trata el internista), evaluamos espiritualmente
al paciente para que crezca en este aspecto; es una consulta
experimental, única en Colombia. También hay reuniones
periódicas con pacientes adictos, un ciclo de conferencias
para enseñarles a incorporar la espiritualidad en su
recuperación. Se ha demostrado científicamente
que la espiritualidad previene la recaída en las adicciones.
Además, reuniones con las familias de los pacientes para
fortalecer su propio proceso espiritual como cuidadoras.
San Vicente Fundación: abriendo
caminos
La incorporación de lo espiritual en el modelo
de atención del Hospital San Vicente es el impacto más
visible de este proyecto, consideró el doctor Ramírez.
Entre los proyectos a mediano plazo, señaló los
estudios para medir los impactos cualitativos en los pacientes.
En principio se detecta disminución en la frecuencia
del consumo de sustancias y mejores perspectivas de mejoría,
a partir de la atención espiritual: ¿Qué
mejor resultado, que la cantidad de gente unida al proyecto?
Desde que salió el libro ¿Medicina y espiritualidad?
he sido invitado, por lo menos, a 15 congresos médicos
y encuentros con pacientes. Y el tener la segunda edición,
demuestra la aceptación.
También expuso sus ideas a pacientes en el Grupo de Demencias
de la Universidad de Antioquia. Resaltó la visibilización
del proyecto y el avance hacia un programa más estructurado
en el Hospital, incluso en formación académica
del personal para atención espiritual, y anunció
que el área de Gestión Académica del Hospital
lanzará un Curso Virtual de Espiritualidad y Medicina,
para formación continua del personal interno y externo.
Dijo que entre las adicciones, el alcoholismo y el tabaquismo
reportan el mayor éxito mundial con este tipo de intervención.
Expresó el investigador: Una de las cosas más
bonitas que me pasan con frecuencia, es que los pacientes salen
pensando en la pregunta: ¿Cuál es el sentido de
mi vida? La mayoría no tienen una respuesta concreta,
ni siquiera para el terapeuta es fácil dilucidarlo. Muchos
me dicen: 'Doctor, es la primera vez en mi vida que alguien
me pregunta eso'. Otros, de forma muy agradecida me manifiestan
que estas ideas los hicieron caer en cuenta del valor de lo
espiritual, así no sean muy religiosos. En un congreso
médico, un doctor al final de mi conferencia se acercó
a decirme: Le confieso que me sentía muy preocupado
por el tema de su conferencia, pensé que nos iba a hablar
de catequesis y me doy cuenta con agrado de que usted nos amplió
el horizonte espiritual; veo que aún siendo ateo, soy
más espiritual que religioso´.
El doctor Julián Ramírez hace suyo un epígrafe
de Gregorio Marañón que figura en su libro: Vivir
no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar
y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar
a morir. |
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Logoterapia, en busca
del sentido de la vida |
| 20 siglos antes de
que convirtiesen la salud en un negocio, hubo unos hombres que
vivían en soledad para sanar el alma y el cuerpo y convertirse
en ejemplo para la sanación de los demás. Se llamaron
terapeutas (del griego therapeuein que
significa igualmente curar y servir). En el primer libro de
Vida contemplativa, Filón dice que vivían
en el siglo I de nuestra era, en alrededores del lago Mareotis,
cerca de Alejandría (Egipto), con renuncia a bienes y
familia, en habitáculos independientes llamados semneo
o monasterio, esto es, lugar de soledad. En la Grecia antigua,
el terapeuta era un servidor de los dioses, pero la acepción
más primitiva de terapia se asocia con la labor del sirviente
que cuida a alguien. |
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Tal es el remoto
fundamento de la espiritualidad como ingrediente esencial de
la medicina que mira la integralidad del hombre, no sólo
su cuerpo y los males que la afligen, menos su bolsillo.
En el mundo moderno, la corriente que asocia de manera más
clara la medicina y la espiritualidad es la logoterapia. Su
precursor es el médico psiquiatra y neurólogo
Víktor Frankl (1905-1997), nacido en Viena y de origen
judío, gran escalador de montañas, que obtuvo
la licencia de aviación a los 67 años y recibió
29 doctorados Honoris Causa de distintas universidades. Fue
enviado en 1942, junto con su esposa, padres y hermana, al campo
de concentración de Theresienstadt y luego trasladado
a Auschwitz y Dachau. Trabajó con la rabina Regina Jonas
reconfortando a los cautivos para prevenir suicidios. Liberado
el 27 de abril de 1945 por el ejército norteamericano,
sobrevivió al Holocausto, pero su esposa, su hermana
y sus padres murieron en el ignominioso cautiverio.
La vida, ¿un campo de concentración?
Frankl regresó a Viena y en 1945 escribió
El hombre en busca de sentido, que describe la vida
de los presos en campos de concentración en lo humano
y lo psiquiátrico. Plantea que hasta en medio de deshumanización
y sufrimiento extremos, el hombre puede encontrar una razón
para vivir, anclada en la dimensión espiritual, y enuncia
las bases de su logoterapia. |
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Así como el cuerpo
no vive sin el espíritu,
ninguna medicina puede ser realmente humanizada
sin el toque de la espiritualidad.
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Frankl compartió
inquietudes del psicoanálisis de Freud con quien tuvo
contacto. Luego se orientó a la psicología individual
de Alfred Adler a quien también trató, pero buscando
un complemento a su psicología individual, analizó
los valores y el sentido de la vida, para fundar y desarrollar
la Logoterapia, tercera escuela vienesa de psicoterapia.
La corriente se apoya en el análisis existencial, centrado
en voluntad de sentido, por contraposición
a la doctrina de Adler: voluntad de poder, y a la
freudiana: voluntad de placer.
La Logoterapia parte de 3 supuestos filosóficos: 1) La
libertad de voluntad: todo hombre puede tomar sus propias decisiones.
Por tanto, es libre para determinar su propio destino y no ser
un títere del mismo, o del inconsciente colectivo (pan-determinismo).
2) La voluntad de sentido: Frankl cuestiona las teorías
psicológicas enfocadas a la percepción del componente
exterior. Desvirtuando la idea del animatismo presente
en el ser humano que lo vuelve un ser único ante los
animales y vegetales, esto es la corriente del psicologismo.
3) El sentido de vida, que para la Logoterapia es un factor
incondicional que sobrevive pese a las peores circunstancias,
puede escapar a la comprensión humana.
Así como el cuerpo no vive sin el espíritu, ninguna
medicina puede ser realmente humanizada sin el toque de la espiritualidad.
Albert Einstein dijo: El hombre encuentra a Dios detrás
de cada puerta que la ciencia logra subir . |
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Ocioso lector
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| El
hombre en busca de sentido |
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| Unas
1500 personas estuvimos viajando en tren varios días
con sus correspondientes noches; en cada vagón éramos
unos 80. Todos teníamos que tendernos encima de nuestro
equipaje, lo poco que nos quedaba de nuestras pertenencias.
Los coches estaban tan abarrotados que sólo quedaba
libre la parte superior de las ventanillas por donde pasaba
la claridad gris del amanecer. Todos creíamos que el
tren se encaminaba hacia una fábrica de municiones
en donde nos emplearían como fuerza salarial. No sabíamos
dónde nos encontrábamos ni si todavía
estábamos en Silesia o ya habíamos entrado en
Polonia. El silbato de la locomotora tenía un sonido
misterioso, como si enviara un grito de socorro en conmiseración
del desdichado cargamento que iba destinado a la perdición.
Entonces el tren hizo una maniobra, nos acercábamos
sin duda a una estación principal. |
Y,
de pronto, un grito se escapó de los angustiados pasajeros:
'¡Hay una señal, Auschwitz!' Su solo nombre evocaba
todo lo que hay de horrible en el mundo: cámaras de
gas, hornos crematorios, matanzas indiscriminadas. El tren
avanzaba muy despacio, se diría que estaba indeciso,
como si quisiera evitar a sus pasajeros, cuanto fuera posible,
la atroz constatación: ¡Auschwitz! A medida que
iba amaneciendo se hacían visibles los perfiles de
un inmenso campo: la larga extensión de la cerca de
varias hileras de alambrada espinosa; las torres de observación;
los focos y las interminables columnas de harapientas figuras
humanas, pardas a la luz grisácea del amanecer, arrastrándose
por los desolados campos hacia un destino desconocido. Se
oían voces aisladas y silbatos de mando, pero no sabíamos
lo que querían decir. Mi imaginación me llevaba
a ver horcas con gente colgando de ellas. Me estremecí
de horror, pero no andaba muy desencaminado, ya que paso a
paso nos fuimos acostumbrando a un horror inmenso y terrible
6
(Fragmento de El hombre en busca de sentido, Víktor
Emil Frankl). |
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Medicina
en la pintura
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El suicidio, de Édouard
Manet
Isabel
Cristina Rueda Calle Comunicadora Corporativa - elpulso@elhospital.org.co |
| Édouard Manet
nació en Francia en 1832 y fue reconocido por sus pinturas
impresionistas, donde aparecían principalmente personas
de la vida cotidiana, personajes reales, a diferencia de otro
autor con el que es confundido por la similaridad de su apellido,
porque también fue impresionista, fue de la misma época
y del mismo país: Claude Monet. |
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En las
obras de Claude Monet uno de sus temas principales es el paisajismo
y no se ven casi nunca seres humanos, a diferencia de la obra
de Édouard Manet. Por ello Monet prefería el aire
libre para pintar, mientras Manet prefería estar en su
estudio o en interiores.
Manet pintó su obra El suicidio entre 1877
y 1881, a sus 45 años. Vemos a un hombre tendido en la
cama, que al parecer acaba de dispararse; en su mano derecha
aún tiene la pistola cómplice del acto. Con pocas
pinceladas, se muestra el rostro del protagonista; sus ojos
y labios permanecen abiertos, lo que parece indicar que su momento
final fue o está siendo muy consciente, es un gesto de
una persona que jadea por su último aire. |
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Su dolor final está representado por la contorsión
de su cuerpo, mientras la figura enmarcada en la pared mira
la escena, como cualquiera de nosotros, que no podemos hacer
nada.
Sin ser escandaloso, Manet muestra un poco de sangre en la
camisa y el piso. Médicos forenses que revisaron este
cuadro, indican que si el disparo fue donde se ve la mancha
en su camisa, pudo tratarse del hígado, lo cual causaría
una muerte lenta y dolorosa, que probablemente hubiera hecho
pedir a la víctima ayuda en algún momento de
su padecer. Adicionalmente, alegan que pudo haber sido un
asesinato, ya que no se ve en la imagen los rastros de pólvora
que dejaría un disparo cercano ni hay una nota visible
en la habitación, mensaje que suelen dejar muchas personas
en un acto suicida.
En esta obra, el pintor está lejos de querer ser realista
en detalle; sus pinceladas arrojan apenas pistas de la oscuridad
de la habitación, de una posible ventana o entrada
de luz a la derecha, pero más que todo, da pistas de
un acto posiblemente desesperado, resultado de un drama personal
o una enfermedad mental como la depresión.
Manet con esta obra deja de pintar los cuadros acostumbrados
hasta entonces, en los que se veía el suicidio desde
una narrativa romántica o heroica 6
Referencias:
- Sobre Édouard Manet
https://en.wikipedia.org/wiki/%C3%89douard_Manet
- Sobre Claude Monet
https://es.wikipedia.org/wiki/Claude_Monet
- Descripción de la obra:
www.manet.org/le-suicide.jsp
https://en.wikipedia.org/wiki/Le_Suicid%C3%A9
http://ultima-carta.com/2012/05/03/manet/
- Impresionismo:
https://es.wikipedia.org/wiki/Impresi%C3%B3n,_sol_naciente
https://bitlesson.wordpress.com/2008/01/31/the-difference-between-monet-and-manet/
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