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Jorge Luis Borges: el hilo del Minotauro
Hernando
Guzmán Paniagua Periodista - elpulso@elhospital.org.co
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No habrá nunca
una puerta. Estás adentro / y el alcázar abarca
el universo / y no tiene anverso ni reverso / ni externo muro
ni secreto centro, dice Jorge Luis Borges en el poema
Laberinto. En Borges uno se puede perder
y ser devorado por ese monstruo del laberinto simbólico,
pero a la vez encontrar el hilo de Ariadna para salir,
señala Mauricio Taborda, filósofo y profesor
de Humanidades de la Universidad CES en Medellín. En
El laberinto, expresa el poeta: Zeus no
podría desatar las redes / de piedra que me cercan.
He olvidado / los hombres que antes fui; sigo el odiado /
camino de monótonas paredes / que es mi destino....
En un reportaje le preguntan -¿Por qué
escribe usted? y responde: - Escribo porque para
mí no hay otro destino.
Eterno soñador de sueños, de sombras y de espejos,
de otros yo, de recuerdos y cuchillos orilleros, historiador
de hechos que fueron o no fueron, vivió su vida y muchas
otras, habitó el mundo y muchos mundos, pero su universo
estaba en una biblioteca.
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En conversatorio en el Hospital
Universitario San Vicente Fundación el pasado 20 de
junio, el profesor Taborda exaltó su mundo intelectual:
La biblioteca de su padre lo marcó. 'Si tuviera
que señalar el éxito capital de mi vida -dice
Borges en su autobiografía- diría: la biblioteca
de mi padre. De hecho, creo no haber salido nunca de esa biblioteca'.
Muchos no se lo perdonaron; Hemingway decía que Borges
era un 'engendro de biblioteca', literatura sobre la literatura,
que no habló de la vida. ¿Quien dijo que vivir
en una biblioteca no es también vivir? Es famosa su
sentencia al quedar ciego en 1955, herencia paterna: 'Todo
lo que me ha pasado en la vida lo había vivido antes
en los libros'.
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Sobre la escritura
de Borges se pueden hacer muchos juicios de valor, pero el único
juicio unánime es que fue un gran lector. Lo 'perjudicó'
felizmente la lectura, igual que al joven Tomás Carrasquilla,
de acuerdo con un informe de calificaciones del entonces alumno
de bachillerato, firmado por el rector del Liceo de la Universidad
de Antioquia, José María Gómez Ángel
en 1874: 'Gramática castellana, regular; composición
en Castellano: muy atrasado; Francés: regular; composición
en Francés: regular; Inglés, composición
en Inglés, Latín, Geografía, Historia:
satisfactorio. |
Si tuviera que
señalar el éxito capital
de mi vida diría: la biblioteca de mi padre.
De hecho, creo no haber salido nunca de esa biblioteca...
Todo lo que me ha pasado en la vida lo había
vivido antes en los libros.
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Jorge Luis Borges
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Química, Metalurgia,
Geología, Religión: satisfactorio. Conducta: bien'.
Nota marginal: 'La lectura constante de novelas perjudicó
mucho a este alumno'. Lo mismo ocurrió al joven
'Georgie' (así lo llamaban en casa), eterno prisionero
de su laberinto de palabras.
Y anota el catedrático: Platón en 'Fedro'
lamenta que los estudiantes se dediquen tanto a escribir y no
a la anamnesis. Para él, la escritura, como prótesis
de la memoria, termina atrofiando la facultad fundamental de
recordar, conocer es recordar. El cuento de Borges 'Funes el
memorioso' es autobiográfico por reivindicar la memoria,
no por lo que le atribuye a su personaje, incapaz de pensar,
pues el pensamiento requiere abstracción, la abstracción
consiste en olvidar algunos detalles y Borges es una memoria
insoportablemente lúcida.
Para su autor, este cuento es una larga metáfora
del insomnio. El uruguayo Ireneo Funes, de 19 años,
sufre de hipermnesia, síntoma del síndrome del
sabio. En un accidente pierde el conocimiento y, al recobrarlo,
empieza a recordar todo con precisión prodigiosa pero
desesperante, porque le es imposible olvidar: Sabía
las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril
de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas
de un libro en pasta española que sólo había
mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo
levantó en el Río Negro. (
) Funes no sólo
recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino
cada una de las veces que la había percibido o imaginado.
(
) Pensó que en la hora de la muerte no habría
acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez. |
La división entre ficción
y
realidad esporosa para Borges, en él están
radicalmente el 'realismo mágico' de García
Márquez
o'lo real maravilloso' de Alejo Carpentier, como
en sus citas textuales de obras inexistentes.
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Mauricio Taborda |
Neoplatónico
o no, el neurocientífico argentino Rodrigo Quian Quiroga
en su libro Borges y la memoria, analiza en Funes
el memorioso la relación entre memoria y conocimiento.
En el prólogo, María Kodama, esposa y lazarillo
de Borges, postula: Para Quian Quiroga, el actual mundo
cibernético en el cual los seres humanos viven inmersos,
en ocasiones es similar al cerebro de Funes, abarrotado de información
que no puede procesar.
Borges: literatura y vida
En contra del formalismo ruso que disocia a la obra
de su autor, Taborda defiende la unidad de vida y obra en Borges:
dice con el filósofo francés Pierre Hadot (1922-2010),
que toda obra a su modo es auto-biográfica, la división
entre ficción y realidad es porosa para Borges, en él
están radicalmente el realismo mágico
de García Márquez o lo real maravilloso
de Alejo Carpentier, como en sus citas textuales de obras inexistentes.
En los anales de autores nuevos de la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires, no existe un tal
Pierre Menard, autor de El Quijote, supuesto escritor
que puso Borges a reescribir la obra de Cervantes. El maestro
escribió Prólogos con un prólogo
de prólogos, para una editorial que le pidió
una selección de cien libros claves en la historia de
la literatura, con un prólogo a cada una. Borges soñó
con hacer un prólogo a libros inexistentes, indica el
profesor Taborda. El bisabuelo de Georgie, Isidoro Suárez,
comandante de caballería en el ejército de Bolívar,
participó en la batalla de Junín; su abuelo, el
coronel Francisco Borges, combatió al tirano Rosas y
defendió las fronteras asoladas por los indios. Este
ancestro militar -señala el catedrático- le generó
una eterna tensión a quien termina fatalmente como un
hombre de letras. |
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Soy ciego y nada
sé
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Soy ciego y nada sé; pero
preveo / que son más los caminos. Cada cosa / es infinitas
cosas. Eres música, / firmamentos, palacios, ríos
ángeles, / rosa profunda, ilimitada, íntima,
/ que el Señor mostrará a mis ojos muertos.
Borges en The unending rose
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En
todo hombre, todo lo que le ocurre es un instrumento, todas
las cosas le han sido dadas para un fin. Y esto tiene que ser
más fuerte en el caso de un artista; todo lo que le pasa,
incluso las humillaciones, bochornos, desventuras, le ha sido
dado como arcilla, como material para su arte, y tiene que aprovechar
todo eso. (
) Para que hagamos de las miserables circunstancias
de nuestras vidas, cosas eternas
. |
Jorge
Luis Borges |
Soy
ciego y nada sé; pero preveo / que son más los
caminos. Cada cosa / es infinitas cosas. Eres música,
/ firmamentos, palacios, ríos ángeles, / rosa
profunda, ilimitada, íntima, / que el Señor mostrará
a mis ojos muertos (The unending rose). Borges
es, con Homero, el hombre que más provecho sacó
de su infortunio visual.
Indica el filósofo Mauricio Taborda: Nombrado director
de la biblioteca de Buenos Aires escribió el 'Poema de
los dones', que empieza con este cuarteto: Nadie rebaje
a lágrima o reproche / esta declaración de la
maestría / de Dios, que con magnífica ironía
/ me dio a la vez los libros y la noche (
) Lento
en mi sombra, la penumbra hueca / exploro / con el báculo
indeciso. / Yo, que me figuraba el paraíso / bajo la
especie de una biblioteca. |
Agrega
el profesor Taborda: Ciego, decide estudiar Anglosajón
antiguo (¿No era más fácil estudiar Braille?).
Alberto Mangel cuenta en su 'Historia de la lectura' la experiencia
como lector de textos para Borges y dice que éste no
fue profesor de literatura inglesa, sino de amor por la literatura,
así fuese para algunos alumnos un mal profesor, como
si ser docente fuera atemorizar con las notas, demostrar como
un pavo real todo lo que yo sé y la ignorancia del otro.
Excelente maestro, todos ganaban, quien perdía era por
no asistir, pues no existía; no hacía exámenes,
prescindía de nombres, fechas y corrientes literarias;
para él, decir 'lectura obligatoria' era una contradicción.
Y sentía la ceguera como un don, que le trajo más
beneficio que daño. Se refugió en la poesía,
por su carácter musical y por permitirle memorizar.
En una conferencia del ciclo Siete noches, en el
teatro Coliseo de Buenos Aires, el maestro habló de la
ceguera: En todo hombre, todo lo que le ocurre es un instrumento,
todas las cosas le han sido dadas para un fin. Y esto tiene
que ser más fuerte en el caso de un artista; todo lo
que le pasa, incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras,
le ha sido dado como arcilla, como material para su arte, y
tiene que aprovechar todo eso. (
) Para que hagamos de
las miserables circunstancias de nuestras vidas, cosas eternas
.
La ceguera le dio a Borges el Anglosajón, la literatura
medieval que había ignorado, y también el
haber escrito muchos libros, buenos o malos El poeta argentino
citó a Goethe: Todo lo cercano se aleja' Y creo
que lo escribió refiriéndose al crepúsculo
de la tarde. Es verdad, al atardecer las cosas más cercanas
se alejan de nuestros ojos, así como el mundo visible
se ha alejado de mis ojos y ya definitivamente. Pero también
puede referirse no sólo al crepúsculo de la tarde,
también a la vida, todas las cosas van dejándonos,
la vejez viene a ser la suprema soledad
.
Concluye el catedrático antioqueño Mauricio Taborda:
Para Borges la literatura no riñe con la vida,
antes la atraviesa. En el fondo de su obra uno puede encontrar
las claves para descifrar el laberinto paradójico de
lo humano. |
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¿Dónde estará mi vida, la que
pudo haber sido y no fue...?: Borges |
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Jorge Luis Borges es el gran
maestro de la ficción en América, pero su obra
está fatalmente impregnada de vida y de historia. No
son meras letras sobre las letras ni él fue tan derechista
como dicen sus críticos. Como Cervantes, Poe, Lovecraft,
García Márquez y otros, fue víctima de
los realistas y extremistas a ultranza, más
papistas que el Papa, más idealistas que Platón
y tan totalitarios como Hitler.
Borges resiste un paralelo múltiple con Cervantes.
Los relatos de hechos fantásticos en Don Quijote (la
Cueva de Montesinos, clavileño, el busto parlante,
el encantamiento del Hidalgo) son vehículos literarios
para afirmar el imperio de la razón y satirizar el
universo mágico de las letras que le precedían.
Cervantes recrea el devenir de la España medieval y
renacentista, la Inquisición, la picaresca, la truhanería,
la historia de la medicina, las penalidades de la guerra con
los turcos y la cárcel, vividas en carne propia.
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Borges las vivió
en sus ancestros guerreros, pero también hubo de refugiarse
de la Guerra Mundial en Suiza con su familia. La tensión
que vivió entre el ancestro militar y su vocación
letrada bien la puede ilustrar el discurso de Don Quijote sobre
las armas y las letras, en el cual remarca la ayuda mutua que
ambas se prodigan históricamente. Cervantes sacó
tanto partido de su brazo, inutilizado por una bala de arcabuz,
como Borges de su ceguera en intensos estudios, poemas, cuentos
y ensayos.
Con Howard Philip Lovecraft, tiene Borges gran semejanza: el
uno, acusado por algunos de extraterrestre y misántropo,
es sumo pontífice de lo sobrenatural y poeta
de los universos paralelos, creador de religiones iniciáticas,
de códices ocultistas y diabólicos como el Necronomicón,
de seres extraños, pero ante todo de visiones aterradoras
del lado oscuro de la mente humana. Borges hace lo propio en
sitios, personajes y sucesos fantásticos, en cuentos
y poemas llenos de sombras, espejos, reflejos de la historia,
de la vida cotidiana y de los personajes de Argentina y del
mundo. En Lovecraft traducen el ambiente fantasmagórico,
oscurantista y represivo de su Nueva Inglaterra. En uno y otro,
nada es mero producto espontáneo de la mente.
Borges y Edgar Allan Poe llegan a metas parecidas por caminos
diferentes. La aventura vital de Poe combinó una vida
literaria y periodística intensas, con una épica
plena de tragedia. Los enconados detractores de Borges nunca
se han detenido a examinar las penalidades familiares de Borges
ni su trágica ceguera. |
El mismo halo poético cubre
los relatos fantásticos de Borges y Poe. Nada en Borges
escapa a la poesía, en Poe lo poético inunda hasta
las más macabras descripciones. Nunca se había
relatado un viaje al infierno tan poéticamente como en
Silencio, excepto en La Divina Comedia.
Ligeia, Berenice y demás heroínas de terror son
verdaderas musas. De Poe, dice Borges: Como del otro lado
del espejo / se entregó solitario a su complejo / destino
de inventor de pesadillas. / Quizá, del otro lado de
la muerte, / siga erigiendo solitario y fuerte / espléndidas
y atroces maravillas.
Un solo hombre ha muerto
El maestro argentino comparte con García Márquez
la estirpe militar. En el caso de Gabo se asocia a la Guerra
de los Mil Días; ambos conjugan sus recuerdos con la
vida intensa en los libros, ambos son creadores de geografías
ficticias. Gabo parte de la realidad vivida o contada por sus
familiares y de la historia, para crear ricos mundos de ficción.
Para él, Colombia y el Caribe son prodigiosos en sí
mismos, y sólo requieren quién sepa contar sus
milagros. |
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Fiel a su riquísima
imaginación, aplicado a su filigrana de ficciones, pero
aferrado a su ciudad, a su historia, a sus amigos y al mundo
del cual fue ciudadano, Jorge Luis Borges habló de todo
lo real y sensible, pero con un lenguaje distinto. Su patria
trasciende las fronteras de Argentina y del mundo: Patria,
yo te he sentido en los ruinosos / ocasos de los vastos arrabales.
/ Y en esa flor de cardo que el pampero / trae al zaguán
y en la paciente lluvia / y en las lentas costumbres de los
astros / y en la mano que templa una guitarra / y en la gravitación
de la llanura
(Oda compuesta en 1960).
Borges dibujó la guerra como un ajedrez donde son tan
manipuladas las fichas como los jugadores, cantó a Los
compadritos muertos, a Martín Fierro, al bisonte,
al leopardo, a la pantera, al gato y al coyote, al cielo y al
infierno, a Inglaterra, a Israel, a España, a Francia,
al mar, a Brahms, a Emerson, a Blake, a La fundación
mítica de Buenos Aires, a Heráclito, a Adán
y a Cristo en la cruz; aquí expresa:
Piensa
en el reino que talvez lo espera, / piensa en una mujer que
no fue suya. / No le está dado ver la teología,
/ la indescifrable Trinidad, los gnósticos, / las catedrales,
la navaja de Occam, / la púrpura, la mitra, la liturgia,
/ la conversión de Guthrum por la espada, / la Inquisición,
la sangre de los mártires, / las atroces Cruzadas, Juana
de Arco, / el Vaticano que bendice ejércitos
.
Argentino como el que más, no chileno como
dijo Bono, el cantante de U2 en Méjico en
2005, al repetir el común error de atribuirle el poema
Instantes de la norteamericana Nadine Stair (Si
pudiera vivir nuevamente mi vida, / en la próxima, trataría
de cometer más errores), Borges señala como
gran pasión de los argentinos, no el fútbol ni
el tango, sino la amistad. En el conversatorio El hilo
del Minotauro en el Hospital Universitario de San Vicente
Fundación el pasado 20 de junio, el filósofo y
profesor Mauricio Taborda, expresó: En política,
si pudiéramos ubicarlo en ismos, Borges sería
un anarquista spenceriano, cree en una sociedad en la cual no
sea necesario el gobierno. Al dar la mano a los dictadores Pinochet
de Chile y Videla de Argentina, mutatis mutandi, le pasó
lo que en Colombia algunos le atribuyen a William Ospina (escritor).
Yo creo que Borges era muy ignorante en asuntos políticos
y pudo retractarse de su actitud en entrevista con María
Esther Vásquez. Basta señalar que en sus
momentos de mejor lucidez, Borges brilló por anti-autoritario;
en un banquete que le ofrecieron, sentenció: Las
dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan
el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más
abominable es el hecho de que fomenten la idiotez.
En Jorge Luis Borges, vida y obra son testimonio perenne de
la constante preocupación por el hombre: Un solo
hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra,
y es prueba de la más desaforada pasión intelectual.
Sírvanos como final y corolario: ¡Ah, si
aquel otro despertar, la muerte, / me deparara un tiempo sin
memoria / de mi nombre y de todo lo que he sido! / ¡Ah,
si en esa mañana hubiera olvido! . |
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Ocioso
Lector
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Mis libros
Jorge Luis Borges |
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Mis libros (que no saben que
yo existo)
son tan parte de mi como este rostro
de sienes grises y de grises ojos
que vanamente busco en los cristales
y que recorro con la mano cóncava.
No sin alguna lógica amargura
pienso que las palabras esenciales
que me expresen están en esas hojas
que no saben quién soy, no en las que he escrito.
Mejor así. Las voces de los muertos
me dirán para siempre.
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