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La metamorfosis
de los aguinaldos
El Niño Dios se volvió una Barbie
Hernando
Guzmán Paniagua elpulso@elhospital.org.co |
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El Niño Jesús, que año
tras año sigue alegrando la navidad de millones de
niños con sus traídos, corre el
peligro de ser cambiado en el pesebre por una Barbie Actriz,
muy diosa ella pero no tan niña, si no es que la Virgen
tiene mellizos como en el cuento de Daniel Samper. Es tal
vez el único papel que le falta a la Barbie, en un
entorno donde los juguetes son una de las mejores muestras
de un mundo mediático globalizado que erigió
al dinero como nuevo Niño Dios, y cuyos padres son
las multinacionales.
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De las muñecas
de plástico y los carritos de madera al Play Station
y los Power Rangers, algo ha cambiado. Hasta los años
50 y parte de los 60, los aguinaldos infantiles, los traídos
y en general los juguetes, reflejaban un ámbito social
poco permeado por la globalización industrial y mediática
que se venía: eran la imagen del mundo que rodeaba a
niños y adultos, de un proceso autónomo generador
de identidad. En Colombia, todavía reinaba la radio,
con una clara orientación familiar y comunitaria, la
televisión (en blanco y negro) apenas comenzaba, la publicidad
y el mercadeo aún estaban en pañales.
A mediados de los 50, los pocos juguetes automáticos
que había eran los carros a propulsión importados
y donados a los niños por el programa SENDAS
en el gobierno del General Rojas Pinilla: a mí me tocó
una ambulancia. Todos pedíamos al Niño Jesús
desde noviembre ganar el año, vida y salud para uno,
para el papá y la mamá. La niña le pedía
vajillas de plástico o de hojalata, costureros y muñecas,
sin nombre porque era su niña y los niños
llegan sin bautizar; las muñecas eran de plástico
con el pelo en moña, las más costosas con cabello
natural, otras de trapo. Como hoy, los niños pedían
triciclos y bicicletas. Cuando al Niño Jesús le
alcanzaba el presupuesto, el chico encontraba un triciclo Jurime
o Amo parqueado al pie de la cama, o una bicicleta Monark o
Cicloby, más tarde carros de pedales, tripulables por
el niño. Al triciclo no le faltaba el asiento trasero
para uno o dos hermanitos, ni a la bicicleta la parrilla. Cuando
el Niño Jesús estaba pobre, se lo decía
al chiquillo por boca de los padres.
Las niñas pequeñas recibían abuelitas,
cochecitos que subsisten hoy. Bajo las almohadas aparecían
carritos de madera pintados de colores, vehículos plásticos,
de carey o de hojalata, de bomberos, volquetas, autos, patrullas,
camiones ganaderos, de gaseosas, carro-tanques, tractores, vajillas,
baterías de cocina, juegos de tocador, carpinterías,
catapis, taki-takis, solitarios, balones salvavidas, soldados
con el fusil al hombro (no disparando como ahora), pistolas
de agua, aviones Super Constellation, caballos de palo, patines
de 4 ruedas, patinetas, tambores, trompetas, zapatos Grulla
y Cauchosol , tenis Croydon, medias, bluyines El Roble y Wrangler
Caribú, y tanques de guerra a propulsión. Contra
la baranda estaban el Hula-Hula, las espadas romanas, rifles
lanzacorchos Rimax, pelotas y balones de toda clase. Jugábamos
con carros de bomberos, patrullas y aviones, porque reflejaban
lo que queríamos ser de grandes: bomberos, pilotos o
policías, en su doble condición de héroes
y servidores públicos. Y toda aquella juguetería,
producto de un entorno social más sano, lo era también
de una vigorosa industria nacional: Juguetes Búfalo,
Estra, Bartoplás, Industrias Plásticas Gacela.
En lo ideológico y en lo económico, había
sentido de identidad.
Los muñecos de peluche se imponen en los 80´s,
en tamaños cada vez más grandes. Por la misma
época, el mundo es invadido por juguetes eléctricos,
especialmente trenes, carros, aviones y helicópteros
a control remoto. El aguinaldo se vuelve cada vez más
costoso por el valor agregado de las pilas. Al tiempo, se popularizan
múltiples juegos didácticos, como el Estralandia,
el Armo-todo, Escalera y Monopolio. Niños y niñas
empiezan a pedir al Niño Dios computadores, después
el Telebolito, el Atari y los primeros Nintendos, origen del
actual Play Station.
El libro Cultura infantil y multinacionales, compilación
de Sh. R. Steinberg y J.L. Kincheloe, plantea que el niño
doquiera que esté, genera una cultura lúdica,
pero uno de los ensayistas anota: La cultura infantil
del pasado la producían sólo los niños
y se propagaba por medio del contacto personal entre ellos.
La cultura infantil posmoderna de hoy la crean los adultos y
se dispensa vía la televisión, con el propósito
de inducir a los niños a consumir. Señala
que las nuevas bicicletas son fabricadas dentro de estrechos
roles de género; así, las masculinas
tienen nombres como Ultrajante, Retador, Salvaje,
Halcón Negro y las femeninas: Señora
Rocker, Adornos, Señora de los
Angeles y Dulces sueños. La juguetería
se encuadra así en valores sociales vistos desde la adultez,
como la sexualización de la infancia, parámetro
que rige a la Barbie. |
La
Barbie: un imperio
La Barbie, esa muñequita rubia, tierna e inofensiva
que toda niña quiere arrullar, poco tiene de bebé,
y más que un personaje o serie interminable de ellos,
es un icono mundial de la moda, una marca y un imperio de altísima
rentabilidad. En nuestro mercado lleva pocas décadas,
pero existe desde 1959 cuando debutó en la famosa feria
neoyorquina del juguete American International Toy Fair. Pocos
saben que tan inocente criatura, es copia de una sex doll llamada
Bild Lilli, muñeca para hombres adultos encontrada en
Alemania por Ruth Handler, esposa de Elliot Handler, co-fundador
de la empresa Mattel.
Igual que los grandes super-héroes, su tipología
original es pelo rubio, piel blanca y ojos azules, pero la necesidad
de ampliar mercado llevó a crear Barbies de características
latinas, asiáticas, africanas, etc. |
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| Como icono de la moda,
su contextura delgada y esbelta coincide perfectamente con el
prototipo de las top models, que tanta anorexia-bulimia han
provocado, y están entre las muñecas más
vendidas por Mattel. ¿De qué tamaño son
las ventas del imperio Barbie? Baste decir que en Colombia,
sólo 8 de las Barbies de moda (Mariposa, Día de
boda, Tropical beach, Princesa Erika, Sirena, Castillo de diamantes,
Veterinaria y Maestra) cuestan en conjunto $538.570, a precios
de supermercado. Fuera de las mencionadas, están la fotógrafa,
cuidadora de mascotas, doctora, dentista, música, bailarina,
cantante, policía, abogada, vendedora, pintora, secretaria,
actriz, niñera, jinete, azafata, guía turística,
peluquera y mucama, entre otras, aparte de las ediciones especiales
como los personajes femeninos de la telenovela mejicana Rebelde
o los participantes de un reality norteamericano, muñecas
más costosas que las normales. El gran problema para
el padre de familia, es que su niña las quiere todas
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La navidad es todo, lo
viejo y lo nuevo,
lo mercantil y lo espiritual y luminoso, la
feria de las vanidades, y el espacio
para el encuentro familiar y social.
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Fuera de estas muñecas,
donde se detectaron unos elementos tóxicos, como diminutos
imanes hallados en 2007, la marca Barbie significa muchos otros
productos como películas, música, set de diversión,
rompecabezas, calcomanías, gorros, platos y vasos de
piñata, tarjetas de invitación, manteles, servilletas,
letreros de Feliz cumpleaños, burbujero, pizarra musical,
bolas de goma, lazo de lujo para saltar (antes saltábamos
con una simple cabuya, ahora con un cuerda importada de $20.000),
y para colmo, bolsitas para recoger dulces el 31 de octubre,
a $3.400 c/u (un paquete de 50 confites nacionales cuesta en
promedio $2.500). Encima, la televisión nos vende a Ken,
el novio, y a otros familiares de la anoréxica muñeca.
Juegos de guerra
Para los niños y niñas de antes, el patio, la
calle, el solar, el prado y el arroyo, eran su muñequero
y cuarto de diversión. Una simple calle en tierra era
escenario de las más sanas aventuras, al compás
de trompos, canicas de cristal y baleros; el carrete de hilo
que usaba la mamá costurera, lo convertía el niño
en un carro con un pequeño resorte; la pelota de números
y letras sigue siendo uno de los más bellos y baratos
juegos didácticos, junto con el caballo de palo, la rueda
de caucho (reciclaje de llantas) y los rines de bicicleta, y
el niño se sentía parte de su vehículo,
que además desarrollaba su motricidad. Los muñecos
con brazos y piernas móviles permitían a las niñas
construir sus propias historias. |
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Algunos de estos juguetes perviven,
pero en desventajosa competencia con los juguetes tecnológicos,
que anulan la capacidad creativa, reemplazan toda la acción
del niño castrando su desarrollo sensorial e imaginativo:
son simples robots, aparatos sin el alma que les insufla la
mano infantil, juguetes que juegan solos. Por eso, por sentirse
suplantado en su función lúdica, el niño
se cansa pronto de usarlos. Pero la voracidad publicitaria lo
vuelve consumidor compulsivo de otros juguetes.
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En contraste con
ese entorno lúdico de cometas, trompos, canicas y muñecas
de trapo, el cuarto actual de juguetes de un niño es
la mejor representación del mundo, con su paranoia belicista.
Más que una alcoba infantil, parece un pequeño
museo de la muerte. Allí están el sable láser
de Star Wars: el poder de La Fuerza en tus manos;
Max Steel atacando a Destroyer, Creator y sus aeronaves de combate,
nos recuerdan a los Thundercats; con las piezas de Action Troopers
Set, el niño construye máquinas para la guerra
en plena selva, en tanto que la patrulla submarina de Bionicle
dispara torpedos a diestra y siniestra, y al mejor estilo de
las guerras del Golfo, aparece Risk: el juego de la dominación
global. ¡Increíble! Sus instrucciones parecen
emanadas del mismo Pentágono: En este juego clásico
de estrategia militar, lidere sus ejércitos mientras
estos barren a través de vastos continentes para lanzar
osados ataques contra sus enemigos. Sin embargo, no pierda de
vista sus flancos: sus contrincantes están peleando por
capturar sus tropas y reclamar sus territorios. Refuerce sus
ejércitos, después ataque al lanzar los dados.
Capture los 42 territorios y usted habrá dominado el
globo terráqueo. ¡Bravo, Míster Bush!
Y para remarcar el culto al Niño Dios-Dinero, ahí
están juegos como Imperio: Invierta en acciones
y gane millones (inventado, claro, antes de la actual
crisis bursátil), y Metropolio, donde dice textualmente:
Objetivo del juego: comprar, vender, monopolizar y valorizar
propiedades, apoderarse de la mayor cantidad posible de dinero
y sobre todo, hacerse millonario arruinando a los demás.
¡Y es para niños de más de 8 años!
Vea usted: no podían faltar las pirámides
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La cultura infantil
del pasado la producían
sólo los niños y se propagaba por medio
del contacto personal entre ellos.
La cultura infantil posmoderna de hoy
la crean los adultos y se dispensa
vía la televisión con el propósito de
inducir a los niños a consumir.
Libro Cultura infantil y
multinacionales.
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Muchos de los juguetes
nuevos son reflejos mediáticos: los personajes de televisión
y de los letales juegos de video, que convertidos en juguetes,
atacan de nuevo en los supermercados. Allí venden a Spiderman
con todo y telaraña, a los Transformers, Indiana Jones,
a los héroes de Star Wars, al robot de ataque M.A.R.S.,
a Batman y toda su tropa, Supermán y demás super-amigos,
a los monstruos de Jurassic Park, al Incredible Hulk, al tierno
Winnie Pooh, y hasta el repugnante y viscoso Alien en un tubo
de ensayo. Hannah Montana - Superestrella es reflejo de los
realities artísticos, Racers y Speed Boat de las carreras
de Fórmula Uno y los bólidos acuáticos,
así como Esotérika lo es de Walter Mercado y sus
congéneres astrólogos y mentalistas. Hasta el
tradicional juego de Pisingaña ya lo venden con cartas,
dados y tablero.
Capítulo aparte es Power Rangers, mega-imperio igual
que Barbie y Disney. Power Rangers vende, aparte de los personajes
de las distintas generaciones, el juego de dardos, bolígrafo
para escribir mensajes invisibles, bolígrafo-linterna,
reloj digital, reloj de caras intercambiables, carro con lanzador,
lanzadiscos, micrograbador, pen light, radio, atari, teléfono
celular y burbujero. ¡Insólito! Las pompas de jabón
que se hacen sin costo en la casa y se soplan con un pitillo,
Power Rangers las vende con jabonadura y una pistola de tres
cañones importadas, al módico precio de $29.900.
Desde luego, no toda la juguetería actual es bélica,
perniciosa ni mediática. Compitiendo con todo este bestiario,
hay juegos didácticos interesantes como La familia elefante,
Crucigrama, Mono Manía, Pasaporte al Mundo, Pintografic,
Problemas de Diccionario, y el curioso ¿Quién
es el Culpable?, para resolver crímenes a la manera de
Agatha Christie. La navidad es todo, lo viejo y lo nuevo, lo
mercantil y lo espiritual y luminoso, la feria de las vanidades
y el espacio para el encuentro familiar y social, para pedir
al Niño Jesús un carrito o un MP-4, una muñeca,
o saberlo todo, o una tarjeta de crédito...
Y para detalles humanos, como el de un señor que contó:
Se me adelantó el Niño Dios el 22 de diciembre,
con la donación del riñón que esperaba,
o el de varios niños del barrio El Poblado en Medellín,
que en sus cartas al Niño Dios le pidieron que
no llueva tanto, pocos días después de la
reciente tragedia en que murieron al menos 12 personas. |
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