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Tome cáncer pa' que lleve
Conrado
Gómez Vélez Especialista en salud pública
y en evaluación social de proyectos. Magíster
en ciencias políticas - elpulso@elhospital.org.co |
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Una derrota de grandes proporciones
resultó para la salud y sobre todo para los profesionales
de la salud, desde el punto de vista de las políticas
públicas saludables, la pasada reforma tributaria.
Al mismo tiempo que nos complacíamos porque Colombia
había firmado el Acuerdo Mundial Antitabaco y celebrábamos
la reforma al sistema de salud, se aprobaba una reforma tributaria
con estas perlas: a) la eliminación del impuesto del
7% que las empresas del tabaco pagaban a sus casas matrices,
b) un cambio en la fórmula de liquidación del
impuesto del cigarrillo que antes era del 65%, por un gravamen
de $400 pesos para las cajetillas de 20 unidades que valgan
menos de $2.000 pesos y de $800 pesos para aquellas que superen
este monto, lo que en buen castellano quiere decir una rebaja
estimada del impuesto del 15%, según expertos en el
tema, que ahora claman por las finanzas departamentales, y
c) una política impositiva para la cerveza y los juegos
de suerte y azar igualita a la que traemos desde hace muchos
años, favoreciendo su consumo con un IVA del 8% la
cerveza y 5% los juegos de suerte y azar.
Lo que más disgusta es la forma como se ha presentado
éste cambio a la liquidación de impuestos al
cigarrillo, como una simple e inofensiva modificación
de la fórmula. Para completar, es deplorable la ingenuidad
del sector de la salud que no se ha dado ni por enterado:
Derrota tras derrota, en políticas públicas
saludables.
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Como
sabemos y puede verse en el artículo Reflexionando
sobre que es invertir en Colombia en El Pulso de agosto
de 2005 (edición No. 83), sobre la venta de Bavaria a
extranjeros, favorecimos con impuestos risibles por décadas
una empresa, por colombiana, y con el lema de apoyar nuestra
industria para que la vendieran. Un IVA que es simple y llanamente
injusto con los ciudadanos, porque hoy resulta que tienen más
IVA el chocolate y las pólizas de hospitalización
y cirugía, que la cerveza.
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Como
se expresó, esta bebida nunca ha tenido impuestos comparables
a otras bebidas alcohólicas. Tiene más impuesto
la canasta familiar. Claro, fríos nos quedamos cuando
vendieron Bavaria, como acaban de vender el Éxito; eso
es para que sigamos apretándonos el cinturón
por la competitividad y el desarrollo de la inversión
nacional.
En esta reforma tributaria, con timidez, algo se sugirió
para incrementar el impuesto a la cerveza en los medios, aprovechando
que ahora quizá el lobby de los nuevos dueños
sería más débil, pero nada. Ilusiones.
Una distorsión que se perpetúa en silencio, ante
indolencia de todos los colombianos y sobre todo, de quienes
trabajamos en el sector de la salud. Nosotros, por razones de
consistencia y seriedad, y sin prohibicionismos, tenemos que
promover la reducción en el consumo del tabaco y lograr
que el consumo de licores y bebidas alcohólicas se dé
en términos sociales y personales adecuados, sin excesos. |
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Es deplorable la ingenuidad del sector
de la salud que no se ha dado ni por enterado:
Derrota tras derrota, en políticas públicas
saludables.
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Como
se sabe, la idea de grabar los licores, las bebidas alcohólicas,
el tabaco y los juegos de azar no es otra que reducir su consumo,
debido a que producen más costos que beneficios a la
economía y la salud. Por añadidura, como son actividades
que en economía se llaman elásticas, en las que
pequeños aumentos del precio reducen significativamente
la demanda, se gravan para que se eleve el precio y al final
se reduzca su consumo. Así se hace porque una vez que
se contabilizan las externalidades negativas, tanto del alcohol
como del cigarrillo, expresadas en accidentalidad, violencia,
maltrato, accidentes, infarto, descomposición familiar,
cáncer y empobrecimiento, no nos queda más que
decir que no nos convienen.
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| El
impuesto a las bebidas alcohólicas y el tabaco no es
por lo tanto y como piensan en las gobernaciones o los medios,
para mejorar el presupuesto; eso es una perversión que
se ha ido imponiendo. Lo que deseamos es reducir su consumo. |
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El 95% de los casos de
cáncer de pulmón son atribuibles al hábito
de fumar y otro tipo de neoplasias como cáncer gástrico
están asociadas. Otra enfermedad que induce el tabaco,
es la enfermedad cardio-cerebro-vascular, una de las primeras
causas de muerte y discapacidad en Colombia.
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Política
reprobable
Ahora el golpe lo recibimos con el tabaco. Una reducción
de impuestos enorme, que busca y va a generar un aumento del
consumo, es decir al cáncer de pulmón, a otros
tipos de cáncer e infarto. Vale la pena recordar que
el 95% de los casos de cáncer de pulmón son atribuibles
al hábito de fumar y que otro tipo de neoplasias como
el cáncer gástrico están asociadas al cigarrillo,
aunque en menor proporción. Otra enfermedad que se ha
probado, induce el tabaco, es la enfermedad cardio-cerebro-vascular,
hoy por hoy una de las primeras causas de muerte y discapacidad
en Colombia. No es entonces, esta política alevosa, ningún
favor para los colombianos, ni para la salud. ¿Donde
estábamos? ¿De que sirve que haya un área
de Seguridad Social del Ministerio de Hacienda si no se da cuenta
de esto ni logra una política mejor para este país?
Por eso, ésta es una decisión que debe ser repudiada,
amplia y vehemente por la academia, las facultades y disciplinas
de la salud y por todos los que de una u otra manera comprendemos
que no podemos darle más cáncer e infarto al país.
Ojalá todos los que leen este periódico y otros
más a nuestro alcance, le digan a sus congresistas y
a los gobernantes, que los vimos mal. Que alguien les diga a
los integrantes de Seguridad Social del Ministerio de Hacienda,
que se dejaron meter gato por liebre. Saquémosles aquella
tarjetica con el dedo hacia abajo, para mostrarles que si nos
dimos cuenta y que no nos gustó. Que bueno sería
que en los principales eventos de salud de este año,
en presencia de los políticos y los dirigentes, comenzáramos
reprobando la política de impuestos al cigarrillo y la
cerveza, y luego dedicáramos 60 segundos por todos los
muertos de cáncer y accidentes de tránsito, gracias
a la mala política pública en la materia. |
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