MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 291 DICIEMBRE DEL AÑO 2022 ISNN 0124-4388
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Los sistemas de salud tienen como objetivo principal el mejorar la salud de la población, además de satisfacer sus expectativas y protegerla financieramente contra los efectos de la enfermedad, considerando, bajo un enfoque de equidad, no solo la situación agregada, sino también la de grupos poblacionales que se encuentren en situación de desventaja.
Cada territorio tiene condiciones particulares, tanto de orden político, económico, social y cultural, como de orden geográfico, las cuales condicionan el estado de salud de sus habitantes. Esta situación de salud/enfermedad es diferente en cada momento del tiempo y además varía entre cada territorio.
A pesar de estas diferencias temporales y territoriales, a nivel mundial se han propuesto algunas estrategias para abordar esta problemática que han evolucionado según los resultados de su aplicación. En la actualidad, una de estas es la denominada Atención Primaria en Salud, la cual se basa en los principios propuestos como son equidad, acceso universal, participación de la comunidad y acción intersectorial. Estos principios son vitales para que los Sistemas de Salud alcancen sus objetivos de manera armónica y sostenida.
La Comisión de la Organización Panamericana de la Salud sobre Equidad y Desigualdades en Salud en las Américas realizó varias recomendaciones en 2018, tres de las cuales son el “Diseño de sistemas universales de salud que garanticen el acceso a la atención de salud, independientemente de la capacidad de pago”; “Centrar los sistemas salud en proteger y mejorar la salud física y mental mediante el cumplimiento de las funciones esenciales de la salud pública”; y “Centrar los sistemas de salud en los factores sociales y económicos que impulsan los comportamientos relacionados con la salud, la salud mental y el suicidio”.
Estas Funciones Esenciales de la Salud Pública (FESP) son un conjunto de responsabilidades que la denominada “autoridad sanitaria” debe adelantar en cada territorio y consideran funciones misionales de dicha autoridad sobre el proceso de promoción de la salud, garantía y mejoramiento calidad de servicios, acceso equitativo a los servicios de salud y, el seguimiento, evaluación y análisis de situación de salud. También considera la gestión de eventos críticos en salud pública con vigilancia en salud pública, investigación y control de riesgos y daños e investigación y reducción del impacto, emergencias y desastres. Además, ejercer liderazgo como autoridad sanitaria, mediante el desarrollo de políticas y capacidad institucional para planificación y gestión, el fortalecimiento de la capacidad de regulación y el desarrollo y la capacitación de recursos humanos. Todo esto con una estrategia universalmente aceptada, que es la participación de la comunidad.
En Colombia, la capacidad de ejecutar las FESP por parte de la autoridad sanitaria territorial es débil no solo por la capacidad técnica y financiera de la mayoría de los Entes Territoriales, sino porque la arquitectura del sistema de salud, que se basa en el aseguramiento privado, no permite la injerencia de la autoridad sanitaria territorial en su funcionamiento ni la participación de la sociedad civil en instancias decisorias. Muestra de lo anterior es la desaparición de las instancias deliberativas colegiadas como el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud y de la Comisión de Regulación en Salud; la no operación de los Consejos Territoriales de Seguridad Social en salud o la no sumisión de los aseguradores a la autoridad sanitaria de cada territorio. El resultado se aprecia en eventos de salud que usualmente se trabajan desde la salud pública, como son la mortalidad por desnutrición, por malaria o dengue.
La propuesta elaborada por la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, a partir de cinco puntos de vista metodológicos, es bastante interesante por cuanto reconoce algunas debilidades del actual sistema: la no existencia de información sobre inequidades territoriales, escasa reglamentación para liderar acciones sobre determinantes de otros sectores, falta de capacidad técnica para la gestión de la salud pública en entes territoriales, falta de mecanismos de coordinación territorial, gobernanza basada en instituciones y poca participación social, ausencia de medición de acciones de los otros sectores involucrados, rivalidad Nación – Territorio, conflictos sobre descentralización y autonomía.
Con base en los análisis efectuados, recomiendan fortalecer las capacidades y desempeño de los Entes Territoriales en salud pública en materia de planeación, implementación y monitoreo, bajo el concepto de territorio, siendo este el espacio que influencia la salud y el bienestar. Así mismo, recomiendan considerar como centro del modelo el sistema de salud, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, para lo cual el modelo propuesto debe actuar sobre tres aspectos. El primero es la formulación, implementación y evaluación de políticas a nivel macro, meso y micro y sobre las competencias, la financiación, la estructura, la regulación y el talento humano. El segundo: gobernanza, gestión y liderazgo con participación comunitaria y social que incluya la rendición de cuentas y que fortalezca el liderazgo en la rectoría de salud pública en las perspectivas de las organizaciones, las comunidades y las personas. Por último, es importante el fortalecimiento técnico y operativo con el uso de evidencia adecuada de los recursos y necesidades de cada territorio, el contar con un esquema de aseguramiento de la calidad en salud pública que considere las competencias territoriales, procesos de certificación y educación continua y, estimular mecanismos de acreditación opcional con incentivos.
A nivel de políticas públicas se recomienda que el enfoque en salud pública sea el de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, con base en un concepto de territorio que profundice la descentralización y por ello exija cambios en la normatividad actual. De igual manera, es relevante que se reconozca el talento humano de salud pública de manera interdisciplinaria y con esquemas de retención, de estabilidad y de remuneración adecuados.
Resalto la coherencia de la propuesta y el hecho de que se toquen temas de fondo como el enfoque de territorio no coincidente con la división política y administrativa actual, el tipo de gobernanza con más participación social, la necesidad de fortalecer la gobernanza, la gestión y el liderazgo en salud pública territorial, así como la necesidad de reconocer la importancia de mejores condiciones laborales del talento humano que labora en salud pública.
Sin embargo, y reconociendo que “los determinantes sociales pueden ejercer una influencia poderosa sobre el acceso y la calidad de la atención, y el acceso a una atención de calidad es una necesidad absoluta”, la propuesta, a mi parecer, se queda corta en reconocer tanto la autoridad sanitaria territorial al igual que su misión: gestionar los determinantes de la salud. Si bien se distingue la promoción de la salud, no se profundiza ni en los enfoques, ni en los alcances, ni en los mecanismos para realizar dicha promoción.
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