MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 15    No. 178  JULIO DEL AÑO 2013    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

 

Reflexión del mes
“Primero en Europa y ahora en América, los políticos se han dedicado a endeudar a la gente creando un ambiente de dependencia. ¿Para qué? Para incrementar su poder. Son grandes expertos creando pobreza y nadie los cuestiona. (…) La pobreza se ha convertido en una condición natural y ello es suficientemente malo. Mi tarea es evitar el agravamiento de tal condición. Las ideologías que fabrican más pobreza deben ser denunciadas (…) A la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza”.
Papa Francisco (Argentina, 1938). Frases de entrevista no publicada de MSNBC, que esta cadena niega que se hubiera realizado.

Dijo el pontífice:
“Lo que manda hoy no es el hombre: es el dinero”
Papa Francisco llama a contrarrestar
“cultura del descarte”

Redacción El Pulso

En su Audiencia del pasado 5 de junio en el Vaticano, el Papa Francisco alertó que tan importante como proteger el medio ambiente es proteger la persona humana en peligro, por lo que es urgente la ecología humana. Enfatizó que el sistema no puede seguir siendo dominado por “las dinámicas de una economía y unas finanzas carentes de ética”, donde no manda el ser humano sino el dinero, cuando la tarea de custodiar la tierra el Dios Padre se la encomendó a hombres y mujeres que en cambio, hoy “son sacrificados a los ídolos del beneficio y del consumo” en la “cultura del descarte”. Presentamos el texto:
“Hoy desearía detenerme en la cuestión del medio ambiente, como ya he tenido oportunidad de hacer en varias ocasiones. Me lo sugiere además la Jornada mundial del medio ambiente, de hoy, promovida por las Naciones Unidas, que lanza un fuerte llamamiento a la necesidad de eliminar el desperdicio y la destrucción de alimentos.
Cuando hablamos de medio ambiente, de la creación, mi pensamiento se dirige a las primeras páginas de la Biblia, al libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la custodiaran (cf. 2, 15). Y me surgen las preguntas: ¿qué quiere decir cultivar y custodiar la tierra? ¿Estamos verdaderamente cultivando y custodiando la creación? ¿O bien la estamos explotando y descuidando?
El verbo «cultivar» me recuerda el cuidado que tiene el agricultor de su tierra para que dé fruto y éste se comparta: ¡cuánta atención, pasión y dedicación! Cultivar y custodiar la creación es una indicación de Dios dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos. Benedicto XVI recordó varias veces que esta tarea que nos ha encomendado Dios Creador requiere percibir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros en cambio nos guiamos a menudo por la soberbia de dominar, de poseer, de manipular, de explotar; no la «custodiamos», no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que hay que cuidar.
“Lo que manda hoy no es el hombre:
es el dinero, el dinero; la moneda manda.
Y la tarea de custodiar la tierra, Dios Nuestro Padre
la ha dado no al dinero, sino a nosotros:
a los hombres y a las mujeres, ¡nosotros tenemos este deber!
En cambio hombres y mujeres son sacrificados
a los ídolos del beneficio y del consumo:
es la «cultura del descarte»”.
Papa Francisco
Estamos perdiendo la actitud del estupor, de la contemplación, de la escucha de la creación; y así ya no logramos leer en ella lo que Benedicto XVI llama «el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre». ¿Por qué sucede esto? Porque pensamos y vivimos de manera horizontal, nos hemos alejado de Dios, ya no leemos sus signos.
Se necesita “ecología humana”
Pero «cultivar y custodiar» no comprende sólo la relación entre nosotros y el medio ambiente, entre el hombre y la creación; se refiere también a las relaciones humanas. Los Papas han hablado de ecología humana, estrechamente ligada a la ecología medio-ambiental. Nosotros estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro: esto es cierto, la persona humana hoy está en peligro. ¡He aquí la urgencia de la ecología humana! Y el peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y de antropología. La Iglesia lo ha subrayado varias veces; y muchos dicen: sí, es justo, es verdad... Pero el sistema sigue como antes, pues lo que domina son las dinámicas de una economía y de unas finanzas carentes de ética. Lo que manda hoy no es el hombre: es el dinero, el dinero; la moneda manda. Y la tarea de custodiar la tierra, Dios Nuestro Padre la ha dado no al dinero, sino a nosotros: a los hombres y a las mujeres, ¡nosotros tenemos este deber! En cambio hombres y mujeres son sacrificados a los ídolos del beneficio y del consumo: es la «cultura del descarte». Si se estropea un computer es una tragedia, pero la pobreza, las necesidades, los dramas de tantas personas acaban por entrar en la normalidad. Si una noche de invierno, aquí cerca, en la vía Ottaviano muere una persona, eso no es noticia. Si en tantas partes del mundo hay niños que no tienen qué comer, eso no es noticia, parece normal. ¡No puede ser así! Con todo, estas cosas entran en la normalidad: que algunas personas sin techo mueren de frío en la calle no es noticia. Al contrario, una bajada de diez puntos en las bolsas (de valores) de algunas ciudades constituye una tragedia. Alguien que muere no es una noticia, ¡pero si bajan diez puntos las bolsas es una tragedia! Así las personas son descartadas, como si fueran residuos.
Hace pocos días, en la fiesta de Corpus Christi, leímos el relato del milagro de los panes: Jesús da de comer a la multitud con cinco panes y dos peces. Y la conclusión del pasaje es importante: «Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos» (Lc 9, 17). Jesús pide a los discípulos que nada se pierda: ¡Nada de descartar! Y está este hecho de los doce cestos: ¿por qué doce? ¿Qué significa? Doce es el número de las tribus de Israel; representa simbólicamente a todo el pueblo. Y esto nos dice que cuando el alimento se comparte de modo equitativo, con solidaridad, nadie carece de lo necesario, cada comunidad puede ir al encuentro de las necesidades de los más pobres. Ecología humana y ecología medio-ambiental caminan juntas.
Así que desearía que todos asumiéramos el grave compromiso de respetar y custodiar la creación, de estar atentos a cada persona, de contrarrestar la cultura del desperdicio y del descarte, para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro”
 
 
El Hospital San Vicente cumple 100 años
Reminiscencias II
Bernardo Ochoa Arismendy, MD
Recordar cómo vivimos aquella época sublime de los años 60 con nuestra propia suerte fundida con la de la querida institución, nuestro Hospital Universitario San Vicente de Paúl, es algo que hoy me conmueve. Directivas y Profesorado, todos a una, corríamos animados con un propósito único: hacer del Hospital el mejor de Colombia. Y todo indicaba que lo estábamos logrando. No pasaba semana sin que se dieran pasos positivos en el camino del progreso que se traducía en confirmar cómo los pacientes se recuperaban de enfermedades y complicaciones antes consideradas fatales.
Los cirujanos plásticos que asumieron la reconstrucción de la mano, bajo la dirección del gran maestro de la cirugía, doctor Álvaro Londoño Mejía, sorprendían al mundo con su reimplantación después de haber sido cercenada por el machete. Los endocrinólogos de adultos y niños ganaban terreno a la diabetes en todos los campos. La cirugía de corazón abierto en manos de Antonio Ramírez avanzaba a paso seguro. Jaime Borrero libraba su lucha a muerte contra la insuficiencia renal y preparaba el terreno para los trasplantes de órganos, mientras Luis Fernando García identificaba los factores inmunológicos envueltos en la compatibilidad de los tejidos del donante con los del receptor, y Álvaro Velásquez se familiarizaba en Estados Unidos con las técnicas operatorias entonces utilizadas.
Nuevos servicios se fueron abriendo, como el de Neurología Pediátrica con el inolvidable Jorge Holguín, y el de Nefrología con Vilma Piedrahíta y José Martínez. Fue entonces cuando los pediatras, padres de familia y cirujanos de la ciudad, supieron de la existencia de unos cirujanos para quienes las malformaciones congénitas ya no eran esencialmente mortales, los hermafroditas podían ser reconstruidos y tener una opción sexual aceptable, los varoncitos nacidos con defectos que les impedían orinar por la punta ya no tenían que esperar hasta la adolescencia para ver su problema corregido, sino que se atendían de pocos meses de nacidos. Y además, la nueva cirugía pediátrica prevenía insuficiencias renales en el adulto, reimplantando sus uréteres cuando niños. Ningún hospital de Colombia podía mostrar entonces tanto progreso en todos los campos del quehacer médico.
En 1961 se inauguró la obra concebida en los años 40 por el insigne profesor de Pediatría, Gustavo González Ochoa: el Hospital Infantil. Lo habíamos visto nombrando comisiones de madres para recolectar fondos, vendiendo personalmente refrescos en el Estadio y tocando insistentemente las puertas de los poderosos, incluyendo el gobierno local. La comunidad alcanzó a aportar el 70% de los costos de la construcción que inauguró en 1961 el presidente Alberto Lleras Camargo y autoridades y personalidades locales. Más en el solemne acto, nadie mencionó el nombre del profesor. Hoy, sólo un humilde retrato sin inscripción alguna, colocado en el corredor del quinto piso por la Jefatura de Pediatría, recuerda la ilustre figura de este Quijote moderno.
La nueva Cirugía y Urología Pediátrica ocupó el quinto piso del Infantil. Yo me había preparado bien para asumir la responsabilidad de armonizar el trabajo de los cirujanos y sus funciones académicas y asistenciales. Los problemas se iniciaron cuando confirmé que sólo se había dotado un quirófano para un Hospital Infantil de 220 camas, pero la demanda pronto puso al San Vicente al tanto del error cometido y se procedió a repararlo.
“¿Cuántos miles de niños colombianos
se salvan de la odisea de la insuficiencia renal y
el trasplante, por las operaciones que les practicamos?
Bueno es recordar que uno de cada 4 adultos trasplantados llega a insuficiencia renal terminal por reflujo vesico-ureteral”.
Dr. Bernardo Ochoa
Mientras, organizaba la consulta externa propia y para especialidades, elaboraba listas de pacientes, programaba rotación de estudiantes y se agilizó el manejo de historias, la correspondencia y la programación de reuniones académicas a las cuales asistían todos, incluyendo a Jairo Restrepo de Anestesia, David Warren de Ortopedia, Luis C. Trujillo de Cirugía Plástica y enfermeras. Pronto llegaron los residentes rotatorios que se sumaron a los propios. Y en cuestión de nada estábamos atendiendo entre 100 y 120 niños cada semana en cirugía, utilizando frecuentemente técnicas operatorias antes no conocidas.
Llegó la epidemia de niños quemados con la pólvora decembrina en 1963. Los recogí en una de las salas de hospitalización, cambié el tratamiento cerrado que utilizaban por el abierto, como se hacía en Boston (Estados Unidos), con lo cual se aceleró la recuperación de los pequeños y disminuyeron sus sufrimientos y complicaciones. Así nació el Servicio de Niños Quemados del Hospital. Pocos meses después viajaba a Bogotá con el alcalde de Medellín, Ignacio Vélez Escobar, convocado por el presidente Lleras Restrepo, para que le ayudara a solucionar el problema de los quemados con pólvora en Bogotá y el país.
El primer equipo de Rayos X del Infantil, el primer electrobisturí y otros equipos, llegaron como respuesta de la Fundación Kellogg a nuestra solicitud de ayuda. Le enseñé a Regina Arroyave y a Nelly, técnicas de rayos X, cómo hacer una cistografía y una genitografía en una criatura de pocos días o meses de edad, que eran rechazados en el servicio de adultos. Se empezaron a hacer diagnósticos que nadie sospechaba en niños, y el propio jefe de Radiología, doctor Oriol Arango, nos felicitó públicamente.
Fue entonces cuando puse en práctica las enseñanzas del profesor Hardy Hendren de Boston y nació la Urología Pediátrica en nuestro hospital y en Colombia, como lo confirmaría cuando presenté nuestra experiencia en el Congreso Nacional de Urología en Popayán. Hoy, en 2013, veo con gran alegría que el 50% de los niños que ingresan a cirugía en nuestro Hospital Infantil lo hacen por problemas urológicos que los cirujanos pediatras, entrenados allí mismo, manejan con sabiduría y habilidad, liberando los pequeños de la calamidad de crecer y convivir con deformidades que no sólo amenazan sus vidas sino que lastiman seriamente su dignidad. Otros cirujanos pediatras adiestrados en nuestro Hospital Infantil hacen lo mismo en ciudades como Manizales y Cali. ¿Cuántos miles de niños colombianos se salvan de la odisea de la insuficiencia renal y el trasplante, por las operaciones que les practicamos? Bueno es recordar que uno de cada 4 adultos trasplantados llega a insuficiencia renal terminal por reflujo vesico-ureteral.
En 1963 llegó Jorge Emilio Restrepo G. a Cirugía General y organizó el departamento. En el corto tiempo que estuvo allí (renunció en 1965), hizo un trabajo admirable: organizó la residencia de cirugía general, integró el servicio de Urgencias (Policlínica), implantó rigurosas medidas de asepsia y mucho más. Desde entonces no volvimos a ver cirujanos operando sin ropa apropiada, ni visitantes entre quirófanos vestidos de cachaco tapándose la boca con su corbata. La incidencia de infecciones empezó a descender.
 
  Bioética
Reflexión desde la biología humana
Ramón Córdoba Palacio, MD - elpulso@elhospital.org.co
Asistimos mediante la televisión a las discusiones entre los partidarios del matrimonio de homosexuales y sus oponentes, y apreciamos como los primeros daban argumentos tales como que si un matrimonio heterosexual no procreaba hijos debía considerarse no legítimo o legal, que el concepto de matrimonio homosexual como no natural era siempre concepto religioso, etc.

Haremos, como contribución al debate y para ilustración de quienes tengan alguna duda al respecto, algunas observaciones puramente antropológicas y fundadas en la evolución como fenómeno puramente natural, biológico si se prefiere el vocablo, ajeno a toda creencia religiosa.
Sin adentrarnos en detalles puramente científicos, pues no es la intención en este pequeño artículo, tenemos que aceptar que la naturaleza creó para la mayoría de los seres cuya reproducción se realiza por la unión de gametos femeninos y masculinos, individuos bien definidos como hembras y como machos por cuya unión sexual genital -genital: que sirve para la generación-, perpetúan la especie dando origen a seres idénticos en su género: hembras y machos.
El género como consecuencia de la evolución no es una cualidad de libre escogencia según el gusto personal, o social, o la moda, sino un carácter definido por la conformación corporal y la aceptación de ésta en la persona. No tenemos cuerpo sino que somos cuerpo, no tenemos espíritu sino que somos espíritu, y la indisoluble unión de ambos elementos esenciales se expresa en la persona hembra o macho del género humano, género al cual pertenecemos indefectiblemente desde la concepción y dentro del cual existen seres sexualmente hembras y sexualmente machos, lo cual asegura la supervivencia de la humanidad.
La simple razón nos enseña que la unión genital de sólo hembras con hembras o de sólo machos con machos con intención de procrear, condenaría al género humano a la desaparición, dadas las características intrínsecas de la especie humana desde lo biológico.

NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

El fútbol, el maldito fútbol, pequeño saltamontes. Fútbol hasta en las sagradas cumbres del Himalaya. Fútbol día y noche. Si prendes el televisor: fútbol, si prendes el radio: fútbol; en Internet: fútbol; en el celular: fútbol, en la tableta: fútbol. Fútbol en la plancha y en la nevera. Que Liga Postobón, que Copa Postobón, que Torneo Postobón, que fútbol femenino, que Champions League, que Liga Premier, que Copa Uefa, que Copa del Rey, Copa Libertadores, Copa Suramericana, Copa Confederaciones, Copa Mundo de mayores, Sub 20, Sub 10, Sub 80, Pony Fútbol, torneo del barrio Olaya, fútbol de robots, fútbol de perros, fútbol de micos…

 
 











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